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Cuadernos del Sur. Historia

versión impresa ISSN 1668-7604

Cuad. Sur, Hist.  n.33 Bahía Blanca  2004

 

Eva pecadora / María Virgen: imágenes femeninas en la Edad Media (España, siglos XIII a XV)

María Luján Díaz Duckwen

Universidad Nacional del Sur
email: dduckwen_lujan@hotmail.com

Resumen
La historia de las mujeres ha sido reformulada últimamente. Los historiadores han tratado de evitar concepciones ideológicas como el feminismo, que habían perdurado por mucho tiempo. El análisis de diferentes fuentes sigue siendo útil en la apertura de nuevas temáticas.
En este caso, haremos una comparación entre dos imágenes femeninas situadas en España entre los siglos XIII y XV: la de la mujer en general, asimilada a Eva, y la de una mujer excepcional, la Virgen María, Madre de Cristo. Ambas se oponen ya que, mientras una muestra vicios, la otra muestra virtudes.
El trabajo se desarrolla a partir de una comparación entre dos fuentes: el Espéculo de los Legos y el Libro de los exemplos por a.b.c., encuadradas en lo que se denominaba Speculum, es decir, espejo. Leídos por sacerdotes y fieles cultos, servían para adoctrinar en la fe católica.
En la Edad Media, mundos contrapuestos coexistieron. Los modelos teóricos presentados aquí eran dualidades que no se excluían. De alguna manera, al popularizarse el culto a la Virgen María a partir del siglo XII, se inició un camino de redención de la mujer terrenal. Participar de la misma naturaleza que la madre del Salvador y seguir su ejemplo, evidencia una apertura a la posibilidad de mejorar su situación.

Palabras clave: Fuentes Medievales; Concepciones: Eva-María; Eva: Vida Cotidiana; María: Funciones.

Abstract
The history of women has been recently reformulated. Many historians have tried to review subjects without ideological conceptions like feminism, that were kept for many years. In this way, the analyzes of different kinds of sources are really useful catering for new ideas.
This paper presents a comparison between two female models, located in Spain around 13th and 15th centuries: on the one hand we have the woman in general, the same Eva, and on the other hand an exceptional woman, the Virgin Mary, mother of Christ. Both are opposites, because while the first shows the wrong things , the second , the right qualities.
This work analyzes two interesting medieval sources: the Espéculo de los legos and the Libro de los exemplos por a.b.c., included in something called Speculum, or mirror. It was read by priests and scholars. They served to enhance Catholicism.
In the Middle Ages, many worlds coexisted. Both theorical models that we study here, were opposed but not excluded. In some way, when the cult of the Virgin Mary won more popularity around the 12th century, redention started for women, having the same nature as the Virgin Mary helped improve their situation.

Key words: Medieval Sources; Conceptions: Eva-Mary; Eva: Diary Life; Mary: Functions.

El tema de "las mujeres en la historia" ha sido abordado en los últimos cincuenta años con sumo interés. El feminismo en primera instancia, se preocupó por incorporar a la mujer en la historia, aunque desde una perspectiva puramente sexista. Esta versión errónea de la historia dio lugar a, por ejemplo, el traspolamiento de cuestiones actuales a épocas muy diferentes. Posteriormente surgieron las críticas que aún hoy continúan, buscando una salida posible para este tipo de enfoque. En la actualidad, los historiadores sugieren campos de estudio potenciales y aconsejan a propósito de sus dificultades. Los estudios regionales, los análisis específicos -vinculados con el tipo de fuente que se utilizan, entre otros- contribuirán en un futuro a lograr una historia de la mujer integral y diversa a la vez. En nuestro trabajo abordaremos el estudio de la mujer en los siglos XIII, XIV y XV, partiendo de una comparación entre dos imágenes emblemáticas: la de las mujeres en general, equiparadas con Eva por un lado, y la de la Virgen María por el otro. Estas dos visiones puramente religiosas, son dualidades que coexisten en el medioevo pero que, al no ser estáticas, el cambio de una podría provocar modificaciones en la otra. La afirmación de la piedad mariana y la consideración racional de que María también ha sido una mujer, daría nuevas posibilidades a la imagen femenina. Es frecuente pensar en el perfil que nos han dejado los principales teólogos cristianos, sumamente negativ o y contraproducente para el sexo femenino que llega incluso hasta la actualidad. Esto sumado a que la investigación histórica comprueba que la mujer medieval se define con relación a un hombre, ya sea padre, marido, hijo, y que carecía, en teoría, de opinión y decisión propia, siendo su ámbito específico el doméstico. Comprobaremos que se mantienen para el ámbito religioso todos los prejuicios de inferioridad hacia la mujer pecadora e incitadora al pecado masculino, propios de esta época, y que el retrato de Nuestra Señora compone una visión alternativa que pretendía esparcirse en los espíritus femeninos medievales.

Las dos obras literarias utilizadas como fuente se incluyen en lo que en la época se denominaba Specu lum. Espejo se decía a todo manual, compilación o resumen de doctrina, dirigido en este caso a los cristianos. Su intención era brindar lecciones ejemplares y doctrina moral a todos los fieles. Los monjes las empleaban en los sermones, y utilizaban numerosos exempla (Cf. Le Goff, 2002:116-117) para enseñar convenientemente. También lo utilizaron legos cultos como libro de lectura, que luego incorporarían a sus bibliotecas. Ambas tienen la finalidad concreta de conducir al lector a través de sus páginas, por la sistematización y ordenación que presentan, lo cual facilita su consulta.

El Libro de los Exemplos por a.b.c., y el Es péculo de los Legos constituyen los mayores manuales de divulgación de los conocimientos religiosos hacia el final de la Edad Media en España.

El Libro de los exemplos por a.b.c. es una colección de cuentos en lengua española, 456 divisiones alfabéticas para ser exactos y 548 exempla en total. Han aparecido dos manuscritos, uno en Madrid y otro en París, siendo éste último el completo1. Tienen esta denominación porque están ordenados alfabéticamente según la primera letra de una máxima escrita en latín. Debajo de la misma, aparece una posible traducción al castellano, que fue agregada por el intérprete español y que no respeta literalmente la primera. Entre las dos se pretende dar sentido a los relatos que vienen a continuación, y por ello son referencia ineludible para el lector. Aunque a veces suele ocurrir que una anécdota pueda tener varios sentidos y no solamente el destacado por los autores.

La primera mención del texto se hace en 1851, y luego fue estudiada por otros autores en sus historias de la literatura. Se pudo saber que muchos de los cuentos pertenecen al texto de la Disciplina Clericalis ; pero no hay nada acerca de otras posibles fuentes. Morel-Fatio, uno de los estudiosos de este escrito, descubrió que el autor de la obra es Clemente Sánchez de Vercial, Arcediano de Valderas, y que por lo tanto la fecha de composición fue entre 1400 y 14212. La edición de la que nos valemos para hacer el trabajo corresponde al que se encuentra en la Biblioteca de París. Esta versión transcribe lo que se ve, corrigiendo algunas de las faltas en las que ha incurrido el copista, que son las menos. Respecto de los temas rescatados, podemos decir que son variados. Deberes de funcionarios que ocupan puestos de jerarquía, personajes de la vida cotidiana tanto positivos como negativos, los pecados y defectos humanos más usuales, las cualidades de los hombres, distintas situaciones de la vida diaria, la religión y sus protagonistas, entre otros.

El Espéculo de los legos, o Speculum Laicorum en latín, consta de 91 capítulos, ordenados alfabéticamente. Todos contienen una introducción doctrinal, donde se desarrollan los planteos teóricos, avalados por citas de diversas autoridades, tanto religiosas como seculares, seguida por una serie de exempla que ilustran la misma3. Las temáticas tratadas son diversas. Presentan desde aspectos propios de la doctrina cristiana hasta principios evangélicos considerados en alta estima por San Francisco y Santo Domingo4, tales los de la caridad, la castidad, la oración, el voto, la pobreza. Tampoco podían faltar personajes de la vida cotidiana y del submundo, humanos, animales y santos, demonios y almas en pena, entre muchos otros.

Los textos señalados fueron escritos por hombres de iglesia, y obviamente entran en una categoría limitada de pensamiento si a la mujer nos referimos. Los religiosos estuvieron imbuidos por un fuerte sentimiento de rechazo hacia la sexualidad, el matrimonio y principalmente el sexo femenino, lo cual veremos en el transcurrir del trabajo propuesto5. En cuanto a la Virgen María, esta postura la encumbra, ubicándola entre el Padre y el Hijo, y como una Mujer que nada tiene que ver con las terrenales.

El trabajo tiene como objetivo confrontar las imágenes femeninas expuestas en ambas obras respecto de las mujeres y de la Virgen María. Fundamentalmente nos ceñiremos a recoger datos en que se las asocia a la vida cotidiana. Veremos que unas se identifican con lo pecaminoso y las otras con lo divino y ejemplar, un modelo a seguir. La metodología que emplearemos consistirá en el análisis de las diversas temáticas desarrolladas en función del objetivo, incorporando un resumen de los exempla que acompañan la teoría o los versos introductorios, y las conclusiones didácticas que se pueden extraer de ellos. Analizaremos las obras de modo simultáneo de acuerdo a nuestros intereses, pudiendo también centrar la atención en una de ellas para abordarla íntegramente. El análisis profundo que proponen las fuentes de los aspectos teóricos será revisado parcialmente, ya que simplemente introducirán el tema. Nuestra exposición describirá someramente las concepciones que se tienen de ellas, utilizando capítulos y palabras útiles a tal fin, para luego pasar a las protagonistas y examinar la vida de ambas mujeres sobre la base de los relatos y las moralejas.

