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Cuadernos del Sur. Historia

versión On-line ISSN 2362-2997

Cuad. Sur, Hist.  no.35-36 Bahía Blanca  2007

 

El estudio de la historia de las relaciones internacionales. Etapas y problemas teóricos

Delia del Pilar Otero*

* Universidad Nacional de Córdoba - Universidad Católica de Córdoba E- mail: deliaotero@tutopia.com

Resumen
El presente trabajo realiza un recorrido por las la etapas más significativas en el desarrollo de la historia de las relaciones internacionales y su proceso de construcción como un campo autónomo dentro del estudio de la historia, incorporando nuevas variables, a saber: la economía, las unidades espaciales, los movimientos poblacionales, los grupos de presión, las mentalidades colectivas o la acción de grupos étnicos, entre otros. También examina algunas problemáticas claves en la conformación de su objeto de estudio, teniendo en cuenta especialmente la perspectiva de análisis, los pares de concepto nación-región y fronteras-límites y la idea de sistema. Al respecto, se pone énfasis en la producción historiográfica y en las cuestiones teórico-metodológicas referidas a la indagación sobre las vinculaciones establecidas por los países latinoamericanos.

Palabras Clave: Historiografía; Relaciones Internacionales; América Latina; Teoría; Metodología.

Abstract
This paper traces the most significant stages in the development of the history of the international relations and their process of construction as an autonomous field in the study of history by incorporating new variables such as: economy, space units, population displacements, pressure groups, collective mentalities or the actions of ethnic groups, among others. It also explores some key issues in the building of the subject of study, taking especially into account the perspective of analysis, the pair concepts of nation-region versus borders-boundaries and the idea of system. To this respect, it is emphasized the historiographic production and the theoretical and methodological issues which refer to the bonds developed by Latin American countries.

Key words: Historiography; International Relations; Latin America; Theory; Methodology.

Recibido 13/12/06
Aceptado para su publicación 13/08/07

Introducción

El estudio de la historia relaciones internacionales de cobró particular importancia después de la Segunda Guerra Mundial. En este impulso confluyeron los fenómenos políticos y socio-económicos emergentes en la posguerra, la constitución de una disciplina específica de las relaciones internacionales y la renovación historiográfica que se inició a partir de los años sesenta.

Sin embargo, el análisis de las vinculaciones entre estados es de larga data. En efecto, juristas, diplomáticos y militares elaboraron minuciosos trabajos con el objeto de avalar prácticas políticas, en tanto los historiadores, desde una concepción clásica, centraban sus indagaciones en las relaciones entre Cancillerías.

Tales trabajos constituyeron el punto de partida para desarrollar un campo autónomo dentro del estudio de la historia, incorporando nuevas variables tales como: la economía, las unidades espaciales, los movimientos poblacionales, los grupos de presión, las mentalidades colectivas o la acción de grupos étnicos, entre otros.

En relación a ello, nuestro trabajo se propone puntualizar algunas etapas consideradas significativas en el desarrollo de la disciplina y analizar algunas problemáticas claves en la conformación del objeto de estudio de la historia de las relaciones internacionales, poniendo énfasis en las vinculaciones establecidas por los países latinoamericanos

1. ETAPAS Y PERSPECTIVAS

1.1. Los Pasos Iniciales: Juristas, Diplomáticos y Militares

Los especialistas en Derecho Internacional, Público y Privado -cuyo origen se remonta al Derecho de Gentes romano-, pueden acreditar la mayor antig üedad en el estudio sistemático de las relaciones internacionales; si bien la aplicación de los hechos históricos a esta disciplina se orientaba en función de sus propios objetivos.

Una perspectiva, emparentada con la anterior, es la de la historia diplomática. En efecto, la historia de las relaciones internacionales ha sido escrita, generalmente por funcionarios, quienes han puesto énfasis en el aspecto diplomático y político de las relaciones. Como debían sostener una posición oficial, generalmente conflictiva, se han servido de la historia, más que servir a ella.

