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Escritos Contables

versión impresa ISSN 1514-4275

Escr. Contab.  n.43 Bahía Blanca  2002

 

Evolución del Pensamiento y Situación Actual de los Sistemas de Información

María Beatriz Ortigoza*

* Doctora en Ciencias de la Administración. Contadora Pública. Profesora de la Cátedra Costos y Decisiones de la carrera de Contador Público. Departamento de Ciencias de la Administración. Universidad Nacional del Sur.

1. La Etapa Preindustrial

El análisis de la evolución de las diferentes etapas por las que ha transitado la contabilidad, principal subsistema del Sistema de Información de la empresa, sugiere algunas reflexiones que consideramos pertinentes para comprender su situación actual.

Esta reseña puede parecer ociosa si se encuentra aislada de las relaciones causa efecto. Sin embargo, trataremos de identificar la interrelación existente entre las diferentes etapas y los factores, hechos o acontecimientos que dieron lugar a los cambios en las concepciones dominantes.

La Contabilidad, como toda disciplina originada en la actividad humana, ha evolucionado constantemente incorporando, a la luz de nuevos problemas, nuevas técnicas y herramientas con el objeto de resolverlos.

Evidentemente al "hombre" le ha interesado desde siempre conocer el estado de sus "cuentas", y por ello la Contabilidad, desde la más rudimentaria hasta la más sofisticada, lo ha acompañado en su evolución y en los grandes cambios sociales que lo han afectado.

Inicialmente fue llevada por partida simple. Los primeros pasos para sistematizar los procedimientos de información contable han sido, sin lugar a dudas, los dados por un monje, Fray Luca Pacciolo, quien hace más de quinientos años, escribe sobre la teneduría de libros de doble entrada. Nacido en Italia, cuna de cultura monástica y universitaria, donde la estructura económica de la vida medieval fue transformándose totalmente. El italiano del Siglo XIV se distinguía del resto de Europa en un aspecto importante, en lugar de una economía basada en la agricultura y organizada como sistema feudal, en Italia predominó la cultura urbana, y la economía fundada en el comercio. Había numerosas familias de banqueros y comerciantes que preferían la autonomía y libertad, a la protección feudal.

El poder de los señores feudales fue reemplazado por el de los comerciantes y burgueses. De esta manera, una diferente y dinámica economía basada en el dinero desplazó al estático sistema medieval fundado en el poder de la tierra. Estos poderosos comerciantes estimularon la creación de flotas para transportar sus mercaderías a lejanos rincones del mundo.

Por otra parte, el incremento del comercio terrestre originado en mejores rutas fomentó una amplia difusión de la moneda, el crédito y la cuenta corriente, favoreciendo y facilitando las transacciones mercantiles. La consolidación de los grandes descubrimientos marítimos de España y Portugal, y el triunfo de la Reforma, anulando la prohibición de préstamos con interés, influyeron notoriamente en el desarrollo de las actividades comerciales, que fueron creciendo en variedad y cantidad. Fue la Contabilidad, mediante sus procedimientos técnicos, la herramienta que permitió ordenar y registrar las transacciones comerciales y financieras en esos tiempos.

Al ir creciendo en importancia y afectar indirectamente a otros sectores de la sociedad esas actividades comenzaron a estar reglamentadas, y es en estos reglamentos donde se le confiere a la Contabilidad el carácter de dar fe pública a los hechos que registra. Se la reconoce como el instrumento que permite informar sobre los bienes y deudas a un momento dado, y determinar cuál ha sido el resultado por la diferencia entre el patrimonio al inicio y al final del período considerado.

Analizando hechos y circunstancias no es casual que fuera en Italia donde se inicia la técnica contable y la partida doble, norma de contabilidad aún vigente para determinados procesamientos de información, a la que ninguna herramienta diseñada posteriormente a podido igualar en lo referido a su aceptación universal. La Teneduría de libros, nacida como consecuencia del intenso comercio marítimo del siglo XII, abarca hasta fines del siglo XIX.

2. La Revolución Industrial

La Revolución Industrial con su proceso creciente de cambios tecnológicos, productivos y sociales transformaron una economía y sociedad organizada en torno a la actividad agrícola y artesanal, en otra organizada a partir de la producción industrial.

En la segunda mitad del Siglo XVIII, con la invención de los telares mecánicos para la manufactura de algodón (1764) y la utilización de la máquina de vapor (1768) para mover los telares, comenzó en Inglaterra una nueva etapa en la historia, la era industrial. La máquina reemplazó al hombre, multiplicando su capacidad productora, hasta transformar al país en el primer pueblo industrial del mundo.

La expansión de la industria modifica la organización de la producción. La fábrica reemplaza al taller. Antes de la Revolución Industrial los empresarios compraban materia prima que elaboraban los artesanos en sus pequeños talleres trabajando a destajo. Esto no exigía demasiados controles, y la Contabilidad les brindaba la información necesaria.

Esta revolución marcó el fin del artesanado y el comienzo de la etapa industrial del capitalismo, caracterizada por la producción masiva y la libre contratación de mano de obra estable. Las máquinas y las técnicas aumentaron la productividad y produjeron un desplazamiento de la importancia del factor trabajo al capital. Los empresarios invierten en sus propios talleres. Cambia la propiedad de las herramientas que quedaron en manos de unos pocos. Se produce por ello una importante concentración económica que va conformando una estructura competitiva oligopólica como consecuencia de un aumento en el tamaño de las organizaciones y en la inversión requerida para las mismas.

La Revolución Industrial produjo un incremento de población en los sitios en donde proliferaban los establecimientos fabriles, lo que condujo al crecimiento de las ciudades y a cambios profundos en las condiciones de vida de las clases populares. Debido a las malas condiciones de trabajo los trabajadores de la ciudad comenzaron a unir sus intereses surgiendo los primeros sindicatos y sociedades de ayuda mutua. Este período se caracterizó por los conflictos permanentes entre las antiguas formas de organización social, sostenidas por grupos políticos e intelectuales conservadores, y las ideas liberales, identificadas con los nuevos grupos sociales.

