SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número33La construcción de los liderazgos locales en el peronismo bonaerense frente a la verticalidad partidaria: Una aproximación al tema a través del caso bahiense (1949-1955)"Le donne a casa": aspectos de la política de género del fascismo italiano índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Cuadernos del Sur. Historia

versión impresa ISSN 1668-7604

Cuad. Sur, Hist.  n.33 Bahía Blanca  2004

 

Un municipio alejado, una actividad tangencial y los efectos de un profundo cambio institucional. San Carlos de Bariloche 1958 - 1970

Paula Núñez

Conicet - Fundación Bariloche
e-mail: paulagabrielanu@hotmail.com

Resumen
El cambio de status de territorios nacionales que pasan a ser reconocidos como provincias, con derecho a elegir a su gobierno y mandar representantes al poder legislativo nacional, da inicio a un complejo proceso en el cual se incorpora una esfera gubernamental nueva a espacios heterogéneos, para los cuales la gobernación designada por el Estado Nacional se reducía a roles administrativos que no respondían a las particularidades. De allí que, en función de esas mismas particularidades, el preguntarse de qué forma se llevó adelante la conformación de las provincias como espacios sociales, administrativos y económicos permita echar luz tanto sobre las especificidades como en la incidencia de influencias más generales. El caso que ocupa a este trabajo es el de la provincialización de Río Negro y las particulares circunstancias que atravesaron el diálogo entre la comuna de San Carlos de Bariloche y el incipiente espacio gubernamental que se abrió a partir de 1958 hasta 1970.

Palabras claves: Provincialización; Integración; Autoritarismo.

Abstract
The status change caused by the recognition of the national territories as provinces, which had the right to choose their own government and send their representatives to the national legislative power, started a complex process during which a new governmental sphere was incorporated to heterogeneous spaces. The authorities appointed by the National State for those spaces were restricted to administrative roles which did not meet the peculiarities. Therefore, according to those peculiarities, trying to find out how the shaping of the provinces into social administrative and economic spaces was carried out may shed light on both the specificity and the incidence of influences of a more general nature. In this paper we analyze the case of the provincialization of Río Negro and the specific circumstances present in the dialogue between the Municipality of San Carlos de Bariloche and the incipient governmental space existing as from 1958 until 1970.

Key words: Provincialization; Integration; Authoritarism.

Introducción

El presente trabajo es el resultado de analizar y caracterizar la integración del municipio de San Carlos de Bariloche, situado en el extremo sudoeste de la provincia de Río Negro al concierto provincial, tomando como punto de inflexión el momento de pasaje del Territorio Nacional a Provincia.

El proceso de provincialización de los territorios ha sido estudiado desde diversas ópticas que dan cuenta de una heterogeneidad correspondiente a la amplitud social y geográfica que se indaga (Favaro y Morinelli, 1993; Favaro y Bucarelli, 1995; Iuorno, 2001; Bucarelli, 1996).

En el caso particular del territorio de Río Negro debe destacarse la profundidad de los regionalismos, que debilitaron la interrelación entre las localidades de la zona al privilegiar la conexión de cada una con Buenos Aires, esto es con el ámbito nacional. Dentro de Río Negro, San Carlos de Bariloche se diferencia ya desde sus inicios, porque fue una localidad de frontera, signada por corrientes poblacionales diferentes a las del resto de las regiones (Vapnarsky, 1983). Asimismo Bariloche no consolidó el diálogo con el resto del territorio para asegurar su crecimiento, puesto que las notables inversiones en infraestructura y promoción que Parques Nacionales realizó desde mediados de la década del ´30, reforzaron su situación de localidad turística de interés mundial.

Una hipótesis que ha orientado el presente estudio es que el período de territorialización ha sido dinámico y cambiante, y en la provincialización se incorporan las contradicciones generadas por estos dinamismos. En el caso que nos ocupa, la principal tensión dentro de la localidad se vivió en relación al peso que localmente tuvo la Dirección de Parques Nacionales.

Al analizar los estudios sobre Bariloche ( Vallmitjana, 1993; Méndez e Iwanow, 2001 ) se encuentra que la consolidación de la localidad como destino turístico se logra a partir de las inversiones materiales que realiza Parques Nacionales, una institución que en el marco político de la década del '30, concebía al turismo en términos de exclusividad. La localidad devino en un espacio sumamente dependiente de las decisiones tomadas por la Dirección de Parques Nacionales, sobre todo porque al pertenecer a un territorio nacional, no existían instancias regionales que pudiesen discutir sus límites jurisdiccionales. De hecho el único límite legal lo establece la autonomía detentada por el municipio, el cual durante los primeros años, plantea tibiamente algunas diferencias.

Esta visión se trastoca a partir del golpe de 1943 y la relevancia que cobra la figura de Juan Domingo Perón, en un proceso que, junto a la concepción del turismo, puso sobre el tapete todo el esquema redistributivo de país (Scarzanella, 1998).

En los años inmediatamente anteriores a la provincialización existió un alejamiento de Parques Nacionales del control del desarrollo económico de la localidad. La construcción de hoteles descansó a partir de entonces en manos privadas y en sindicatos. La idea de construir una "villa tipo suiza en los andes", como había sido mencionado por Parques Nacionales en la década del ´30 (Bustillo, 1971), no tenía mayor interés para el gobierno nacional de Perón.

El Segundo Plan Quinquenal exponía que el turismo se enmarcaba en Acción Social. Este principio acercó a Bariloche un alto número de visitantes, pero como la nueva perspectiva nacional no pensaba el turismo como una actividad económica, no se hicieron inversiones de capital en función de un proyecto más amplio, ni se planteó la necesaria rentabilidad de las iniciativas turísticas1.