La mujer aparece mencionada numerosas veces en ambos textos. En el Libro de los exemplos por a.b.c., los encabezados que las mencionan son aquellos que tienen que ver con la Virgen María y su oración, el Ave María, las feminas, la lujuria, las mulieris, la castidad, la pulcritud, el diablo, las esposas, la pobreza, y la mujer vieja. Aquí tenemos un abanico de piezas diferentes que van armando el rompecabezas propuesto. En cuanto al Especulo de los legos, hay diversos capítulos que le dedican cuentos a las mujeres. Los fundamentales son: capítulo IV, Del Adulterio; capítulo XV , De la Castidad ; capítulo XVIII, Del sacerdote concubinario e de su compañera ; capítulo XXI, De las dançaderas ; capítulo LIII , De la Luxuria ; capítulo LV, De la Misericordia de la Madre de Dios, que trata acerca de la Virgen María; el capítulo LVII, De commo debe el ome esquivar de morar con las mugeres; capítulo LXIIII, Del Apostamiento del Cuerpo ; capítulo LXXII, D e las alcahuetas, y capítulo LXXV, De la Fermosura. En algunas ocasiones, hay narraciones que mencionan a la mujer en otros capítulos, sin ser estos exclusivamente de la mujer, como el XXVI, De la malicia del diablo, o bien algunos son protagonizados por hombres y tienen a la mujer en segundo plano. Utilizaremos los exempla necesarios para dar una idea acabada del tema, aunque no necesariamente todos.

Eva la mujer, María la virgen

La sección que describe a la mujer en general, siguiendo los lineamientos de la literatura misógina, es el De commo debe el ome esquivar de morar con las mugeres. Las bases de este pensamiento, se remontan a la Antigüedad, siendo Aristóteles el pensador más admirado en todas las dimensiones del saber. En cuanto a la mujer, es conocida su opinión de la inferioridad femenina, incluso de su naturaleza como un defecto. En nuestra fuente, es la primera autoridad citada, atribuyéndosele la siguiente afirmación: la mujer es "confusión del ome e bestia syn fartura e cuidado continuado e guerra que nunca çesa e danno cuitano e casa de tempestad e enbargo de cuidado" Principalmente los libros de la Biblia dicen que hay que huir de la compañía de la mujer por tres razones: la primera, porque enlaza al hombre; se dice que ella es más amarga que la muerte, es lazo de cazadores, red de pescadores y sus manos cadenas. Luego se recuerda el pasaje en el que Sansón fue engañado por Dalila cuando dormía, y se agrega que el castigo que tendrá aquel que se acerque a la mujer será descender a los infiernos, declarando que el que se apartare de ella salvará su alma. La segunda razón es porque ensucia al hombre, referido específicamente a cuando éste esté con la mujer de su prójimo. La tercera razón señala que ellas despojan a los hombres de las riquezas y las virtudes, marcándose que así como el dragón tiene veneno en su lengua, la mujer tiene en la lengua toda su fuerza (Espéculo, 1951:285-286)

Siguiendo con estas ideas: "la muger ama para engannar, e enganna para robar, ama lo que as e non lo que eres", indicándose el espíritu mundano que rige la vida de las mujeres. San Gregorio confirma y resume el pensamiento misógino diciendo:

"La muger que paresçe ser amiga se torna enemiga e destruye al ome, e le roba el entendimiento e le inclina el coraçón, e le ablanda la voluntad, e le enflaquece el cuerpo, e le ensucia el alma, e le vazía la bolsa, e le destruye la fama, e le faze ofender al próximo e perder a Dios"6.

Es decir que, la mujer aparece como la personificación de las fuerzas del mal, pues, sus acciones abarcan toda la gama de pecados que alguien puede cometer y hacer cometer al hombre. Sus manipulaciones comprenden el engaño y la posterior devastación del alma masculina, la perdición también del cuerpo del hombre y de todos sus bienes si los tuviere, y de allí alcanzan su fama, su relación con los demás y por último, su relación con Dios.

No obstante lo dicho, creemos que el capítulo De la luxuria tiene numerosos motivos para ser incluido entre aquellos que describen vicios de la mujer como los que se han venido señalando. Ciertamente, se parte de la concepción de que la lujuria es: "derribamiento desenfrenado e deleznable del coraçón que desciende de los deseos suzios" (Espéculo,1951:248) y la disquisición teórica explica la relación evidente entre los términos lujuria y mujer, aunque ésta sólo aparezca mencionada al momento de ejemplificar lo explicado teóricamente. Es incuestionable que, las situaciones pecaminosas incluyen a la mujer y las posibilidades que tiene para inducir al hombre a pecar, dejándolo reducido a prácticamente nada.

De la conjunción mujer y pecado, y pensando en el máximo exponente del mismo en la tierra, visiblemente se puede relacionar al sexo femenino con el diablo. Duby sostiene que Adán debía regir con su raciocinio a Eva, en una escala de jerarquía vasallática donde iguales naturalezas eran diferentes en poder. Asimismo, Satán habría participado de la ruptura de esta alianza y habría actuado del lado femenino sobre su sensualidad. Al inducirla a comer el fruto prohibido, la mujer demuestra la naturaleza débil e irracional que la gobierna, llegando las consecuencias a arrastrar al hombre en su pecado cuando son expulsados del Paraíso. La salvación se presenta con una nueva mujer, María, que como bien está representada en numerosas esculturas, pisa la cabeza de la serpiente, es decir, al demonio7.

A lo largo del primer milenio medieval, el diablo tuvo poca trascendencia, situación que se revirtió a partir del siglo XII. "A grandes rasgos, la historia del diablo en Occidente es la de una expansión progresiva de su influencia sobre la sociedad, acompañada de una mutación considerable de sus características supuestas" (Muchembled, 2002:180-181). La soberbia y la ansiedad por ganar almas se leen en los capítulos de La malicia y la torpedat del diablo del Espéculo. Una de sus notables características era la de transformarse en cualquier forma imaginable, desde ángeles y hombres de iglesia hasta figuras monstruosas. En la iconografía, la serpiente es su representación simbólica. La femenina está entre una de las apariencias demoníacas más seductoras y preferidas, con la que incita al hombre a pecar. Asimismo, la mujer es vista como su hija, sus ojos, su red, su bestia8, entre otros.

Totalmente opuesta a esta perspectiva es la referida a la Virgen María. Probablemente debamos la misma a que el Espéculo y el Libro de los exemplos por a.b.c., han sido escritos en fechas cercanas, y coincidan con la época en que se fortaleció la devoción mariana, iniciada hacia el siglo XII. Este florecimiento surgió primero en el silencio de los monasterios, y luego se incorporó a la vida de las ciudades. El surgimiento de las órdenes mendicantes recreó a Jesucristo en su pobreza, y a María en un rol más humano, vinculándola con la idea de la redención. Los cambios la transformaron en Madre Misericordiosa del pueblo, mediadora delante de Cristo, y soberana Reina de los cielos y la tierra, que protege a sus fieles; en otra dimensión se personalizó su figura y comenzó una relación individual del cristiano con ella9. La exaltación de esta Nueva Mujer por sus capacidades y por sus virtudes, pretendió que las mujeres primero, y luego todos los cristianos, se vieran animados a reproducir el modelo que mostraba. Incluso se la propuso como la "contrafigura de Eva", como ya hemos anunciado.

El capítulo LV, De la misericordia de la Madre de Dios, comienza definiendo qué es la Misericordia en latín: "cosa que riega los coraçones mezquinos"(Espéculo,1951:261). Certificando la mezquindad de los corazones humanos, dice que lo son por tres causas: la culpa, la pena y la "mengua" de gloria, y que la única capaz de contrarrestar esto es la Virgen Madre de Misericordia, según lo indican tres declaraciones de su nombre. María: "quiere decir estrella del mar e sennora o alunbradora", explicándose cada uno de estos términos. Estrella de mar10 es para los pecadores que buscan el perdón, y salir de las tentaciones y tribulaciones; y en una hermosa imagen que asimila la vida hacia el bien y el camino de un barco a buen puerto declara:

"Menester es por çierto a los marineros que pasan este mar, llamar a aquesta estrella que resplandeçe de la altura del Çielo e enderesçar su carrera por la su claridad porque puedan alcançar el puerto deseado a su voluntad" (Espéculo,1951:261-262)

Es Señora para librar de pecados y angustias a quienes están en aflicción, y ponerlos en el camino de la gracia y la salvación. Retomando un pasaje del Antiguo Testamento, se asegura que la Virgen María tomó la figura de la reina Ester11 en el momento en que, con sus ruegos, libró a su pueblo de la perdición. La Virgen permanecerá con la persona que la invoque, señalándole el buen camino. Servidora de fieles, no descansa ni tiene pereza para ayudar a quienes la necesiten.

Entre las razones que incitan al fiel cristiano a permanecer cerca de María están su "fermosura maravillosa"(Espéculo,1951:263), su incomparable dulzura, y "por su abastança sin medida" ya que, de ser una pequeña fuente ha crecido llegando a ser un gran río, fuente de huertos, pozo de aguas vivas, donde todo lo que está cerca reverdece y gracias a la cual se llena el cielo y se vacía el infierno. Estas alabanzas toman bellezas terrenales para simbolizar la belleza divina: el agua clara es como su pureza, la recreación de la primavera sus virtudes, y la completud del cielo, su grandeza.

Las mujeres en la vida cotidiana

Las mujeres presentadas en los relatos, son "tipos" que remiten a situaciones sociales cotidianas. En general, los autores coinciden en que los hombres medievales reconocieron la existencia de un tipo particular en la conciencia colectiva12.

La situación de la mujer en la Edad Media13 no fue fácil. Era fundamental casarse, en la medida que aseguraba el bienestar futuro. Los textos hacen claras distinciones en los comportamientos de las mujeres casadas. Las hay desde fieles y castas, obedientes a su esposo y a las leyes divinas, y devotas de la Virgen María, hasta aquellas que tienen amantes y arman artilugios para verlos, madres malas consejeras, y viejas casamenteras o "celestinas".

El traductor del Libro de los exemplos por a.b.c. da por única vez, dentro de los textos revisados, una opinión personal respecto del matrimonio. Ambos cónyuges deben ayudarse en la salud. No obstante, los maridos aman la riqueza ya que deben proveerla y gobernar; en este sentido, la función de las consortes se ajustaría ayudándolos, rechazando la codicia, siendo austeras y conformándose con poco. Hasta aquí llega el consejo matrimonial, ya que continúa explicando que ellas no hacen esto y además los maridos las gobiernan dándoles todos los gustos. Y así la pareja va al infierno. La idea termina negativamente, ya que agrega que marido y mujer "es un haz de espinas que juntos es metido en el infierno" (Libro de los exemplos por a.b.c.:exemplum 299).