Mientras los cambios políticos de Francia se produjeron a partir de revoluciones, en Inglaterra los ocurrieron pacíficamente a medida que el gobierno fue cediendo y reformando su legislación conforme con las transformaciones sociales originadas por la Revolución Industrial. La Revolución Industrial se desarrolló en el resto de Europa más lentamente debido a la falta de conocimientos técnicos. Paulatinamente lo fueron superando mediante importantes proyectos de desarrollo industrial basados, en principio, en el estudio de los métodos y técnicas de la industria británica. Luego desarrollaron sus propios recursos a partir del aprendizaje formal fomentado por políticas estatales de largo plazo.

En otro orden, el crecimiento de las ciudades a raíz de la industrialización plantea la necesidad de resolver el problema del tráfico. En 1810 Stepheson construyó la primer locomotora y en 1824 circuló el primer ferrocarril. Así como en Gran Bretaña la industria textil fue pivot del crecimiento, en el resto del Continente el sector adelantado fue la industria pesada del carbón y el hierro, insumos imprescindibles para la construcción de barcos, locomotoras y rieles. La aplicación de la máquina de vapor al transporte y el desarrollo de la telegrafía permitieron la comunicación, a lo largo y ancho del planeta, integrando los países mediante una red de intercambio de mercaderías e información.

La burguesía industrial aprovechó la favorable coyuntura económica producida por el crecimiento de los mercados internos y externos y la abundancia de mano de obra, con bajos salarios, originada en la mecanización. Contribuyó, además, al éxito de esa burguesía un marcado individualismo sustentado por la filosofía utilitarista y las creencias religiosas que aconsejaban conductas austeras de ahorro y sacrificio. La Contabilidad en su función de custodia y de garantía del orden público, continuaba brindando los estados contables periódicos.

No obstante, ya a fines del Siglo XIX, quienes manejaban organizaciones industriales comenzaron a replantearse que la Contabilidad, tal como era desarrollada en las empresas comerciales, no cubría las expectativas mínimas de información.

Uno de los aportes más significativos en ese sentido lo ha brindado, sin lugar a dudas, la Contabilidad de Costos, rama de la Contabilidad que surge a partir de la demanda específica de información de las empresas industriales.

La diversificación de las actividades de empresas monoproductoras, que pasan a elaborar varios productos de características diferentes, trae grandes complicaciones a la hora de confeccionar los balances anuales, puesto que era indispensable practicar inventarios físicos para valuar las existencias finales, y de esa manera estar en condiciones de determinar el costo de los artículos vendidos.

Este agobiante trabajo administrativo puso en evidencia la necesidad de diseñar procedimientos que permitiesen conocer costos en cualquier momento, obviando la toma de inventarios. En virtud de ello, en un proceso de permanente evolución, una primera etapa controla las compras y consumos de materias primas, creando, a tal efecto, registros específicos; una segunda etapa identifica y contabiliza el costo de la mano de obra, y por último, se incorporan técnicas tendientes al cálculo de los costos indirectos de fabricación.

Sin embargo, de lo expuesto se deduce que el objetivo inicial de la Contabilidad de Costos fue la valuación de inventarios, imprescindible para que la Contabilidad Financiera pudiera preparar sus estados contables. Esta primer etapa se abocó a la determinación del costo de los productos empleando para ello técnicas cada vez más sofisticadas, con el objeto de lograr un mayor perfeccionamiento en el cálculo de los mismos.

En opinión de Robert N. Anthony "La Contabilidad Financiera es el proceso que consiste en otorgar información financiera al mundo exterior acerca de la organización"1.

La Contabilidad Financiera, así concebida,  se basa fundamentalmente en un esquema teórico práctico de metodología uniforme que se traduce en principios para su confección y normas para su presentación.

Esta Contabilidad llamada también patrimonial, de custodia, o tradicional, tiene como objetivo principal la presentación de los estados contables, y son destinatarios accionistas, proveedores, bancos, y cualquier otra entidad que necesite conocer la situación de la empresa en su conjunto.

A finales de 1929, y como consecuencia de la gran depresión económica, fue asumiendo ciertas características formales, impuestas por organismos técnicos, que aún hoy mantiene. La defensa de una presentación uniforme y objetiva para terceros la ha conducido a prácticas conservadoras que le han ido restando posibilidades en cuanto a fuente de información para fines internos.

3. La Segunda Revolución Industrial

Entre 1850 y 1914 Europa sufre profundas transformaciones. A partir de la segunda mitad del Siglo XIX el principal proceso socioeconómico fue el crecimiento del capitalismo industrial basado en el liberalismo económico. Esta Segunda Revolución Industrial, basada fundamentalmente en nuevas formas de energía, en el descubrimiento de nuevos materiales, y en métodos menos costosos para procesar materiales antiguos, trajo secuelas aún más radicales que la primera. Secuelas que transformaron las comunicaciones, la vida industrial, la sociedad, y modificaron las formas de producción, la organización del trabajo y las costumbres familiares.

La electricidad y el acero, a bajo costo, hicieron posible la fabricación de una gran variedad de productos de consumo durable que produjo una notable expansión de los mercados para productos industriales. Se pasa de la producción artesanal de tecnología a su producción industrial. La difusión del uso de máquinas y de la energía mecánica diversifica la estructura productiva. La mecanización y la fragmentación del trabajo llevan a cambios en las condiciones laborales. Se modifican las relaciones entre la industria y la investigación produciéndose un desplazamiento de lo empírico. Crecen en cantidad y en tamaño los establecimientos industriales aumentando, además, la escala de producción.

Hacia fines del Siglo XIX la libre competencia fue dejando paso a tendencias proteccionistas y a la formación de grandes conglomerados empresariales nacionales.

Alemania y Estados Unidos desplazaron a Gran Bretaña en el liderazgo industrial, sustentando su crecimiento en la innovación tecnológica y en la organización eficiente de la producción. La situación en el Extremo Oriente estaba enmarcada en la decadencia del imperio chino y el ascenso de Japón.

