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Cuadernos del Sur. Historia

versão On-line ISSN 2362-2997

Cuad. Sur, Hist.  no.35-36 Bahía Blanca  2007

 

Mujeres en Blanco y Negro. La misión religiosa de las Hermanas del Huerto en los hogares de tránsito de la Fundación Eva Perón

Carolina Barry*

* Universidad Nacional de Tres de Febrero Universidad General San Martín.E-mail: cbarry@fibertel.com.ar

Resumen
La ayuda social brindada por la Fundación Eva Perón ha sido analizada, en los estudios que intentan abarcar su problemática, como la entrega o facilitación de servicios y bienes materiales de distinto tipo y valor a toda persona careciente que así lo solicitara. Pero poco o nada se ha dicho, por desconocimiento u omisión, de la labor netamente religiosa que encaró en una de sus instituciones más importantes y orgullosamente enseñada, como los hogares de tránsito para mujeres. El presente trabajo propone describir y analizar la manera en que se impartió la actividad religiosa en los hogares de tránsito de la Fundación Eva Perón de la mano de las Hermanas del Huerto quienes, además, tuvieron una fuerte identificación con Evita y sus postulados de ayuda social.

Palabras clave: Fundación Eva Perón; Hogares de Tránsito; Hermanas del Huerto; Políticas Sociales Femeninas en el Primer Peronismo

Abstract
Research aimed at covering the whole range of problems posed by Eva Perón Foundation, has defined its social help as the provision or facilitation of services and diverse material goods to every single needy that so demanded. But little or almost nothing has been told, whether by ignorance or omission, about the purely religious tasks that such Foundation carried out in one of its most important and proudly shown institution: the temporary homes for women. The purpose of this research is to describe and analyze the way in which religious activity was put into practice in the temporary homes of Eva Perón Foundation, through the Hermanas del Huerto (Sisters of the Olive Garden), who were, in addition, deeply involved with Evita and her charity postulates.

Key words: Eva Perón Foundation; Temporary Homes; Hermanas del Huerto (Sisters of the Olive Garden); Women`s Social Policies During First Peronism

Recibido 27/07/05
Aceptado para su publicación 24/08/05

Introducción

El peronismo alberga una caracterización muy singular en su relación con la Iglesia Católica: formar parte de la tradición política más católica de nuestro país y también la más hereje. El punto de mayor acercamiento entre la Iglesia y el Estado y también el de más violento enfrentamiento1. Sin embargo esta situación se revela, prácticamente asintomática, en los Hogares de Tránsito de la Fundación Eva Perón. La ayuda social brindada por la Fundación Eva Perón ha sido analizada, en los estudios que intentan abarcar su problemática, como la entrega o facilitación de bienes materiales de distinto tipo y valor a toda persona careciente que lo solicitara. Pero poco o nada se ha dicho, por desconocimiento u omisión, de la labor netamente religiosa que encaró en sus instituciones. Una de ellas fueron los hogares de tránsito que apuntaban a desarrollar estrategias de inclusión social a partir de dar solución a necesidades sanitarias, habitacionales y laborales de las mujeres. Esta intervención social procuraba, también, consolidar las bases de constitución política del gobierno. El presente trabajo propone describir y analizar la manera en que se impartió la actividad religiosa en los Hogares de Tránsito de la Fundación Eva Perón de la mano de las Hermanas del Huerto, intentar desentrañar sus peculiaridades y procurar responder si formó parte de las políticas de inclusión femenina adoptadas por el peronismo y en su defecto, cuáles eran sus características.

La carencia de investigaciones puntuales y específicas sobre el alcance de la Fundación Eva Perón y sus instituciones han generado un vacío en la historiografía argentina. Los estudios que tangencialmente tratan el tema no son muchos. La publicación contributiva de Néstor Ferioli, La Fundación Eva Perón, ha provisto datos y percepciones valiosas, pero no logra desentrañar la complejidad de la Fundación en su relación con la atención de las mujeres, como tampoco las líneas de similitud y conflicto entre la Fundación y la Sociedad de Beneficencia y los organismos estatales2. Poco dice sobre los Hogares de Transito y nada sobre la labor religiosa de las Hermanas del Huerto. La historiografía académica recorrió en forma tangencial la intervención de la FEP para integrar socialmente a las mujeres. Marysa Navarro, brindó algunas líneas generales para comprender el funcionamiento de la FEP, pero debido al carácter biográfico de la obra no incursiona en el aspecto que nos convoca3. El aporte de Mariano Plotkin fue estudiar los mecanismos de consenso del "régimen". Para el autor, la FEP funcionó como un "mecanismo informal" tendiente a generar "consenso pasivo" a través de la participación en ciertos aspectos de la vida cotidiana de los sectores más débiles y peor estructurados de la sociedad: los pobres, las mujeres, los niños y jóvenes4. Sin embargo, Plotkin no desentraña la lógica de integración social que tuvieron dichas instituciones en relación a las mujeres.

La ausencia de trabajos monográficos, como también de nuevas perspectivas de análisis sobre distintas áreas del peronismo en general, y la Fundación Eva Perón en particular, podría atribuirse a distintos factores. Entre otros, y no menor, es la ausencia de fuentes documentales disponibles. Después de la caída de Perón en 1955, la gran mayoría de los archivos correspondientes a este período fueron destruidos o simplemente desaparecieron, haciendo prácticamente imposible la investigación sobre ciertos temas. Sin embargo, algunos pocos documentos de suma importancia provenientes de archivos privados están saliendo a la luz. Tal es el caso del archivo utilizado para la confección de este trabajo. El corpus documental utilizado pertenece al Archivo privado de la Casa Provincial Buenos Aires y Montevideo de las Hermanas del Huerto. Está formado por los registros internos diarios, mensuales y anuales realizados por las hermanas informando sobre los Hogares de Transito 1, 2 y 3 de la Fundación Eva Perón desde 1948 hasta 1956. Es para destacar, que estos registros eran de carácter secreto y servían sólo de información interna y de asentamiento de datos para que, eventualmente, circulase dentro de la congregación. Vale decir que fueron escritos sin pensar que serían leídos por otras personas ajenas a la misma, lo que las hace adquirir mayor valor, aún. El corpus contiene, también, documentación de la Fundación Eva Perón y del Arzobispado de Buenos Aires, especialmente cartas, notas y memorandos. También se ha podido consultar el registro de Bautismos, Comuniones, Confirmaciones y Casamientos realizados en los tres hogares de tránsito y los libros de Oro firmados por los ilustres visitantes a los hogares. La reconstrucción de la vida en los hogares ha sido posible gracias a las 21 entrevistas realizadas por la autora a personas vinculadas, de distinta manera, con los hogares de tránsito, entre las que se encuentran religiosas, asistentes sociales, directoras, empleadas, asistidas, como antiguos propietarios de las casas donde funcionaron.

Los Hogares de Tránsito

La Fundación Eva Perón (FEP) inauguró tres hogares de tránsito en la ciudad de Buenos Aires en 1948, siendo sus primeras obras edilicias5. De acuerdo a sus estatutos, nacieron con el fin de "proteger socialmente a la mujer que con o sin hijos, estuviera privada accidentalmente de domicilio por carecer de medios o por alguna razón que así lo condiga". Los hogares estaban destinados a dar alojamiento provisional y alimentación en forma gratuita mientras durara el estado de necesidad a toda mujer que careciera de hogar6. En un principio, la escasez de vivienda era el objetivo primordial a cubrir, pero también acudían a pedir alojamiento transitorio en Buenos Aires, mujeres que viviendo en el interior del país necesitaran cumplir con un tratamiento médico, realizar un trámite, o conseguir trabajo, entre otras cosas. El estatuto de la FEP menciona que los Hogares prestaban ayuda monetaria o en elementos, como ropa, pasajes, viviendas, tratamientos médicos, elementos de trabajo, becas de estudio universitarios a toda persona carente de recursos que lo solicitara y que a juicio de la fundadora, Eva Perón, mereciera ser otorgado.