Este pensamiento no debe dejar de lado el hecho que la propia Iglesia estableció el matrimonio como el marco adecuado para la vida de los laicos. La legislación religiosa reafirmó que los cónyuges llegaran al casamiento con el expreso consentimiento, libre y voluntario de ambos. La revolución gregoriana fue, en este camino, el paso fundamental que lo consagró sacramento.

Las relaciones carnales debían contar también con el beneplácito del hombre y la mujer, y no solamente dentro del matrimonio14. El tema sexual fue una preocupación constante en la Edad Media, porque se lo enlazaba directamente con los pecados, en especial la lujuria. Inclusive, dentro del matrimonio requería de purificación, y su única defensa era la procreación. En contrapartida, la castidad exponía el ideal moral y cultural de perfección y acercamiento a Dios. La virginidad era entendida como la abstinencia de relaciones sexuales de por vida, y era un estado al que todos tenían el derecha a aspirar15.

El Espéculo avala lo antedicho. Solamente diremos que el capítulo referido a la castidad puntualiza que es "abstinencia del ayuntamiento carnal por amor del Criador", y San Bernardo agrega que limpia aquello que fue concebido en modo sucio (Espéculo,1951:59-60).En este contexto, las mujeres que intentan quitar la castidad de alguien, son ladronas. San Bernardo las llama de este modo, insistiendo en que el precio de éstas, es de un pan y que la castidad guardada tiene el valor de un tesoro precioso. Concluye que lo que se roba es el alma del varón (Espéculo, 1951:exemplum 91).

Hay varios matrimonios presentados como ejemplos de obediencia a Dios, como el de Santa Radegunda y su esposo, el emperador Enrique, de quienes se dice mantuvieron una vida casta. Sin embargo, la fidelidad de ella hubo de demostrarse por medio de la ordalía, prueba de la que salió bien librada gracias a la ayuda de la Virgen María a la que se había encomendado.

La mujer pura dentro del matrimonio, se aprecia en el exemplum Nº 368 del Libro de los Exemplos por a.b.c., en el cual un hombre se casó con una virgen "de tanta castidad que en aquel tiempo la incontinençia mas era cosa maravillosa que vicio", y era ejemplo de esta virtud, y conjuntamente aguantaba del marido el olor desagradable de su aliento sin quejas. Estas actitudes le hacían acreedora de admiración en el pueblo en que vivían.

Sin embargo, las dificultades de mantener un matrimonio casto provenían de la mujer. Sigue siendo la Eva que posee internamente los bajos instintos propios de su inferioridad femenina; el hombre es sólo un instrumento en sus manos. Ilustrando lo dicho, un hombre casado tomó la decisión de entrar en un monasterio. Su mujer lo visitaba muchas veces y "enlazado por sus palabras", se unió carnalmente a ella, de lo que resultó un hijo llamado Ladrón, ya que había sido concebido en ocasión de robo, y una hija apodada Raposilla, nombre que alude a la astucia y al instinto engañador que tenían estos animales16. Los nombres citados refieren al carácter y actitud de la esposa y no al de los niños (Espéculo, 1951: exemplum 390).

La normativa eclesiástica, lejos de respetarse, era continuamente ignorada. Hombre y mujer eran partícipes de estas faltas. Sin embargo, es la parte femenina la única sancionada a la hora del castigo. El exemplum Nº 96 habla de una mujer que, luego de mantener relaciones sexuales con su esposo la noche anterior, fue a la iglesia a orar y se acercó a las reliquias de San Sebastián; los castigos no tardaron en exteriorizarse: primero el diablo entró en ella, luego una legión de demonios, y al preguntarse la causa de esto se dijo "que por la suciedad que fiziera con su marido en la noche pasada". Probablemente el escarmiento fuera por la actitud lujuriosa con la que se hubieron unido, por el disfrute del acto sexual en sí mismo, o bien, por acercarse a un lugar santo luego de la consumación pecaminosa.

La conducta ideal de la mujer dentro del matrimonio era: obedecer a Dios y al marido, criar y educar a los hijos, curarlos en los momentos de enfermedad, ser honesta y devota de la iglesia y del marido en su casa, gobernar el hogar y permanecer en él sin malas compañías, ser humilde y sobria, asistir a misa con el marido, ser casta y mantenerse alejada de la voluptuosidad y la lujuria17. En los exempla se busca adoctrinar a la mujer en este camino, pero a través de casos que han salido de estas normas. Son excepcionales los eventos que la presentan siguiendo las consignas planteadas en la teoría.

Por ejemplo, el caso que narra acerca de una reina que fue escuchada por su esposo y siguió el consejo que ella le dio: tras no haber podido destruir a su enemigo, ella recomendó un cambio de actitud para con aquél y así ganarse su amistad (Libro de los exemplos por a.b.c., 1961:exemplum 302). Aquí se admite de la mujer la sensatez y la inteligencia para afrontar situaciones difíciles de resolver, junto a una generosidad de carácter al invitar a su esposo a perdonar al contrario. También comprobamos el comportamiento femenino positivo en un buen matrimonio, con la comunicación entre los cónyuges en forma igualitaria. Por sus buenas obras, la mujer puede acceder a la gloria divina, así lo garantizan los versos, tanto el latino como el castellano del cuento anterior diciendo: "La mugier graciosa mucho es de alabar, ca por bondad puede gloria alcançar", citando uno sólo de ellos.

La desobediencia femenina, es uno de los aspectos negativos de su carácter. El marido había ordenado a su esposa no acceder a un horno en su ausencia, ella entró al lugar, y en castigo, se le cayó una pared encima y quedó postrada. En una posición más analítica, reconoce no sólo la obstinación femenina sino también otro defecto que la hace caer en la tentación: la curiosidad (Libro de los exemplos por a.b.c., 1961:exemplum 307)18. El cónyuge, en su condición de hombre, tenía que mantener a su esposa bajo su mando, y ella, por su inferioridad, le debía obediencia y sumisión.

La introducción doctrinal referida al tema del adulterio en el Espéculo de los Legos, es vista desde dos perspectivas de acuerdo a las definiciones que se dan: "es ayuntamiento non convenible con muger casada", y "es quebrantamiento de lecho ageno"; es decir que tanto puede ser infidelidad masculina como femenina. Al producirse el hecho adulterino, se viola la ley de Dios, y por lo tanto la persona infiel perderá el alma; se quiebra la fe siendo un traidor; se comete robo, cuya pena es el ahorcamiento; y puede ocasionar el nacimiento de un hijo ajeno, que deberá encarcelamiento eterno debido a la gravedad que esto reviste.

Los mejores ejemplos del engaño femenino están en el Libro de los exemplos por a.b.c. Los versos introductorios al e xemplum Nº 303 dicen en la versión latina: "Mulier maliciam nemo adiscere potest"; y en la castellana "La malicia de las mugieres non podría aprender ombre del mundo nin sus obras saber" Una intensa intriga despliega las argucias malintencionadas de una mujer que, luego de casada con un joven que había sido previamente aconsejado por su maestro acerca de aquéllas, lo engaña con un amante cuando él va a trabajar. El descubrimiento de la situación, provocó la ira de la mujer y un desenlace inesperado en el que el hombre quedó como culpable.

Caer en manos de una mujer enamoradiza era una de las peores cosas que pudiera ocurrirle a un marido. El daño podía ser irreparable, ya que no sólo se afectaba la honra masculina sino también la familiar. El honor del hombre descansaba en los valores de lealtad, honestidad, cumplimiento de la palabra empeñada, y también en el comportamiento femenino: su integridad y fidelidad. Con todo, hay autores que postulan que los casamientos arreglados y sin amor, fueron causales que llevaron a las mujeres a tomar los caminos del adulterio19.

El engaño podía consistir también en quedarse con todo lo que poseía el esposo y alejarse de él físicamente. Esto ocurrió así: una esposa preparó una bebida con yuyos a su marido y dormido, lo llevó a un monasterio; allí convenció a los monjes de que estaba muy enfermo y era su deseo entrar en la orden. Cuando despertó a la mañana siguiente, no entendió nada; pero ella lo convenció de obedecer el nuevo estado en el que había ingresado la noche anterior. Finalmente él se quedó en el monasterio y ella con todos sus bienes (Libro de los exemplos por a.b.c., 1961: exemplum 304).

Del mismo modo la situación fraudulenta aparece en un extraño suceso acaecido a un santo. Una joven que había fornicado, adjudicó la paternidad de su embarazo a San Macario; no obstante, el parto recién se produjo luego que ella hubo dicho la verdad (Espéculo, 1951:exemplum 436). Esta anécdota revela otra faceta de la vida medieval: el embarazo de la mujer soltera.

Si continuamos en esta vertiente de la infidelidad femenina, el mayor peligro era el nacimiento de hijos que no fueran del marido; no solamente constaba el pecado cometido y la traición materna, sino también el linaje, el mecanismo de las herencias y el honor masculino, fijado únicamente de acuerdo al comportamiento femenino. Los hijos del matrimonio eran muy esperados, mayormente teniendo en cuenta el alto índice de mortalidad infantil que existía. Representaban la continuidad de la familia y los herederos de la fortuna, el apellido y la honra. Eran, en fin, el resultado deseable de toda unión matrimonial.

El Espéculo de los Legos incorpora estas consecuencias de las uniones carnales ilícitas, comentando su autor que los nacidos fuera de la costumbre son: "testigos de maldat delante de los padres". El peligro era que la mujer adúltera hacía entrar a su hijo ilegítimo a la casa, y su marido lo educa como si fuera propio, dejándole incluso la herencia que tendría que ser solamente para los propios (Espéculo, 1951,exemplum 28).

Los castigos recibidos por las mujeres pecadoras, se condicen con la gravedad del pecado. Ni siquiera todas las oraciones que se puedan decir por el alma de aquellas, las salvará del juicio final que presidirá Dios en persona. Un ejemplo propone a un sacerdote que había rezado por su madre muerta durante siete años, y ella se apareció para decirle que no lo haga más pues, por no haber confesado su pecado de adulterio, sus oraciones no la ayudarían (Espéculo, 1951:exemplum 27).