Desde los inicios del Siglo XX los cambios científicos y tecnológicos tuvieron gran incidencia en la calidad de vida de la población, modificando permanentemente los hábitos de la gente.

La decisión de Henry Ford de fabricar autos baratos para todo el mundo. El vuelo de los hermanos Wright en 1903. El invento del cine (1905), la primera emisión radial (1920), y la televisiva (1927), fueron algunos de los prodigios técnicos de la nueva era. La llegada del teléfono, la incorporación de la electricidad para el alumbrado público, la industria, la oficina o el hogar; el agua corriente, la refrigeración, los avances en medicina, contribuyeron a transformar la vida de la humanidad y a mejorar la salud de la población. En otro orden se produjeron, además, profundos cambios sociales como la emancipación de la mujer en los países desarrollados, la desaparición de la familia autocrática, y el crecimiento de los sindicatos en fuerza y número. Comienza a legislarse sobre aspectos vinculados con el trabajo, respaldados en disciplinas relacionadas como la Psicología y la Sociología. Este impulso de las ciencias sociales favoreció un mayor conocimiento del comportamiento y de la conducta de los hombres y de las organizaciones.

La industria automotriz ha sido la impulsora del desarrollo económico y el rasgo más destacado de esta nueva etapa de industrialización. La producción en gran escala, en torno a la cadena de montaje que permitía una parcelación de las tareas con una asignación rigurosa de tiempos para cada una, fue la forma de organización del trabajo predominante durante medio siglo que propició un notable aumento de la productividad y contribuyó a mejorar, en forma permanente, la calidad de vida de los habitantes, posibilitándole a Estados Unidos acceder a un lugar de privilegio en el consenso económico mundial.

Durante esos años los gobiernos de las potencias industriales sostuvieron una rigurosa política armamentista, mientras comenzaban a producirse una serie de conflictos entre aquellos países que sostenían un nacionalismo agresivo. Esta situación produjo el resentimiento del sistema de equilibrio que había primado en la política internacional.

El cambio científico sobrepasó la capacidad de los políticos para canalizar su progreso en sistemas factibles y manejables. La primera Guerra Mundial puso fin a una época de gran crecimiento económico, y abarcó al conjunto de las economías de las naciones involucradas que dedicaron sus recursos e infraestructura a cubrir las necesidades militares. Los estados asumieron una dirección absoluta de la actividad económica, forzados por la necesidad de asegurar la provisión de sus tropas. Ante la escasez de mano de obra comenzaron a incorporar mujeres en las fábricas. La guerra finalizó en 1918, fecha en que fue firmado el armisticio.

Estados Unidos se había convertido en la primera potencia económica. No obstante, en los primeros años de posguerra hubo una breve aunque profunda crisis producida por: el reacomodamiento de la economía de guerra a una economía de paz, la elevación del índice de desempleo y la caída del salario como consecuencia del regreso de los hombres que habían participado en la guerra. Paulatinamente fue superada a partir de una etapa de prosperidad basada en la expansión de los mercados de bienes durables y de bienes inmuebles. Este período culminó en 1929, fecha de la crisis económica más importante de los Estados Unidos.

La crisis iniciada en Estados Unidos se extendió a Europa y al resto del mundo provocando altos índices de desempleo y un mayor intervencionismo del estado. Surgen así, zonas comerciales y monetarias cerradas que afectaron las relaciones de precios entre productos primarios e industriales, deteriorando los términos de intercambio. Se produjo un colapso general del comercio mundial que incentivó la búsqueda de la eficiencia y un mejor control en las organizaciones.

Este diferente contexto político, económico y social originó nuevos problemas en las organizaciones, que debieron afrontar situaciones que requerían soluciones distintas. Los Sistemas de Información intentaban adaptarse para captar los datos capaces de dar la respuesta adecuada.

La automatización y la producción en serie desatan una estructura competitiva intensa, basada en la tecnología, la especialización y la eficiencia. Por ello no ha de extrañar los grandes esfuerzos que se hicieron para racionalizar las industrias, cuyo principal objetivo era aumentar la producción y reducir los costos.

La Contabilidad de Costos, a través del tiempo, fue recibiendo un constante flujo de contribuciones teóricas e investigaciones empíricas, que la fueron enriqueciendo, en procura de comprender y abarcar los múltiples problemas que se originan en la administración de los negocios. Es indudable que los avances en las Ciencias de la Administración han influido notoriamente en su desarrollo.

La Escuela clásica de Taylor y Fayol brindó una visión científica y racional para organizar las actividades de la empresa. A partir de sus ideas diversos autores han propuesto herramientas explícitas y formalizadas cuya implementación contribuyó a mejorar la productividad, eficiencia y rentabilidad de las organizaciones.

Hubo en esa época importantes aportes, como los de Henry Metcalf en su obra "Costos Industriales", donde sienta las bases para el cálculo de los costos operativos; Hamilton Church, con su cálculo de costos por centros de responsabilidad y los de Donaldson Brown, referidos a políticas de precios y su relación con el control financiero y de gestión.

La sistematización de los datos de costos dio origen a los sistemas de costos tradicionales desarrollados en los primeros años del Siglo XX, en principio, para satisfacer las necesidades de información de las organizaciones industriales, aunque dentro del marco de los criterios admitidos por la Contabilidad Financiera.

En 1919, en EEUU, las empresas analizan el comportamiento de los costos ante diferentes niveles de actividad. Clark (1923) sostiene la conveniencia de usar sistemas de costos para la toma de decisiones y propone distintas figuras de costos para diferentes finalidades de información. En 1925 Eugen Schmalenbach publica en Leipzig su libro "Base de cálculo de los costos propios y la política de precios", donde resume sus ideas con respecto a los costos fijos y variables, sentando las bases del Costeo Variable.

Buscando medir la eficiencia operativa los administradores comenzaron a utilizar en las empresas costos estándares y a realizar el control por excepción, imprescindible en empresas de creciente tamaño y complejidad. Sabido es que, para fijar estándares se requiere planificar y coordinar recursos futuros, los que, en parte, dependerán del nivel de actividad elegido. Fue necesario establecer metas y objetivos. Esto, evidentemente, facilitó las tareas de planeamiento, que a su vez proporcionaron información sobre todos los niveles de la organización, permitiendo un mayor control y, además, la posibilidad de evaluar la actuación de los responsables.