Cada hogar de tránsito funcionaba con una triple estructura y cada una con su propia jerarquía: las empleadas administrativas, las religiosas y las asistentes sociales. El personal administrativo estaba integrado por: una directora, una secretaria administrativa, dos auxiliares de secretaria y de contabilidad patrimonial. La directora era la responsable de las distintas actividades y de la estructura general del Hogar, teniendo a su cargo la supervisión de todas las tareas que se desempeñaban. De la dirección dependían en forma directa la secretaria, servicio social y el economato. La oficina de asistencia social estaba compuesta por cuatro asistentes sociales que se ocupaban de la parte médico - asistencial de las internas y de sus hijos. El tercer grupo estaba integrado por las Hermanas del Huerto, una congregación dedicada a la caridad y la educación. Había cuatro 4 hermanas en cada hogar, se ocupaban del economato y la instrucción religiosa y estaban en relación directa con las mujeres alojadas. Como vivían en los hogares, su dedicación era de tiempo completo.

La condición de las mujeres alojadas en los hogares de tránsito estaba catalogada de pobreza absoluta o de indigencia, con un muy bajo nivel de sociabilidad y de instrucción. A eso se sumaban carencias heredadas por varias generaciones y problemas muy profundos y, muchas vece, de difícil o imposible resolución. Era gente que "no tenían donde caerse muertas, indigentes que vivían bajo chapas, venían muchos de Tucumán, Jujuy, Santiago del Estero, Misiones, Chaco, Formosa, del sur casi nada" recuerda Adela Magistrelli, directora del Hogar n° 27. Pese a la creencia generalizada, a la gente no se le pedía ni que se afiliase ni se le preguntaban acerca de sus ideas políticas ni religiosas8. Según la tipificación realizada por las asistentes sociales, la problemática podía sintetizarse en: madre soltera, madre abandonada, familia ilegalmente constituida, prole numerosa, niños anormales, ancianidad, invalidez, enfermedad crónica, tratamiento médico, desocupación, tránsito justificado e inmigrantes, falta de vivienda. En general, se encontraban bajo la categoría "menos que indigentes, de pobreza extrema". Los requisitos para ingresar en el Hogar eran variables, muchas veces se trataba de personas que Eva Perón había recibido en su despacho en la FEP, a quien le entregaba un simple papel que decía: Alojar. Si bien la FEP parecía tener una fuerte tendencia a la improvisación, en realidad no era tal. La actuación sobre las líneas de incertidumbre quedaba en manos de Evita, de quien dependían todas las decisiones clave de la organización, en tanto presidenta y líder carismática del peronismo, tema que solo queda enunciado pues escapa a los fines de este trabajo. Eva Perón estaba secundada por un conjunto de profesionales y técnicos que hacían de las instituciones que formaban la FEP una entidad altamente organizada y previsible.

Las asistentes sociales jugaron un papel fundamental en la FEP. Cuando una mujer ingresaba en el hogar, luego de ser ubicada por las hermanas en sus habitaciones y del baño de rigor, eran atendidas por las asistentes sociales. Ellas daban ingreso a las mujeres, estableciendo el grado de necesidad de cada una mediante la Encuesta Social Familiar, priorizando a las que acusaban mayor grado de indigencia. Las asistentes sociales daban cauce a todos los problemas que se planteaban y eran las responsables de su solución desde el momento mismo que ingresaban hasta su egreso. Las entrevistas podían durar varias horas revelando problemas muy profundos para resolver. Quizás una mujer se acercaba pidiendo zapatillas para sus hijos, porque no las poseían, pero cuando las asistentes sociales comenzaban a analizar las situaciones particulares, a hurgar en los problemas y las circunstancias en que estas familias vivían, advertían que la complejidad y profundidad de los mismos podían llegar a limites insospechados. La tarea del servicio social debía coordinarse con la oficina médica del hogar, de manera que la mujer y los niños pudiesen ser examinados confeccionándose el catastro, fichaje completo y un chequeo general junto a una ficha médica con datos sobre posibles enfermedades, vacunas, etc. Los hospitales Fernández y Rivadavia eran los que las recibían en caso de necesitar internarlas. Como mucha gente venía a realizar un tratamiento o a operarse, la médica del hogar actuaba como centralizadora de toda la información clínica de las mujeres y niños hasta que fueran externadas. Durante el tiempo que permanecían en el hogar, el Servicio Social actuaba activamente estudiando y evacuando los múltiples problemas médico - sociales de urgencia que determinaban el estado de necesidad9. Una vez solucionado el problema, las asistentes sociales se contactaba con el gobierno provincial y se trataba de colocar a la mujer en oficios varios en sus respectivos lugares de procedencia, proveyéndolas de ropas, muebles y habitación e inclusive se les pagaba el pasaje de vuelta a su pueblo o ciudad. El reglamento de la Fundación daba un plazo para resolver los problemas que oscilaba entre los 8 y 15 días, excepcionalmente y mediando razones especiales y justificadas, podrían excederse en 5 días más. De cualquier manera era muy difícil medir el tiempo exacto de permanencia, ya que la naturaleza de cada caso podía implicar un mayor tiempo para su adecuada solución, tal como sucedía con los tratamientos médicos, que dependía del tiempo que durasen o la espera para la construcción de una vivienda.

Las obras de las Fundación en general y, los hogares de tránsito en particular, respondían a una estética muy cuidada, en la que no faltaba cierto lujo, contraria a la que habitualmente existía en este tipo de instituciones. Democracia los describió diciendo que poseían "amplios y ventilados dormitorios, modernos baños, patio de juego para niños, capilla, comedor primorosamente decorado, sala de estar y de costura, todo ello con un régimen social verdaderamente revolucionario y una atención de personal idóneo que hace de este Hogar una de las más bellas y cristianas realidades de la positiva obra social que realiza María Eva Duarte de Perón"10. Había un cuidado exhaustivo en los detalles buscando crear el clima de un verdadero hogar. La decoración no estaba librada al azar: los muebles y los adornos eran de una calidad superlativa, buscando crear en la persona que los viera, cierta reacción11. Los objetos de lujo, la decoración, la indumentaria y la nutrición eran parte de las estrategias de igualación social femenina. De alguna manera se buscaba recrear la imagen de una familia de clase media y no precisamente una perteneciente a los sectores obreros. Luis Alberto Romero ha señalado que el modelo cultural para los trabajadores no era estrictamente proletario. Incluso podríamos agregar, que dado el perfil social de las alojadas en los hogares de tránsito ni siquiera podríamos afirmar que se trataba de obreras sino de mujeres en estado de indigencia o de pobreza extrema. Vale decir, siguiendo esta línea de pensamiento, el modelo ideal a imitar sería el de los sectores medios y medios altos y el estilo de vida recreado en los hogares buscaban confrontar con realidades muy diversas, por no decir con su extremo opuesto.

Las imágenes que nos devuelven las fotografías tomadas en los hogares de tránsito, los testimonios y la documentación dan cuenta de un estilo de vida de mujeres muy diferentes a las amas de casa o trabajadoras que debería desempeñar tareas múltiples en el hogar y fuera de él. El hogar de tránsito las muestra sentadas, cómodas, en bellos sillones, rodeadas de sus hijos, leyendo o haciendo labores femeninas como tejido o bordados. Despreocupadas. Es probable, como señala Torre y Pastoriza que el peronismo haya promovido un cambio social pero no una cultura alternativa y que buscó crear oportunidades que pusieran al alcance de nuevas mayorías los ideales y costumbres de los sectores medios12. Sin embargo, el hecho de confrontar realidades culturales tan diversas implicaría de alguna manera una cultura alternativa aunque sea la propia de otros sectores. El testimonio de una mujer que vivió en el hogar de tránsito n° 2 da cuenta de esta situación. Delfina V. sintetiza su paso por el hogar diciendo con cierta tristeza que "me di cuenta de que yo podía vivir decentemente y tener un hogar como Dios manda"13. Según la directora del Hogar n° 2 el lujo extremo que ostentaban los hogares eran colocados deliberadamente por Evita pues "buscaba que la gente pobre supiese porqué tiene que luchar, que si no sabían lo que existía, nunca sabrían a dónde tenía que llegar, por eso buscó una decoración tan refinada y lujosa para todas las obras de la Fundación"14. La decoración de los tres hogares era similar y estaba realizada por las mejores casas de la época. No se reparó en ningún tipo de gastos para equiparlos y adornarlos. Algunos adornos eran los regalos que recibían tanto Perón como Evita, que los destinaban a equipar los hogares. Algunas mueblerías, también, donaron artículos15.

