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Cuadernos del Sur. Filosofía

versión impresa ISSN 1668-7434

Cuad. Sur, Filos.  n.35 Bahía Blanca  2006

 

El horizonte temporal del "último Dios" en Heidegger

Laura Laiseca

Universidad Nacional del Sur / CONICET. E.mail: llaiseca@criba.edu.ar

Resumen
A partir de la consideración de las continuidades encontradas en torno al tema del tiempo la propuesta se centra en la temática del "último Dios", pensado como el más originario desde la dimensión de lo que Heidegger llama el "tiempo auténtico" (eigentliche Zeit) tetradimensional, donde "el origen es lo advenidero" (die Ursprung ist die Zukunft), y lo advenidero no es lo meramente futuro, sino lo predeterminado por "lo sido" (das Gewesen). En este horizonte se comprende la humanidad de los advenideros, un pueblo de creadores entendidos como "los vigías del silencio del pasaje del último Dios".

Palabras claves: Tiempo; El último Dios; Heidegger.

Abstract
The purpose of this paper is to show how Heidegger's interpretation of "the last god" must be thought together with his time's conception. In this way "the last god" is the most original because he comes from the dimension of the "proper time" (eigentliche Zeit) of four dimensions, where "the origin is what will become" (die Ursprung ist die Zukunft), and "what will become" is not the future, but what is predetermined by "what has been" (das Gewesen). On this horizon the humanity of the "future ones" is seen as a community of creators, conceived like the custodians of the silence of the last god' passage.

Key words: Time; The last god; Heidegger.

En la época de Ser y tiempo Heidegger, todavía cree en el plan de una ontología fundamental. Anteriormente ya Heidegger había señalado la necesidad de la fenomenología como ciencia pre-teórica originaria en la cual se basarían las demás ciencias teóricas y cuyo objeto serían las vivencias mismas. Heidegger distingue tres tipos de vivencias: las vivencias del mundo circundante (Umwelt), del mundo propio (Selbstwelt), y del mundo con los demás (Mitwelt). En Zur Bestimmung der Philosophie (Cf. Heidegger, 1987) se plantea una cuestión límite para toda fenomenología, a saber el problema de la posibilidad de una teorización de este campo. Si distinguimos la vivencia vivida de la vivencia mirada por el método fenomenológico, la pregunta es hasta qué punto las vivencias vividas pueden ser descriptas o bien teorizadas, objetivadas por una fenomenología descriptiva sin ser alteradas. Ya en este tiempo a Heidegger le es presente el problema de los límites del lenguaje al describir el torrente siempre cambiante de las vivencias. La reflexión debe alterar necesariamente las vivencias que ya no serán simple e inmediatamente vividas, sino miradas por una conciencia que ha de objetivarlas necesariamente. "En la reflexión las vivencias dejan de ser vivencias vividas y se convierten en vivencias miradas, con lo cual se objetivizan" (Berciano Villalibre, 2001: 31).

El problema surge ante el necesario carácter científico de la fenomenología como ontología fundamental. Heidegger ya se separa de Husserl en este planteamiento observando cómo no se puede escapar de la teorización, si se quiere hacer de las vivencias objeto de una ciencia. Por definición, toda descripción es objetivadora al expresarse en conceptos generales que se apartan de una comprensión inmediata de las vivencias vividas. Toda objetivación supone un sujeto trascendental que necesariamente ha de tomar distancia de sus vivencias al querer describirlas y comprenderlas.

Ante este dilema, Heidegger propone un lenguaje más originario para alcanzar ese "algo" premundano en el cual se enmarca todo lo vivenciable en general. Este campo no sería teórico, sino pre-teórico, sería el campo de un fenómeno fundamental que sólo puede ser captado mediante una intuición hermenéutica. Dicha fenomenología hermenéutica ya no es reflexiva, pues: "hace temática la vida en sus vivencias en el mundo circundante, no objetivándola reflexivamente, sino comprendiento-explicando, dejándola en su carácter de acaecer" (Von Hermann, 1991, 34).