Las mujeres en su rol de madres, debían criar y educar a sus hijos e hijas. En tanto las niñas en un futuro contraerán matrimonio, sus progenitoras son las responsables de su comportamiento posterior. Cabe diferenciar las madres que enseñan la buena senda de las que incitan al engaño. Antes de casarse, un joven pide consejo a un filósofo sobre las cualidades que debe tener la futura esposa. Éste le contesta que: "tomasse por muger que oviera madre e avuela castas, ca bien pensava que sería la fija commo fuera la madre" (Libro de los exemplos por a.b.c., 1961:exemplum (386):336)20, confirmando la idea de que la educación doméstica era fundamental. La instrucción debía comenzar en el momento del nacimiento, criándola la misma madre, y evitando el cuidado de un ama. Luego, la religión y las buenas costumbres ocupaban el lugar fundamental: aprender a rezar las oraciones; hablar correctamente, poco y con personas conocidas, no decir mentiras ni reir fuerte, no jugar fuera de la casa ni en compañía de niños. Las labores de la casa y la organización del hogar eran imprescindibles para su futuro como señora.

En el Espéculo de los legos, se instruye esto por la vía negativa, es decir, presentando las consecuencias del actuar indebidamente. Un hombre tenía un gato hermoso que andaba siempre suelto por todos lados, su vecino le recomendó que le corte las orejas y le queme la piel para que se tranquilice. El redactor sugirió que el gato se parecía a una mujer, y que el afectar su apariencia exterior la induciría a quedarse en casa. A lo que se añade:

"E así deven fazer las buenas madres a sus fijas, que si las ven ser andariegas les deven quitar las aposturas de la cabeça e del cuerpo, porque les son ençendimiento para pecar" (Espéculo,1951:exemplum 356).

Las malas enseñanzas podían conjugarse con otro factor que, posiblemente, agravarían la situación, como es la participación de mujeres de cierta edad. Mostradas generalmente como sabedoras de numerosas artimañas, volveremos sobre ellas más adelante. En tanto, el exemplum que instruye esta situación trata de un marido que salió de viaje, encargando el cuidado de su esposa a su suegra. La joven casada estaba enamorada de otro hombre y la madre aprovechó para invitarlo a comer en su ausencia. El dueño de casa llega imprevistamente, y el enamorado debe ser escondido; para salir del mal paso, la suegra muestra al esposo una sábana recién cosida dejándola extendida el tiempo necesario como para que el otro escape de la casa (Libro de los exemplos por a.b.c.:100-101). En el encubrimiento y la preparación del engaño por parte de la madre, queda evidenciado que no ha educado convenientemente a su hija. Aquí se aplica la enseñanza dada por el filósofo del ejemplo anterior.

Las mujeres concubinas de sacerdotes constituye otra elección de vida. El concubinato era, para las mujeres, otra de las posibilidades que tenían de mantenerse económicamente y conformar una familia, en el caso de que no hubiesen podido casarse. Para los hombres, la mentalidad de la época lo permitía, y los hechos demuestran que esta práctica era muy extendida. Ello no significaba que, a la hora de educar a los fieles cristianos, se lo aprobara o se lo pasara por alto. El capellán de una iglesia tuvo una visión a este respecto, era un oso que comía una pelota, en cuyo frente se veía un rostro que semejaba la concubina del sacerdote. Asustado, regresó con el clérigo y le contó lo acaecido, y aquél respondió: "Cierto falso es que aquí yaze", corroborando su muerte en aquel momento (Espéculo, 1951:exemplum 119).

Las mujeres viudas son poco mencionadas en nuestras fuentes. La viudez era un estado que podía beneficiar a las que ostentaban una buena situación social . Interesante es el artículo escrito por Isabel Beceiro Pita21, donde describe la situación jurídica de la mujer y la contrasta con su realidad en el período bajomedieval hispano. Se destacan las ideas de que en determinadas circunstancias, estas nobles quedaban a cargo del señorío, haciendo uso del mismo poder que el de su esposo; o bien que podían realizar transacciones comerciales, como compras y ventas de tierras; o participar en la fundación de mayorazgos o en la herencia. La situación era muy distinta si la viuda pertenecía a las clases bajas, ya que, junto con el marido, se iban las posibilidades de manutención económica. En muchos casos, los últimos años de vida se pasaban en la pobreza y la soledad, si no en un convento como paliativo.

Un exemplum, relacionado con la castidad y la honestidad, muestra a una mujer viuda que decidió no volver a casarse por dos razones: o debía tener un marido bueno como el primero, temiendo a cada momento perderlo, o bien sufriría sin sentido si encontraba uno malo (Libro de los exemplos por a.b.c., 1961:exemplum 368-2). La muerte del esposo liberaba a la mujer del yugo masculino, y de sus reprensiones, por lo que, en ocasiones, se consideraba la idea de conservar el nuevo estado.

Desde otro punto de vista, estaban aquellas mujeres asociadas al pecado por la elección de vida que hicieron. Nos referimos a las bailarinas, las alcahuetas y las prostitutas.

En la juventud, el sexo femenino se ve influenciado por las atracciones mundanas, como es el caso de las Dançaderas. Al inicio del capítulo del mismo nombre, no se da una conceptualización de las mismas, sí se aclara que su actividad es contraria a tres leyes según diferentes Padres Cristianos: la divina, porque quebrantan los días de fiesta y, por lo tanto, la gloria de Dios; ofenden la memoria de los santos, por lo que no se rezará por ellas, y mejor que danzar y cantar es trabajar. La ley natural, ya que estas mujeres están alegres cuando deberían llorar, porque la tierra es el lugar en el que nos puso Dios para sufrir, reflejado esto en el gemido del bebé recién nacido. Y la tercera ley violada es la humana, porque engañan al prójimo de tres modos: primero por el "tannimiento" ya que estas bailarinas son como el alacrán, de frente muestra su cara alegre pero por detrás hiere con la cola con un veneno mortal, y el tocar las manos de aquellas encadena; segundo por su canto, que San Agustín asimila con el de las sirenas: atraen con su dulce voz y cuando tienen a los marineros cerca, los matan; tercero por su engaño, similar al que ejerce el basilisco, que con solo una mirada mata a su presa (Espéculo, 1951:88-89).

La idea de la mujer danzarina se conecta con la de la mujer lujuriosa cuando busca al hombre desde el punto de vista sexual, ya que nuevamente se enfatiza el peligro de mirarlas y conversar con ellas, la culpabilidad que tienen los padres de que los hijos gusten de estos atractivos terrenales y el cuidado que se debe tener para con los jóvenes22.

El castigo que merece quien ejerce esta actividad es el infierno, y allí, el sufrimiento consiguiente o bien la purificación del alma en las torturas del Purgatorio. Una mujer que apareció luego de su muerte a un amante, confesó "que era rebuelta en el fuego del infierno e que era penada de grave tormento por las buellas que dava en los coros de las danças" (Espéculo,1951:exemplum 134).

En la sentencia del exemplum 132 se dice que el baile golpea las puertas de la casa del diablo que está debajo de la tierra; estas personas van por el mal camino, por el de la siniestra, y Dios conoce y juzga a cada cual de acuerdo a la vida que ha tenido. Si entre las integrantes de un coro hay alguna muchacha honesta, la intercesión de la Virgen María se hará presente para salvarla e invitarla a compartir su propia compañía junto a sus doncellas y vírgenes (Espéculo, 1951:exemplum 133).

Por sus características lujuriosas, las dançaderas, enlazan con las prostitutas, de las cuales, como malas mujeres que incitan al pecado, se deben huir. San Panibo en Alejandría, cuando vió a una mujer pública, lloró por dos cosas: por la perdición de aquella, y porque él no ponía tanto empeño por complacer a Dios como ella a los hombres (Espéculo,1951:exemplum 425).

La prostitución23 era otra opción para evitar la pobreza. En algunos casos, la imposibilidad paterna de dotar a su hija para casarla, llevaba a que ellos mismos las indujeran a este camino24, aunque la orfandad familiar y las violaciones callejeras también podía hacerlo. Era muy extendida en la ciudad, donde había una legislación que la regía y organizaba a través de los prostíbulos públicos. Las justificaciones en el siglo XIV para su existencia, parten desde los mismos ámbitos eclesiásticos, que veían en la prostitución el lugar que ponía orden a las pasiones jóvenes. Destinada a los solteros, evitaba los ataques a mujeres en las calles, fomentándose la idea de que esta unión efímera era un pecado venial. Posteriormente, esto cambió y los religiosos invirtieron sus discursos en pos de un fuerte antifeminismo.

Los monjes que seguían los preceptos de la abstinencia, sentían en carne propia los acicates de la pasión durante los acercamientos a las mujeres. Éstas, provocaban e incitaban sin quererlo, o bien, con toda intencionalidad, como este episodio. Una prostituta pide asilo en la casa de un ermitaño; a éste le viene una tentación tan grande que, probando como era el fuego del infierno, quema uno a uno sus dedos con el fuego de una vela (Libro de los exemplos por a.b.c., 1961:exemplum 254).

El capítulo denominado De las alcahuetas, define a las viejas experimentadas y mediadoras en los amores entre hombres y mujeres. Al definirlas se dice que "es movedora a luxuria", "son mercaderas de las almas", "son apartadoras de la lealtad matrimonial", continuamente relacionadas con las artes diabólicas que se encontrarían detrás de sus actividades. El diablo incita a pecar de lujuria a las jóvenes, y detrás de las prostitutas trabaja para arrebatar las almas de los varones. No obstante, las alcahuetas lo superan en el uso de la lengua, "la lengua terçera de la muger derribó a los fuertes", incluso el infierno sería menos malo que su habla.

En la Baja Edad Media, estas mujeres estaban relacionadas con la prostitución, ya que en algunos casos eran las meretrices que regenteaban el prostíbulo. Era una actividad eminentemente femenina, y los grados en su profesión eran numerosos: algunas mediaban en citas amorosas, otras proporcionaban las chicas, otras trabajaban para una clientela política. Su descripción característica contiene elementos de fealdad, tanto por la apariencia externa como la de su alma.25

Las reconocemos urdiendo trampas a una mujer casta para que caiga en tentación con un joven que se había enamorado de ella. El argumento para ayudarlo es que ella era como el médico que le pondría remedio a su mal. Así, consiguió mediante engaños, como el presentarse disfrazada de monja, que la señora aceptara al muchacho como amante (Libro de los exemplos por a.b.c., 1961: exemplum (234), p.235).