En 1932 L. Wright incluye el presupuesto flexible en su libro "Los Fundamentos de la Contabilidad de Costos". En 1933 un administrador de supermercados emplea por primera vez al costeo variable. Las empresas industriales hacen una primer experiencia en 1934, que es volcada en un artículo de J. Harris titulado ¿Cuánto hemos ganado en el mes?. En ese mismo período aparecen publicaciones sobre las gráficas que interrelacionan ingresos, costos y beneficio, con el volumen, atribuidas por algunos autores al ingeniero industrial americano Henry Hess, y por otros, a Knoeppel y Rautenstrauch. En 1934, en el libro "Contabilidad de Costos", Russell Wilcox publicó el gráfico del punto de equilibrio.

Mientras los administradores buscaban permanentemente aquellas herramientas que le permitieran adaptarse al contexto, un nuevo escenario comenzaba a vislumbrarse. La Segunda Guerra Mundial, originada por el ataque alemán a Polonia en 1939, dio comienzo al mayor conflicto bélico de la historia, con enormes pérdidas humanas y materiales que involucraron la economía y la sociedad de los países participantes.

Concluida en 1945 y con Europa desbastada, los centros de poder se desplazaron hacia Estados Unidos y Rusia. Las diferencias entre ellos no tardaron en aparecer, dando lugar a una concentración de poder polarizado por las dos potencias. Respondiendo al avance soviético sobre Europa Oriental, Estados Unidos, principal potencia económica y militar, prepara un plan de ayuda para que los países europeos pudieran revitalizar sus economías. Este plan, muy bien aprovechado por Alemania e Italia, les permite desarrollarse vertiginosamente. Europa se convirtió en el principal escenario de la Guerra Fría. El conflicto se extendió posteriormente a Asia y al Medio Oriente.

Esta situación, que se mantuvo desde 1945 hasta 1990, dividió al mundo y se desarrolló en tres niveles: la lucha ideológica, la competencia entre dos sistemas económicos totalmente diferentes y la carrera armamentista. Ambos países volcaron gran parte de sus presupuestos de defensa en el desarrollo de armas de mayor precisión, en las cuales utilizaron diversos materiales y combustibles que impulsaron la estrategia destinada al conocimiento del espacio, con consecuencias y derivaciones de carácter insospechadas, especialmente, en el área de las telecomunicaciones.

4. La Influencia de los Cambios Tecnológicos

Las potencias occidentales, conscientes de los problemas generados por la crisis financiera de los años '30, diseñaron un nuevo sistema financiero y comercial. La conferencia de Bretton Woods fijó los principios e instituciones para regular la actividad económica mundial, se crea el FMI y el Banco Mundial.

De allí en más, los países desarrollados vivieron una expansión sin precedentes que duró casi treinta años, en los cuales, el modelo fordista continuó siendo factor de crecimiento y el conocimiento jugaba, cada vez más, un rol gravitante en el desarrollo económico.

En ese período se produjeron hechos fundamentales que modificaron radicalmente las estructuras industriales y comerciales, originando, como consecuencia, cambios económicos, sociales y culturales de trascendencia.

La creación del transmisor (1948) permitió, a la par que el reemplazo de las válvulas, la miniaturización de los elementos. El transistor, el circuito impreso (1957) y el proceso planar (1959), posibilitaron disminuir el tamaño de los equipos de comunicación y el perfeccionamiento de los sistemas de computación.

Transmisores y computadoras optimizaron los distintos sistemas de mecanismos semiautomáticos o servomecánicos. En virtud de ello, las diversas operaciones fabriles se automatizaron por el principio cibernético de autorregulación.

Con el mayor conocimiento de la energía atómica y el advenimiento de los radioisótopos se adquirió un nuevo recurso para la eficiente y económica regulación automática de la precisión requerida. La utilización de la nueva tecnología en las refinerías de petróleo y en las industrias de productos químicos da lugar, casi diez años después de la Segunda Guerra Mundial, al nacimiento de la era de la automatización.

En 1952 el mundo comercial entró en la era del Jet con el lanzamiento del Comet 4, primer avión comercial a reacción. También los ferrocarriles, para distancias cortas, tuvieron su cuota de progreso acercando el interior a los centros urbanos.

Las empresas que se hallaban inmersas en este cambio tecnológico profundo debieron, además, reorganizarse para actuar en una economía de paz. Como de la mano de lo político va lo económico, los países vencedores extendieron sus fronteras comerciales en grandes áreas geográficas. Las empresas crecieron en tamaño y complejidad y se vieron obligadas a prepararse para competir en el mercado interno e internacional, donde, a partir de la década del `50, se enfrentaron a otros países que ya habían adquirido sus tecnologías y, además, producían con menores salarios y sin conflictos laborales.

En búsqueda de la eficiencia que les permitiera obtener la ventaja competitiva, comenzaron a usar los adelantos tecnológicos empleados en la guerra. La mayor automatización de las comunicaciones, el procesamiento más rápido de la información, la planificación en el mediano y largo plazo, la estrategia, los nuevos modelos de decisión y control, fueron incorporados a fin de organizar, racionalizar y mejorar la eficiencia de la gestión.

Se aceptan herramientas como el punto de equilibrio y los costos estándares, que tuvieron gran difusión en los sistemas de información. La necesidad de captar la demanda impone las técnicas de comunicación masiva con gran auge de la publicidad. Hubo diversas propuestas tendientes a moderar las consecuencias de los enfoques mecanicistas. Desde la década del 50 se incorporaron modelos de análisis conductista. Estas corrientes concentraron su atención en los factores motivaciones y organizacionales que afectan al comportamiento, poniendo de manifiesto que los sistemas de información influyen y son influidos por las personas y por las particularidades de cada organización. Por esa razón, sugieren que los diseños de sistemas de información y control deberían contemplar, no solo técnicas cuantitativas, sino además, aspectos como la participación y la motivación.