Ya en el época de Ser y tiempo, Heidegger se ha apartado de todo sujeto trascendental, situando el centro de su analítica existenciaria en el ser ahí. Heidegger se dirigirá a un ente determinado que dentro de la totalidad de los entes tiene la primacía. Ese ente privilegiado es el ser humano, por ser el único que ex-siste, y que tiene comprensión del ser. El ser-ahí se encuentra arrojado, en el estado de yecto (Geworfenheit) al cual puede responder con una actitud auténtica o bien inauténtica sumergiéndose en el "se", en el man. El Dasein ya supone una ruptura con la categoría de existencia de la metafísica moderna, ya no se trata de ninguna mismidad en el sentido de un sujeto metafísico, ha desaparecido también el sujeto trascendental husserliano. La mismidad del Dasein es en el mundo como siendo con, pero se ha perdido en la cotidianeidad de una existencia inauténtica. Lo que permite pasar a la existencia auténtica es la angustia y el reencontrarse en la cura, que es el verdadero ser del Dasein. En el pre-ser-se (sich-vorweg-sein) en el ser-ya-en el mundo, el Dasein siente la angustia ante su "estado de abandono" (Überlassenheit), pues el existir es siempre fáctico: La existenciariedad (Existenzialität) es determinada esencialmente por la facticidad.

Por su parte, "cura" (Sorge) no sólo significa el "esfuerzo angustioso" (ängstliche Bemühung) donde es conservado el lado de la Angst, sino también la "solicitud" (Sorgfalt), la entrega (Hingabe)1. Donde aparece una palabra clave de gigantesca tradición evangélica, die Gabe, cura es el darse, el entregarse a la donación del ser del ser que tiene su lugar en el Da, del Dasein. "La perfectio del ser humano, el llegar a ser lo que puede ser en su ser libre (Freisein) para sus más propias (eigentlich) posibilidades (en la proyección) (dem Entwurf), es una obra (Leistung) de cura (Sorge)" (Heidegger, 1949, 199)2. Desde la cura se comprende que nuestro ser es tiempo. La Sorge es un pre-serse ya en junto al ente, donde encontramos una figura primaria de la temporalidad. Por otra parte, el doble sentido de cura alude a una estructura fundamental en medio de su estructura esencial doble de proyecto yecto (geworfener Entwurf). El ser-ahí es un ente al que en su ser le va este mismo. Le va en el sentido del ser libre para su poder ser más propio, su poder ser para la muerte, en el sentido de ser libre para asumirse como mortal, para entregarse al misterio de la nada, del supremo anonadamiento de todo ente que hace presente al ser. Porque si la muerte es la necesidad (Not) de la suprema falta de necesidad (Notlössigkeit), la nada es el ser visto desde la perspectiva del ente.

De la facticidad se dirige Heidegger a la historicidad donde se patentiza la libertad en la resolución (Entschlossenheit). En este horizonte la historia no es más la Historie, sino el asumir un destino-envío (Geschick), el destino de la Geschichte, es decir el de la "historia destinal" del destino-envío del ser mismo. En este contexto, Heidegger ya está distinguiendo no sólo el presente del mero "ahora", de otro tipo de presente no ordinario, sino de un pasado que es el Gewesen, el pasado fundante de "lo sido" que no es meramente "lo pasado". Esta distinción ya está presente en Ser y tiempo, y se mantiene hasta el fin en Tiempo y ser.

Expresamente afirma Heidegger en Ser y tiempo:

"La temporalidad (Zeitlichkeit) horizontal-extática se temporacía (zeitigt) primariamente desde el advenir (Zukunft). La comprensión vulgar del tiempo, por lo contrario, ve el fenómeno fundamental del tiempo en el ahora, y en el puro ahora mutilado en su plena estructura que se llama el 'presente' (Gegenwart)" (Heidegger, 1949, 427)3.

No obstante si dentro de Ser y tiempo, el futuro parece tener la primacía, pensado desde el "ser para la muerte" que debe ser asumido como el destino humano, como el "devenir los mortales" como dirá Heidegger posteriormente, pareciera no obstante que el pasado en el sentido del Gewesen, es lo verdaderamente determinante, pues el presente auténtico verdadero es un presente determinado por "lo sido" y proyectado hacia un futuro que no es mero futuro (en el sentido de lo que linealmente sigue al presente), sino nuevamente lo advenidero (Zukunft) como aquel futuro predeterminado por el juego de "lo sido" con el presente.