Esta mirada se diferencia sustancialmente de la que se dio desde el ámbito nacional a otras actividades, como el desarrollo rural, donde el objetivo fundamental era "...procurar la elevación del nivel de vida social, material y cultural de la población rural..."2; o el desarrollo minero, que destacaba "...lograr el máximo aprovechamiento de los recursos minerales..."3. A diferencia de estas actividades el turismo no era un "recurso", era un derecho.

En los años anteriores la promoción turística se había entendido como un paso necesario para el desarrollo integral de la zona (Bustillo, 1971; Gadano, 1945; Oreja, 1996). Este concepto fue dejado de lado desde la nueva perspectiva, el cambio del rol de Parques Nacionales se consolida cuando, en 1956, el desarrollo turístico , pasa íntegramente a depender del Ministerio de Transportes4.

Estos elementos permiten postular que en los años en que se lleva adelante la provincialización se vivían problemáticas específicas. El progresivo alejamiento administrativo de Parques Nacionales y la efectiva provincialización en 1958 abre el interrogante sobre el modo en que estos giros organizativos en la administración se vieron acompañados por cambios en los proyectos de desarrollo y crecimiento desde el espacio municipal y la forma en que las particularidades de Bariloche se tornaron visibles en el concierto rionegrino a partir del ejercicio de la autonomía provincial.

La Provinicialización

La provincialización de los territorios se sanciona el 28 de junio de 1955, por Ley 14.408. Hacía muchos años que Río Negro cumplía las condiciones demográficas para ser provincializada y los reclamos por lograrlo eran cada vez mayores ( Bucciarelli, 1996 ). Sin embargo la heterogeneidad del espacio se reproducía en la importancia que se le daba a esta temática desde las distintas localidades. Particularmente en San Carlos de Bariloche esta reivindicación no se sentía como propia.

En el presente trabajo se han indagado las memorias orales, y en ninguna de las entrevistas se reconoció el reclamo, así por ejemplo se encontraron las siguientes referencias "...yo por lo menos no lo percibí, yo creo que en eso no han cambiado demasiado las cosas, Bariloche como que tiene una ascendencia muy particular y nunca ha estado demasiado ligado, demasiado definido a eso" (funcionaria de Educación Provincial) . Esta opinión se repite en todas las entrevistas con diferentes palabras "...no, estaba, siguió los trámites de la provincialización y fueron gente de Bariloche comprometida para formar las leyes de provincialización pero no fue una lucha contundente" (cuentapropista) o sino "que yo sepa no. Como compartimentos estancos, nosotros acá estábamos separados acá siempre se habló del cantón suizo..." (periodista). Es posible que la continua presencia del Estado Nacional en la urbanización, a través de Parques Nacionales habilitara un diálogo directo con el gobierno nacional, lo cual generaba que no se sintieran como propias las reivindicaciones surgidas en otros espacios.

A partir de esta particularidad, creemos posible que esta situación sea un origen de las trabas a la conformación de lazos con el resto del territorio rionegrino, porque quitó sentido al reclamo por la apertura de espacios políticos. Las escasas referencias en los documentos orales y escritos a las relaciones con localidades como Roca o Viedma, apoyan esta idea.

A la distancia simbólica se agregó la precariedad de los caminos, sobre los que, en esos años no se solicitan mejoras. De hecho hay menciones a reclamos por la ruta a Buenos Aires, por el paso a Chile, pero la vinculación con Viedma no aparece como necesidad durante el gobierno de Perón o incluso durante la Revolución Libertadora.

La posibilidad de que la provincia pasara por encima de la autonomía de Parques y que se abriera un ámbito de diálogo para el crecimiento de Bariloche con otros espacios rionegrinos, ni siquiera aparece en el imaginario local.

La profunda división de Bariloche respecto al resto del territorio rionegrino puede percibirse en la gestación de un proyecto alternativo: la formación de la provincia de los lagos. En Río Negro era una situación conocida que los vínculos que cada localidad había establecido, no pasaban por las divisiones políticas planteadas, siguiendo este razonamiento en 1954 se acerca a la presidencia un proyecto de provincialización alternativo que tomara en cuenta estas diferencias y que permitiera la formación de la "provincia de los lagos" a partir del desmembramiento del territorio rionegrino.

Este proyecto parecía concretado cuando la zona del valle se opuso a esta división desde la Cámara de Agricultura, Industria y Comercio, aduciendo que iría en contra de la identidad lograda en el territorio y que afectaría el prestigio de la producción valletana5.

De esta forma, para el caso que nos ocupa, se dejó de lado el criterio que revisaba los quiebres organizativos existentes cuando, en 1955, se provincializan Río Negro junto a Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Formosa, pocos meses antes del golpe de estado que derroca al gobierno ese mismo año.

La conformación de Río Negro como provincia no se efectivizó sino hasta 1958, con la restauración de las formas democráticas en Argentina que, aun cuando se practicaron en forma limitada y excluyente por la proscripción del partido justicialista, permitieron la primer elección provincial.

El contexto de contradicciones que debería responderse desde las nuevas formas administrativas puede revisarse desde la conformación de su Carta Magna.

La Constitución Provincial

De todos los sectores de Río Negro se acercaron constituyentes para redactar la Carta Magna de la provincia . Bariloche no sólo aportó constituyentes, la presidencia de la Comisión estaba en manos de una barilochense: Nelly Frey de Neumeyer6.

La primera Constitución de Río Negro presenta aspectos legales novedosos y, desde su análisis se podrá indagar qué lugar se suponía para San Carlos de Bariloche en el concierto de las localidades.