Al final de la década del 50 e inicios de los años 60 comienza a conformarse un cuerpo teórico a partir de un conjunto de técnicas que, con aportes de la Administración de Empresas, la Microeconomía y la Investigación Operativa, se estaban usando, impuestas por la práctica y la realidad de los negocios. El principal objetivo de las mismas era obtener y comunicar información adecuada, generalmente para los niveles tácticos y operativos. Así es que emerge un nuevo enfoque tendiente a suministrar información hacia adentro que facilite la planificación, la gestión y el control y sea, además, útil al empresario para la toma de decisiones oportunas sobre bases menos intuitivas. Esta concepción de la Contabilidad ha recibido muchas denominaciones, aunque la más generalizada es Contabilidad Gerencial o de Gestión.

Diversos autores han escrito sobre ella, Herbert Simons (1954) identifica la esencia de la Contabilidad Gerencial cuando menciona la necesidad de solucionar los problemas que surgen en las organizaciones y propicia el control por vía de excepción. Robert Anthony (1956) y Charles Horngren (1962) plantean la incorporación de nuevos conceptos para la toma de decisiones, Gordon Schillinglaw (1962) pone énfasis en la información interna y define las actividades en una organización.

En tanto que los administradores buscaban permanentemente mejorar la calidad de la información introduciendo en sus organizaciones nuevas técnicas y conceptos, en la década del '60, dos acontecimientos marcaron el fin de la política exterior de las dos más grandes potencias mundiales, la derrota en la Guerra de Vietnam y la Primavera de Praga, La situación mencionada conlleva a una disminución de la influencia económica que ejercían sobre los países europeos, los cuales, a pesar de haber sufridos terribles pérdidas en la guerra, consiguieron recuperarse y llevaron adelante un proceso de integración regional.

En la misma década, diferentes hechos económicos, sociales y políticos afectaron en forma notoria a los sistemas de información. En 1962 se lanzó al espacio el Telstar, por su intermedio y el de otros satélites las comunicaciones telefónicas, radiales o televisivas pudieron transmitir los hechos al instante, favoreciendo, de ese modo, un mayor conocimiento y acercamiento entre los pueblos.

A este impactante avance en los medios de comunicación debe agregarse el increíble progreso de la informática iniciado (1952-64) con la aparición de las primeras computadoras comerciales, cuando se sustituye la válvula de vacío por el transistor y se perfecciona, posteriormente (1964-71), con la utilización del circuito integrado como soporte de la información. Estos adelantos permitieron abaratar costos y disminuir el tamaño de las computadoras, se mejoraron los lenguajes de programación y comenzaron a aparecer programas comerciales, generalizándose su uso a todo tipo de actividades.

El desarrollo de la informática, a semejanza de la Revolución Industrial que sustituyó la fuerza física por la máquina, ha producido un profundo cambio en la sociedad al permitir que los sistemas de procesamiento de información desempeñen los trabajos intelectuales rutinarios, reservando para el hombre las tareas que requieren de su creatividad.

Estados Unidos mantuvo su liderazgo industrial, y la guerra, al contrario de los países europeos, no le acarreó daños de importancia en su infraestructura. Evidentemente, el espectacular progreso de los medios de comunicación, y en especial la televisión, fomentó el consumo masivo. El modelo de posguerra modificó profundamente la estructura ocupacional, creciendo las tareas vinculadas con la provisión de servicios, y afianzándose la incorporación de la mujer al mercado laboral. Esto asimismo condujo a cambios en la sociedad y en las relaciones familiares, donde prácticamente desaparece el modelo del padre como único sostén familiar y la madre con plena dedicación al hogar, originando modificaciones de las costumbres, sobre todo, de los hábitos alimentarios, y por ende, de aquellas industrias que producían alimentos.

Ante la creciente diversificación y competencia operada en los mercados las empresas intentaban conocer y captar la demanda mediante diversas técnicas de Marketing. El crecimiento del consumo incrementó la lucha competitiva en los países occidentales que atravesaban, en ese momento, una coyuntura económica sin precedentes. La integración de las empresas originó grandes grupos multinacionales.

Esta expansión de las organizaciones enfrentó a los administradores con problemas desconocidos, provocando la necesidad de disponer de nuevos mecanismos para hacer frente a la cada vez más compleja toma de decisiones. Aprovechando las posibilidades que les brindaba el procesamiento de datos las empresas comenzaron a adaptar sus sistemas de información con la finalidad de captar y reflejar, de la mejor manera posible, la realidad económica. Uno de los caminos para lograrlo fue generar distintas figuras de costos que, al ser sometidas a diversos procesamientos, pudieran satisfacer las demandas concretas de cada usuario. La información analítica, así desagregada, permitió hacer diversos análisis sobre: la eficiencia en la asignación y en la administración de los recursos, la rentabilidad por producto, líneas, o canales de comercialización, que productos conviene introducir o eliminar, los planes de diversificación, concentración, integración, inversión o desinversión.

Se puede observar que dentro del marco de la Contabilidad surgen dos corrientes, una influenciada nítidamente por la doctrina jurídica (Contabilidad Financiera), y otra por la Administración y los principios de la Economía (Contabilidad Gerencial).

5. La Aceleración del Cambio Tecnológico y la Descentralización de la Producción

Después de casi treinta años de continua expansión económica, en los países industrializados, con la tranquilidad adquirida por el consumismo masivo arraigado en la población, comienza una profunda crisis y una nueva aceleración del cambio tecnológico. Los directivos de las empresas se encontraron con variables difíciles de controlar. El incremento permanente de los salarios de los obreros de la industria automotriz los lleva a una situación, en los años '70, caracterizada por constantes conflictos laborales, agravado por el alza en los precios del petróleo, iniciada a fines de 1973, que desató la principal crisis mundial desde 1929. Como consecuencia de esos sucesos hubo una importante recesión industrial, producto de la saturación de los mercados y de un aumento generalizado de los precios en los países consumidores de petróleo. Por los efectos generalizados, sufridos a raíz de esta crisis, comenzó a cuestionarse la validez del modelo capitalista cuyo desarrollo estaba basado en la energía a bajo costo y en los métodos fordistas.