La vinculación de la historia diplomática con el Derecho Internacional ha estado fundamentada en la necesidad de dar apoyatura jurídica al sostenimiento de una causa nacional, y por ello los estudiosos se han mostrado cuidadosos en sustentar el "deber ser", o refiriéndose a los hechos del pasado a lo que debió ser, buscando así en la historia figuras normativas de la realidad.

Esta concepción tradicional sitúa en primer plano las relaciones entre los gobiernos y para explicarlas tiene en cuenta los intereses políticos de los estados, tales como seguridad, potencia, prestigio. De tal modo, se aplica a conocer los actos realizados por los que han ejercido la acción diplomática, tratando de determinar qué instrucciones fueron dadas por los estados a sus agentes, describir el vaivén de una negociación, mostrar en fin, a través de qué incidentes la negociación terminó en un acuerdo o en una ruptura.

En otras palabras, la Historia Diplomática dedica su predilección al papel desempeñado por los hombres de estado; es decir toma el limitado horizonte de las cancillerías, hecho que podemos constatar ampliamente en la historia de las relaciones internacionales latinoamericanas.

Un tercer elemento a tener en cuenta es el paradigma del conflicto, como categoría de análisis y como orientador de la acción política en el orden internacional. Al respecto, en etapas específicas de la historia y con diversos matices, el sector militar ha reivindicado para sí un papel relevante en el planteo de las relaciones internacionales del Estado. Tales requerimientos eran compartidos por sectores dirigentes civiles, ya sea intelectuales, funcionarios políticos, diplomáticos, quienes los difundieron a través de una nutrida producción de folletos, publicaciones periódicas y libros.

En el caso de América Latina, estos trabajos cobraron importancia al exacerbarse las cuestiones limítrofes o cuando los grupos militares se hicieron cargo del poder político. El resultado fue la elaboración de una historia basada en hipótesis de conflicto, lo que motivó una reducción en el estudio de las relaciones internacionales e interregionales. Obviamente las variables estratégicas han ocupado un lugar prominente en la formulación de la política internacional, la dificultad se plantea cuando éstas se convierten en tema excluyente de la producción historiográfica.

1.2. Renovación y Aportes

La escuela histórica formada a partir de la obra de Renouvin y sus colaboradores en la década de 1950, constituyó un valioso y esclarecedor aporte al conocimiento de la historia de las relaciones internacionales.

Efectivamente, las nuevas tendencias de la investigación histórica, acentuando el estudio de la vida material y espiritual de las sociedades humanas, dieron una orientación totalmente distinta, a las relaciones internacionales. En esta perspectiva, el interés por las vinculaciones entre los gobiernos es desplazado por el de la historia de las relaciones entre los pueblos.

La Historia Diplomática cree en la influencia primordial de los hombres, no sólo de esos hombres de Estado muy raros que desvían el curso de la historia, sino también de aquellos que creen dirigir los acontecimientos, sin darse cuenta siquiera de que no los dominan y que los límites dentro de los cuales ejercen su acción, son trazados por el juego de las fuerzas profundas.

Pero si se negara que tal acción merezca ser estudiada, habría que admitir una especie de determinismo histórico ya superado. Es decir, lo que realmente es discutible no es el objeto de la historia diplomática sino el método, tal y como sus adeptos lo practican a menudo.

En ese sentido, la perspectiva adoptada por la historia estructural es un aporte significativo al estudio de las relaciones internacionales, ya que propone tener en cuenta en primer lugar, los lentos cambios sobrevenidos en las sociedades humanas, tales como: condiciones geográficas, económicas (intereses colectivos de los pueblos, intereses de los círculos financieros, competencia entre los productores y comerciantes, búsqueda de mercados), o demográficas (presión demográfica, migraciones); así como también las tendencias de la psicología colectiva, a saber: sentimiento nacional, creencias religiosas, fidelidad a una concepción de la vida política o social, impulso dado por las grandes corrientes del pensamiento.

Estas variables no actúan independientemente, por el contrario la interdependencia entre las fuerzas internas materiales y espirituales, se manifiesta continuamente. Pero el estudio unilateral de estas evoluciones lentas no aporta elementos suficientes para la explicación de las relaciones entre los pueblos, ya que éstos sufren otro tipo de influencias que provocan aceleraciones bruscas en el desarrollo de sus sociedades o de sus formas de civilización: éstas son las grandes crisis bélicas.