Los estatutos de la FEP indicaban que la ayuda que se brindaba en los hogares era material; nada decían de la actividad religiosa implementada en los mismos. No obstante, Evita lo recalcó en el discurso de inauguración del hogar de tránsito n° 2, al decir que los hogares contaban, además, con asistencia espiritual y moral16. En efecto, a la ayuda material proporcionada por la Fundación se añadió la asistencia espiritual y moral, entendida como la administración de los sacramentos. El complemento de la ayuda espiritual buscaba darles la posibilidad de empezar "dignamente" de nuevo, es decir, de colocar en blanco y negro la situación de cada mujer: si esta no estaba casada por Iglesia, se le ofrecía hacerlo, y si los niños no estaban bautizados o no habían tomado la Primera Comunión también se los preparaba a tal fin. La asistencia de las Hermanas del Huerto buscó ayudar a estas mujeres a las que "la vida no les había sido muy grata dándoles el alivio de la palabra divina". Pero no sólo se impartían sacramentos, sino que también se otorgaba, dentro de las posibilidades, algún tipo de enseñanza religiosa y de lo que en la época se entendía por "moral y buenas costumbres".

Las Hermanas del Huerto

La mayoría de los hospitales, asilos e instituciones dedicadas a la beneficencia contaba con la colaboración de religiosas, debido a distintas razones, entre ellas, su honestidad, organización, pulcritud, manejo de las internas, experiencia pero también la enseñanza del catecismo católico. Todas las instituciones de la Fundación Eva Perón, especialmente las dedicadas a los niños y mujeres se promovían las prácticas religiosas formales; pero, el caso de los hogares de tránsito fue distinto, pues fueron las únicas obras de la Fundación donde existió un claustro y capilla y la asistencia permanente de las religiosas.

La mayoría de las congregaciones religiosas de América latina provenían de Europa y de Estados Unidos, manteniéndose el porcentaje de religiosos extranjeros bastante alto con relación a los de origen local, al menos hasta los años '50. Las comunidades religiosas femeninas tuvieron un fuerte crecimiento en la primera mitad del siglo XX, en general se dedicaban a la atención de la enseñanza y a los hospitales y asilos como así también a la catequesis y misiones. Circunstancias de diversa índole, coadyuvaron a la fuerte presencia de la Iglesia como actor político fundamental desde los años '30. La fuerte impronta clerical de un catolicismo de tipo integral conllevó la voluntad de disciplinar cualquier iniciativa eclesial que no contara con el beneplácito de la jerarquía, señala Claudia Touris. En ese sentido, las congregaciones religiosas femeninas se abocaron principalmente a desarrollar su campo de acción en colegios destinados a formar a niñas y jóvenes de clase media y de sectores populares preferentemente en las grandes ciudades, como las Hermanas de María Auxiliadora. Hubo congregaciones más identificadas, en cambio, con la educación de las clases acomodadas, como las hermanas del Sagrado Corazón. Mientras tanto, el trabajo apostólico destinado a ayudar a los enfermos o los más necesitados fue desarrollado por congregaciones como las Hermanas del Huerto17.

La Congregación de las Hermanas de la Caridad Hijas de María del Huerto había sido fundada por el padre Antonio María Gianelli en Chiavari, Italia, el 12 de enero de 1829. En 1859 llegaron a Argentina solicitadas por las damas de la Sociedad de Beneficencia para que se ocuparan de la vigilancia de los asilos y hospitales18. Antes de incorporarlas a la FEP, escrutó pormenorizadamente sus antecedentes, como lo hacía con toda persona que ingresaba tanto a la ayuda social como al partido, amén de la rigurosa y aparentemente informal entrevista personal, indispensable para olfatear a las candidatas en cuestión. Eva Perón quedó muy bien impresionada con las hermanas sobre todo con sus postulados de atención a los pobres que "desconocía el cansancio y los límites" como también con la vida y milagro de la joven fallecida hermana Crescencia Pérez, que había entregado su vida a los más desfavorecidos y necesitados. Además porque no era una congregación relacionada con los "bienudos" como recuerda una de las directoras de los hogares, aunque habían trabajado para las damas de la Sociedad de Beneficencia. El sacrificio era parte de su apostolado. Según consta en los reglamentos de creación, fueron "instituidas para hacerse santas, haciendo bien a sus prójimos, sobretodo a los pobres y a los enfermos,...procurando el bien espiritual y corporal del prójimo, no sirven a los hombres sino verdaderamente a Dios. El cual, cómo dice el Evangelio, se esconde en los pobres"19. Gianelli dejó también, directivas expresas: "se ocuparán, con mayor caridad de las personas angustiadas y no omitirán nada para consolarlas...en especial para quien ha de cuidar enfermos, es necesario una caridad que no conozca ni cansancio ni limites... tendrán siempre presente que cuanto más pobres sean.... Abandonadas, indisciplinadas y aún malas... tanto más dignas son de su caridad, recordando que Jesús vino a salvar a los pecadores.... No desesperarse por las más indisciplinadas...deben vivir como pobres que sirven a los pobres..."20.

Las Hermanas comenzaron a trabajar en la Fundación en 1948. Eva Perón, conjuntamente con la Casa Provincial de las Hermanas del Huerto nombró a las religiosas21. La Congregación establecía que para formar parte de una entidad como la FEP debía respetarse la moral, la práctica de la religión, y el tiempo necesario para que las Hermanas practicasen su vida consagrada. Tan es así que si Eva Perón o el mismo Perón llegaban de visita al Hogar en horario en que estaban dedicadas a la práctica religiosa diaria, no permitían bajo ninguna circunstancia que interrumpieran sus momentos de oración para atenderlos, es más, esperaban a que ellas terminasen para ser recibidos22. Evita tenía una especial confianza en ellas de quienes decía "... es una de las congregaciones que más aprecio pues han sabido comprenderme y mis deseos son confiar a esta institución, la parte espiritual de mis obras y agradezco a las religiosas todo lo que han hecho y hacen a favor de mi obra..."23. Se entabló entre las hermanas y la pareja presidencial una relación muy estrecha sobre todo con la madre superiora Eufemia Petraglia, quien era capaz de cualquier sacrificio en pos de la obra que llevaban a cabo. Muchas anécdotas refieren a dicha relación, por ejemplo el único lugar donde el Presidente Perón y Eva Perón aceptaban tomar o comer algo era en el Hogar de Tránsito N° 2 a cargo de ella24. Los elogios se multiplicaban de ambos lados. La Reverenda Madre General agradeció a Eva Perón, en varias oportunidades, por la distinción con que las trataba al tiempo que la mencionaba como la "Dignísima Señora"25. Perón, por su parte, decía que las Hermanas eran lo mejor que tenía la Argentina26.

La relación con las religiosas parecía mantener un camino propio, independiente de las dificultosas relaciones que comenzaban a vislumbrarse entre la Iglesia y el Estado. Desde 1947 el gobierno había facilitado un considerable número de prerrogativas a la Iglesia como la duplicación del número de puestos eclesiásticos mantenidos con fondos oficiales, el aumento de salarios y aguinaldos (entre un 50 y 100%) de la misma manera que se aplicaban en el estado nacional, además de solventar los gastos de peregrinaciones a Europa, entrega subsidios para la compra y reparación de edificios eclesiásticos, entre otras cosas27. Sin embargo, el personal religioso de los Hogares de Tránsito estaba regido por convenios que en la mayoría de sus disposiciones, se ajustaba al Reglamento del Personal de la FEP y no del estado nacional y por supuesto contaban también con sus salarios y aguinaldos, además de otras prerrogativas. Las Hermanas, debido a la naturaleza del servicio que prestaban en los hogares, no gozaban de licencias reglamentarias por descanso u otros beneficios propios de los agentes de la administración pública. Sin embargo, contaban con ciertas dispensas, como por ejemplo cuando en 1951 se canonizó al beato Antonio María Gianelli, fundador de la Orden Religiosa. Las Hermanas fueron a Roma y se ausentaron por un par de meses. La Fundación les dio, no solo la licencia con goce de haberes sino que también, pagó el viaje y todos los gastos. Sin embargo, esto se produce cuando ya desde 1950 el Estado Argentino había iniciado un proceso de reducción de los fondos públicos destinados a las partidas del ítem culto en el presupuesto nacional28. Esta situación daría la pauta de la autonomía con que la FEP se manejaba y de la independencia que mantenían las religiosas más allá de los conflictos en ciernes.

