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Cuadernos del Sur. Letras

versão impressa ISSN 1668-7426

Cuad.Sur, Let.  n.40 Bahía Blanca  2010

 

Mónica Marinone y Gabriela Tineo (Coord.) (2010), Viaje y relato en Latinoamérica, Buenos Aires, Katatay, 338 págs.

María Lourdes Gasillón*

* Universidad de Mar del Plata. Correo electrónico: mlgasillón@yahoo.com.ar

Fecha de recepción: 19 de Abril de 2011
Aceptado para su publicación: 23 de Agosto de 2011

El reciente volumen de Mónica Marinone y Gabriela Tineo (Dras. en Letras, Universidad de Buenos Aires) propone un corpus formado casi en su totalidad por trece ensayos, surgidos a partir de un seminario de posgrado dictado por las docentes en la Universidad Nacional de Mar del Plata, hace cuatro años. El rasgo común entre los textos seleccionados es el análisis crítico de la ficción narrativa latinoamericana, desde el siglo XVI al XX, a partir de los conceptos de viaje y relato. El recorte incluye el cuento de Luis Rafael Sánchez, La guagua aérea, cuyos derechos de autor fueron especialmente cedidos para esta edición por parte del escritor y que constituye un verdadero aporte al texto en cuestión.

Desde las primeras páginas, las investigadoras informan a su potencial recep- tor sobre la estructura y contenido del libro, además de citar la correspondiente bibliografía crítica que las inspiró en la compilación, y expresar sus agradeci- mientos a colegas y amigos de Argentina y del exterior. La obra se encuentra organizada en una introducción general, cinco grandes secciones que contienen dos o tres textos cada una y un listado final que incluye los datos biográficos más relevantes de los autores.

Por otra parte, las coordinadoras optan por un discurso detallado pero con- creto al mismo tiempo, que enumera los tópicos centrales de la compilación, estableciendo lazos con una reconocida base teórica y crítica para cualquier lector competente en el área de estudios literarios latinoamericanos. Así, declaran una marcada filiación intelectual con Roland Barthes, Néstor García Canclini y, principalmente, Michel De Certeau. De hecho, las palabras del historiador encabezan la introducción:

Amérigo Vespucci el descubridor llega del mar. De pie, y revestido con coraza, como un cruzado, lleva las armas europeas del sentido y tiene detrás de sí los navíos que traerán de Occidente los tesoros de un paraíso. Frente a él, la india América, mujer acostada, desnuda, presencia innominada de la diferencia, cuerpo que despierta en un espacio de vegetaciones y animales exóticos (Marinone y Tineo, 2010:11).

En el anterior epígrafe, se hace referencia a Américo Vespuccio, quien arribó a nuestras costas después de Cristóbal Colón; no obstante, América le debe su nombre. Con ellos, se inicia una serie de relatos de viajeros que miran / describen las tierras descubiertas y el encuentro con los otros / los diferentes con una imagen erótica. Los cuerpos de los nativos y el cuerpo de la tierra descubierta serán testigos de luchas, muertes, apropiaciones... que señalan el establecimiento del llamado Nuevo Mundo por los antiguos europeos.

A partir de la conquista y la colonización, este continente vive una nueva relación de poder, enmarcada por los tópicos de viaje, deseo, mirada, según las especialistas. Tales conceptos dominan los relatos de viajeros, cronistas, científicos, intelectuales, etc. en los niveles material y simbólico, constituyendo a su vez -desde la escritura y la lectura- "el espesor de nuestro continente, su naturaleza abierta a complejas experiencias de interacción cultural" (Marinone y Tineo, 2010:13). Siguiendo esta idea, las coordinadoras invitan a sus lectores a realizar un desplazamiento / recorrido por las diversas lecturas de los ensayistas. Cada uno aborda, desde su propia mirada, un género (diarios, memorias, crónicas, novelas, cuentos, lecturas de imágenes, entre otros) y una época de producción distintos, abarcando tanto las primeras representaciones de América del siglo XV como las del siglo XX. La heterogeneidad de estudios guarda, en este sentido, gran correspondencia con los contrastes y la pluralidad de paisajes exóticos, habitantes, culturas, vivencias, lenguas... que conforman el continente americano y que las compiladoras pretenden llevar a la materialidad de su propio discurso introductorio, presentando extensas enumeraciones, preguntas retóricas y oraciones con varios elementos relacionados en una única unidad sintagmática híbrida.