El diablo busca sus servicios, admitiendo que sus fraudes son más eficaces que los de él. La frase castellana dice "Peor que diablo es mala vieja, su aguijón más daña que de abeja", y seguidamente la descripción se centra en la intención diabólica de separar a una pareja casada hacía treinta años, y no lográndolo, pidió a una vieja el favor a cambio de una bolsa llena de dinero. Las tretas apoyadas en introducir sospechas y engaños por medio de la lengua, ocasionaron el daño buscado. En el Libro de los exemplos por a.b.c., el relato (370) cuenta que la pareja se reconcilia luego de hablar con la verdad, en el Nº 463 del Espéculo termina con el asesinato de la mujer por el marido como efecto del engaño.

Sintetizando, los embustes consistieron en usar disfraces para aparentar una personalidad diferente de la real; en presentarse a sí misma como un médico que cura males, en el caso citado, mal de amores; en conocer hierbas que ocasionan dolores; hacer creer que la situación de la víctima es igual a otra que tuvo resultados nefastos; también resulta sorprendente el manejo tramposo de sus diálogos, con el que llega a crear confusiones entre personas que se quieren, y lleguen a pelearse o bien convencer para que alguien haga lo que ella desea.

La temática que sigue amplía situaciones experimentadas por todas las mujeres. Son dos capítulos del Espéculo que están relacionados: el capítulo LXIIII, Del apostamiento del cuerpo, y el capítulo LXXV, De la fermosura. Ambos tratan del embellecimiento del cuerpo para llamar la atención. El primero de ellos hace referencia a que el hombre es un animal limpio que no debe hacerse soberbio por ello; que la vestimenta no es más que una necesidad, y que por lo tanto no vista ropa cara26. Hay maneras para refrenar el excesivo adorno: primero, pensar cómo fue nuestra entrada a este mundo, sin vestidos ni riquezas27 ; segundo, el pensamiento de que en este mundo solamente estamos de paso, como peregrinos a los que luego deviene la muerte28 ; tercero, porque sin ropas saldremos de este mundo y nuestro cuerpo se pudrirá igual al de todos29. En particular las mujeres, se arreglan fundamentalmente tres partes del cuerpo: la cabeza, el vientre y los pies. No muestran mesura ni verguenza en arreglar el cabello, no atienden a obras del corazón sino que andan con joyas y piedras preciosas, se maquillan el rostro mostrando imágenes falsas, y:

"por tales artes non són de contar entre las virgines, mas entre las ovejas sarnosas e enfermas e que deven ser apartadas de la santa grey de la pura virginidad, porque non se encone con las otras en la tal suciedad"30

En el vientre se supone que está la humildad y la humillación, y los pies no deben cubrirse con estolas, que arrastran y pertenecen al polvo31. Se suponía que las mujeres debían mantenerse, como hemos dicho, puras y castas, que se contradice con la preocupación que tenían por la apariencia física. La Iglesia y la sociedad se encargaron de criticarlas sobremanera32.

La posterior introducción doctrinal define la hermosura como "Ymagen de poco tiempo e flor seca e bienandança carnal e cobdiçia umanal". No debe desearse porque es falsa por tres razones: es vana y pasajera, como una flor que en la mañana nace, en la noche muere y posteriormente se seca, aludiendo a las edades de la soltería, la vejez y la muerte33 ; es falsa y engañosa, aludiendo a la naturaleza femenina; es un don sospechoso, ya que lo tienen las mujeres que luego de atraer al hombre lo matan34; y es digna de desprecio ya que si no es bien regida engendra la maldición divina, según Job. Se agrega que la locura y la belleza se unen, surgiendo la lujuria y la soberbia35.

De los ocho exempla desarrollados para el primero de los capítulos, seis corresponden a mujeres: la prostituta cuyas vestimentas mostraban su preocupación por seducir a los hombres y su alma mundana, ya fue mencionado en la nota 82, enseñando San Agustín lo hermoso de las buenas costumbres. Hasta un diablo fue causa de risa para otro, cuando cayó del vestido de una dama que lo levantó para cruzar el lodo36.

Los castigos recibidos por este pecado pueden darse en tierra como en el otro mundo, así lo demuestran los siguientes ejemplos. Un diablo con forma de araña se posó sobre la cabeza de una señora vanidosa a modo de castigo; ella cayó al suelo como si estuviese realmente muerta y el arácnido la soltó cuando un cura le puso delante el Santo Sacramento. En París, una mujer vieja llevaba una peluca y joyas que le fueron sacadas por una mona37 durante una procesión, quedando expuesta en forma deshonrosa. Los tormentos sufridos por una persona que se preocupaba por su apariencia, estaban en directa proporción con las riquezas y adornos lucidos. Esto lo atestiguan una condesa, que desde el infierno dijo que no tendría esa tortura si hubiera sido casta y limosnera; y la madre de un clérigo, cuyo hijo no pudo salvarla ni con muchos años de oración38.

Los relatos presentes en el capítulo de la hermosura tienen una finalidad distinta: los protagonistas, que tienen este atributo, le desconfían, ya que lleva en sí la ocasión de tentar a quienes los miran. Dos mujeres y un joven renuncian a ella encerrándose en un sepulcro, o bien llagándose la cara39.

El propósito final es el de lograr que la mujer sea austera en el vestir; sin embargo no podemos dejar de rescatar la influencia de la educación de la madre para que la hija aprenda a hacerlo. Una cita de Plinio explica que la raíz de una planta vive y es provechosa si está escondida, pero si es descubierta muere; y confirmando la analogía se dice: "Afirma la guarda sobre la fija lujuriosa porque non te ponga en denuesto a tus enemigos".40

La Virgen María y su influencia en la vida cotidiana

La imagen de la Virgen María emerge como la de una mujer común en algunos momentos, y como la de una mujer extraordinaria en otros. Resulta ser una amiga y esposa fiel y comprensiva, benévola con sus devotos, apoyo permanente a sus fieles y su salvadora, capitana de ejércitos y abogada en dos ocasiones: ante los demás en la tierra y ante Dios en el cielo.

Se pronuncia como "amiga y esposa" fiel cuando un joven rico, heredero de una gran fortuna y gran devoto de la Virgen, es obligado a contraer matrimonio. María le reprochó su decisión, ya que se sentía abandonada, hasta que finalmente el muchacho ingresó en un monasterio para dedicarle su vida. Sin duda, celos de esposa espiritual se reflejan en este texto, que no cesaron hasta que el joven no cambió el rumbo de su vida41.

Es sumamente comprensiva cuando sus seguidores no pueden ofrecer sus oraciones o misas según lo acostumbrado. Así, se le apareció en sueños a una señora que no pudo asistir a misa y allí presenció una misa celestial, colmada de ángeles, vírgenes, mancebos y hasta de Jesús como sacerdote. A veces, las obligaciones cotidianas, las enfermedades, el cansancio, obligan a modificar las actividades planeadas por el hombre. La Virgen, madre cariñosa y atenta a nuestros quehaceres, entiende y tranquiliza. Esto le sucedió a un monje que todos los días le rezaba un sinnúmero de avemarías. El día que no pudo cumplir su rito, la Virgen se le apareció para tranquilizarlo y decirle que con su sola voluntad alcanzaba. O bien, cuando es la enfermedad la causante de inconvenientes, actúa milagrosamente curando el mal, tal como hizo con el sacerdote del exemplum Nº 371 del Espéculo de los legos. Asimismo, lleva consuelo a los creyentes que le piden una demostración de su atención: cierta vez se presentó a un fiel con una vestimenta incompleta, y lo alentó para que con sus oraciones termine de "coserla". En Grecia, una imagen suya se hallaba cubierta con un velo, y solamente se descubría ante los pecadores que le iban a rezar42. En este camino, la Virgen convoca a seguirle, a rezarle, a invocarla, y en compensación brinda cuidados y observa cariñosamente cada una de las situaciones personales.

El enfrentamiento entre el bien y el mal fue una constante en el mundo y la conciencia medieval, y se representó como una persistente lucha entre Dios y Satanás en la tierra. Esta pareja domina y explica a los ojos de los hombres, todos los acontecimientos. La humanidad se siente solicitada por estos dos poderes, cuyo resultado se verá en el Juicio Final43. La función salvadora de María la obligó a batallar en esta contienda universal, en diferentes ámbitos a favor del Señor y sus seguidores. Las fábulas que versaban sobre este tópico tenía vetas asombrosas: cierto pintor creó dos cuadros; en uno se reflejaba la magnitud de la belleza mariana, en el otro la fealdad sin par del diablo. Éste, agraviado en su ser, intentó derribar la imagen de la Virgen y le reprochó al artista el arte que lo denigraba. En sueños de pecadores arrepentidos se hace carne y perdona las faltas, restituyéndoles su confianza y devolviéndoles la fe. Son varios los casos como éstos, donde por un motivo determinado, las personas caen en las trampas del diablo, como el del siguiente administrador de los bienes de una catedral que perdió su trabajo y para recuperarlo, por consejo de un judío, niega a la Virgen y a su Hijo44.

Los ángeles lidiaban en cercanía de los hombres contra los diablos que instaban a pecar al hombre. Éstos, eternos compañeros del Maléfico, estaban en todas partes a la caza de la pecadores. Cierta noche, se disputaron el alma de un monje fornicador en las orillas de un río; la Virgen definió el enfrentamiento con el consabido final, reviviendo el hermano en Cristo para corregir su vida en una nueva oportunidad45. Un religioso creyente de la Madre de Misericordia, fue acusado falsamente junto a la esposa de un caballero de adulterio; la Virgen se hizo presente para espantar a los demonios que estaban aprovechando la situación y aclarar, ante el esposo herido, la verdad46.

El Avemaría era la oración por excelencia; se la repetía muchas veces, acompañada de genuflexiones o postraciones, hasta que finalmente se sistematizó en el rosario. Las mujeres adoptaron el rezo fervientemente, como refleja la historia de un caballero que había perdido todos sus bienes. Para recuperarlos hizo un trato con el diablo, "un cavallero muy espantosso". Llegado el tiempo, Lucifer pidió fuese acompañado de su esposa a un lugar cercano. La mujer aceptó, pero el temor la indujo a entrar en una iglesia y encomendarse a Maria, ésta acudió enseguida y tomó su forma. Cuando el demonio la vió al lado del esposo, la reconoció rápidamente, y se alejó reprochándole a gritos que su presencia era para atormentarlo47.