La Constitución de Río Negro fue redactada antes de dar efectivo comienzo a las instituciones democráticas de la reciente provincia7. El problema central que atravesó su redacción tiene directa relación con la herencia de los regionalismos : la elección de la capital de la provincia. Tres ciudades pugnaban por ocupar este lugar: Viedma, General Roca y Choele Choel. Para frenar las tensiones que se estaban generando, en esta instancia no se fija la capital de la provincia en ninguna localidad.8 Así, el Artículo 4º declara:

Las autoridades de la Provincia residirán en la ciudad que se declare capital por una Ley especial de la Legislatura, con los dos tercios de votos del total de sus miembros.
Esta Ley será votada no antes de cinco años de sancionada la presente Constitución y será precedida de un estudio integral a cargo de una comisión técnica que dictaminará al respecto.
El gobierno promoverá la descentralización administrativa, contemplando los intereses y necesidades de las diferentes regiones de la Provincia . Mientras tanto, las autoridades continuarán residiendo en la ciudad de Viedma9

Bariloche no permanece ajena al debate, pero tampoco ocupa un lugar en la pugna por "ser ciudad capital". A pesar de que este es el debate más recordado del período, y que permite visualizar elementos que dan cuenta, por un lado de los quiebres internos del territorio, y por otro, del complejo clima político nacional proyectado en la escala local . L a distancia de Bariloche respecto al resto de la provincia se percibe con mayor fuerza en una temática que no provocó mayores discusiones : el régimen económico.

En este sentido los constituyentes tuvieron un acuerdo claro, hay una vocación social en las propuestas económicas que reconocería la Provincia10 (Epifanio, 1982). En la mención taxativa de las actividades reconocidas, se insiste en este aspecto, así en el artículo 33º se destaca "...La producción agrícola, industrial y minera, el comercio y el crédito, así como el trabajo y la propiedad privada, serán consideradas en función social..."

Esto da cuenta tanto de la visión económica del momento, como de la distancia de Bariloche del resto de la provincia, ya que entre las actividades consideradas no se menciona al turismo, a pesar de la relevancia económica lograda en esos años.

Esta ausencia redundará en todo el proceso posterior, ya que la actividad turística adolecerá de las protecciones planteadas para las actividades que sí se reconocen explícitamente. El "sentido regional" propuesto para la industria en el artículo 38º, no cubre a las actividades turísticas.

Es un vicio de origen sumamente relevante, porque protege el crecimiento de las regiones a partir de las especificidades, pero en la medida que las actividades sean reconocidas como particulares de ese lugar. Así la peculiaridad de Bariloche no se resguardó aún antes de constituirse efectivamente la Provincia.

Esta ausencia recibe varias explicaciones desde la memoria local que permiten percibir la lógica con que se concebía el turismo esos años, y que por tanto ameritan ser expuestas con las propias palabras de los entrevistados: "Bueno probablemente puede haber dos razones, no estaba exaltado todavía lo que era la potencialidad del turismo, quizás, se descontaba que el turismo era cosa de Parques Nacionales esa también pudo haber sido. Mirando a la perspectiva se notaba eso"11.

El turismo había generado fondos tales que facilitaron importantes construcciones como el pavimentado de caminos, también era reconocido como un recurso principal desde el municipio, pero el peso heredado de la figura de Parques Nacionales ayudó a referenciar las actividades turísticas a esta institución. Si a esto sumamos la herencia de la labor ligada a "acción social" y el escaso reconocimiento que se daba desde Bariloche a las esferas provinciales que se estaban creando, se puede comprender porqué la principal actividad económica de la localidad no fue contemplada en esta redacción.

El problema que se acarrea con este silencio es que, implícitamente, queda como una actividad menor en el concierto de las demás, con una asimetría implícita en la vinculación entre localidades, ya que el reconocimiento de las poblaciones va en directa relación al reconocimiento de las actividades que se desarrollan en las mismas.

El mapa de tensiones previo a la efectivización de la provincialización puede resumirse principalmente en los siguientes factores:

- La visión de San Carlos de Bariloche que reconoce en Parques Nacionales la figura regente.
- La Ley de 1956 que impide materialmente que Parques Nacionales pueda tener este lugar.
- La distancia simbólica y las dificultades materiales de los caminos, que trabaron el diálogo entre localidades.
- Una Constitución Provincial que reconoce de manera diferenciada las actividades de las distintas poblaciones.

Este marco permite visualizar las problemáticas que debería enfrentar la nueva administración.

A partir de la provincialización

Postulamos que, a pesar de la complejidad heredada, el gobierno que se instala tanto a nivel provincial como municipal, acerca elementos destinados a minimizar los impactos de esta pesada herencia, porque reconoce la falta de integración como el problema de los primeros años.

Durante el primer período de gobierno se asientan importantes instituciones, pero no hay acuerdos claros en lo que respecta al turismo. Así por ejemplo el proyecto del entonces gobernador Castello de formar una Escuela de Hotelería en Bariloche se frustra por los intereses de sindicalistas y sectores empresarios, donde la falta de profesionalismo en las actividades permitía negociar con mayor amplitud los favores mutuos de estos sectores. Aún cuando la integración de Bariloche con el resto del territorio provincial no es resuelta en este período, es vivida como una dificultad a superar: hay una intención de acercamiento que aparece en el continuo diálogo entre los ámbitos provinciales y locales, así como en la iniciativa del gobernador de conformar la gobernación en Bariloche durante un corto lapso como una manera de acercar esta organización.

La provincia llega a Bariloche fundamentalmente con una política organizativa, en el espacio rionegrino la carencia de instituciones sufrida durante el período de territorialización demandaba respuestas urgentes y en estos primeros años policía, educación, justicia, economía, comenzaron a funcionar. Hay muy pocos estudios en relación al modo en que fue llevado adelante el proceso de incorporar instituciones, sin embargo las referencias en las memorias de los pobladores dan cuenta que, mayormente, estuvo apoyado más en voluntades personales que en un respaldo material eficiente.