La función de las Hermanas era ocuparse de la asistencia espiritual y educativa, como también del economato y relación directa con las mujeres y los niños. Si bien las hermanas eran sumamente organizadas y duchas en esta tarea, respondían también a las directivas emanadas de la Fundación para todas sus instituciones, ya sean Hogares Escuela, de Ancianos, de Tránsito, y las Ciudades Infantil y Estudiantil. Se indicaba por escrito desde la manera de planchar, limpiar hasta la frecuencia con que debía realizarse cada tarea. El economato comprendía el manejo de la despensa, cocina, ropería, lavadero, inventarios y la formación del personal de servicio. Era una tarea muy ardua y delicada que tenía que ver con el abastecimiento de la casa y la atención de todas las internadas, disponiéndose de una hermana para cada sector: una religiosa se ocupaba de la cocina donde ayudaba, supervisaba la comida y la higiene y daba de comer a los más chiquitos, otra, se ocupaba de la capilla y los dormitorios; otra, del lavadero quien debía mantener "el orden, la prolijidad y el debido funcionamiento". Todas vestían un hábito negro con un pulcro delantal blanco. Las hermanas también se ocupaban del depósito de ropa y blanquería de cada hogar, listas para ser entregadas a las mujeres y niños mientras estaban alojados en el hogar como cuando se retiraban del mismo.

La ropa que traían las mujeres al ingresar, en la mayoría de los casos, debía ser desechada, por el estado en que se encontraba y era reemplazada por nuevas prendas provistas por la FEP, desde ropa interior hasta zapatos, zapatillas y abrigos. Toda la indumentaria que se entregaba guardaba una estética muy especial propia de la época. Lejos estaban los antipáticos uniformes de los viejos asilos. Los vestidos estaban diseñados y realizados con gusto, con el fin de "realzar todo lo posible la belleza femenina", evitando al usarlos que la mujer "se sienta disminuida o humillada". Para las mamás, había bonitos vestidos con delicados motivos floreados, lisos o escoceses, muchas veces entallados o conjuntos de blusa con la falda haciendo juego. Para los niños pantaloncitos con su respectiva camisita y las nenas lucían impolutos vestiditos en colores pastel, celeste, rosa, amarillo o verde claro, con su correspondiente puntilla29. Cuando terminaba su permanencia en el hogar se les entregaba un bolso con ropa para la familia y ajuares para los bebes y ropa de cama. Para las celebraciones religiosas también estaba prevista la entrega de bellísimos vestiditos de primera Comunión con su correspondiente cofia, "ansiosos por ser utilizados por una devota niña" y luego, ampliamente fotografiados por Democracia.

Las hermanas formaban al personal de servicio y supervisaban sus tareas bajo las estrictas indicaciones del reglamento provisto por la FEP. En los dormitorios, que si bien eran atendidos y limpiados por las mucamas, las religiosas aprovechaban la ocasión para enseñar a las mujeres el adecuado tendido de las camas y las instruían en conocimientos básicos de puericultura, cocina, costura, limpieza, planchado y una instrucción general sobre el cuidado y la salud de la familia. No eran estas actividades muy diferentes de las que la revista Criterio indicaba que debía desempeñar una mujer de "familia sana" para ser buena ama de casa, esposa y madre: "no hay que olvidarse de adiestrar a la joven en los quehaceres propios de su sexo... que no se sienta disminuida por manejar la aguja o el sartén..."30.

La comida que se daba en los hogares no escapaba a toda la ideología impresa por la Fundación para el cuidado de las mujeres alojadas. Es probable que contara con los aportes científicos que desde años atrás divulgaba el ministro Ramón Carrillo, quien insistía en la necesidad de incorporar leches, frutas y verduras en la alimentación de las familias pues su carencia repercutía en el debilitamiento de los pueblos y en la decadencia de su potencial biológica dando como resultado la formación de una "raza raquítica y decadente proclive a la extinción"31. El menú lo confeccionaba la sor de la cocina con la supervisión de la médica del Hogar permitiendo un equilibrio justo en todas las ingestas. La comida era siempre abundante y nutritiva y se presentaba con esmero. El menú estaba compuesto por cuatro comidas diarias. Los comestibles eran provistos por la Fundación y por donaciones, como también de una reserva de dinero existente en cada hogar para la compra de elementos necesarios32.

La actividad religiosa

Cada hogar de tránsito contaba con una capilla donde celebraban además de la misa diaria, bautismos, primeras comuniones como también casamientos. En todos los altares estaba entronizada la imagen de la Virgen de Luján. En un principio los hogares iban a tener solamente un oratorio, donde "rezar con tranquilidad" y, eventualmente, si el párroco de la zona estaba disponible, oficiaría una Misa. Pero un hecho originó la necesidad de instalar en cada hogar de tránsito una capilla permanente. Antes de la inauguración del hogar de la calle Lafinur y ya habiendo algunas internas alojadas, una tarde Eva Perón pasó por su hogar preferido. Ante su sorpresa, las hermanas no se encontraban y azorada preguntó a dónde se habían ido. Le contestaron que a escuchar la Misa diaria en la Parroquia Santa Elena. Inmediatamente partió con su chofer a buscarlas, pero al llegar a la puerta de la Iglesia decidió esperar. Las hermanas al salir de la Misa se encontraron con tamaña sorpresa y una Eva que les reprochaba haber abandonado los hogares33.

Al día siguiente comenzaron las obras de la capilla en el Hogar. Un mes después, el vicario general autorizaba a abrir un oratorio semipúblico con el debido permiso de la reserva habitual del Santísimo Sacramento siempre que por lo menos se celebre una Misa semanal y se observen los cánones correspondientes. A su vez el Arzobispo concedió al padre Hernán Benítez, confesor de Evita, licencias generales para "ejercer el sagrado ministerio en el Hogar de Tránsito de la Obra de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón, de la calle Lafinur 2988."34. Las prácticas religiosas debían ajustarse a un cronograma de celebraciones35. Todos los días rezaban el Rosario y asistían a Misa, no sólo las hermanas sino también las empleadas del Hogar. A las mujeres alojadas las invitaban, pero no se las obligaba a concurrir. Los domingos explicaban los misterios de la religión y los deberes y obligaciones que debían asumir como cristianas. Según la madre Eufemia: la señora de Perón dio a las religiosas amplia libertad para ejercer su apostolado a favor de las almas, motivo al cual se dedican con ahínco, para llevar el mayor número de almas a Dios; aunque no dejan de prever que encontrarán sus dificultades, por cuanto que las personas que se alojan será por poco tiempo, y por consiguiente aquellas que poseen escasa noción de religión, será difícil prepararla, pero con la ayuda de Nuestro Señor y de Nuestra Celestial Madre, la Santísima Virgen del Huerto, se procura hacer todo el bien que se puede36.

Las hermanas llevaban un registro diario de quienes se acercaban a la capilla, cuantificando hasta el número de comuniones impartidas durante el año. Como por ejemplo, en el Hogar n°2 desde septiembre de 1948 hasta el 31 de diciembre de 1951, se realizaron "treinta matrimonios, ochenta Primeras Comuniones y ciento ochenta y seis Bautismos. De estos Bautismos, 23 eran externos enviados por Eva Perón, siendo ella y el presidente de la Nación padrinos; en catorce oportunidades estuvieron ambos presentes". En esta capilla recibían, también, los niños de la Ciudad Infantil su Primera Comunión, ocasión en que la Fundación les entregaba a las nenas un vestidito blanco de comunión, y a los varones unas bermudas color azul, la camisa blanca y el correspondiente moño para el brazo. A Evita le gustaba asistir a estos acontecimientos. Una de las ceremonias más emotivas y ampliamente difundida por Democracia fue en 1950, cuando un grupo de niñas tomó la Primera Comunión coincidiendo con el día de la Virgen del Huerto. Una de ellas era no vidente y fue conducida por la misma Eva hasta el Comulgatorio, mientras un coro compuesto por cincuenta personas no videntes acompañó la ceremonia. La FEP les regaló a todos los presentes una medalla de la Virgen y compartieron junto a Evita un lunch en el comedor que estaba adornado por flores blancas y amarillas. La conocida "debilidad" y orgullo de Eva Perón por el hogar n° 2 generó que funcionarios y adeptos al gobierno quisieran bautizar a sus niños pequeños en la capilla del Hogar. Los más renombrados fueron los de Eva Gatica, la hija del famoso boxeador; el hijo del presidente de la Cámara de Diputados, Héctor Cámpora; el hijo del ministro de Salud Pública, Ramón Carrillo, como también el hijo del secretario general de la Confederación General del Trabajo, José Espejo. Incluso dos sobrinos de Evita, los mellizos Juan y Blanca, hijos de Blanca Duarte de Alvarez Rodríguez. En todos estos casos Perón y Evita eran los padrinos.