A pesar de que en los Aportes a la filosofía se da preeminencia a la "estructura de emsamble" (Fuge) de los juegos de los tiempos, si la traducimos espacialmente, pero que es al mismo tiempo una "fuga" musical si la pensamos temporalmente, ya en Ser y tiempo está presente la distinción fundamental entre "lo sido" (das Gewesen) y "lo pasado" (das Vergangen) en la constitución fundamental de la historicidad.

"La reiteración (Wiederholung) es la tradición (Überlieferung) expresa, es decir, el retroceso a posibilidades del ser ahí sido ahí (das dagewesene Dasein). La reiteración propia de una posibilidad de existencia sida (gewesene Existenzmöglichkeit) - el elegirse ahí su héroe- se funda existenciariamente (existenzial) en la resolución (Entschlossenheit) precursora" (Heidegger, 1949, 385)4.

La reiteración no es reiterar lo pasado, sino la revocación (Widerruf) de lo que en el hoy sigue actuando como lo "pasado". La historicidad "propia" del ser ahí tiene su centro de gravedad en "lo sido", en el destino envío del ser mismo, no en el mero pasado que no vuelve más de la historicidad del existir impropio (uneigentliches Existieren).

Ahora bien, en esta etapa de la primera gran obra de Heidegger, ser y tiempo son pensados desde una perspectiva horizontal-trascendental principalmente como han señalado varios autores entre ellos Von Hermann5, dicha perspectiva comenzará a ser abandonada en los años cuarenta en obras como Conceptos fundamentales, lección que dictara Heidegger en el semestre de verano de 1941 (Cf. Heidegger, 1989c, 122ss.) hasta llegar a los desarrollos definitivos de Tiempo y Ser que postulan un tiempo tetradimensional.

En los años intermedios, es decir entre los años treinta y principios de los cuarenta se elaboran las principales tesis heideggerianas que podrían resumirse del siguiente modo: 1. El ser se da (es gibt) histórico-destinalmente, pero al mismo tiempo se retrae (das Sein entzieht sich), 2. El carácter de " retraerse " (o "re-tirarse") del ser (Enzug-Charakter) significa también que el ser se conserva (sich bewahrt), lo que Heidegger denomina el "permanecer retardándose del ser" (Ausbleiben) o "abandono del ser" (Seinsverlassenheit), 3. El "abandono del ser" (Seinsverlassenheit) ocasiona el "olvido del ser" (Seinsvergessenheit), 4. La metafísica es la gran época del "olvido del ser" (Seinsvergessenheit), 5. El abandono del ser (Seinsverlassenheit) y el olvido del ser (Seinsvergessenheit) van unidos indisolublemente como nihilismo propio (eingentlicher Nihilismus) e impropio (uneingentlicher Nihilismus) respectivamente, 6. La metafísica se ha consumado (sich vollendet) en la inversión (Umkehrung) de los principios de la filosofía platónica y cartesiana, 7. El nihilismo de la metafísica provoca el advenimiento del nihilismo de la técnica, 8. La superación-sobretorsión (Überwindung) del nihilismo de la metafísica se da a través de la "torsión del olvido del ser" (Verwindung der Seinsvergessenheit), 9. La superación-sobretorsión del pensamiento metafísico es posible mediante un "otro pensar" (das andere Denken) que es el "recuerdo-interiorizante" de la metafísica (Erinnerung in die Metaphysik) en una primera etapa del pensamiento heideggeriano, y luego el pensamiento rememorante (Andenken), 10. La superación-sobretorsión (Überwindung) del nihilismo de la metafísica y de la técnica posibilitará el "advenimiento del "último Dios" (der letzte Gott) a través de la humanidad de "los advenideros" (die Zukünftige)

El fin de las lecciones de Friburgo es probar cómo la metafísica se ha consumado y cerrado sobre sí misma en su doble inicio platónico y cartesiano. Nietzsche viene a significar el cierre y la doble inversión de la metafísica de la Grecia antigua y de la modernidad. De tal modo el pensamiento de la voluntad de poder y del eterno retorno de lo mismo, se configuran como la inversión de los principios de la metafísica platónica y de la metafísica de la subjetividad iniciada a su vez por la filosofía cartesiana, cuya culminación se dará para Heidegger en Nietzsche.