Por ejemplo, el primer juez letrado de Bariloche, Jorge Poviña, hace referencia a las falencias:

…cuando me invitan los miembros de l colegio de abogados a conocer el edificio que iba a ser la sede de mi juzgado, no tenía nada, había creo, dos máquinas de escribir; no había absolutamente nada, ni los muebles, le pedí prestado a distintas instituciones, que nos presten porque de Viedma no podían suministrarnos económicamente el elemento básico para funcionar normalmente…12.

Teniendo en cuenta las complejidades propias de las reconstrucciones de la memoria (Alcázar, 1998), lo que se destaca en el arribo de las instituciones, es una debilidad en cuanto a la posibilidad material de cumplir con los objetivos que se planteaban, con esto se quiere decir que, aún cuando la intención de la provincia era dar respuestas a las necesidades de la localidad, esta intención no necesariamente significaba que se contara con la base material para poder llevarla adelante.

Esta visión, de una provincia que empieza a funcionar con fondos limitados, confiando en esfuerzos personales, expone una precariedad que contrasta con los recuerdos locales de lo que fue la aparición de Parques Nacionales en 1934. Bariloche ya había tenido la experiencia de la llegada de una institución organizadora, y había sido una experiencia muy significativa ya que estuvo acompañada por una cantidad de fondos tales que reorganizaron todo los proyectos locales en función de los intereses de Parques Nacionales.

En contraposición a esta vivencia, la provincia ingresa con menos fondos y menos fuerza. Es posible que parte de las desconfianzas generadas desde Bariloche hacia aquella, se fundaran en la visión de que las respuestas que se proponían desde las esferas provinciales tenían un signo de precariedad.

Otro ejemplo claro de las dificultades del ingreso de la provincia , se encuentra en la educación, donde las carencia s f ueron resueltas desde iniciativas locales , p or ejemplo, cuando los padres y alumnos se ofrecen a subvencionar el sueldo de los docentes a fin de que se apruebe la apertura del magisterio en la localidad.

Por otro lado, la ausencia del turismo en la Constitución, tampoco ayudó a visualizar a Bariloche en el concierto productivo provincial. En esta localidad la legislación provincial estuvo restringida a otorgar subsidios a instituciones locales y a mejorar el ámbito educativo, no hay mayores referencias legales a la actividad turística. En otras poblaciones la legislación tiene claras connotaciones productivas, sobre todo en relación a la organización de la agricultura.

Esta diferencia en la naturaleza de cobertura hacia los diferentes espacios puede dar cuenta del eclipsamiento de la preocupación por el crecimiento integral de la provincia, así como una inercia de los ciudadanos barilochenses tendientes a ignorar al ámbito provincial como generador de los soportes legales en donde descanse su desarrollo. En este marco crecieron iniciativas particulares, porque la provincia estaba lejos de querer interferir en el proceso económico de Bariloche.

De hecho, las pocas intervenciones claras, dan cuenta de la escasa reflexión en cuanto a la complejidad heredada del período de provincialización. Esta afirmación se sustenta sobre todo en la forma que, desde la legislación de Río Negro, se intenta actuar en torno a una de las problemáticas más delicadas de Bariloche en esos años: el tema de las tierras.

El manejo de las tierras del ejido municipal es un asunto de mucha relevancia local durante el origen de este proceso. Dejó de estar en manos de Parques Nacionales en 1957 por la ley 14.487, denominada también Ley Luelmo, por medio de la cual se pasó al control del municipio todos los terrenos fiscales del ejido más los correspondientes hasta la zona de Llao Llao.

Las razones que justifican esta ley muestran el conflicto latente en la localidad.

Y a la vieja ley 1.532 de organización de los Territorios Nacionales... establecía en su artículo 9º el derecho de los concejos municipales a conceder en venta y escriturar las tierras fiscales que se encontraran en cada municipio. En el caso especial que nos ocupa, la dirección de tierras no transfirió a la comuna, sino a la Dirección de Parques Nacionales , las tierras fiscales enclavas en San Carlos de Bariloche... Parques Nacionales ha dispuesto, desde su creación hasta la fecha, de las tierras fiscales que quedan dentro del ejido municipal de San Carlos de Bariloche, procediendo a su venta en varias oportunidades. Cabe suponer que se trata de una situación de hecho más que de derecho... La finalidad primordial de la ley 12.103, y por ende de la Dirección de Parques Nacionales, es la conservación de la flora y la fauna... dentro del perímetro de los Parques Nacionales, no hay ninguna flora ni fauna que proteger en los lotes fiscales urbanos..." agregando "... no puede caber la más mínima duda sobre la capacidad de la comuna para conservar las bellezas naturales tan importantes para una ciudad de turismo..."13

Esta reivindicación local fue pasada por alto cuando, en 1960, la resolución 22-c-60 indica que un legislador provincial propone la derogación de esta ley. El municipio reacciona pidiendo el rechazo de este proyecto a la Legislatura de Río Negro, entre los motivos de este pedido alude a que lesiona la autonomía comunal y a que el legislador no consultó con el Concejo Municipal antes de proponer un cambio de esa dimensión. Este caso permite visualizar la ausencia de diálogo permanente entre las partes.

Podemos decir que e l período en el que se da inicio a la provincia no fue simple, a las dificultades del armado institucional de la provincia se sumó el contexto político enrarecido por la exclusión del partido justicialista en las elecciones14.