Sin embargo, llama la atención que este cultivo de prácticas formales religiosas que contaban con el aval de Perón y el estímulo de Evita tuvieran lugar mientras las relaciones con la Iglesia se enfriaban cada vez más significativamente y, cuando de hecho, numerosos cuadros católicos del peronismo comenzaban a migrar del gobierno. Estas prácticas no condicen con lo que Lilia Caimari dio en llamar el "cristianismo peronista", definido como una religión popular desinteresada de las formas pero fiel a la esencia social del mensaje cristiano y despegada de una religiosidad formal desligada del pueblo. Mientras el mismo Perón refería a un clero concentrado en intereses puramente materiales y a creyentes católicos que profesaban una religión formal y superficial37. De acuerdo a los análisis de la documentación de las Hermanas del Huerto todo hace suponer que las prácticas religiosas implementadas en los hogares eran las mismas que desde hacía años adoptaban otras instituciones católicas como ser los colegios.

Las hermanas, en efecto, trataban de ordenar y reorganizar la vida de todas las mujeres que se acercaban al hogar. Según consta en los registros de las religiosas, algunas internas les pedían ayuda para "arreglar sus vidas". Esa ayuda consistía en bautizar a sus niños o casarlas por Iglesia. Por ejemplo, a raíz de un incendio en Villa Maciel que destruyó gran cantidad de viviendas, las afectadas se instalaron en los hogares. Las Hermanas, luego de darles alojamiento, comenzaron con su tarea evangelizadora y, en el término de tres semanas, lograron que varias niñas tomaran la Primera Comunión, otros tantos se Bautizaran y que se "normalicen cuatro matrimonios". Según los registros de las Hermanas, el 16 de mayo se "fueron las personas que habían venido de la Isla Maciel a ocupar las casitas mandadas a construir por la Dignísima Señora de Perón, se fueron muy contentas y agradecidas, por lo bien que habían sido atendidas durante su permanencia en el Hogar, en este día en acción de gracias, todas asistieron a la38. Otro caso es el de un empleado del hogar: "el día 11 de junio habiéndonos enterado que uno de los empleados que suelen enviar al hogar para efectuar diversos trabajos, no tenía su matrimonio legalizado por la Iglesia, se le aconsejó hacerlo y habiendo cedido se efectuó en esta capilla." Otro casamiento registrado por Democracia el 6 de junio de 1949, fue el de dos jóvenes humildes: el obrero metalúrgico Ramón Héctor Narváez y María Esther Acosta. Los casó el padre Benítez y Evita fue la madrina, quien les regaló varios objetos para el hogar. Varias enfermeras de la Escuela de Enfermeras de la Fundación también se casaron en las capillas de los hogares.

Las importantes festividades católicas como la Navidad o las Pascuas eran celebradas con importantes preparativos en los hogares de tránsito. Los niños preparaban cánticos y villancicos. En esa ocasión se recibían a los familiares de las internas para cenar en el Hogar y era una de las pocas veces en que los hombres podían ingresar, debiendo retirarse luego del festejo. Primero, oían las palabras alusivas de Eva Perón por radio y luego asistían a la Misa de Gallo, realizando al terminar una procesión hasta el pesebre donde colocaban al niño Jesús. Tanto a las madres como a sus niños recibían un regalo de parte de Evita, generalmente un corte de género, juguetes y una canasta de Navidad.

Las Hermanas tuvieron la satisfacción de reclutar una nueva religiosa y un sacerdote. Una de las empleadas del hogar de tránsito n°2, María Angélica Savoy, que se ocupaba con "sumo profesionalismo" de la ropería y patrimonio. Según cuentan sus compañeras de trabajo, estaba muy identificada con la Hermana Eufemia y prácticamente "vivía como una monjita aún antes de entrar en el noviciado", cosa que finalmente realiza en enero de 1956, quedando registrado en los cuadernos de la siguiente manera: "... entre las que vestían el santo hábito se encontraban la joven Angélica Savoy, que entró en el noviciado el 6 de junio y desempeñaba en este hogar el puesto de encargada de patrimonio, se le puso el nombre de Hermana María Magdalena, pedimos a nuestra Celestial Madre la Santísima Virgen del Huerto y a nuestro Santo Padre Fundador, quiera concederle la gracia de todas las gracias, la santa perseverancia, y de ser una verdadera religiosa del Huerto de María"39. Otro caso fue el de Rafael Sánchez, hijo de una interna, quien luego de mantener una serie de conversaciones con el Párroco de Santa Elena, Enrique Guarleri, llegó a la conclusión que tenía cierta inclinación para el sacerdocio. En mayo de 1953 ingresó en el Pre Seminario de San Isidro y la FEP le obsequió el ajuar reglamentario, muerta ya Evita y con el cada vez más candente conflicto con la Iglesia.

El Hogar de Tránsito n° 2 era la obra de la Fundación que con más orgullo mostraba Eva Perón debido a la perfección de su funcionamiento. Pronto se convirtió en la visita obligada de toda personalidad extranjera que estuviera en el país: presidentes, príncipes, princesas, nobles, altos miembros de la Iglesia, representantes de distintos credos, políticos, embajadores, nuncios, ministros, jeques árabes, empresarios, deportistas, actores, actrices, etc. Todos dejaban, junto a su firma, unas palabras de alabanza hacia la obra que estaban apreciando40. Durante las visitas, Eva Perón comentaba con orgullo a quienes la acompañaban que "... la manera de conservar el orden en mis Hogares es confiarlo a las religiosas...pues tengo el orgullo de tenerlas en mis hogares..."41. La madre Eufemia redactó un informe sobre las visitas diciendo que desde la apertura del hogar hasta el 17 de marzo de 1951, "la Excelentísima señora de Perón concurrió al hogar sesenta y seis veces; siete veces lo hizo acompañada del Excelentísimo Señor Presidente y otras veces acompañada de grandes personalidades (...) este Hogar es visitado continuamente, especialmente por personas extranjeras, quienes quedan admiradas de la higiene y el orden que reina dentro de él. Parte de esto, se debe a que el personal es dirigido exclusivamente por las Religiosas, a las que son adictas y dóciles a su mandato"42.

Cuando Evita enfermó, las hermanas oraban y celebraban misas diarias pidiendo por su salud. Incluso, recibían pedidos de distintos gremios y funcionarios del gobierno solicitando que celebrasen misas en la capilla del Hogar 2 "por la salud de la Señora". Muerta Evita, y en pleno conflicto del gobierno con la Iglesia, se produjeron algunos hechos que perturbaron la vida en los Hogares. Una orden de la "superioridad" firmada por el gerente general de la Fundación, Bolaños, indicaba que debían retirar todos los crucifijos de las oficinas y las habitaciones. Dócilmente, los retiraron y guardaron envueltos en paños blancos esperando una respuesta, ante el desesperado lamento de la madre Eufemia diciendo a todo el que se le cruzaba, con un tono muy característico en ella: -"¿A usted le parece, María?"43.Según consta en el registro de las hermanas del Huerto del año 1955 firmado por la Madre Eufemia, "En la persecución contra la religión en que por permisión de Dios Nuestro Señor nos hemos visto sometidos este año, en que hemos tenido que sufrir, fue en tener que ejecutar la orden recibida de retirar de los dormitorios los Crucifijos... En cuanto a lo demás hemos seguido como siempre haciendo el bien espiritual, sin ser molestadas por alguien,... los días que tuvieron lugar las dos revoluciones, los Señores Jefes de nuestra repartición se presentaron al Hogar diciéndonos que estuviéramos tranquilas que nada nos sucedería... y ordenaron que las empleadas administrativas permanecieran constantemente en el hogar para hacernos compañía,....durante los días trágicos no teníamos Santa Misa en casa, ....y ...salíamos para poder oírla y recibir la Sagrada Comunión, ..... ni una sola persona que nos molestó, sino todo lo contrario, dirigiéndonos palabras de aliento, viendo en esto cuan grande es la misericordia de Dios Nuestro Señor"44. Los informes de las monjas muestran cierta ingenuidad y poco conocimiento de los acontecimientos que estaban en ciernes. Incluso según la directora del hogar n° 2 la madre Eufemia increpó a Perón por el tema de los crucifijos, quien como no podía ser de otra manera, le dijo: -" No puede ser Hermanita, acá debe haber un error. Usted no descuelgue ningún crucifijo, porque eso no puede ser!". La hermana volvió al hogar y dijo a la directora: -"María, hablé con el presidente: deje todo como está"45. Ese día la Madre Eufemia escribió en el cuaderno: "Hoy gracias a Dios los crucifijos han sido colocados nuevamente en los dormitorios."46 Este fue el único episodio de conflicto real que mantuvieron las religiosas con el gobierno, pues en otros temas se manejaban por carriles autónomos de lo que sucedería entre la Jerarquía eclesiástica y el gobierno. Es probable entonces, como el punto del conflicto no sea la religión en sí misma, aunque muchas veces se encontró atacada y cuestionada en sus formas hasta por el mismo Perón. Una de las de las claves quizás para comprenderlo, es como concluye Caimari, el del conflicto político general de la Argentina en los últimos años peronistas.