Paralelamente en estos años Heidegger elabora sus Aportes a la filosofía. Acerca del acontecimiento apropiador6. El título alude a un intento (Versuch), a un camino intentado en la época del "traspaso" (Übergang) de la metafísica hacia el pensar histórico-destinal, en el sentido de un pensamiento advenidero (das künftige Denken). Mas bien se trata de un "paso hacia el pensamiento" (Gedanken-gang) a través del cual es traspasado (durchgehen) el ámbito hasta ahora completamente oculto de la esenciación (Wesung) del ser y de este modo iluminado y alcanzado en su más propio carácter de acontecimiento apropiador, lo cual equivale a decir que estamos frente al acontecimiento apropiador que permite el paso del hombre entendido como animal racional al ser-ahí. Los manuscritos de los Aportes, datan de un periodo que va de 1936 a 1938, periodo paralelo a las lecciones de Friburgo de los años 1930 al 36, cuyo centro temático lo ocupa Nietzsche y el nihilismo como acontecimiento histórico-destinal (Cf. Von Hermann, 1994: 64ss.).

La obra se articula en diferentes "fugas" o "juntas" (Fugen), a saber la resonancia (der Anklang), el pase (das Zuspiel), el salto (der Sprung), la fundación (die Gründung), los advenideros (die Zukünftigen), y el último Dios. Los Aportes son un proyecto (Entwurf) apropiador a partir del clamor (Zuruf) o "echada" Zuwurf del ser. El primer capítulo "caminos hacia el acontecimiento apropiador" (Wege ins Ereignis) nos habla de un camino que se dirige al acontecimiento apropiador mismo entendido como la copertenencia de la verdad del ser y del ser-ahí que se dará a través de las mencionadas "fugas" (juntas). Pues el ser necesita del ser humano, para esenciarse y el ser humano pertenece al ser, para que lleve a cabo su más extrema determinación (äusserste Bestimmung) como ser-ahí. En esta obra, Heidegger opone al ser-ahí (Da-sein), el ser fuera o estar ausente (Weg-sein). "El estar-ausente es el nombre más originario para la inautenticidad del ser-ahí. El estar-ausente, visto a partir del ahí y perteneciente a la forma de explotación (Betreibung) de lo presente a la mano (das Vorhandensein)" (Heidegger, 1989a: 324)7. Pero el ahí del ser-ahí sólo se da histórico-destinalmente. El ser humano sólo es histórico destinal, esto es, histórico-destinal-fundante e insistente (inständig) en el "ahí" (da) en la forma del albergar (Bergung) de la verdad en el ente. Al ahí pertenece como su más extremo carácter (sein Äusserstes) aquella ocultación en su más propio estar abierto, el fuera (das Weg) es pensado como la permanente posibilidad del estar-fuera o ausente (Weg-sein), que el ser humano conoce en las distintas posibilidades de la muerte. Al mismo tiempo, la muerte tiene que ser determinada como la más extrema posibilidad del ahí. El estar fuera no se refiere de este modo al mero estar ausente de un existente, sino a aquello que es lo otro del ahí, a aquello que nos está totalmente oculto, mas dicho ocultamiento (Verborgenheit) pertenece al ahí necesariamente, de modo que ambos deben comprenderse en el carácter de la instancia-insistencia (Inständigkeit) del ser-ahí.

"La muerte como lo extremo del ahí (das Äusserste des Da) es al mismo tiempo lo más intrínseco (das Innerste) de su posible transformación (Verwandlung) completa. Y en esto reside al mismo tiempo la referencia a la más profunda esencia de la nada" (Heidegger, 1989a: 325).