Es un período contradictorio, porque si bien se encuentran situaciones que pueden ser explicadas desde las distancias plasmadas en el período de territorialización, también se cuenta con un intento de las partes por tratar de superar estas distancias. Además, desde la localidad, fue cobrando mayor espacio la gestión interna. Durante estos primeros años las referencias a construcciones y mejoras dan cuenta de un intento de repensar la localidad y el proyecto de ciudad desde el municipio. Los planes de mejoras propuestos reflejan una administración que va mejorando las instancias de control. A pesar de que no se logra constituir un proyecto económico común, la ciudad parece crecer sobre una serie de acuerdos. Los reclamos a la p rovincia demuestran un interés por lograr mejorar un diálogo que se sabía difícil.

Desde el ámbito provincial, la integración también se trataba de resolver, la vocación de descentralización llevó a situar diversas secretarías fuera de la localidad de Viedma, ligadas a los espacios en donde fuesen más necesarias. Así la Secretaría de trabajo se sitúa en la localidad de Roca y la de Turismo en San Carlos de Bariloche, si bien fue un paliativo menor frente a las grandes trabas presente s , dan cuenta de una predisposición para resolver el conflicto .

La caída del gobierno de Frondizi en 1962 y el correspondiente arrastre provincial pusieron un freno a los intentos de aproximación. El marco de un gobierno autoritario durante el interregno de Guido permitió que se llevara adelante uno de los ejemplos más claros de la primacía del espacio nacional sobre la localidad. Uno de los empresarios más importantes de la localidad es nombrado director Nacional de Turismo y desde este lugar impuso a la ciudad un proyecto que él consideraba importante, más allá de las necesidades que se vivieran en el conjunto de la sociedad. La unilateralidad vivida con Parques fue reproducida en este accionar. Por otra parte el quiebre repentino de instituciones que no habían logrado madurar una dinámica relacional clara, tal vez haya operado como freno a la integración.

El gobierno iniciado en 1964 heredó las trabas, pero lentamente, desde las prácticas democraticas, empezó a formar acuerdos. Entre las decisiones tomadas se encuentra la sanción de la Ley de Turismo Provincial, que era reclamada desde los primeros momentos de la provincia, esta Ley, sin embargo llevó a más desencuentros.

El turismo no estaba contemplado entre las actividades productivas, así la Ley nº 138 de Fomento Industrial, sancionada en 1960, no lo tomó en cuenta15. Además la ley de Turismo sancionada el 28 de octubre de 1964 tenía varios puntos que generaban resquemores como la declaración de interés turístico a toda la provincia. Por un lado, la particularidad de Bariloche no se respeta en el sentido regional del resto de las actividades, pero por el otro, los ingresos logrados a través del turismo se sacan de la localidad y se llevan a la esfera provincial16.

Esta Ley fue en contra de los reclamos locales por incorporar al turismo dentro de las actividades industriales. Además el municipio de San Carlos de Bariloche no fue consultado para la redacción de esta Ley, recrudeciendo los resquemores de la localidad respecto de Provincia. E l turismo no sólo no fue considerado dentro de las industrias sino que la falta de consulta hacia la localidad muestra la distancia entre las directivas provinciales y las necesidades locales. Así, en este período encontramos que desde el marco legal se eclipsa a Bariloche

Sin embargo la importancia de la localidad andina se rescató en el plan de obras propuestas, una nueva ruta que uniera Bariloche a Chile por el paso de los Vuriloches se articularía con un camino entre Puerto Blest y Pampa Linda, el crecimiento de Bariloche se apoyaría en el intercambio internacional. A esto se suma que los consecutivos reclamos del legislador barilochense por mejorar la ruta 23, que uniría a toda la provincia, comienza a dar frutos, porque se eleva a vialidad el pedido de estudio para pavimentar la misma, apoyado por el Consejo de la localidad. Además se hacen menciones a una reconstrucción del puerto destruido en 1960.

Las mejoras no sólo se dirigen desde el espacio provincial, la propia localidad estaba llevando adelante una de las más profundas reflexiones sobre la actividad turística. El director municipal de turismo, Jesús Dionisio Fanjul elaboró un trabajo denominado "Lineamientos para una política turística" en el que expuso las importantes necesidades de Bariloche, como la ruta a Buenos Aires. Por otro lado se generan iniciativas para dar más importancia a la temporada invernal, como es la organización de la Fiesta de la Nieve, convirtiendo el encuentro en el Cerro Catedral en una verdadera Fiesta popular que sirva de promoción y de encuentro.

Es llamativo que las mejoras y los acuerdos logrados entre 1964 y 1966, como una manera de aplicar la Ley de Turismo sin afectar la particularidad de Bariloche, no se recuerdan en ninguna de las variadas entrevistas, posiblemente sea porque el golpe de estado que derrocó al gobierno de Illia impidió que tuvieran forma concreta.

La apertura de una nueva ruta se desdibujó porque la militarización de las instituciones trabó la realización de caminos de encuentro, a pesar que en nombre del turismo se siguen realizando intercambios formales entre el municipio y las autoridades chilenas. Otro proyecto frustrado es la ruta 23 que ni siquiera vuelve a mencionarse. En cambio sí se concreta la ruta a Buenos Aires.

Es difícil pensar que esta iniciativa haya tenido relación con la problemática específica que afectaba a San Carlos de Bariloche, porque fue el inicio de las obras del Chocón el que llamó la atención del gobierno nacional sobre el espacio patagónico, aunque no lo suficiente como para tomar la iniciativa de pavimentar una ruta que no pasara por allí. Sin embargo sí se trató de continuar la ruta 237, que atraviesa el territorio neuquino, y llegar a Bariloche. Pero el peso limitado de Bariloche se observa en que el asfalto que se inaugura en septiembre de 1967, llega hasta 46 kilómetros de la ciudad, existiendo zonas sin asfaltar en las cercanías de Piedra del Aguila. La finalización del asfalto completo y sin baches llevará muchas gestiones con posterioridad a su inauguración.