Es decir, la política internacional está ligada a todos los factores y el error del historiador consistiría en aislar uno de estos factores y otorgarle primacía, o incluso querer establecer entre ellos una jerarquía cualquiera. Estas variables se interrelacionan y complementan, y su influencia varía según las épocas y los países, debiendo la investigación histórica, tratar de determinar el valor de la misma1.

En tanto, existen otros estímulos, denominados por Duroselle fuerzas organizadas, las cuales obedecen a la acción visible de organismos constituidos. Estas proceden ejerciendo presiones, a fin de modificar o proponer políticas que beneficien a ciertos grupos o intereses2.

No obstante, el hecho de que los politólogos dedicados a las relaciones internacionales reivindiquen la existencia de una ciencia de las relaciones internacionales, con método y objeto propio, es una muestra de la complejidad y de la consistencia que ha adquirido su estudio. Los científicos de las relaciones internacionales, tanto europeos como estadounidenses son, quizá, los que están marcando el rumbo en el estudio de esta disciplina y en consecuencia los que cuentan con mayor cantidad de obras teóricas y metodológicas referidas a la temática, en aspecto tales como: el equilibrio del poder, los factores ambientales, el tema del poder, la teoría de los sistemas, los diversos enfoques sobre el conflicto, el imperialismo, el control de los armamentos, la integración internacional y regional, la toma de decisiones o la teoría de los juegos, entre otras3.

3. LA PRODUCCIÓN HISTORIOGRÁFICA

Las líneas de trabajo citadas inicialmente (derecho internacional, historia diplomática, geopolítica), elaboraron sus propias metodologías y a su modo, hicieron historias de las relaciones internacionales e historias de la política exterior.

Quienes han abordado a partir de la perspectiva histórica el estudio de las relaciones internacionales han sido influidos, en mayor o menor grado, por estas corrientes. En algunos casos han emergido de alguna de ellas para intentar un enfoque con rigor histórico, sin lograr una total emancipación tanto en la formulación teórica como en el aparato metodológico. No obstante sus trabajos constituyen una base significativa para introducir nuevos enfoques, que permitan ampliar la perspectiva de análisis del objeto de estudio.

En un recorrido por las distintas orientaciones que ha seguido la disciplina en Argentina y América Latina podemos mencionar en primer término las monumentales historias diplomáticas generales, que tratan de justificar las políticas oficiales de sus respectivos países, con un marcado afán documentalista.

Otro importante grupo es el de los historiadores influidos por la corriente jurídico-institucional, cuyas obras se centran especialmente en cuestiones como tratados internacionales, incidentes diplomáticos o doctrinas y principios del derecho internacional. Relacionadas con las anteriores están las obras escritas para justificar la política de un gobierno, plantear reivindicaciones consideradas "causas irredentas"; así como aquellas que en las antípodas, plantean críticas a la conducción tradicional de las relaciones internacionales de su país.

También cabe mencionar las clásicas obras referidas a los conflictos vecinales entre los países latinoamericanos, en los que se intercambian acusaciones y se responsabiliza al otro estado como causante único del litigio bilateral y las dedicadas a un período específico de la historia nacional.

A medida que la disciplina incorpora aportes y reflexiones innovadoras comienzan a aparecer obras que intentan realizar periodificaciones y detectar algunas tendencias en la política exterior de cada país.

Del mismo modo, se surgen investigaciones sobre aspectos de las relaciones internacionales no estudiados, como las estrechas relaciones entre lo político y lo económico, el complejo proceso de toma de decisiones, la influencia de las nociones de prestigio y soberanía o perspectivas no conocidas de las relaciones con las potencias centrales.

Un aspecto muy interesante es el estudio de la política internacional en base a fuentes hasta no utilizadas tradicionalmente como los diarios de sesiones parlamentarios, los discursos presidenciales o la organización de los servicios exteriores en cada país.