El pensamiento ordinario asocia la muerte con el "fin" al modo de un término y la "nada" con la mera ausencia, sin aprender a comprender de qué modo "con la inclusión con instancia, extasiante (mit dem inständlichen entrückungsmässigen Einbezug), de la muerte en el ahí, tiene que modificarse la esencia de fin y nada" (Heidegger, 1989a: 325). Pues desde la perspectiva del ente, el ser es la nada, pero a su vez, el ser necesita de ese "ente" especial que es el Da-sein, para donarse en el "Da" de su ser-ahí en la temporalidad. El ser "se da" (es gibt) en el ente, como la "presencia de lo presente" (die Anwesenheit des Anwesens). Mas el ser, se hace presente en el ente, retirándose (sich entziehen) y ocultándose (sich verbergen), con lo cual se conserva (sich bewahren).

Desde el comienzo de Ser y Tiempo, hasta el final de Tiempo y Ser, se perfila la pregunta por el ser, si bien y desde el inicio Heidegger se enfrenta con la dificultad que supone el no poseer otro lenguaje que el de la metafísica, y a su vez, el ser consciente de la necesidad de su superación en el sentido de la "sobretorsión" (Überwindung) de la metafísica, lo cual supondrá la "torsión" (Verwindung) del olvido del ser acontecido desde Platón hasta Nietzsche. Mas para poder torcer el modo de pensar metafísico en el que el ser se concibe a partir del ente es necesario preguntar nuevamente por la verdad del ser. La pregunta por el sentido del ser se transforma en la pregunta por la "verdad", como desocultamiento (Unverborgenheit) del ser.

En los años treinta Heidegger se concentra en la "historia de la metafísica", como "destino" del ser (Geschick) que donándose y destinándose en el Dasein sólo así se hace destino (Cf. Heidegger, 1961)8. La "historia destinal" (Geschichte) de la metafísica se manifiesta como la época del "olvido del ser". Nietzsche ocupa aquí un puesto fundamental por ser el último metafísico, es decir aquel que realiza la "consumación" (Vollendung) de la metafísica a través de la inversión de los principios postulados en su inicio por Platón, y por Descartes en su reinicio en la modernidad. No se trata, sólo del "fin" como término (Ende), sino como la consumación de la época del "olvido del ser"9. Precisamente en su lección de 1944/46, "La determinación del ser-histórico-destinal del nihilismo", Heidegger vuelve a insistir sobre el puesto de Nietzsche como consumador de la metafísica entendida como la época del "nihilismo impropio" (uneigentlicher Nihilismus) u "olvido del ser" (Seinsvergessenheit), el cual a su vez no tiene su origen en una limitación humana, sino en el "retiro del ser", lo que se denomina el "permanecer retardándose" del ser (Ausbleiben) o "abandono del ser" (Seinsverlassenheit), que provoca el llamado "nihilismo propio" (eigentlicher Nihilismus). "Abandono del ser" y "olvido del ser" son ambos lados del mismo "acontecimiento apropiador" (Ereignis) que determina el presente histórico destinal del advenimiento del nihilismo de la técnica, consecuencia del nihilismo impropio de la metafísica.

El Dasein se configura como el "buscador del ser", luego como el "guardián de la verdad del ser", no olvidando que el "lenguaje es la casa del ser". Mas en los Aportes nos habla Heidegger de los advenideros (die Zukünftigen) como "los silenciosos testigos del más silencioso silencio" o bien como los vigías del silencio del pasaje del último Dios". Desde el comienzo en el epígrafe, Heidegger distingue al "último Dios" del cristiano, él es : "el totalmente otro con respecto los habidos hasta ahora, por sobre todo con respecto al cristiano". Donde Heidegger nuevamente se separa de su origen en teológico en la teología católica y protestante. Ya no es el dios de la salvación el aquí propuesto a pesar de la entrevista con Spiegel, donde el avance del nihilismo de la técnica y la época final de la "devastación de la tierra" como Heidegger llama a esta época, le hace exclamar "sólo un Dios puede salvarnos" (Heidegger, 1989b: 51ss.).