De este período puede destacarse que la ciudad encuentra sus límites infraestructurales, la esperada multiplicación de turistas enfrent a l a localidad a su urbanización precaria en muchos aspectos, no hay terminal de ómnibus, no hay una ruta de circunvalación que permita a los vehículos visitantes evitarse el centro de la ciudad, no hay puerto en el centro, e incluso entre las dificultades puede contarse que los propios barrios de la localidad no cuentan con un normal suministro de agua. Se dice que van a hacerse todas las obras necesarias, llegando incluso a anunciar la llegada de los fondos para construir un puerto que se inicia y nunca se termina. La nueva modalidad de turismo mochilero se decide apoyar edificando refugios y estaciones de acampantes por toda la provincia, varios de los que se anuncian en Bariloche no se realizan.

Asimismo se lleva adelante la construcción más discutida del período (y prácticamente de toda la historia de la localidad): el Bariloche Center. El terreno sobre el que se realizó tenía ciertas pauta s e stablecidas en la resolución 32 - C - 67, que, entre otras características, señalaba que, como máxim o d ebía tener 5 plantas. Sin embargo un año después se aprueba que en la manzana 209 se eleve un edificio de diez pisos.

Esta empresa es exaltada en los medios de prensa del momento, "Se inician las obras del monumental edificio Bariloche Center"17 o "Capacidad de alojamiento para 1000 personas tendrá el Bariloche Center"18 son algunos de los titulares que hacen referencia a una edificación que hasta pocos meses antes, por razones de mantener un estilo arquitectónico en la ciudad, había estado prohibida. En junio de 1972, con motivo de la inauguración de la obra iniciada en 1968 las referencias a esta obra son "Una ventana hacia América", "una realidad Americana", "un esfuerzo que honra a la visión, fe y ejecutividad de la acción privada", "una nueva noción turística y comercial"19. El edificio más discutido y criticado de la ciudad resulta en la visión del futuro de ese período.

Pero no es la única planificación conflictiva que se plantea, la construcción en los barrios había sido una preocupación creciente, pero, a pesar de que se asegura la edificación de un "barrio modelo" o "ciudad satélite" 20 en la zona alta de la ciudad, denominada "Pampa de Huenuleo", nunca se concretó. L os problemas sociales que se generaron en los barrios en los alrededores de Bariloche fueron agravándose paulatinamente.

Las referencias a una modernidad que quebrara con el pasado fue una referencia continua de esos años, tal como se visualiza en las menciones a las primeras casas de madera que aún quedaban en el centro.

Criterios arbitrarios sobre la edificación en Bariloche... en la misma calle Mitre, principal arteria de la ciudad... surgen edificios de la planta baja a corta distancia de otros de seis pisos y se llega a refaccionar por completo viejas casuchas de madera como se hace en la actualidad a la altura del 400 de dicha calle, detrás de una vieja casita de madera se está construyendo un amplio local comercial, pero exteriormente la casa quedará como antes, nada más que un rancho vetusto.21

Este desconocimiento adrede se reprodujo en la organización interna de la localidad. En un proceso de reflexión sobre la historia de la localidad, se expuso más la situación de tensiones en que se vivía, que un proceso de reflexión sobre el proceso histórico local, ya que, en el Primer Congreso de Historia de la Provincia de Río Negro, realizado en Bariloche, se cambió la fecha de aniversario de la ciudad. Este no es un punto menor, porque, a pesar de que no se había formalizado, esta fecha era un festejo habitual. Como en Bariloche se reconocía como primer poblador a Carlos Wiederhold y éste venía de Chile, bajo la excusa de los problemas limítrofes existentes en el gobierno de Onganía se decidió cambiar la fecha del 20 de febrero de 1895 al 3 de mayo de 1902, cuando Julio Argentino Roca destina las tierras para la población. El rechazo simbólico hacia el espacio chileno era facilitado por la xenofobia generada desde el gobierno nacional, con una consecuencia especialmente grave: el espacio que en 1964 se pensaba como centro de intercambio y fuente del nuevo dinamismo necesario para la localidad, se transformó en un espacio casi enemigo.

A esto hay que agregar que las demandas en nombre de la modernización parecen chocar con la falta de infraestructura básica, que, por ejemplo, le asegure agua a la población. Así todos los reclamos por mejoras urbanas se pierden en este contexto de quiebres y desencuentros permanentes. Bariloche se encontró enmarcada en un proyecto de crecimiento más allá de sus límites locales, las escasas referencias a sus zonas aledañas, la precariedad de los caminos a su alrededor, donde solo se mencionan los reclamos por la ruta a Buenos Aires, el creciente alejamiento del espacio chileno, la desarticulación con el resto de la provincia, donde la ruta 23 no es siquiera una preocupación que aparezca en los medios de prensa, permiten entender que se perdiera el proyecto turístico de la ciudad, en el sentido de un crecimiento conjunto, a pesar de que los ingresos turísticos estuvieran en un fuerte período de crecimiento.

Por otra parte, como a nivel provincial se decide redistribuir equitativamente los ingresos de turismo hacia todo el territorio, se limitó la capacidad de acción del municipio y con ello se trabó la posibilidad de un acoplamiento de las economías regionales rionegrinas desde sus particularidades. El centralismo se fortalecía en el marco de un gobierno autoritario, incluso la Dirección de turismo deja de estar en el lugar que más se precisa para ser llevada a Viedma.