El vocabulario retoma palabras y expresiones de la época, como la humildad y el sometimiento de la mujer a las decisiones del cónyuge, y la actitud de reconocimiento de la jerarquía espiritual cuando al final del episodio, aquél se arrodilló frente a María. Este relato está en las dos fuentes, y las diferencias son llamativas porque en el Libro de los exemplos se describe mejor al diablo, es anunciado junto al esposo como caballeros, las riquezas otorgadas fueron oro y plata, y con las cuales se compraron palacios, heredades, y siervos. Todas estas cuestiones, no aclaradas en el Espéculo, sin duda son rasgos de la idiosincrasia española y medieval.

En otro evento, la sola invocación del nombre de la Madre de Cristo alcanza para que el tormento del diablo se acabe y huya: "commo si fuera ferido en la fruent con algund martillo"48.

En menor medida, la Virgen ayuda a los ejércitos. Las súplicas tenían como intención pedir auxilio y obtener un resultado positivo en una batalla. Un relato extraído de la Crónica de los Franceses, muestra la ayuda prodigada por la Reina de Reinas al bando de un tal Balduino. Sin embargo, la matanza fue tal que María cambió de opinión y dejó a los ejércitos enfrentarse con igualdad de posibilidades. La sentencia alude a la misericordia de ella por el enemigo49. Cierta vez, los moros cercaron la ciudad de Constantinopla, y luego que sus habitantes rogaran ayuda a la Virgen, ella impidió el ataque al dejarlos hambrientos y sedientos50.

María ejerce sus labores como abogada justiciera favoreciendo a los pecadores penitentes. Los exempla que mencionan esta actividad, se muestran ambientados como un proceso jurídico real; incluso en el 364 del Espéculo, en el juicio a un clérigo lujurioso, había una balanza donde se pesaban las obras buenas y las obras malas a modo de cartas, y la Virgen intercedió quitando la carta de los pecados y devolviendo el cuerpo al eclesiástico para que en tierra encamine su vida.

En estos hechos, los pecadores son "robados en espíritu", es decir, que se simula que les ha llegado la hora de presentarse ante Dios, y luego, María se inmiscuye cambiando el hado hacia una vida mejor. Los pecados, como ya se vió, son una carga pesada y "agraviante". El diablo en persona defiende para sí el alma que considera le pertenece. El siguiente caso es revelador: a juicio se presentan todas las partes: el diablo, el pecador, Jesucristo como juez, y los defensores, entre ellos María. El diablo dice que tiene una carta donde acredita que el acusado le pertenece, aduciendo que el mismo Dios pronunció ante los primeros humanos las palabras "En cualquier ora que comieredes, moriredes", con lo que alude a que la ocasión de pecado llevará a la perdición del alma, agregando que este hombre es suyo porque ya su causa prescribió después de treinta años a su servicio, y además porque poco fue el bien que hizo. Como el difamado no contestara se presentaron para hacerlo en su nombre dos vírgenes: una llamada Verdad y la otra Justicia, ambas como defensoras, y le aconsejaron que hablase con la Virgen María, sentada a la diestra de su Hijo. Ella, haciendo uso de su inmensa misericordia, apoyó su mano en la balanza del lado bueno, entablando una batalla que ganó contra el diablo que se esforzaba en hacer lo mismo pero del lado contrario. Finalmente, fue enviado el hombre a la tierra para que enmendase su vida. El tono humorístico enseña el camino de vida que debe tomarse para no llegar a situaciones límites de las cuales no se sabe si se saldrá bien librado.

Encontramos en las fuentes otros milagros, donde María actúa también como justiciera. Aclara malentendidos en el Libro de los exemplos por a.b.c., cuando el relato 273 presenta a Juan Damasceno, un monje atrapado por los moros en tiempos de Teodosio51. Debido a sus sensibles cualidades, su capturador lo dejaba andar libremente por el palacio, y no pasaba una hora sin que él le rezara a su Señora. Educó al hijo del hombre que le tenía cautivo, pero el joven lo traicionó e injustamente le fue cortada la mano. La Madre de Dios, en reconocimiento de la iniquidad de la que había sido sujeto, se le presentó en persona y se la restituyó. Inigualablemente extenso, el relato atiende sobremanera la gran devoción de Damasceno, y nos confirma la forma en la que se veneraba a María: celebrando misas, diciendo oraciones, antífonas, responsos y prosas, en los días de fiesta cantaba dulcemente, ayunaba y hacía vigilias. Indudablemente, la contemplación mariana asistía a un reforzamiento ideado por los teólogos cristianos; su práctica era seguida por los fieles en la búsqueda de la salvación eterna. La necesidad de una garantía de rescate y la efectiva ayuda en el momento de la muerte, reforzaba el papel misericordioso de la Virgen.

Cercana a los deseos de toda mujer de acceder a la maternidad, María es una madre solícita que concede este don divino. Así lo hizo cuando una mujer, esposa de un príncipe, consiguió ser madre después de numerosas súplicas. Fue protectora del niño que había nacido, a punto tal que lo amparó de ser devorado por el mar, adonde había caído durante una tormenta. Al preguntársele al pequeño como se había salvado, él confesó que, luego de rezarle a la Virgen, una Señora no había permitido que el agua lo tocara. La madre comprendió lo sucedido e interpretó que ese niño pertenecía a la Madre de las Madres y lo puso en un monasterio52.

Todavía la bondad le alcanza para ayudar a aquellos pecadores que se ven incitados a caer en la tentación. A una monja que iba a ver a un joven que amaba, luego de haber rezado en el altar le impidió encontrar la cerradura de la puerta para salir53.

La demostración de que la devoción a la Virgen María lleva a la salvación de las almas es explícita en numerosos ejemplos. En el mismo lugar donde está enterrado un devoto, surge un árbol en cuyas hojas se lee "Ave María", descubriéndose que la raíz del mismo salía de la boca del cuerpo no corrupto. En otro caso, un lirio brotó de los restos de un caballero analfabeto, cuyas hojas estaban escritas con las mismas palabras en letras de oro. En similar situación se halló una joven que rezaba el rosario cada día contando con sus dedos los Ave María; ya muerta, se apareció a su ama de crianza para enseñarle los dedos que brillaban como piedras preciosas54. La transición hacia el rezo formal del rosario está presente en las fuentes, donde esta muchacha utiliza los dedos de sus manos para recitarlo correctamente.

Obviamente, como puede esperarse, están presentes los castigos a quienes hablan mal de la Virgen o de su Hijo, ya adelantados en la nota 48. Así le pasa a un jugador que al perder el juego renegó de María, y le salió la lengua de la boca, y murió despiadadamente sin su debida penitencia. A un marinero se le salieron los ojos por jugar a los dados y renegar de Dios y su Madre; un caballero de malas costumbres, se desangró en plena calle ante la sorpresa de la gente y murió finalmente sin confesión55. Pensando en la importancia que tiene para el hombre medieval la vida en el más allá, no debería ser mínima la influencia de estos relatos en que se daba por sentado que el próximo paso era el Infierno.

Consideraciones finales

Las connotaciones negativas y pecaminosas respecto de la mujer fueron suficientemente acreditada. Ella es confusión, bestia irrefrenable, guerra, daño y tempestad, aludiendo a la naturaleza tentadora de la mujer, y el hombre debería mantenerse alejado para no caer en el pecado.

Cuando uno ya está entre sus manos, es lazo, red, cadena, es decir ataduras difíciles de cortar. Los verbos que se asocian a estos sustantivos y que la redefinen son: enlazar, provocar la muerte, ensuciar, despojar tanto riquezas como virtudes, engañar, robar, destruir, devastar las almas, perder al hombre. La esencia que la asocia a la lujuria es el desenfreno y el deseo encendido constantemente en ella, y que aprisionan al hombre desgastándolo y vaciándolo de bienes, fama, razón y fuerzas. Semejante descripción, no dejan otra opción al alma femenina que ser desterrada al infierno.

En los acontecimientos de la vida diaria, le cabe un pequeño lugar para la dignidad cuando ella defiende su castidad, cuando aconseja a su esposo, o cuando reza y logra que el marido se salve, y así logra su propia salvación. Encontramos buenas madres enseñando a ser buenas hijas y así sucesivamente, lo que reproduciría un modelo acorde con las necesidades masculinas, lo que podría verse como un camino para la salvación del género, y que indudablemente la acerca al ejemplo mariano.

En todos los demás aspectos de la cotidianeidad, la mujer sigue representando su papel pernicioso con inflamado voluntarismo. Las bailarinas ofenden a Dios y a los santos con una alegría que deberían ocultar, violando hasta las fiestas religiosas. Partiendo de aquí, continúan el camino hacia la prostitución, complaciendo a los hombres en los placeres mundanos que indudablemente buscarían. Las esposas tienen dificultades para obedecer, mantener la castidad en el matrimonio, educar en la pureza a sus hijas, y se pueden transformar en adúlteras, para finalmente, destruir el linaje y fama del esposo. Las concubinas de los sacerdotes son los peores ejemplos, ya que se atrevieron a convivir con los siervos de Dios.

Las alcahuetas guardan los más execrables vicios de todo su linaje, pues utilizan las variadas artimañas conocidas para obtener propósitos que rayan en lo diabólico, cuando directamente no son dirigidas por él. Incitan a la lujuria, trafican con almas, dividen matrimonios, y ante quienes piden sus favores, se hacen llamar médicos que curan enfermedades. Ciertamente el manejo de las hierbas forma parte de sus conocimientos, los que además legan a sus descendientes. Su principal habilidad es el hablar, engañando a las personas peor que si fuera el diablo en persona.

No se niega de la mujer la hermosura; pero no sería pecado si evitara las importantes vestimentas, el arreglo del cabello, vientre y pies, el uso de joyería y el maquillaje. No obstante, estas mismas razones son las que la ligan a la locura y a la soberbia, y nuevamente al diablo.