Mas la problemática de Dios no puede ir separada de la problemática del tiempo, lo cual nos remonta de nuevo al origen, al joven Heidegger de su tesis de habilitación que contraponía a la eternidad de Dios, la temporalidad del mundo (Cf. Pöggeler, 1993, 23ss.)10. Porque el salto al origen es lo advenidero (die Ursprung ist die Zukunft) donde se debe repensar nuevamente el origen de un pasado al modo de una fuente fundante, lo cual nos hace pensar el tiempo ya no desde las determinaciones habituales de presente, pasado y futuro. Hay que pensar la eternidad que no es simplemente la infinitud de los ahoras, sino esa cuarta dimensión que permite el ensamblaje-junta-fuga del juego de todos los tiempos. Heidegger lo llama "el pase" (das Zuspiel), que tiene el sentido del "juego para" en el lenguaje deportivo, del jugador que pasa la pelota a alguien. Es la cuarta dimensión que permite el ensamblaje y el traspaso del juego de todos los tiempos, mas no como son concebidos por el tiempo lineal ordinario. La concepción sucesiva del tiempo debe ser abandonada pues hasta podría pensarse en cierta simultaneidad o contemporaneidad de los tiempos en sus ensamblajes. "Lo sido" (das Gewesen) no es simplemente "lo pasado" (das Vergangen) que no vuelve más, sino la "reunión de lo que perdura".

"En la meditación recordamos e interiorizamos el ser y el modo en que éste inicialmente esencia y todavía, en tanto que inicial, esencia, sin devenir por ello en cada caso un ente del presente. Es verdad que lo inicial es algo sido pero no pasado. Lo pasado es siempre lo ya-no-ente, mientras que lo sido es el ser todavía esenciante el ser es, a su vez, lo oculto en su inicialidad (Anfänglichkeit)" (Heidegger, 1989c: 127).

Heidegger recupera el antiguo verbo wesen, "esenciar", para designar este "darse" del ser, que nunca es igual a la "esencia" que no cambia al modo metafísico. Ya había señalado Hegel, cómo en el tiempo sido (gewesen), la lengua alemana conservaba la "esencia" (Wesen), en el sentido de un pasado intemporal al modo de un arché imperante aún hoy. Heidegger también se aparta de la esencia metafísica apelando al giro "esenciación" (Wesung) del ser, para indicar la temporalidad del ser que se da histórico-destinalmente. Por su parte, el futuro debe ser pensado no como lo que aún no ha ocurrido (Futur), sino como "lo advenidero" (die Zukunft) que a diferencia del mero "futuro" nos retrotrae a "lo sido" (Gewesen) de un destino-envío (Geschick) que se da desde un "origen" (Ur-sprung) en el sentido de un "salto" (Sprung) al origen. En Conceptos fundamentales ya encontramos estas diferenciaciones que se repiten posteriormente en Tiempo y Ser 11.

"Lo pasado, pasado está; esto es, el ente que era anteriormente ya no es un ente; toda la historia trata de entes que ya no son… El recuerdo interiorizante del inicio (Anfang) no concierne al ente y a lo pasado, sino a lo sido, esto es: a lo todavía esenciante, al ser" (Heidegger, 1989c: 127).

La representación lineal del tiempo debe ser abandonada, el padre devorador de sus hijos cede ante la figura de un arcano en el fluir doble de la donación-retracción, fundamento y existencia que se funda en el infundamento (Ungrund) para decirlo con Schelling, a quien injustamente Heidegger no nombra. "Lo sido" es la fuente fundante y por lo tanto "todavía esenciante" de "lo advenidero". Lo mismo se encontrará expresado en Tiempo y ser, donde Heidegger nos hablará del ámbito de la "regalía" del tiempo "auténtico", es decir del tiempo "tetradimensional":

"Lo que nosotros, empero, llamamos en nuestra enumeración la cuarta dimensión es la primera según la cosa (Sache), a saber, la regalía (Reichen) que todo lo determina. Ella aporta en lo por-advenir (Ankunft), en lo sido (Gewesen), y en el presente (Gegenwart), el estar presente (Anwesen) que le es propio a cada uno, los mantiene esclarecedoramente (lichtend) separados y los mantiene también juntos en la cercanía (Nähe), de la cual quedan las tres dimensiones mutuamente cercanas" (Heidegger, 1988:16)12.