Cuando cayó Perón, en septiembre de 1955, la suerte de los Hogares se vio ligada a la del gobierno. La FEP fue disuelta por decreto el 23 de diciembre de 1955 y sus bienes transferidos al Ministerio de Asistencia Social y Salud Pública, pasando a formar parte del patrimonio nacional. La llamada Revolución Libertadora en su fase primera, es decir bajo el gobierno de Leonardi, autorizó que terminasen de atender y solucionar los problemas de las mujeres alojadas, no permitiendo el ingreso de otras nuevas, a fin de poder cerrar los hogares. No era fácil ya conseguir la comida, los trabajos, los tratamientos médicos. Llamativamente, el registro confeccionado por las Hermanas del Huerto, no hace mención alguna a estos "cambios" de gobierno y los cuadernos, si bien no se detallan tan pormenorizadamente, mantuvieron el registro del Bautismos, Comuniones, etc., asentando el último el 21 de enero de 1956.

Mientras se iniciaba la "desperonización del país", algunas empleadas y hermanas se hicieron eco de la Revolución Libertadora y declararon en las comisiones investigadoras como la hermana Superiora del hogar n°3 que testificó acerca de "situaciones y personas que vieron por la ventana que daba atrás del Palacio Unzué que conectaba con el hogar n° 3"47. Mientras otras siguieron fieles a la súplica de Evita, que les había pedido en su lecho de muerte, que no abandonasen nunca los hogares y permanecieron hasta que su liquidación final. Fueron cerca de seis meses donde las invadía la angustia, la resignación, algo de miedo y muchos recuerdos. Muy sugestionadas y proclives a sentir, oír y ver cosas extrañas, ruidos, luces que se prendían y se apagaban inexplicablemente. La ocurrencia de alguna que hablaba de la existencia de un fantasma las hacía pasar de la risa nerviosa a lágrimas de profunda tristeza. La madre Eufemia había instalado en lo que era el jardín de invierno un pequeño altar con la foto de Evita y alrededor una cinta argentina. Siempre tenía flores y allí rezaban todos los días el rosario. Eufemia Petraglia fue, quizás, la religiosa más apegada al gobierno peronista y de la que podríamos decir, siempre según los testimonios recogidos, que se hizo eco del culto que se disponía alrededor de Eva Perón en esa suerte de religión política que se había transformado el peronismo.

Mientras tanto, las nuevas autoridades nacionales hicieron un relevamiento patrimonial que concluyó en marzo de 1956. Según el jefe de la Comisión de Inventarios todos los bienes que estaban a cargo de las religiosas del Huerto, en calidad de custodia, se encontraban en perfectas condiciones, coincidiendo los saldos con las existencias reales. En estos bienes están comprendidos los de la Capilla, ropería, consultorio y economato (vajilla y comestibles)48. Cuando las hermanas se retiraron de los hogares llevaron el Sagrario a la Casa Provincial, los bancos de la capilla fueron al dique 4 y la Virgen de Luján se mantuvo guardada oculta durante todos estos años, hasta diciembre de 1999. Las Hermanas se retiraron de los hogares en diferentes fechas. Según una carta dirigida al Vicario General Mons. Antonio Rocca, las monjas del hogar de tránsito n°1 dejaron el hogar el 12 de diciembre de 1955, por "los motivos que se expuso verbalmente a su Excelencia Reverendísima en su oportunidad"49. La hermana Florentina Arias, madre superiora de dicho Hogar fue enviada a la Casa Provincial de la Avda. Mosconi 3054 de la ciudad de Buenos Aires. La hermana Eufemia Petraglia, junto con la Congregación, dejó el hogar de tránsito n°2 el 16 de marzo de 1956, "por haber sido clausurada (la obra) por orden superior del actual gobierno provisional." Diciendo a su vez "que el Santísimo Sacramento fue retirado de la capilla, pero ésta quedó instalada porque en el mismo local continuará funcionando el Instituto Nacional de Ciegos"50. La madre Eufemia siguió su labor en la maternidad Sardá hasta que falleció, mientras que la superiora del hogar n° 3, la hermana Francisca Cáceres Arias, fue trasladada a Asunción del Paraguay51.

Consideraciones finales

La Fundación Eva Perón implementó mecanismos de ayuda social que en muchos puntos competían con los espacios ocupados hasta ese momento por la Iglesia Católica y con las tradicionales sociedades de beneficencia (que fueron suprimidas). Si bien la naturaleza y funcionamiento de estas instituciones eran muy distintos el catolicismo formaba parte de la mayoría de los emprendimientos de la FEP aunque señala Bianchi, no faltaron oportunidades para que la Iglesia demostrara una distancia crítica al asistencialismo de la FEP52. Así, por ejemplo, la Escuela de Enfermeras apuntaba al "cultivo de los valores espirituales a través del encauzamiento de los principios cristianos"53 más allá de la capacitación profesional. El peronismo reemplazó el término caridad o beneficencia por uno más provocativo: justicia social. La Fundación Eva Perón asignó una importancia, prácticamente desconocida hasta el momento, a la actividad religiosa y a la ayuda espiritual que luego eran ampliamente expuestas en los diarios y revistas de la época. Además, el hogar de tránsito formaba parte indispensable de las "buenas obras" a ser exhibidas por el peronismo a todo visitante extranjero. De más está decir, que dentro de la visita la impronta católica dada a los hogares no pasaba desapercibida.

Las Hermanas del Huerto, de acuerdo a indicaciones expresas de Eva Perón, pretendieron ayudar a estas mujeres a colocar sus vidas en "blanco y negro". Como vimos, la idea base era que al retirarse de la corta estadía en los hogares, las mujeres pudiesen iniciar una "vida nueva", es decir con todas las variables posibles en orden, de acuerdo al los parámetros de la época que se correspondían con los valores e ideales de los sectores medios. Los hogares de tránsito fueron una vía ágil para la resolución de problemas sociales de muchas mujeres, pero más allá de sus funciones específicas, los hogares encierran en sus entrañas toda la compleja y rica problemática del período peronista. Los hogares de tránsito apuntaban a desarrollar estrategias de inclusión social a partir de necesidades sanitarias, habitacionales y laborales de las mujeres, pero también religiosas. Las políticas de inclusión apuntaban a que las mujeres quedaran incorporadas en el cuerpo social integralmente, lo que se traducía en la adquisición de los sacramentos de la religión católica, aún en el período en que el conflicto con la Iglesia estaba en su mayor apogeo. Es para destacar que no se registra una merma o disminución de las prácticas religiosas durante ese período sino que se mantuvieron como hasta ese momento.