La segunda crisis del petróleo en 1979 profundizó, aún más, la situación económica. Creció la inflación y el nivel de desempleo, reduciéndose las tasas de crecimiento, lo que puso en evidencia la necesidad de comenzar un proceso de reestructuración con un nuevo modelo de organización socioeconómica que permitiera recuperar el nivel de beneficios y fomentar la inversión. Los pilares para alcanzar estos cambios fueron:

  • La internacionalización de las actividades de producción basada en la descentralización hacia países con salarios más bajos, sindicatos débiles que evitaran conflictos laborales, y que por otra parte, opusieran menores trabas respecto de los temas de medio ambiente.
  • Aumento de la productividad mediante la incorporación de tecnología y el Ahorro de energía.
  • El apoyo de los gobiernos, que comenzaron a privilegiar las mejoras de las estructuras productivas por sobre los gastos sociales.

En la década del '70 comenzaron a desplazarse las plantas productoras hacia países del tercer mundo. Surgen empresas de carácter mundial que distribuyen entre sus filiales las diversas fases de la producción. Este proceso puede ser visto como la globalización de la división y segmentación del trabajo. En la extensión del comercio internacional se abren nuevos mercados y se produce un gran desarrollo industrial en países del Asia Oriental; Corea del Sur, Taiwan, Hong Kong, Singapur, que tienen en común un importante crecimiento industrial logrado en muy pocos años, en los cuales, aprovecharon adecuadamente su ubicación geopolítica, la ayuda norteamericana, la expansión del comercio internacional de los años `60, y el desplazamiento de las empresas que buscaban disminuir sus costos salariales.

También incidió en el crecimiento industrial de esos países el traslado de industrias japonesas que, abocadas a la industria de "punta", desplazaban aquellas que requerían mano de obra intensiva no calificada.

Desde la posguerra, con su industria totalmente desmantelada y abundante mano de obra dispuesta a trabajar por salarios muy bajos, Japón utilizó una estrategia de industrialización a largo plazo, sustentada en el conocimiento intensivo y en fuertes inversiones de capital que, en principio, parecía contradecir lo que dada su situación le sugería la teoría convencional.

En el crecimiento de la industria ha tenido vital importancia la aplicación de la ciencia y la tecnología a los procesos productivos. Cabe destacar que el nuevo modelo de organización socioeconómica, basado en la descentralización y en la internacionalización de la economía, ha sido posible gracias al desarrollo vertiginoso de la tecnología de la información. La microelectrónica, la informática y las telecomunicaciones, han creado nuevos horizontes de posibilidades y comunicación, desencadenando, además, grandes transformaciones en la organización de la producción y el trabajo.

El microprocesador (1971), las técnicas de combinación genética (1973), la computadora personal (1977), la mejora permanente de los periféricos, la aparición de herramientas y lenguajes informáticos más accesibles, han constituido una verdadera revolución tecnológica que produjeron cambios substanciales en las organizaciones y en la sociedad.

Las organizaciones comienzan a evaluar los intensos conflictos que los cambios en el contexto ocasionan. Así, a partir de la década del 70, se incorporan nuevas variables a los Sistemas de Información. Por ejemplo, la denominada por algunos autores Teoría de la Contingencia sostiene que ningún Sistema de Información se aplica en forma generalizada a todas las organizaciones, sino que, dependerá de las particulares circunstancias que la afecten, y destaca tres variables relevantes: el entorno, la dimensión y la tecnología.

Simultáneamente, en el período que abarca desde 1950 hasta 1970, tienen difusión las ideas de otra línea de investigación que pretende lograr una metodología que homogeinice el tratamiento de los problemas científicos: La Teoría General de Sistemas. A partir de esta nueva corriente la empresa comienza a ser analizada como un sistema complejo y abierto, compuesto por partes que se interrelacionan entre sí, y con su entorno. Aunque ignorada, por no responder específicamente al campo de las ciencias sociales, su aporte ha sido relevante, ya que ha puesto de manifiesto la importancia de considerar el entorno como una variable crítica.

En la década del 70 se trataron con preferente atención los temas vinculados con el entorno. Hubo, además, aportes significativos en aspectos relacionados con los costos para la toma de decisiones, enfocados desde un punto de vista económico y canalizados hacia los análisis de costo beneficio.

Hasta mediados de los años 70 se evaluaron sólo aquellas variables del entorno que le permitían a la empresa adaptarse para asegurar su supervivencia. En los últimos años se ha intentado superar ciertas restricciones que presentaban los distintos enfoques desarrollando una visión integral que utiliza métodos de investigación cualitativa, con el objeto de conocer, más acertadamente, el comportamiento de la organización y sus requerimientos en cuanto a información.

Basándose en los conocimientos obtenidos de la antropología se ha aceptado que las organizaciones tienen determinados hábitos, conductas o prácticas que la caracterizan y que imprimen su dinámica. La incorporación del concepto de cultura ha significado un verdadero avance. Para esta corriente de opinión es necesario que el diseño, implementación y utilización del Sistema de Información no contemple sólo aspectos formales, sino que, además, analice el contexto y, dentro de éste, interprete la cultura de la organización.

6. La Tecnología de la Información, ¿La Tercera Revolución Industrial?

En la década del '80 la descentralización de la producción de los países centrales hacia la periferia parece haberse revertido, ya que comenzaron a preferir la automatización a la emigración. No obstante, los países del sudeste asiático hanconsolidado su industria, manteniendo su competitividad internacional lograda sobre la base de la experiencia acumulada, la capacitación permanente y la flexibilidad laboral.