De este modo la humanidad de los advenideros no son simplemente una forma de humanidad futura, por el contrario ya están presentes y predeterminados desde la fuente fundante de "lo sido" que se distingue del mero "pasado".

"Aquellos extranjeros de igual corazón, igualmente decididos para la regalía (Schenkung) y el rehuso (Verweigerung) que se les destina (beschieden). Los guardianes (Stabhalter) de la verdad del ser…han de guardar oculto (verborgen zu halten), lo más oculto, el temblor del pasaje de la decisión sobre los dioses, la esenciación del ser" (Heidegger, 1989a: 395)13.

Sólo en este sentido los ad-venideros (die Zu-künftigen) son aquellos venideros, pero al mismo tiempo ya están presentes como Hölderlin "el más advenidero" (Heidegger, 1989a: 400). A ellos les corresponde saber al igual que para los hombres superiores de Nietzsche, que "nuestra hora es la época del hundimiento en el ocaso (Untergang)". Precisamente "los que se hunden en el ocaso (die Unter-gehenden) son aquellos que en un sentido esencial se introducen (unter-laufen) en lo que ha de venir (lo venidero) y se ofrecen a él como su advenidera fundación invisible…"(Heidegger, 1989a: 397). Su temple no ha de ser ni la resignación ante el abandono ni el temor, sino el temple de ánimo conductor (Leitstimmung) de resonancia (Anklang) que es temblor (Schrecken) ante el abandono del ser (Seinsverlassenheit) y al mismo tiempo temor respetuoso (Scheu) ante el acontecimiento apropiador (Heidegger, 1989a: 396).

En el llamado "tiempo auténtico" tetradimensional, el "último Dios" no es el último en llegar de una larga cadena de divinidades, pues "lo último se sustrae a todo cálculo y tiene que por eso mismo poder soportar el peso del más ruidoso (laut) y frecuente malentendido" (Heidegger, 1989a: 405). En los tiempos de la muerte de Dios, anunciada por Nietzsche, Heidegger se pregunta cómo estaremos preparados para el "signo" (Wink) del último Dios, si aún no hemos podido comprender su muerte. Por el contrario:

"...el último Dios no es el fin, sino el virar hacia sí del inicio; y, por tanto, la forma suprema del rehuso (Verweigerung), puesto que lo inicial se substrae (sich entzieht) a toda fijación y se esencia (west) elevándose por sobre todo aquello que ya en cuanto advenidero (künftiges) es en él recogido y entregado a su fuerza determinante" (Heidegger, 1989a: 416).

"El último Dios no es el fin, sino el otro comienzo de incalculables posibilidades de nuestra historia" (Heidegger, 1989a: 411).

No debemos esperar al último Dios, pues la espera es la forma más profunda de la falta de Dios (Gottlosigkeit). Pocos saben que es Dios quien espera la fundación de la verdad del ser (die Gründung der Wahrheit des Seins) y con esto la sustitución a la manera de un salto (Einsprung) del ser humano al ser-ahí. Lo cual desde ya, supone nuevamente un salto al origen para abrir esas incalculables posibilidades de nuestra historia. La forma suprema del rehusarse (sich verweigern) del "último Dios" es al mismo tiempo la cercanía (die Nähe) "la cercanía que suena en resonancia (Anklang) con el ser desde la experiencia de la necesidad (Not) del abandono del ser (Seinsverlassenheit)" (Heidegger, 1989a: 412). Mas todavía no somos capaces de dimensionar el pleno viraje del ser (die volle Kehre des Seins). Aún estamos situados en la lucha (Kampf) por el último Dios en el sentido de la fundación de la verdad del ser como del espacio de tiempo (Zeitraum) del silencio (Stille) de su pasaje (Vorbeigang). Por eso debemos "preparar la fundación de la verdad", porque el último Dios nos necesita y nos requiere como fundadores del Da-sein. Son los advenideros los que "fundan al ser-ahí, a través del cual vibra (schwingt) la consonancia (Einklang) de la cercanía del Dios … Ser-ahí - completo movimiento (Durchrückung) de toda relación (Bezüge) de lejanía y cercanía (acceso) (Anfall) del último Dios" (Heidegger, 1989a: 400).