La intervención social procuraba consolidar las bases de constitución política del gobierno. Desde los inicios del gobierno de Perón, si bien la relación era idílica en ese entonces, comenzaron a definirse las áreas potenciales de conflicto entre la Iglesia y el Estado peronista: familia, educación, asistencia social. De cualquier manera no era la misma impronta religiosa que movilizaba a las organizaciones católicas dedicadas a la caridad cuyo objetivo era el "disciplinamiento" y convertir a las pobres y débiles al catolicismo e infundirles la moral cristiana, incitarlos al trabajo y alejarlos del socialismo y anarquismo54. Además, la caridad católica no era precisamente la justicia social que pregonaba el peronismo, donde los organismos asistenciales católicos quedaban reducidos al lado de la enorme estructura de la FEP. El conflicto se localiza en el control de aquellos espacios considerados claves para la reproducción de la sociedad55. Situación que se fue agravando cuando el peronismo trocó a una suerte de religión política e hizo de la veneración a la figura de Evita una suerte de deidad pagana; esto sin olvidar el empleo del vocabulario religioso en los discursos partidarios, en especial los dirigidos a las mujeres del Partido Peronista Femenino56.

Los Hogares de Tránsito fueron claves en la Fundación Eva Perón que llevaban impresos el criticado "sello de lujo". Este trabajo ha intentado remitir a dos tipos de mujeres en blanco y negro: unas, las que se hicieron eco de esta nueva experiencia política y ayudaron con su actitud y trabajo a llevarla a cabo. Ellas mantuvieron una estrecha relación con las internas y una fuerte identificación con Eva Perón y sus postulados en ayuda social. Otras, son las que fueron a "arreglar sus vidas" a los hogares de tránsito y pretendieron empezar de nuevo. No existen registros sobre lo que sucedió con ellas cuando egresaron de los hogares. Estas mujeres recibieron ayuda en dos planos: el material y el religioso. Del primero, se ocupaba la Fundación a través del cuerpo de asistentes sociales. Del segundo, las Hermanas del Huerto, en quienes Evita confió la asistencia espiritual. ¿Porqué fue elegida esta congregación? Es probable que por su experiencia anterior en la Sociedad de Beneficencia, dando la pauta de una cierta continuidad con algunas de las estrategias implementadas en períodos anteriores, aunque el peronismo buscó deliberadamente separarse. Por otra parte, la mayoría de los hospitales, asilos y distintos emprendimientos de beneficencia contaban con la asistencia de religiosas cuya utilidad era tangible dada su honestidad, organización, limpieza, manejo de las internas y experiencia pero, también, la enseñanza del catecismo católico.

El único episodio de conflicto real que mantuvieron las religiosas con el gobierno fue la quita de los crucifijos de los Hogares, tema que no era para despreciar. Sin embargo, aparentemente, se manejaban por carriles independientes de lo que sucedía entre la Jerarquía eclesiástica y el gobierno. Las Hermanas del Huerto no fueron perseguidas ni debieron dejar de usar sus hábitos religiosos. Las congregaciones dedicadas a misiones pastorales continuaron con sus labores sociales y ninguna dejó sus obras, incluso no se fueron de los hospitales dependientes de la FEP. Es probable entonces, que el punto del conflicto no haya sido la religión en sí misma, aunque muchas veces se encontró atacada y cuestionada en sus formas y en la figura de sus representantes y simples practicantes, hasta por el mismo Perón. Es factible que para intentar comprender el conflicto con la Iglesia haya que bucear en los problemas políticos generales de la Argentina en los últimos años peronistas.