La Virgen María no tiene nada que ver en este contexto. Ella es camino hacia buen puerto, luz en el camino y salvación. Los verbos que la identifican se relacionan a la bondad y la gloria divina, ya que endereza las vidas humanas, resplandece, libra de pecados y angustias, salva, ayuda, limpia, consuela, redime. Su hermosura física y espiritual le dan una dimensión sobrehumana, que sumado a la dulzura y suavidad que la distinguen, hacen al hombre y a la mujer desear el Paraíso.

Los vocablos con que se la aclama, la inscriben en los valores que deberían ser rescatados por todas las mujeres. Es Reina del mundo celestial y terrenal, llena de gloria y de misericordia, y como ejemplo es Virgen de castidad en el matrimonio y por voluntad, es Madre de Cristo y de todos los pecadores que se arrepienten, y es simplemente una Mujer cristiana al momento de pedir a su Hijo su perdón para los demás.

Para el mundo es amiga y esposa de quienes la eligen para su vida, comprensiva con sus fieles como sólo podría serlo una madre, muestra su naturaleza humana cuando se hace presente en la tierra, toma parte en las batallas libradas por los hombres, aclara malentendidos, escucha los ruegos que se le hacen e impide que caigan en tentación sus devotos.

Es de pensamiento totalmente innovador el ejercicio que hace de la abogacía, cuestión imposible de sugerirse fuera de este ámbito glorioso.

El trabajo con las fuentes ha sido enriquecedor en todo sentido, y fundamentalmente porque constituyen un resumen de todos los pensamientos que los teólogos cristianos realizaron a lo largo de la historia hasta el siglo XV; y porque conforman un espejo en el cual reflejaron, a través de la crítica, la sociedad bajomedieval en la que vivían.

Dos cosas son, a mi entender, dignas de mencionarse aquí. La primera es la oposición de los conceptos revisados que describen tanto a Eva terrenal como a María celestial, surgiendo dos subuniversos claramente opuestos 56. Podría considerarse también como una dualidad que convivía en paralelo, sin excluirse una a otra. La segunda es que María, la Madre de Dios pero a la vez Mujer, es presentada como el modelo real al que todas podían aspirar. Su sólo ejemplo ponía en evidencia que dentro del género femenino había una probabilidad de salvación porque, a través de ella, se participaba de la esencia divina. Los textos analizados se inscriben en la época en que se afirmaba la devoción mariana. Pensamos que la posibilidad abierta a través de la perfecta idealización de la Madre de Cristo, redundaría en progresos tibios, para quienes compartían el mismo género, en un momento sumamente difícil para ellas.

Notas

1 El texto editado es una síntesis de ambos manuscritos. La numeración adoptada por el editor corresponde al Manuscrito de París. Sin embargo, a veces ocurre que una división alfabética tiene más de un relato. Se colocará éste luego de un guión si correspondiera, y entre paréntesis si el cuento aparece en el manuscrito de Madrid y no en el de París, y en algunos casos, ambas numeraciones, siguiendo estas instrucciones.
2 Acerca de las problemáticas surgidas en torno a la obra, los estudios que quedan por hacer, el número exacto de cuentos, los versos, etc. consúltese Ob. Cit, Introducción, pp. 9 a 23.
3 Toda una síntesis acerca de los problemas en torno a su autor, fecha de creación, ediciones, entre otros, se pueden encontrar en Ana Gonzalez y María Luján Díaz Duckwen, 2001:1-3, a).
4 Cf. El Espéculo: XV- XVI.
5 Para saber más sobre la evolución del pensamiento medieval religioso respecto del matrimonio y la mujer léase Georges Duby, 1992.
6 En este punto es interesante notar que el Arcipreste de Hita en su Libro de Buen Amor, presenta una imagen que muestra lo que el amor provocó en su cuerpo. El sólo mirar a una mujer, sin que ésta se diera cuenta de lo que estaba ocurriendo, le arremolinó toda una serie de sentimientos similares a los presentados en nuestra fuente. La diferencia es que el Espéculo atribuye premeditación y alevosía al sexo femenino, y en el Arcipreste, la mujer no sabe lo que le ocurre al hombre. Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, 1998:155, verso 607: "El color he perdido, mis sesos ya fallecen,/ la fuerça non la tengo, mis ojos non paresçen; /si vós non me valedes, mis miembros desfallesçen./ Respondió Doña Venus: ‘Los seguidores vençen'."
7 Georges Duby, 1992: 180-181, utilizó la fuente Jeu d'Adam, fechada a fines del siglo XII.
8 El bestialismo, según Tomás de Aquino, era el peor de los pecados capitales. Era un híbrido que había surgido a partir de la imprecisa frontera entre el mundo animal y el hombre. Esta metamorfosis no era real, sin embargo, la imaginación medieval creía que los hombres actuaban como irracionales para mostrar lo mejor y lo peor que tenían en su naturaleza. Cf. Muchembled, 2002:42-44.
9 Retomaremos en esta breve síntesis la idea de Mª Isabel Pérez de Tudela (1993:621-634) , y Elizabeth A. Jonson, 2002:377-396.
10 Es sabido que la Virgen María no aparece en el antiguo Testamento. Sin embargo, le fueron aplicados nombres metafóricos de allí extraídos. Estrella de mar es uno de ellos, otros más fueron zarza ardiente, arca de la alianza, jardín cerrado, vellón, puerta, amanecer, etc. Cf. Elizabeth A. Jonson, 2002: 381.
11 Este libro de la Biblia es fundamental, ya que recoge sentimientos y angustias del pueblo judío cuando se hallaba disperso o perseguido. Ester se convierte en reina de un Estado pagano, y por medio del ayuno y la oración, logra la salvación de su comunidad. La Iglesia, alabando a María, recuerda a esta mujer, ya que ella intercede por los hombres al lado de Cristo. Resulta sugestivo leer que para el Arcipreste de Hita también fue importante, ya que en la oración introductoria del Libro de buen amor dice: "Señor, tú diste gracia a Ester la reina,/ ante el rey Asüero ovo tu graçia digna. Señor, dame tu graçia e tu merced aína,/ sácame d'esta lazería, d'esta presión". Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, 1998: 3, verso 2.
12 Cf. Jacques Le Goff, 1995: 11-13.
13 Es interesante notar lo que plantea el historiador español y medievalista José Luis Martín en siete artículos publicados en la revista La Aventura de la Historia, Nº 44-47 y 49-51. Las fuentes que utiliza son Teatro universal de proverbios, Sebastián de Orozco, texto original del siglo XVI, editado en Salamanca, 1986; y Espill o Llibre de les dones, Jaume Roig, texto del siglo XV, editado en Barcelona, 1978. También las utilizaremos en cita, en la medida que contraste o reafirme las fuentes trabajadas.
14 Cf. Lea Otis Cour, 2000.
15 Para profundizar en esta temática y su enraizamiento dentro del pensamiento eclesiástico, Cf. Peter Brown, 2000: 443-459.
16 Corrobórese las condiciones de este animal en Nilda Guglielmi, (1971:60), o bien cómo se relaciona al mismo con los usureros medievales en María Luján Díaz Duckwen y Ana Gonzalez, El usurero: un oficio censurado según el Espéculo de los legos, (2001:6).
17 Todos estos ideales se ven plasmados en el Libre de los dones, del siglo XIV, de la siguiente manera: "La mujer que es aliñosa / es un pedazo de oro / y es una joya preciosa / mina rica y valiosa / que da de sí un gran tesoro. / Y no es menos conservar / que haberlo el hombre ganado / porque el marido en ganar / y la mujer con guardar / hacen casa con sobrado. / Y mucho va en la mujer / ser perdida o aplicada / para haberse de perder / o para se enriquecer / haciendo mucho de nada. / Así que esto es lo que suena / este refrán ordinario / que dice: ‘la mujer buena / de casa vacía hace llena / y la ruin por el contrario'". Y respecto a la mujer y su permanencia en la casa dice: "Tres veces sola pasar / debe la mujer la puerta: a cristianar y a velar / y finalmente a enterrar / cuando ya la hallen muerta. / No para andar demandada / sino honesta y encerrada / con su marido se casa / y así la mujer en casa / diz que la pierna quebrada"( Martín, José Luis, 2000 d: 100-101).
18 El refranero dice: "Adonde la cosa anda / derecha, como ha de ser, / la mujer que no se desmanda / y el marido es el que manda / y de ella es obedecer. Más, si ella es varonil /y `´el es un desventurado / entonces en casa del vil / la mujer es alguacil /y se hace su mandado" ( Martín, José Luis, 2000 a: 92).
19 Para saber más de estos temas y otros referidos a la mujer y el matrimonio, cf María del Carmen Carlé, 1988; María del Carmen Carlé, 1980, 115-175; Ricardo Córdoba de La Llave, 1993:II, 105-126; María Teresa López Beltrán, 1993, 145-161; Reyna Pastor, 1986, 187-214.
20 Incluso la frase latina confirma el texto y la enseñanza con las siguientes palabras: ·"Uxor est eligenda cuius mater fuit pudica".
21 Isabel Beceiro Pita, 1986: 289-313; otro texto que puede ser tenido en cuenta para este tema es el de Nilda Gulielmi, 1988: 157-171.
22 Espéculo, conforme a las palabras del Eclesiástico y el Libro de los Jueces, p. 89.
23 Para interiorizarse sobre estos temas y el de las alcahuetas proponemos: Jacques Rossiaud, (1986); Jacques Rossiaud (1984: 171- 206); Rafael Narbona Vizcaíno, ( 1992); Angelina Puig Valls y Nuria Tsuset Zamora, (1986: 273-288).
24 Este es el caso que se presenta en el Rimado de Palacio de Pero López de Ayala: "Tres hijas había / hermosas, pero pobres; casar no las podía /ni él se mantener, por lo cual comedía / hacer una cosa muy fea y baldía. // Pensaba el buen hombre así se mantener: / poner aquellas hijas a sus cuerpos vender / e de lo que así ganasen, de aquel mal haber, / a sí mismo y a ellas su vida componer... // Supo aquel hecho un muy santo varón, / Nicolás llamado, y tomó la intención / de librar a las vírgenes de mala perdición. // Tomó de oro una pella asaz de gran cuantía /y por una finestra do el pobre hombre vivía / echóla dentro en su casa, e del son que hacía, / despertó el cuitado y halló alegría. // Casó luego con ella la su hija mayor..." ( Martín, José Luis, 2000 b: 84).
25 El Arcipreste de Hita nos da una buena descripción de la alcahueta que lo asistió en sus amores: "Busqué Trotaconventos qual me mandó el Amor , / de todas las maestras escogí la mejor /... Fallé una tal vieja qual avía mester, [...como yo necesitaba] /artera e maestra e de mucho saber; /... Era vieja buhona [buhonera] d'éstas que venden joyas: / éstas echan el laço, éstas cavan las foyas [cavan los hoyos para trampas]; / non ay tales maestras como estas viejas troyas, / éstas dan la maçada: si as orejas, oyas [éstas dan el golpe, vencen]. Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, 1998:173, versos 697, 698, 699. Entre corchetes escribo en castellano adecuado a nuestra época, también extraído del texto citado.
26 Espéculo, de acuerdo a Séneca, San Jerónimo y San Agustín, p. 322.
27 Espéculo, según Job y Séneca.
28 Espéculo, conforme los dichos del Salmista y Séneca.
29 Espéculo, a juzgar por los dichos de Ezequiel y San Bernardo.
30 Espéculo, conforme lo dicho por el Apóstol, la Glosa y San Cibrián, p. 323.
31 Espéculo, como lo presenta Miqueas y San Lucas.
32 El refranero perdura en la actualidad así: "Por mucho que la mujer / se componga siendo fea / no deja de parecer / la misma que suele ser / aunque se viste y arrea. / No es posible que uno pueda / dejar lo que Dios le ha dado / porque vestida de seda /la mona, mona se queda / aunque fuese de brocado" ( Martín, José Luis, 2000 c: 74-75).
33 Espéculo, con arreglo a los dichos de Santiago, p. 379.
34 Espéculo, según y conforme a los Proverbios, San Jerónimo y el exemplum de la pantera y el tigre, que por hermosas atraen a los demás animales para luego matarlos.
35 Espéculo, según y como lo dicen Proverbios y Ezequiel respectivamente, p. 380.
36 Espéculo, exemplum Nº 426.
37 El simio asume el papel del diablo. Cf Nilda Guglielmi, Ob. Cit. pp. 65/6.
38 Espéculo, Exempla Nº 429, 431, 430 y 432 respectivamente. El refranero reza el verso: "La mujer vana procura / para mayor liviandad /en la gala y hermosura, / en trajes y compostura / poner su felicidad. / Nunca piensan en otra cosa / sino en galas y en afeites, / y en aquesto es muy curiosa / por parecer hermosa / y provocar a deleites... / Luego muestra ser liviana / la que en esto el tiempo emplea, / porque la moza galana / diz que es calabaza vana / la cual el viento menea" ( Martín, José Luis, 2000 c: 74).
39 Espéculo, e xempla Nº 482, 483 y 484.
40 Espéculo, exemplum Nº 356, según el capítulo XLII del Eclesiástico.
41 Libro..., e xemplum Nº 271.
42 Libro..., exemplum Nº 265, 277, 276 y 262 respectivamente.
43 Jacques Le Goff, La civilización del Occidente medieval, Paidos, Buenos Aires, 1999, pp. 138/9.
44 Libro..., e xemplum Nº 263 y 261.
45 Espéculo Nº 369 (similar al Nº 267 del Libro ...)
46 Espéculo, e xemplum Nº 372.
47 Espéculo, exemplum Nº 374. El mismo cuento está en la otra fuente, en el Nº 268.
48 Espéculo, Nº 370.
49 Espéculo, e xemplum Nº 373.
50 Libro, exemplum Nº 275.
51 En este caso, recurrir a la historia del Imperio Romano, serviría para reforzar la trayectoria de la ayuda mariana en la tierra. Sin duda, su devoción antes del siglo XII era menor. Se la veía dentro de la historia de la salvación en tanto y en cuanto por su obediencia, revirtió la desobediencia de Eva y se convirtió en la Madre del Salvador. Cf. Elizabeth A. Johnson (2002. , p. 378).
52 Libro..., exemplum Nº 282
53 Libro..., e xemplum Nº 281.
54 Libro..., e xempla Nº 43, 44 (repetido en 378 del Espéculo), y Nº 377 del Espéculo.
55 Libro..., e xempla Nº 52-1 y 55-1-2-3.
56 Idea extraída de Le Goff, 2002:122. Los subconjuntos opuestos que él sugiere son referentes a otros ejemplos: el judío y el cristiano.