Más recientes aún son los incipientes estudios que tratan de introducir problemáticas específicas del continente que no han sido prácticamente consideradas, tales como: las migraciones, el exilio, los factores étnicos, entre otros.

No obstante siguen siendo escasos los estudios sobre las vinculaciones entre países latinoamericanos desde un enfoque multilateral, donde se utilicen fuentes que den cuenta de los intereses de todos los países involucrados, superando la tradicional mirada del ministerio de Relaciones Exteriores, del cual es originario el historiador.

También cabe mencionar que la existencia de estos nuevos aportes, no significa la desaparición de voluminosas y exhaustivas obras, que tienen como fin último justificar recientes gestiones gubernamentales.

Por último cabe mencionar los significativos aportes históricos, provenientes de estudios realizados por especialistas de otras ciencias, como sociólogos, politólogos y economistas.

Los textos incluidos al final del trabajo intentan ser una limitada muestra del recorrido y las diversas orientaciones que ha transitado la historia de las relaciones internacionales.

4. LAS RELACIONES ITERNACIONALES LATINOAMERICANAS. Cuestiones teórico-metodológicas.

4.1. Perspectivas de análisis

Uno de los problemas que se plantea al abordar el estudio de las relaciones internacionales latinoamericanas es el predominio tradicional de las perspectivas nacionales, lo que limita en muchos aspectos el objeto de estudio. En este sentido, algunos estudiosos han tratado de ubicar el enfoque en la dimensión latinoamericana, a fin de ampliar y completar el análisis de algunos procesos históricos caracterizados por su complejidad. También se ha presentado a la s relaciones internacionales de cada país y su política interna como dos faces de un mismo fenómeno, a fin de superar la clásica dicotomía de las historias nacionales entre política interna y externa.

Al respecto, parece importante deslindar algunos aspectos en torno a la significación de las siguientes expresiones: en primer lugar, "política internacional" y "política exterior". El estudio de la primera puede entenderse en principio como referido a las fuerzas en juego a nivel de sistema internacional, en la medida que su dinámica condiciona la libertad de acción de sus unidades, especialmente los Estados nacionales. Inversamente, la segunda se relaciona con el comportamiento de las unidades dentro del sistema internacional.

En segundo lugar, "relaciones internacionales" y "relaciones exteriores": en ambos casos el término relaciones parece sugerir una concepción más amplia de las vinculaciones, pues comprende no sólo a los actores gubernamentales y grupos de presión, sino también a las fuerzas que se manifiestan desde las estructuras de la sociedad.

4.2. Nación y Región

La problemática espacial en América Latina aparece como uno de los enfoques significativos para analizar su realidad. Efectivamente, una lectura atenta de la producción historiográfica y de otras áreas de las ciencias sociales, revela explícita o implícitamente el lugar central que ocupa esta dimensión en los intentos por explicar su proceso de desarrollo.

Dicha constatación lleva a considerar la dimensión espacial como un supuesto válido para tratar de entender al menos algunos aspectos de la red de vinculaciones estructurada en el marco latinoamericano. Desde el punto de vista metodológico esto significa un desplazamiento de la perspectiva de análisis del objeto de estudio, sin perder de vista al hombre en sociedad, motivación fundamental de la indagación histórica.

En la búsqueda de un punto de partida para tratar de dilucidar la cuestión, encontramos que el espacio latinoamericano, considerado como categoría de análisis y como realidad, presenta un carácter complejo y a la vez conflictivo.

Al respecto, cabe preguntarse sobre la posibilidad de aprehenderlo, buscando unidades menores que permitan un acercamiento al problema; intento de clasificación relacionado con un tiempo histórico de más larga duración.

En este contexto, consideramos importantes dos variables que ejercen una suerte de interacción, nos referimos a Estado Nación y Región4; tal interacción parece manifestarse en dos fenómenos contrapuestos y concurrentes: conflicto y concertación.

La existencia de estos permite introducir el concepto de relaciones interregionales, para analizar las vinculaciones entre los diversos espacios que componen América Latina.

