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Revista Universitaria de Geografía

versión On-line ISSN 1852-4265

Rev. Univ. geogr. vol.19 no.1 Bahía Blanca  2010

 

Distribución espacial de los adultos mayores en condición de riesgo de malnutrición en la ciudad de Bahía Blanca

Cecilia Bagnulo* - Nora Pizarro**

* Profesora Adjunta. Depto. de Geografía y Turismo. UNS. cbagnulo@uns.edu.ar
** Profesora Adjunta. Depto. de Geografía y Turismo. UNS. npizarro@criba.edu.ar

Resumen
El aumento de la esperanza de vida, tanto a nivel mundial, nacional como local, orientan los estudios hacia el análisis de las demandas específicas de la población de 65 años y más. El propósito de estas investigaciones es, en última instancia, sentar las bases para la realización de propuestas de intervención destinadas a mejorar la calidad de vida de este segmento poblacional. Una de las problemáticas más relevantes en esta franja etaria es la nutrición. Ya identificadas las principales causas de la malnutrición en el anciano por parte de las ciencias de la salud, el objetivo de esta investigación es analizar la distribución espacial de los factores de riesgo psicosociales y así determinar las zonas de mayor riesgo de malnutrición de los adultos mayores en la ciudad de Bahía Blanca. Para su elaboración se utilizan los datos proporcionados por el Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001, cuyo tratamiento finaliza con la aplicación de SIG. El diagnóstico de las áreas de mayor riesgo nutricional para población mayor de 65 años se constituye así, en una herramienta eficaz para la prevención, a través del diseño de instrumentos de política social y sanitaria.

Palabras claves: Malnutrición; Factores de riesgo; Ancianidad.

Spatial Distribution of Elderly People at Risk of Malnutrition in Bahía Blanca City

Abstract
The increase in life expectancy -at global, national and local levels- promotes the analysis of the specific demands of the population aged 65 and older. The purpose of this research is to set the basis for preparing intervention proposals, aimed at improving the quality of life of this population segment. One of the most relevant issues within this age range is nutrition. Since the main causes for malnutrition in the elderly has already been identified by health sciences, the aim of this work is to analyze the spatial distribution of psycho-social risk factors in the city of Bahía Blanca and to determine high risk areas for malnutrition. This work uses the data provided by the 2001 National Census of Population, Homes, and Housing and, by means of GIS mapping, draws up the spatial distribution of risk areas for malnutrition in elderly people. The diagnosis of these areas is a powerful tool for prevention through the design of social and health policy instruments.

Key Words: Malnutrition; Risk Factors; Elderly People.

Introducción

La ciudad de Bahía Blanca muestra un constante crecimiento del grupo de adultos mayores, fundamentalmente por dos causas; la primera de ellas es el aumento de la esperanza de vida, que se corresponde con la tendencia mundial, la segunda es el aporte migratorio que recibe la ciudad, en algunos casos compuesto por población proveniente del área circundante y con más de 65 años de edad en busca de atención sanitaria (Pizarro, 2005). "El índice de vejez resultante nos muestra una variación que se produce a lo largo de los diversos censos; en el año 1960 representa el 6,7 % de la población, llegando en el 2001 al 12,5 %, momento en que casi duplica su proporción" (Pizarro, 2005: 12)

El hecho de que los adultos mayores representen un sector cada vez más importante en la sociedad, y que además, posean problemáticas propias entre las que se encuentra la malnutrición, justifica la necesidad de desarrollar estudios que profundicen el diagnóstico y especifiquen líneas de acción que reviertan algunas de ellas. La población de más de 65 años es uno de los sectores con más riesgo de malnutrición, lo que significa un problema en sí mismo, pero además por su interacción con otras patologías, es causa de hospitalización o internación. Las investigaciones realizadas por profesionales de la nutrición en el anciano han identificado factores de tipo fisiológico, psicosociales y patológicos de alta incidencia en el desarrollo de esta problemática. De las causas mencionadas, es posible aportar desde la geografía de la salud, el reconocimiento de la distribución espacial de los adultos mayores en condiciones de riesgo nutricional por factores psicosociales. Este es el objetivo de la presente investigación. Para alcanzar el objetivo propuesto, se utilizaron los datos estadísticos generados por el Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001 y se aplicó el sistema REDATAM (REcuperación de DAtos para Areas pequeñas por Microcomputador)1. La cartografía de los resultados obtenidos se realizó a través del Arc Gis 9.3. En los años trascurridos desde la realización del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001, se observan importantes cambios en las condiciones sociodemográficas, que solo serán comprobados a partir de los datos que surjan del próximo relevamiento; sin embargo, lo planteado en este trabajo es una herramienta metodológica válida para la localización de sectores de riesgo nutricional.

Área de estudio

El área de estudio específica queda comprendida por los límites de ejido urbano, según los planos de la Municipalidad de Bahía Blanca, excluyendo de esta manera las fracciones correspondientes a Cabildo y General Daniel Cerri.