Notas
1 Lila Caimari: "El peronismo y la Iglesia Católica". En Juan Carlos Torre, director: Nueva Historia Argentina: Los años peronistas (1943-1955). (Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 2002), 444.
2 Néstor Ferioli: La Fundación Eva Perón. (Buenos Aires, CEAL, 1990).
3 Marysa, Navarro: Evita. (Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1997).
4 Plotkin: Mañana es San Perón, Propaganda, rituales políticos y educación en el régimen peronista (1946-1955). (Buenos Aires: Ariel Historia Argentina, 1993).
5 El Hogar n° 1 fue inaugurado el 3 de abril en la calle Carlos Calvo 102. El N° 2, el 19 de junio en la calle Lafinur 2988. El N°3 se inauguró el 14 de agosto en la calle Austria 2561. En un principio todos llevaban el nombre "Señora María Eva Duarte de Perón", pero luego del accidente aéreo ocurrido en Ecuador, cuando Enfermeras de la Fundación regresaban a nuestro país después de llevar ayuda para una catástrofe ocurrida allí, los hogares y la ciudad infantil pasan a tomar el nombre de las fallecidas. Adquiriendo los nombres de María Rebello, Luisa Komel y Evangelina Bárzola, respectivamente.
6 Los hogares estaban habitados sólo por mujeres y sus hijos varones eran admitidos hasta los 14 años de edad, siendo luego alojados en el instituto Moreno. Los hombres tenían prohibida la entrada en los hogares, salvo para fiestas de Navidad, Año Nuevo, Bautismos, Comuniones y obviamente casamientos, que se realizaban en las capillas de los hogares. En el caso de que existiera marido o pareja se les entregaba subsidio temporario y se los ubicaba en un alojamiento municipal en el barrio de San Telmo donde podían pasar la noche.
7 Entrevista de la autora a Adela Magistrelli, directora del hogar de tránsito n°2.
8 Entrevista de la autora a Laurella Goette, asistente social, hogar de tránsito n° 2.
9 Por ejemplo, muchas mujeres que traían a Buenos Aires a sus hijos a realizar tratamientos médicos largos, como el de los siete hermanos con labio leporino que fueron operados en el Hospital de Niños y alojados en el hogar de tránsito número 2, las asistentes sociales buscaban un trabajo para las madres en general como empleadas domésticas.
10 Democracia (Buenos Aires) 15 de abril de 1948.
11 Era tal el lujo del mobiliario, que las mesitas, sillas, pequeños aparadores y sillones hoy son patrimonio del Museo Histórico de Luján y el Museo Histórico de Parque Saavedra.
12 Juan Carlos Torre y Elisa Pastoriza: "La democratización del bienestar". En Juan Carlos Torre, director: Nueva Historia Argentina: Los años peronistas (1943-1955). (Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 2002), 307.
13 Entrevista de la autora a Delfina V.
14 Entrevista de la autora a Ana Macri directora del hogar de transito n° 2.
15 El mobiliario de las habitaciones y comedores eran de estilo provenzal y habían sido adquiridos en la famosa y coqueta mueblería Au Meuble Rustique, de la calle Santa Fe y Carlos Pellegrini. Los adornos de los hogares eran de la casa Thausin Varadi. La loza, Roger Valet y la batería de cocina y los electrodomésticos, del Bazar Dos Mundos.
16 En su discurso señaló: "... estos hogares tienen como finalidad remediar la escasez de viviendas que hoy atraviesa el país, problema que el Presidente Perón está tratando de solucionar...El hogar de Tránsito da toda clase de facilidades: alojamiento digno, excelente comida, eficaz asistencia espiritual, material y moral, ...el hogar está dispuesto a otorgarlo gratuitamente para que este periodo de fatalidad que les ha tocado pasar sea provechosa para el día de mañana y puedan sentirse orgullosos de que el gobierno del presidente Perón también sabe preocuparse por los momentáneamente desposeídos brindándoles un panorama más hermoso...." (Eva Perón, 1999:295).
17 Claudia Touris: Entre Marianne y María.Trayecto de las religiosas tercermundistas en Argentina. Ponencia presentada en Historia, género y política en los 70. Museo Roca, agosto 2006.
18 Origen y desenvolvimiento de la Sociedad de Beneficencia de la Capital. Rodríguez Giles, 1913.
19 Gianelli, Antonio María. Reglamento de las Hijas de María del Huerto. 1829.
20 Gianelli, Antonio María. Reglamento de las Hijas de María del Huerto. 1829.
21 Hogar de Tránsito N°1 la Hermana Superiora era María Pía Biasutti y formaba comunidad junto con las hermanas María del Buen Pastor Faccin, María Esther Abba y Angela Allegrezza, María del Nazareno Corvati, María Antonia Fernández y Maria Vicenta Landri. En el Hogar n° 2 la Hermana Superiora era María Eufemia Petraglia junto con las hermanas María Isabel Rubini, sor María López, más tarde ingresarían María Bernardita Servidia, Dominga Arias y María Anunciación Rausch. En el Hogar N° 3 la Hermana Superiora era María G. Basualdo, junto con las hermanas María Teresa Gallo, María Querubina Bolla.
22 Entrevista de la autora a la Hermana María del Huerto.
23 Cuadernos internos. 26 de agosto de 1950.
24 La madre Eufemia, según cuentan sus compañeras, era tal el grado de identificación que sentía con ellos, que cuando enferma gravemente de cáncer y tiempo antes de fallecer, ya caído el gobierno peronista, ofreció todo su sufrimiento y dolor por la conversión de Perón al catolicismo. Entrevista de la autora a la hermana María Magdalena.
25 Cuadernos Internos...
26 Cuaderno internos del Hogar de Tránsito n°2, 1949.
27 Lila Caimari: "El peronismo y la Iglesia Católica"..., 452.
28 Lila Caimari: "El peronismo y la Iglesia Católica", 463.
29 Estas descripciones pudieron ser realizadas gracias a los testimonios de las empleadas, religiosas, asistentes sociales e internas que formaban parte de los hogares, además de la fotografías y documentación interna de los hogares.
30 Lucrecia Sáenz Quesada de Sáenz: "La hombría y la femineidad". En Criterio (Buenos Aires), 22 de enero de 1948.
31 Karina Ramacciotti, "Las voces que cuestionaron la política sanitaria del peronismo (1946-1949)", en Juan Suriano y Daniel Lvovich (compiladores), Las políticas sociales en perspectiva histórica, (Buenos Aires: Prometeo/UNGS, 2006).
32 Fundación Eva Perón. Hogar de Tránsito N° 2: Registro de Ingresos y consumo mensual de cocina 1951. Archivo INIHEP.
33 Entrevista de la autora a Julia Viglioglia, Jefa de Asistentes Sociales de La Fundación Eva Perón.
34 Arzobispado de Buenos Aires, 24 de agosto de 1948.
35 Carta dirigida a la Madre Superiora por el Vicario General Mons. Antonio Rocca, autorizando el oratorio con la debida Exposición y Bendición con el Santísimo Sacramento en custodia. 8 de Mayo de 1948.
36 Archivos de la Casa Provincial. Madre Eufemina 1948.
37 Lila Caimari: "El peronismo y...., 460.
38 Cuadernos Internos de las Hermanas del Huerto. 16 de mayo de 1950.
39 En la actualidad, la hermana Magdalena es directora del colegio del Huerto.
40 Los Libros de Oro del Hogar de Tránsito n°2 fueron donados a la autora por una ex directora del Hogar y por una ex empleada. Hoy forman parte del Patrimonio del Museo Evita.
41 Cuadernos Internos Congregación Hermanas del Huerto. Cuaderno Hogar de Transito n° 2. 11 de octubre de 1948.
42 Entre las visitas más destacadas se pueden citar: al Reverendísimo Padre General de los Franciscanos; el nuncio Apostólico de Venezuela; El Arzobispo Nanking-Paul-Yu-Pin, acompañado del embajador de China y miembros de la Asociación Cultural Católica China; el Canciller español Artajo; a la Princesa de Bélgica; a la Infanta María Cristina de Borbón, al Ministro Artajo; al Ministro del Aires de España; a los Embajadores de España, Marqués de Chinchilla, de Norteamérica; de Bolivia; de Italia, y de Brasil; al presidente actual de Chile; al Ministro Plenipotenciario de Finlandia y Ministro de de la República Filipina; al secretario Adjunto de Norteamérica, señor Miller, a las esposas de los Presidentes de Perú y Guatemala; delegaciones Diplomáticas, Militares, Diputados, Senadores, y demás personalidades; finalmente el 26 de agosto de 1949, sabedora de que ese día se encontraría en el hogar, con motivo de la visita reglamentaria, la Reverendísima Madre General, Hermana María Jacinta de Brenardis, vino expresamente acompañada del Director espiritual de la Fundación, el Ministro de Relaciones Exteriores y Culto y de varios personajes, para conocerla y presentarle sus saludos, teniendo para con ella palabras de elogio para el Instituto.
43 Era habitual en la época que las religiosas llamen a todas las mujeres con el nombre María. Tanto la madre Eufemia como la superiora del Hogar n°3 tenían esta costumbre. Todas distinguían a quién se referían de acuerdo al tono que empleaban al hablar.
44 Hermanas del Huerto. Hogar n° 2.Movimiento Espiritual del año 1955.
45 Entrevista de la autora a Adela Magistrelli.
46 Movimiento Espiritual del año 1955. Hogar de Tránsito n°2.
47 Las entrevistadas pidieron que no se las nombrase y que tampoco se mencionasen los hechos en cuestión.
48 Presidencia de la Nación. Instituto Nacional de Acción Social. Hogar de Transito n°2. Firmado por Alfredo Pampín y rubricado por la Madre Eufemia Petraglia.
49 Carta fechada en Buenos Aires 2 de enero de 1956.
50 Carta fechada el 19 de marzo de 1956 y dirigida al Vicario General de la arquidiócesis de la Capital Federal, Monseñor Antonio Rocca.
51 Datos extraídos de la carta enviada por la Congregación al jefe de la dirección de personal del ministerio de Asistencia Social y Salud Publica. 13 de septiembre de 1957.
52 Susana Bianchi: Catolicismo y peronismo. Religión y política en Argentina 1943-1955 (Buenos Aires: Prometeo, 2001).
53 Fundación Eva Perón: Escuela de Enfermeras. SIPA. s/f.
54 Susana Bianchi: Catolicismo.... 214.
55 Idem.
56 Carolina Barry: El Partido Peronista Femenino (tesis de doctorado) en prensa.

Referencias bibliográficas
1. Bianchi, Susana: Catolicismo y peronismo. Religión y política en Argentina 1943-1955 (Buenos Aires: Prometeo, 2001.
2. Suriano, Juan y Lvovich, Daniel (compiladores), Las políticas sociales en perspectiva histórica (Buenos Aires: Prometeo/UNGS, 2006).
3. Caimari, Lila: Perón y la Iglesia Católica. Religión, estado y sociedad en la Argentina (1943-1955). (Buenos Aires: Ariel, 1995).
4. Torre, Juan Carlos, director: Nueva Historia Argentina: Los años peronistas 1943-1955. (Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 2002).
5. Ferioli, Néstor. La Fundación Eva Perón. (Buenos Aires, CEAL).
6. Perón, Eva. La Razón de Mi Vida. (Buenos Aires: Editorial Escolar Peuser, 1952)
7. Perón, Eva. Mensajes y Discursos. (Buenos Aires: Fundación pro Universidad de la Producción y del Trabajo - Fundación de Investigaciones Históricas Eva Perón, 1999).
Documentos
8. Fundación Eva Perón. Memoria y Balance. Buenos Aires. 1952
9. Fundación Eva Perón .Reglamento General. Buenos Aires. 1955
10. Fundación Eva Perón. Estatuto. Buenos Aires. 1955
11. Registros Internos diarios, mensuales y anuales de las Hermanas del Huerto. Hogares de Tránsito 1, 2 y 3.1948- 1956.
12. Fundación Eva Perón. Documentación varia relativa a los Hogares de Transito y las Hermanas del Huerto. 1948-1956.
13. Arzobispado de Buenos Aires. Documentación varia relativa a los Hogares de Transito y las Hermanas del Huerto. 1948-1957.
14. Libros de Oro (libro de visitas) del Hogar de Tránsito n°2. 1948-1955
15. Registros de Bautismos, Comuniones, Confirmaciones y Casamientos realizados en los Hogares de Tránsito 1, 2 y3. 1948-1955. Archivo Hermanas del Huerto
16. Archivo de la Casa Provincial Buenos Aires y de Montevideo de las Hermanas del Huerto.
17. Gianelli, Antonio María. Reglamento de las Hijas de María del Huerto. 1829
Diarios y Revistas
18. La Nación. Democracia. El Hogar. Mundo Peronista, Criterio.
Entrevistas
19. Adela Magistrelli; Agustín Taboada; Blanca Duarte de Alvarez Rodríguez; Herminda Duarte de Bertolini; Ana Macri; Angela Goetz; Beatriz Ventura de Bruzatori; Cecilia Regazzoni; Cesaria Vergara; Delfina Valdez; Evangelina Vergara; Hermana María del Huerto; Hermana María Magdalena; Julia Oliveira Cezar de Urquiza Anchorena; Julia Viglioglia; Laurela Goette de Leonard; Nelly Magistrelli; Perla de la Vega; Pierre Fortín de Bearn; Rafael Porciello; Susana Rumbo.