4.3. Fronteras y Límites

Con respecto a lo anterior se ha prestado especial atención al estudio de las áreas fronterizas motivo de disputas, así como también a las políticas llevadas a cabo en dichas áreas por los nuevos Estados.

Las fronteras internacionales son un producto de la historia caracterizadas por su condición de espacios y no de líneas divisorias, consecuencia de tratados interestatales.

En este sentido, cabe tener en cuenta su singularidad en tanto espacios de interacción, lo cual supone el concepto de "frontera viva" que designa la movilidad propia del devenir histórico, tanto en lo espacial, como en lo temporal.

La delimitación territorial de los nuevos Estados latinoamericanos se llevó a cabo entre fines del siglo XIX y comienzos del XX, generalmente de modo convencional y muchas veces superponiéndose a realidades preexistentes. Ello, sumado a otros factores propios de la vida latinoamericana, trajo como consecuencia numerosas disputas y reclamaciones entre los países del continente.

En tal sentido, las características específicas de las regiones donde los nuevos Estados fijaron sus límites, pueden constituir un criterio explicativo de tales fenómenos. Entre ellas cabe destacar las siguientes: generalmente eran las áreas marginales del país; allí se ubicaban poblaciones tribales que fueron dejadas a su suerte, compelidas a emigrar, explotadas irracionalmente como mano de obra barata, o exterminadas; en muchos casos, estas regiones poseían grandes reservas de productos críticos, lo que concitaba el interés de las potencias centrales y originaba tensiones; al erigirse en áreas limítrofes de los nuevos Estados Latinoamericanos, se generaban conflictos adicionales; en su mayoría tenían escasa población.

En cuanto a la política llevada a cabo por los gobiernos de los principales Estados en estas regiones, se advierten algunos rasgos comunes. Entre ellos, el hecho de que comenzaron a prestarles atención en algunos casos por razones estratégicas, en otros, en función de los imperativos económicos del mercado mundial o porque en determinadas situaciones confluían los dos factores.

Esto se reflejó en el mayor interés respecto de los territorios que poseían productos críticos o valor estratégico y la desatención de los restantes, lo que dio como resultado el abandono, la incomunicación y el aislamiento interregional.

Estas áreas se caracterizaron también por la ausencia de la justicia como sistema institucionalizado y la militarización de la sociedad civil. En efecto, la distancia de los centros del poder de decisión facilitaba que se impusiera la ley del más fuerte, ignorándose las normas legales vigentes; es decir, la fuerza de coacción estatal se imponía de manera drástica en algunos aspectos, mientras que en otros se manifestaba débilmente.

Con respecto a la propiedad de la tierra, el régimen latifundista fue predominante y sus efectos se hicieron sentir con sumo rigor en los grupos más desprotegidos de la sociedad. De este modo, las características inherentes a las regiones de frontera favorecieron el surgimiento de conflictos internos y externos que se proyectaron sobre ellas, complicando aún más su difícil situación.

4.4. La idea de sistema

La noción de sistema constituye otra categoría de análisis que puede suministrarnos elementos a fin de estudiar la realidad latinoamericana como una unidad. Este término es uno de los más usados en las ciencias sociales y existen tantas definiciones del concepto como teorías sistémicas formuladas. Al respecto, parece importante aclarar que en este caso se considera en su acepción más amplia, sin adscribir a una posición en particular.

En tal sentido, puede tomarse como punto de partida la siguiente definición formulada por Anatol Rapoport: "Un todo que funciona como un todo en virtud de la interdependencia de sus partes es llamado sistema, y el método que apunta a descubrir cómo se produce esto en la más amplia variedad de sistemas se ha llamado teoría de los sistemas".5 Es decir, consideramos dicha categoría conceptual como una herramienta metodológica que permite organizar y clasificar las partes componentes de un todo, a fin de explicar algunos aspectos de su funcionamiento. íntimamente relacionado con este concepto, encontramos el de multilateralidad.

En tal sentido conviene aclarar que generalmente ha predominado en el estudio de las relaciones entre los países latinoamericanos el punto de vista bilateral, enfatizándose la defensa de causas nacionales, especialmente en lo referente a litigios fronterizos. También son comunes los estudios de carácter polarizado, es decir las vinculaciones de un Estado en particular con los demás.