La amplia llegada de turistas y la mejora de la ruta a Buenos Aires, dan cuenta de un plano económico en expansión, pero se enmarca en una desarticulación cada vez más profunda con el campo político, ejemplos de las consecuencias de la desarticulación es la falta de previsión y planificación que se exponen, por ejemplo, en las referencias a accidentes en la montaña y a la falta de contención a la gran cantidad de jóvenes que llegan a recorrer la zona como mochileros, una modalidad cada vez más notable que supera las posibilidades organizativas de la ciudad. Puede tomarse como un elemento más para percibir como se esfuma la posibilidad de un proyecto unificador que responda a la creciente complejidad que estaba cobrando la actividad turística.

En resumen, el "proyecto de Bariloche" que encuentra su primer planteo sistemático en la figura de Parques Nacionales, cuya fuerte impronta dificultó el encuentro de un proyecto alternativo tanto en el plano local como en su articulación con provincia, comienza a mostrar una incipiente redefinición para 1965, sin embargo la abrupta caída del gobierno democrático diluye los logros, que pasaron al olvido.

Así Río Negro, como espacio provincial, comienza y termina siendo un espacio heterogéneo con diálogos regionales quebrados. Bariloche, como localidad, comienza y termina el período desconectado de la provincia y sin posibilidad de entablar un diálogo permanente, en parte porque la lejanía de Viedma trababa las comunicaciones, en parte por que las características internas de los pobladores de Bariloche impedían hasta los acuerdos internos, pero sobre todo porque los quiebres institucionales sometieron a los primeros encuentros a un desgaste que terminó por cristalizar la distancia y el mutuo desconocimiento entre Bariloche y la provincia.

Algunas preguntas que quedan abiertas

Una de las principales conclusiones es que en el proceso de provincialización, si bien pesaron las características de desarticulación previas, trabó más la integración el recurrente quiebre de las alternativas iniciadas en cada período democrático.

Los finales abruptos de cada gobierno elegido en las urnas de 1958 a 1970 ayudaron a la construcción de un imaginario en el cual la "provincia" es la permanente ausente por no llegar a fines concretos de las iniciativas en las que sí se contempló la presencia de Bariloche en el concierto provincial y hasta se plantearon políticas de articulación de las economías internas complementarias, que no se llevaron adelante por la diferencia de la mirada adoptada por los gobiernos que respondían a situaciones de facto.

Así se encuentra una negación recurrente a reconocer en la provincia esfuerzos, o incluso a reconocer en los propios ciudadanos de Bariloche esfuerzos en pro de la integración. Los recurrentes gobiernos de facto llevaron a la cristalización de prácticas centralistas que fijaron a San Carlos de Bariloche en un ámbito económico precario y dependiente.

El presente trabajo da cuenta que problemas fundamentales de crecimiento, que tienen que ver con el diálogo hacia su ámbito de desarrollo natural la provincia, no siempre fueron percibidos como insalvables, planteándose estrategias que dieron frutos, que no se concretaron por situaciones relacionadas con los Golpes de Estado que superaban a los ámbitos locales y provinciales, pero que reinterpretadas a la luz de las actuales prácticas democráticas pueden dar pie para revisar ese diálogo y esa vía de crecimiento a futuro.

La incipiente integración adolecía de fallas y enfrentaba severas limitaciones, pero asentaba las bases de un proyecto que ubicaba a Bariloche como la puerta de encuentro de Río Negro con el espacio chileno, gestando la construcción de rutas que articularían el interior de la provincia al tiempo que se reclamaba que Bariloche se convirtiera en un centro de comercialización de los productos elaborados en la provincia. Al quedar estas iniciativas sin realizarse, el silencio y el olvido son la herencia que permanece en la ciudad. La interconexión que puede comenzar a percibirse durante el primer período de conformación de la provincia se invisibiliza frente a la frustración de no ver concretados los acuerdos y del progresivo centralismo que fortaleció la relación desigual que se percibe cada vez con más fuerza. El golpe de 1966 lleva a que en la localidad se omita el reclamo a provincia y con esto se naturaliza la distancia.

En la lógica expuesta de construcción de silencios y olvidos se crearon una serie de mitos que se repiten en las entrevistas y que resultaron funcionales al discurso hegemónico que piensa un Bariloche carente de conflictos.

Cabe la pregunta sobre si estas tendencias cambiaron en los años posteriores, si al reinicio del período democrático en 1973 e incluso en 1983 la búsqueda de diálogo al interior de la provincia siguió tratándose como un problema a solucionar, o si la naturalización de los quiebres internos llegó a una dimensión tal que ni siquiera se planteen alternativas.

Queda también abierto el interrogante sobre los cambios y los proyectos llevados adelante durante el Proceso de Reorganización Nacional, si su carácter autoritario sirvió, como en los casos anteriores para fomentar las divisiones y la pérdida de un proyecto global.