Latinoamérica se convierte, así, en objeto de deseo de los nuevos visitantes que la recorren y pretenden capturar su significación, que será actualizada cada vez que los receptores se acerquen a sus relatos indefinidamente.

Retomando la estructura del libro, junto con la introducción aparece La guagua aérea de Luis Rafael Sánchez, de difícil clasificación genérica, pues puede ser considerado un cuento, un ensayo o una crónica. Explotando lo sonoro y lo formal, traza una metáfora del viaje de ida y vuelta entre Nueva York y Puerto Rico. Al respecto, Marinone y Tineo decidieron ubicarlo al inicio por el lugar preponderante que ocupa en la crítica literaria y cultural, y además, porque ante todo privilegian las "fuentes primarias" de los investigadores: los textos literarios.

A continuación, justamente, presentan una serie de colaboraciones dedicadas al análisis de los relatos de viaje. De esta manera, el primer apartado consta del ensayo escrito en portugués por José Alves de Freitas Neto, en el que se trabajan las estrategias narrativas que provocaron la repercusión y perduración de los relatos de Bartolomé de Las Casas hasta la actualidad. El segundo artículo -de Mónica Marinone- analiza cuatro textos de poca circulación de Alejo Carpentier quien, de forma similar a Julio Verne, explora lo desconocido desde una mirada científica y pone a funcionar de otra manera su categoría de lo real maravilloso.

El segundo apartado se abre con el ensayo de Julio Ramos sobre el fresco Still Life and Blossoming Almond Trees de Diego Rivera. El mural lo lleva a preguntarse por las condiciones del viaje del Sur al Norte. Luego, aparece el artículo de Miriam Gárate que trata sobre la noción de viaje a partir de las crónicas -después narrativas- escritas por el mexicano Carlos Noriega Hope. Finalmente, Gabriela Tineo estudia las crónicas y fotografías del entresiglos XIX-XX puertorriqueño, cuando la isla pasa a ser territorio estadounidense y deja de ser una colonia española.

El apartado III consta de la colaboración de Malena Rodríguez Castro, quien aborda el traslado de lo rural a la ciudad del proscripto puertorriqueño José Luis González. Le siguen el artículo de Víctor Conenna, que analiza desde otro punto de vista la rebelión de la raza negra durante el siglo XVIII, en Puerto Rico; y el trabajo de Hernán Morales sobre las nociones de homosexualidad, travestismo y escritura en la novela Tengo miedo torero, del escritor chileno Pedro Lemebel.

En la cuarta sección del volumen, Néstor Cremonte aborda la convocatoria hecha al coronel Pedro Andrés García para realizar un viaje hacia las Salinas Grandes en 1810 y el informe que realizó después de volver de la expedición. A continuación, Rosalía Baltar analiza la representación de América en las cartas de inmigrantes europeos entre 1827-1849 y las condiciones en las que se movilizaban. Por último, Carola Hermida observa el diagnóstico de Ricardo Rojas sobre la importancia de la educación para construir la idea de Nación Argentina.

Finalmente, el apartado V está compuesto exclusivamente por dos ensayos: El viaje, de la práctica al género, donde se intenta descubrir y mostrar la especificidad del género del relato de viaje, y De la naturaleza del viaje, en el que Víctor Bravo arma un relato sobre las experiencias de viajeros desde la llegada de los europeos a Latinoamérica.

Es digno de remarcar la cuidada elaboración y presentación del material. Se evidencia un estilo sobrio y original en la tapa y contratapa del libro (negras), con una única ilustración de líneas espiraladas, blancas y delicadas, que podrían simbolizar el recorrido / el viaje por los diferentes textos. Además, sería posible encontrar una correspondencia entre dicha estética y el título del libro, ya que anticipan y sintetizan los pares de conceptos complementarios que recorrerán todo el corpus textual: viaje y relato, escritura y lectura, Literatura e Historia..., que cada uno de los especialistas consolidan en sus trabajos.

Todos los ensayos mencionados requieren un lector informado y competente en materia literaria e histórica para lograr un mayor acercamiento e interpretación crítica del objeto de estudio. Sin embargo, cierro esta breve reseña recomendando la lectura de Viaje y relato en Latinoamérica no solo a los especialistas en Literatura y/o Historia Latinoamericana, a quienes seguramente les aportará observaciones muy interesantes y productivas, sino también a los usuarios que quizás se acercan por primera vez a este tipo de material, porque aunque no deja de ser exhaustivo, riguroso, comparativo y crítico, resulta claro su planteo desde el inicio hasta el final de la obra.