A fin de superar tales instancias, se intenta introducir el concepto de multilateralidad, tomando como eje el sistema de relaciones entre los países latinoamericanos, lo que nos permite conectar las ideas de interacción, interdependencia e integración.

La interdependencia es un término usado generalmente para cualificar relaciones en un sistema internacional global, refiriéndose especialmente a los efectos recíprocos de una relación. Esta supone diversos aspectos, que pueden ser de índole social, política, económica, militar o ideológica, de ello se deduce que la interdependencia no necesariamente es simétrica.

Efectivamente, una relación interdependiente entre partes que no son iguales es probable que se caracterice ya por la dependencia, entendida como ineludible, ya por la asimetría, que se refiere a una situación en la cual "una parte necesita los beneficios derivados de una relación más que la otra".

En América Latina se pueden establecer al menos dos dimensiones del concepto asimetría, uno con respecto a las relaciones de los Estados en el ámbito continental y otro referido a la vinculación con las naciones centrales.

El término interacción es también utilizado ampliamente en la teoría de los sistemas, pues estos son modelos hipotéticos de interacción.

Cuanto más alto es el nivel de interdependencia, mayor es la cantidad de interacción. Esta consiste no sólo en las demandas y respuestas de los Estados, las organizaciones internacionales y otros agentes no estatales, sino también en transacciones a través de las fronteras nacionales, incluido el comercio, el turismo, la inversión, la transferencia de tecnología y el flujo de ideas en sentido más amplio.

La interdependencia está en función de la dinámica de la interacción que no produce necesariamente la cooperación, sino también el conflicto. O sea, la amenaza o el uso de la fuerza, o la perspectiva de asociación, representan puntos a lo largo de un continuum en el marco de un sistema.

Así, la concertación regional en América Latina originó a su vez situaciones conflictivas a nivel continental, pues al integrarse un bloque regional, el resto de las naciones trataron de unirse para evitar la posible emergencia de un poder hegemónico localizado.

Si bien estos conceptos han sido discutidos y empleados para analizar procesos históricos concretos de las relaciones internacionales latinoamericanas, la mayor parte de la producción no logra aún desprenderse de la perspectiva nacional.

Del mismo modo si observamos el panorama internacional en la actualidad advertimos la emergencia de bloques regionales y la inviabilidad de una política internacional aislacionista. Por tal motivo consideramos importante la confrontación continua entre los procesos históricos y las diversas perspectivas teóricas, a fin de que la historia sea como lo expresaba el historiador inglés Edward Carr "un continuo diálogo entre el pasado y el presente".

Notas
1 V. RENOUVIN, Pierre. Historia de las Relaciones Internacionales. Madrid, Aguilar, 1960, Tomo I.
2 V. DUROSELLE, Jean B. Tout Empire Périra; Une vision Théorique des relations internacionales. Paris, Publications de la Sorbone, 1982.
3 V. DOUGHERTY, J. y PFALTZGRAFF, R. Teorías en Pugna en las Relaciones Internacionales. Buenos Aires, GEL, 1993.
4 Utilizamos este concepto considerando que, tal como afirma E. Van Young, "las regiones son hipótesis por demostrar y que, cuando hacemos historia regional, estamos tratando de hacer justamente eso, antes que describir entidades previas". Por ello recurrimos al aporte de disciplinas como la geografía humana, la historia social y económica, la antropología o la ciencia de las relaciones internacionales, entre otras, a fin de lograr una aproximación a su contenido, En van Young, Eric. "Haciendo Historia Regional: Consideraciones Metodológicas y Teóricas". En Pérez Herrero, Pedro (comp.). Región e Historia en México (1700-1850). Métodos de Análisis Regional. México, Universidad Autónoma Metropolitana, 1991, p. 101 y ss.
5 Rapoport, Anatol. "Foreword". En Buckley, W. (comp.). Modern Systems Research for the Behavioral Scientist. Chicago, Aldine, 1968, p. xvii.

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