Notas

1 Siguiendo al Segundo Plan Quinquenal, el objetivo fundamental que se reconocía era "a) Posibilitar el acceso del Pueblo al conocimiento de las bellezas naturales del país y las creaciones del esfuerzo argentino, aprovechando al mismo tiempo los beneficios del descanso físico y espiritual que proporciona el turismo; b) Facilitar el acceso del mayor número posible de extranjeros al conocimiento del país, mediante la organización adecuada del turismo hacia los centros de mayor belleza y atracción." 2º Plan Quinquenal (1952), Presidencia de la Nación Argentina. Subsecretaría de Informaciones, p. 105
2 ibid p. 111
3 ibid p. 153
4 decreto Ley 6325, sancionado el 11 de abril de 1956.
5 Diario Río Negro del 15 de octubre de 1954. Es discutible el punto de la identidad rionegrina lograda si, más allá del Alto Valle se involucra al resto del territorio, pero este argumento fue suficiente para trabar el proyecto de la provincia de los lagos.
6 Nelly Frey no sólo era nacida y criada en Bariloche, era la hija de quien había sido el primer presidente del Consejo local. Su padre, Emilio Frey, había llegado a la región con el perito Moreno durante los estudios de límites, participó en la Comisión de Bailey Willis y fundó el Club Andino Bariloche, una de las instituciones locales más representativas.
7 El 28 de julio de 1957 fueron elegidos 23 convencionales que integraron la Convención Constituyente. La misma inició sus deliberaciones el 31 de agosto de 1957 y finalizó con la sanción de la constitución de la provincia el 10 de diciembre de ese año.
8Con fecha 20/10/73 se dictó la ley 852 que declara capital la ciudad de Viedma - B.O. Nº 1049 de 12/11/73, ibid p.11.
9 Resaltado propio.
10 Como indica el artículo 32 "La actividad económica de la provincia debe orientarse sobre la base de planes que coloquen a la explotación y distribución de la riqueza, al servicio de la colectividad y el bienestar social".
11 Ex gerente de Aerolíneas Argentinas.
12 Entrevista realizada para la tesis de grado Un muncipio alejado...
13 Diario de Sesiones, Cámara de Diputados de la Nación, Reunión 17, p. 1104, 1958.14 Sumándose a los malestares, en este mismo año, 1960, se produce uno de los cataclismos naturales más recordados en Bariloche, un terremoto que destruyó el puerto que funcionaba hasta entonces frente al Centro Cívico. Esta situación era particularmente grave ya que las vías lacustres eran de suma importancia, no tanto por los circuitos turísticos, sino por ser el vínculo más dinámico hacia Chile.
El sismo fue producto de un enorme maremoto que destruyó importantes poblaciones en el lado chileno. En Bariloche no se dudó, inmediatamente se armaron patrullas de socorro poniendo a disposición recursos materiales y humanos, los términos de la ayuda hacían referencia a una importante vinculación. 15 En este sentido esta ley destaca "Artículo 5º.- Las industrias que manufacturen, extraigan, transformen o elaboren artículos y productos en los que se utilice en forma total o parcial materia prima originaria de la provincia y las referentes a la conservación frigorífica, gozarán de exención de los siguientes impuestos
a)Inmobiliario, en cuanto a los edificios o terrenos donde se hallen instaladas las plantas industriales y las adyacentes afectadas en forma exclusiva al desarrollo de la industria.
b)A las actividades lucrativas.
c) Sellos, en cuanto legalmente esté a cargo del establecimiento y corresponda a actos jurídicos inherentes a la constitución e instalación de la industria."
16 En el artículo 30º de esta Ley se indica "Los recursos a que se refieren los incisos 1 al 16 del artículo 12º, de la presente Ley, serán ingresados a una cuenta especial que a tales efectos se abrirá en el Banco de la Provincia de Río Negro y destinados exclusivamente a atender inversiones y gastos para la promoción turística, a cuyo efecto el respectivo rubro de recurso será incluido en la sección tercera de cálculo de recursos."
17 Río Negro 15 de junio de 1968.
18 Río Negro 17 de junio de 1968.
19 Extraído de la sección complementaria "Bariloche Center" del diario Río Negro de junio de 1972.
20 Río Negro 7 de Diciembre de 1966.
21 Río Negro 4 de diciembre de 1968 .

Referencias bibliográficas
1. Alcázar, J., "Las Nuevas Fuentes Documentales en el estudio de la Historia Presente de América Latina" en J Díaz Barrado, M.P. (coord.), Historia del Tiempo Presente. Teoría y Metodología, Cáceres, Universidad de Extremadura, 1998.
2. Bucarelli, M.A., "Tendencias en el proceso de conversión de territorios nacionales a provincias. La pervivencia de un horizonte referencias" en Revista de Historia nº6 U.N.C, noviembre 1996.
3. Bustillo, E., El despertar de Bariloche, Buenos Aires, Casa Pardo, 1971.
4. Epifanio, H.R., La Constitución de Río Negro anotada, Río Negro, Gral. Roca, 1982.
5. Favaro, O. y M. Morinelli, "La Política y lo político en Neuquén. La política territoriana en el marco del desenvolvimiento económico y social de Neuquén (1884 - 1955) cap. VI en: AAVV, Historia de Neuquen, Neuquen, UNC, 1993.
6. Favaro, O. y Buccarelli, M.A., "El lento y contradictorio proceso de inclusión de los habitantes de los territorios nacionales a la ciudadanía política: un clivaje en los años '30" en Entrepasados. Revista de Historia, Año V - Número 9, fines de1995.
7. Gadano, J.E., Territorios Nacionales. Estudio político - económico, Buenos Aires, Ed. Valerio Abeledo, 1945.
8. Iuorno, G., La provincialización de los territorios de Río Negro y Neuquén. Conflictos de intereses locales y nacionales, Presentado en VIII Jornadas de Interescuelas y Departamentos de Historia, Salta, 2001.
9. Méndez,L. y V. Iwanow, Bariloche: las caras del pasado, Neuquen, Manuscritos, 2001.
10. Oreja, F., La provincia perdida y otros recuerdos, Gral Roca, Ed. Río Negro, 1996.
11. Scarzanella, E., "El ocio peronista: vacaciones y turismo popular en Argetnina (1943 - 1955)" en: Revista de Historia Entrepasados, Año VII, Nº14, 1998.
12. Vallmitjana, R, 90 años de turismo en Bariloche, Bariloche, Feher, 1993.
13. Vapnarsky , C.A., Pueblos del Norte de la Patagonia. 1779 - 1957, Ed. De la Patagonia, General Roca, 1983.

recibido: 26/05/04
aceptado para su publicación: 22/11/04