Con el intento de reforma del gobierno soviético (1985), sintetizado en la Perestroika, y la Glasnot, se produce un progresivo desarme y un debilitamiento de los controles que la Unión Soviética tenía sobre los países de Europa Oriental. Se llega al fin del mundo bipolar. Es evidente que se ha modificado el orden internacional. Las principales economías dominantes parecen predecir una múltiple polaridad, con tres centros principales de poder, Estados Unidos, la Comunidad Europea y Japón, junto al sudeste asiático. Es aún incierto el papel a desempeñar por Latinoamérica, en donde, a los procesos altamente inflacionarios, y al peso de la deuda externa que soportan, debe sumarse, una evidente disociación entre la estructura de producción, alejada de la eficiencia de los países del primer mundo, y la estructura de demanda, en la cual predomina el modelo de consumo de los mismos.

Las transformaciones en la producción, generalizadas a partir de fines del '70, hacen suponer que el segundo ciclo de crecimiento industrial basado en el trabajo repetitivo y en serie ha concluido. Ha comenzado un tercer ciclo, sustentado en la Tecnología de la Información y comunicación, caracterizado por el impulso dado por la industria electrónica con la introducción de los "micros", la producción flexible, y la integración del mercado, el diseño y la producción.

En este desarrollo mucho tuvieron que ver los japoneses, quienes desde la década del '80 difundieron las nuevas tecnologías. La aplicación de las mismas a los procesos de trabajo, en los establecimientos fabriles y en la administración, dio lugar a diversas herramientas para facilitar y mejorar la gestión. Así, por ejemplo, las técnicas de gestión de stock por computadora (MRP), ayudan a planificar el consumo de los materiales de acuerdo con los requerimientos de la producción, o los software que controlan los procesos de automatización de la producción, como el CAD (Diseño asistido por computadora), o el CAM (Fabricación asistida por computadora). Surgen nuevas filosofías como el JIT (justo a tiempo), que predica la mejora continua a partir de la reducción de costos por ineficiencias y la eliminación de inventarios; el Kaizen, con mejoras pautadas en plazos y metas específicas, intentando una disminución permanente y gradual de costos; la Reingeniería o la Calidad Total, en su búsqueda de lograr mayor productividad de los costos, los procesos, o el ciclo de vida. Se desarrollan, además, los sistemas de control que conectan a las áreas de la empresa (CIM), como así también, las bases para el diseño de la producción integrada flexible, que permite la integración del diseño, la producción y el mercado.

Así como la energía generada por la máquina de vapor o por la electricidad transformó la producción, la distribución, el transporte, el consumo o las costumbres de la sociedad, ocurrirá lo mismo en esta etapa, aunque, quizás, con mayor intensidad.

La gestión empresarial se modificó a un ritmo vertiginoso en los últimos años. La internacionalización ha despertado un creciente interés en comprender las relaciones existentes entre la empresa y un entorno mucho más amplio. Los Sistemas de Información evolucionaron ante las nuevas realidades sociales y del mundo de los negocios. Sintetizando podemos enunciar entre otras:

  • Los avances vertiginosos de la informática que posibilitaron la integración del procesamiento y el análisis de la información.
  • La saturación de segmentos tradicionales y el mayor nivel de competitividad en el mercado interno y en el internacional.
  • Los cambios constantes de las variables del entorno y la globalización de los mercados.
  • La evolución permanente tanto tecnológica como social
  • El acortamiento del ciclo de vida del producto.
  • La modificación en la composición de los costos de producción tradicionales.

Estos acontecimientos han producido cambios profundos en las estructuras económicas y sociales, y pusieron de manifiesto ciertas limitaciones que tenían los sistemas de información para interpretar y dar respuesta a estas inéditas situaciones, motivando la revisión de los modelos que se estaban utilizando. Se proponen diferentes enfoques tendientes a dotar a las empresas de la flexibilidad necesaria para hacer frente a éstos desafíos.

Un nuevo marco conceptual se origina para reforzar las bases existentes. Porter (1980) enuncia que un negocio puede seleccionar diferentes estrategias: liderazgo de costos, mediante costos más bajos que su competencia, o bien, usar una estrategia de diferenciación de productos. Cualquiera sea la elegida condicionará el diseño del Sistema de Información. Forbis y N. Mehta (1981) fomentan el mejoramiento de las utilidades a partir del costeo del ciclo de vida. Demsky (1983), uno de los iniciadores de la Teoría de la Agencia, incorpora a los sistemas de información técnicas y principios del análisis microeconómico. Gupta y V. Govindarajan (1984) observan las diferencias existentes entre los sistemas a implementar según se opte por estrategias de liderazgo de costos, o por diferenciación de productos. Kaplan (1984) comienza a relacionar los costos con la estrategia y Michael Porter (1985) expone la cadena de valor estableciendo, además, una lista de causales de costos. Johnson y Kaplan (1988), y luego Cooper y Kaplan (1991), señalan que es necesario implementar cambios substanciales en la Contabilidad Gerencial o de Gestión. Proponen, para mejorar la información, el costeo por actividades.

Kaplan (1988) considera que un único sistema de información no puede responde a todos los usuarios y objetivos. J.Shank y V. Govindarajan (1988), plantean que los conceptos de análisis de costos deben estar explícitamente vinculados con el contexto estratégico. Cooper (1988) resalta la alternativa del uso potencial de la informática para diseñar sistemas de información flexibles.

Kenneth Simmonds (1981 y 1989) muestra la tendencia en la evolución de la Contabilidad de Gestión. Insiste en indicadores de gestión, diseñados e interpretados siempre en términos de posición relativa respecto a la competencia, y en información relevante que le permita implementar estrategias genéricas para actuar de manera adecuada y oportuna en cada situación. Estima que el valor actual de la empresa debe ser el parámetro en virtud del cual se evalúe la actuación estratégica. Los trabajos de Goldratt y Fox (1984, 1986) y Goldratt (1990) introducen las ideas del Throughput y de la Teoría de las Restricciones, que han repercutido, indudablemente, sobre la teoría de programación de la producción.

7. La Actualidad que nos Toca Vivir, ¿o Sufrir?

La década del '90 nos enfrenta a una dramática inestabilidad de los mercados financieros, a una nueva aceleración tecnológica, a un creciente nivel de desempleo, a una drástica desmaterialización de la producción, con una tecnología basada en productos y procesos con uso intensivo de conocimiento, en donde las ramas más dinámicas de la industria corresponden a la generación, procesamiento, o distribución de la información.