Referencias
1. Beceiro Pita, Isabel, "La mujer noble en la Baja Edad Media", en AA:VV., La condición de la mujer en la Edad Media. Actas del coloquio celebrado en la Casa de Velásquez, del 5 al 7 de noviembre de 1984, Madrid, Universidad Complutense y Casa de Velásquez, 1986.
2. Brown, Peter, "La noción de virginidad en la Iglesia Primitiva Occidental", en Bernard McGinn y John Meyendorf (dir.), Espiritualidad cristiana. Desde los orígenes al siglo XII, Buenos Aires, Lumen, 2000.
3. Carlé, María del Carmen, "Apuntes sobre el matrimonio en la Edad Media española", en Cuadernos de Historia de España, LXIII-LXIV, Buenos Aires, 1980, pp. 115-175.
4. Carlé, María del Carmen, La sociedad hispano Medieval. Grupos periféricos: las mujeres y los pobres, Buenos Aires, Gedisa, 1988.
5. Córdoba de La Llave, Ricardo, "Violencia sexual en la Andalucía del siglo XV", en María Teresa López Beltrán (coord.), Las mujeres en Andalucía. Actas del 2º Encuentro Interdisciplinario de Estudios de la Mujer en Andalucía, Málaga, Diputación Provincial, 1993, t. 2, pp. 105-126.
6. Díaz Duckwen, María Luján y Gonzalez, Ana , El usurero: un oficio censurado según el Espéculo de los legos, en Actas X Jornadas de Historia de Europa. Saber, pensar, hacer. Del saber intelectual al hacer cotidiano a través de la historia, edición en CD ROM, Mar del Plata, 2001.
7. Duby, Georges, El caballero, la mujer y el cura, El matrimonio en la Francia feudal, Taurus Humanidades, Madrid, 1992.
8. Gonzalez, Ana y Díaz Duckwen, María Luján, "Sobre el respeto a la Iglesia a partir de un ejemplario medieval: el Espéculo de los legos", en Actas X Jornadas de Historia de Europa. Saber, pensar, hacer. Del saber intelectual al hacer cotidiano a través de la historia, edición en CD ROM, Mar del Plata, 2001.
9. Guglielmi, Nilda, El fisiólogo, bestiario medieval, Buenos Aires, Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1971.
10. Gulielmi, Nilda, "La viuda tutora (Italia del Centro y del Norte. Siglos XIII-XV)", en Anuario de Estudios Medievales 18, Barcelona, 1988.
11. Jonson, Elizabeth A., "La devoción mariana en la Iglesia occidental", en Jill Raitt (dir.) Espiritualidad cristiana II. Alta Edad Media y Reforma, Lumen, Buenos Aires, 2002.
12. Le Goff, Jacques, El hombre medieval, Madrid, Alianza, 1995.
13. La civilización del Occidente medieval, Paidos, Buenos Aires, 1999.
14. Lo maravilloso y lo cotidiano en el Occidente medieval, Barcelona, Gedisa, 2002.
15. López Beltrán, María Teresa, "Las transgresiones a la ideología del honor y la prostitución en Málaga a finales de la Edad Media", en María Teresa López Beltrán (coord..), Las mujeres en Andalucía. Actas del 2º Encuentro Interdisciplinario de Estudios de la Mujer en Andalucía, Málaga, Diputación Provincial, 1993 (2 volúmenes), T. 2, pp.145-161.
16. Martín, José Luis, a) "Las palabras hembras son", en La Aventura de la Historia, Nº 44, p. 92.
17. -------- b) "Para el padre es provechosa...", en La Aventura de la Historia, Nº 45, p. 84.
18. -------- c) "Moza galana, calabaza vana", en La Aventura de la Historia Nº 47, p. 74.
19. -------- d) "Madre quiérome casar", en La Aventura de la Historia, Nº 49, 2000.
20. Muchembled, Robert, Historia del diablo, siglos XII-XX, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2002.
21. Narbona Vizcaíno, Rafael, Pueblo, poder y sexo. Valencia medieval (1306-1420), Valencia, Diputaçio de Valencia, 1992.
22. Otis Cour, Lea, Historia de la pareja en la Edad Media. Placer y amor, Madrid, Siglo XXI, 2000.
23. Pastor, Reyna, "Para una historia social de la mujer hispano-medieval. Problemática y puntos de vista", en AA:VV:, La condición de la mujer en la Edad Media. Actas del coloquio celebrado en la Casa de Velásquez, del 5 al 7 de noviembre de 1984, Madrid, Universidad Complutense y Casa de Velásquez, 1986.
24. Pérez de Tudela, Mª Isabel, "El espejo mariano de la feminidad en la Edad Media Española", en Anuario Filosófico, 1993 (26).
25. Puig Valls, Angelina y Tsuset Zamora, Nuria, "La prostitución en Mallorca (siglos XIV, XV y XVI)", en AA:VV: La condición de la mujer en la Edad Media, Actas del Coloquio celebrado en la Casa de Velázquez, del 5 al 7 de noviembre de 1984, Madrid, Universidad Complutense y Casa de Velásquez, 1986.
26. Rossiaud, Jacques, La prostitución en el medioevo, Barcelona, Ariel, 1986.
27. Rossiaud Jacques, "Prostitución, juventud y sociedad en las ciudades del sudeste en el siglo XV", en Arturo Firpo (ed.), Amor, familia, sexualidad, Barcelona, Argot, 1984, pp. 171- 206.
28. Ruiz, Juan, Arcipreste de Hita, Libro de buen amor, Cátedra, Madrid, 1998.
29. El Espéculo de los Legos, texto inédito del siglo XV, José Mohedano Hernández (editor), Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Miguel de Cervantes, 1951.
30. Libro de los exemplos por a.b.c., John Esten Keller (Editor), Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas,1961.

recibido: 27/05/04
aceptado para su publicación: 23/11/04