Notas

1 La palabra Hingabe reúne muchos significados importantes en el lenguaje teológico: abnegación, devoción, entrega, fervor.
2 Cf. § 42. En la versión española de la cual nos apartamos en la traducción: Ser y tiempo, trad de José Gaos, México, F. C. E., 1977, p. 219. Para comodidad del lector español citaremos por la edición alemana indicando el parágrafo.
3 Cf. § 81.
4 Cf. § 74.
5 Cf. Von Hermann, 1994: 57ss.
6 En la traducción española de Dina Picotti: Aportes a la filosofía. Acerca del evento, Buenos Aires, Biblos, 2003. Como no se sigue siempre esta traducción citaremos por la edición alemana de Heidegger, acompañando dicha citación con la referencia a la edición española.
7 Cf. Heidegger, 2003: 263.
8 Para los pasajes de las lecciones no incluidos en la edición alemana de Neske, véase: Pöggeler, Otto, Martin Heidegger. Faszination und Erschrecken. Die politische Dimension einer Philosophie, Frankfurt am Main, Camus, 1990.
9 El término alemán Vollendung está compuesto por voll, adjetivo que significa "pleno, "lleno" y Ende que significa "fin" o "término". En la lengua alemana tiene una gran resonancia teológica si pensamos en las últimas palabras de Jesús en el evangelio de San Juan (Juan 19,30) : consummatum est, que en la traducción luterana se expresa con "es ist vollendet", se ha consumado. Por su parte la traducción latina está volcando el tetélestai del griego, que incluye la idea de un telos que se ha cumplido en la consumación de la obra de Jesús en la tierra, consumación que ya estaba predeterminada aún en los más mínimos detalles como eran el tener que recibir vinagre antes de morir. La traducción castellana por "acabamiento" no expresa la idea de un destino que se ha cumplido, de algo predeterminado precisamente en la dimensión de "lo sido" (das Gewesen) que como se explicó en Heidegger no es lo meramente pasado (das Vergangen).
10 Nos referimos a su tesis sobre Duns Scoto: Die Kategorien - und Bedeutungslehre des Duns Scoto.
11 El curso "Conceptos fundamentales" data del semestre de verano de 1941 mientras que la conferencia "Tiempo y ser" fue pronunciada el 31 de enero de 1962.
12 En la versión española, cf. Heidegger, 1999: 34ss. No seguimos en nuestra traducción la versión española que no distingue entre "lo pasado" (das Vergangen) y "lo sido" (das Gewesen), distinción fundamental en este escrito.
13 Cf. Heidegger, 2003: 395ss.

Referencias bibliográfícas
1. Berciano Villalibre, Modesto, La revolución filosófica de Martín Heidegger, Madrid, Biblioteca Nueva, 2001.
2. Heidegger, Martín, Acerca del evento. Aportes a la filosofía, trad. de Dina Picotti, Buenos Aires, Bilos-Almagesto, 2003.
3. Heidegger, Martín, Beiträgen zur Philosophie, (Gesamtausgabe Band. 65) Frankfurt am Main, Vittorio Kostermann, 1989a.
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8. Heidegger, Martin, Tiempo y ser, trad. de Manuel Garrido, Madrid, Tecnos, 1999.
9. Heidegger, Martin, Zur Sache des Denkens, Tübingen, Max Niemeyer, 1988.
10. Heidegger, Martín, Zur Bestimmung der Philosophie, (Gesamtausgabe Band. 56/57) Frankfurt am Main, Vittorio Kostermann, 1987.
11. Pöggeler, Otto, El camino del pensar de Martin Heidegger, trad. de Félix Duque, Madrid, Alianza,1993.
12. Von Hermann, F. W. Von Heidegger her, Frankfurt am Main, Vittorio Klostermann, 1991.
13. Von Hermann, F. W., Wege ins Ereignis. Zu Heideggers Beiträgen zur Philosophie, Frankfurt am Main, Vittorio Klostermann, 1994.

recibido: 18/09/05
aceptado para su publicación: 15/07/06