Estamos ante una nueva división del trabajo internacional, que requiere de una capacitación muy específica, y cada vez más lejos de lograr en los países en vías de desarrollo.

Existe, asimismo, una tendencia cada vez mayor a la concentración económica y a la cooperación en los esfuerzos. En 1992 se dispuso la institución de la Unión Europea, que incluye la integración política y económica. En 1999 se produce el lanzamiento del euro, moneda que junto al dólar y al yen competirá por el liderazgo en los mercados financieros. En Latinoamérica se ha pretendido mejorar las perspectivas económicas mediante acuerdos de integración regional, como el MERCOSUR, firmado con el objetivo de lograr un espacio compartido de libre circulación de bienes, servicios y capitales.

A raíz de estas nuevas formas de unión, uno de los problemas que se perfila con más nitidez es el de la relación, entre lo nacional, lo regional y lo global, ya que se pone en cuestión el posible accionar autónomo de los estados nacionales. El crecimiento de las empresas multinacionales ha sido enorme. El poder económico obtenido les ha permitido alcanzar una gran capacidad de negociación frente a los estados nacionales, que se encuentran, día a día, más condicionados por los intereses de los grandes inversores internacionales.

Por otra parte, la enorme expansión de los medios de comunicación vincula, cada vez más, a los habitantes de todo el mundo, dando forma a la economía global, caracterizada por la globalización de la producción y el desarrollo de un mercado financiero mundial.

En la última década de múltiples cambios políticos, sociales y económicos, muchos han sido los aportes teóricos para comprender cuáles son los problemas de las organizaciones actuales y futuras, y muchos también, han sido los aportes para intentar encontrarles solución. No obstante, hay cuestiones invariables que no debemos olvidar, la contabilidad no es un fin en sí misma, es una actividad de servicio que ha evolucionado permanentemente para colaborar con los diferentes participantes de la gestión empresaria. La gerencia es, sin lugar a dudas, en toda la organización, uno de los principales usuarios de ese servicio.

Puesto que las empresas compiten en una economía globalizada, el desafío fundamental que tienen los actuales diseñadores de sistemas de información es lograr para la gerencia una información adecuada y oportuna, que sumada a la experiencia, impida que sea la intuición la única base en la toma de decisiones. Para ello, no deberá omitir la influencia de factores internos y externos pocas veces considerados, como el ambiente, la estrategia, la tecnología, el tamaño, o la cultura.

Los sistemas de determinación de costos y fijación de precios, concebidos tradicionalmente, tuvieron sustento mientras las empresas estaban en condiciones de producir y vender lo producido al precio así determinado, en un mercado estable, cuyos productos tenían un largo ciclo de vida, en cambio, no funcionan de la misma forma en la actualidad, con un mercado saturado, prácticamente dirigido por el cliente. Calcular los costos en función de los precios es otro de los principales retos de la administración. El Target Costing, que invierte el proceso de fijación de los precios, así como el Kaizen Costing, están enfocados hacia la planificación y la reducción de costos, mientras que, el Benchmarking, al comparar los resultados de la empresa con los resultados de las empresas líderes en su ramo, define los límites de la competitividad.

En estos últimos años algunas publicaciones han criticado a la Contabilidad Gerencial o de Gestión por centrar su atención, preferentemente, en los sucesos internos de la empresa descuidando, en parte, a los acontecimientos externos. Estos autores consideran que se lograría una mejor comprensión de la situación competitiva, siempre y cuando, se tuviera en cuenta la cadena interna de valor, y además, se interprete a la empresa como un eslabón de una cadena mucho más amplia. Se intenta así alinear a los costos con la estrategia.

En esta línea de opinión se encuentran diversas propuestas como las presentadas por G. Shank y V. Govindarajan (1992), quienes postulan una Gerencia Estratégica de Costos que contenga temas estratégicos dentro de los Sistemas de Información. La intensificación de la competencia ha volcado el interés de los administradores hacia la información sobre los factores claves del éxito, los cuales, una vez identificados, requieren que los Sistemas de Información proporcionen las medidas financieras, o no, que les permitan cuantificarlos o calificarlos.

En esta línea de ideas encontramos a: Robert Kaplan, Thomas Johnson, Robin Cooper, por mencionar algunos, sin olvidar a Peter Drucker, quien, sin lugar a dudas, ha comprendido, como ningún otro, los desafíos de esta era de constantes cambios, planteando escenarios futuros, dando pautas de los acontecimientos que afectan a las organizaciones, explicando como pueden manejarse los negocios para anticiparse a los hechos y, de esa manera, evitar consecuencias negativas, e inclusive, obtener ventajas de los mismos.

No es de extrañar, en toda disciplina que crece ampliando continuamente su contenido, que se caiga en la tentación de modificarle la denominación ante cada nuevo aporte. De allí que, entre muchas otras, ha sido nominada Contabilidad de Gestión, Contabilidad Directiva, Contabilidad Administrativa, Contabilidad Interna, o Contabilidad Estratégica. No obstante, estos cambios de nombre no reflejan por sí los avances que se produjeron en la disciplina.

Consideramos esencial interpretar que las empresas necesitan un Sistema de Información, y que es lógico admitir que éste irá cambiando, conforme a que las circunstancias se lo exijan. Es de vital importancia comprender que, en la medida que los sistemas brinden información pertinente a quienes tienen la responsabilidad de tomar las decisiones, la administración será más eficiente, puesto que, permitirá a los administradores orientar los recursos hacia el logro de mejores resultados. Esto, a su vez, conducirá a generar desarrollo económico y, en consecuencia, a mejorar, entre otras cosas, las condiciones sociales. Resulta evidente que la administración y los sistemas de información se ayudan mutuamente generando una sinergia que favorece a la sociedad en general y a la empresa en particular.

Notas

1 Anthony, Robert N.(1981): Sistemas de Planeamiento y Control, Edit. El Ateneo, Bs. As., Cap. 5, pág. 101.

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