Figura 1
Área de estudio

Fuente: Municipalidad de Bahía Blanca

A los fines de otorgar un marco de comprensión a la problemática, se analizan inicialmente datos a escala mundial, continental y nacional. Posteriormente se realiza una aproximación a nivel distrital, donde la unidad es la delegación municipal.

Según los datos aportados por el Censo de Población, Hogares y Viviendas 2001, el partido de Bahía Blanca cuenta con una población de 284.776 habitantes, cuya expectativa de vida es de 71,33 años para los hombres y 78,16 años para las mujeres. En el total de población de la ciudad de Bahía Blanca, los adultos mayores, representan un 12,54 %.

Consecuencias del aumento de la esperanza de vida en diferentes escalas de análisis

A nivel mundial y continental se ha producido un aumento en la esperanza de vida, con diferencias regionales y evolutivas de los indicadores, considerando el mismo período. Mientras los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico(OCDE) pasan de una esperanza de vida de 71,6 años en 1970-1975 a 78,8 para el período 2000-2005 (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD, 2005), los países pertenecientes al sur de Asia tienen una esperanza de vida de 50,1 años en 1970-1975 y 63,2 en 2000-2005. El aumento más significativo se presenta en los países árabes puesto que su esperanza de vida en 1970-1975 era de 52,1 años y en 2000-2005 de 66,9. América Latina por su parte, muestra una evolución, para el período considerado de 61,1 a 71,7. El drástico incremento de la esperanza de vida en los países de menor desarrollo relativo, ha tenido como consecuencia en las estadísticas promedio de los adultos mayores la manifestación de datos significativos, anteriormente irrelevantes.

Si bien este primer análisis continental, por su nivel de agregación, no permite establecer particularidades, sí posibilita establecer la primera hipótesis. En los casos en los que se ha producido un aumento importante en la esperanza de vida en un período de tiempo relativamente corto, la sociedad y particularmente el sistema sanitario, muestra un desajuste entre el peso porcentual de estas franjas etarias y la satisfacción de necesidades específicas. Esta situación pone en evidencia que la reestructuración del sistema sanitario es más dificultosa cuanto más rápido ha sido este aumento en la prolongación de la vida. Los adultos mayores se han convertido, como cita Serra refiriéndose al caso español, en el sector de mayor crecimiento en el mundo, con las diferencias regionales mencionadas con anterioridad. "A comienzos del siglo XXI se superaron los seis millones de personas mayores de sesenta y cinco años, lo que representó más del 15 % de la población total española" (Serra, 2000: 7).

En Argentina, esta proporción es inferior, pero se ha incrementado en un punto, considerando los Censos 1991 y 2001. El porcentaje de población de 65 años y más, representó en el año 1991 un 8,9 %, mientras que en el 2001 fue de 9,9 %. También se presentaron diferencias respecto al comportamiento por sexo. Los varones en 1991 representaron el 7,6 % mientras que en 2001 eran el 8,3 %. Las mujeres, por otro lado variaron del 10,1 % al 11,5 %.

Los períodos en los que se han producido mayores cambios en la esperanza de vida son 1955-1960 respecto de 1950-1955 en los que aumenta de 62,73 a 64,74 años. Considerando el último período, la esperanza de vida al nacer ha pasado de 72,13 años en 1990-1995 a 73,23 en el correspondiente a 1995-2000. Entre el quinquenio 1950-1955 y 1995-2000 la esperanza de vida registró un aumento de 10,50 años. En la Tabla I se observan las diferencias entre varones y mujeres, ampliándose esta brecha en cada uno de los períodos. Esta situación, al igual que el aumento del peso porcentual de los adultos mayores tiene una incidencia directa en la planificación del sistema sanitario y particularmente en la determinación del riesgo de malnutrición, que es el tema eje del presente artículo. Los quinquenios en los que se encuentra un mayor aumento de la esperanza de vida, son los comprendidos entre 1950-1955 y 1955-1960, y en menor medida 1965-1970 con el periodo inmediatamente posterior. En este marco de paulatino aumento de la esperanza de vida, sí es conveniente remarcar las diferencias por sexo, que se van profundizando desde 1950 hasta 1995. En el análisis del riesgo de malnutrición esto es particularmente importante, debido a que el mismo es ostensiblemente menor en las mujeres que componen el grupo etario a partir de los 65 años. Pero además es una de las consideraciones más destacables al momento de diseñar programas de intervención cuyo fin es la prevención, entre otras de problemáticas como la malnutrición.

Tabla I
Esperanza de vida al nacer por sexo, por quinquenio
Estimaciones y proyecciones nacionales de población por sexo y edad 1950-2015


Fuente: Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001

Las provincias integrantes de la República Argentina también muestran diferencias en el aumento absoluto de la esperanza de vida y en la evolución que ha tenido en cada una de ellas en el período 1990-1992/ 2000-2001.

Según los datos brindados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos y que se encuentran en la Tabla II, los incrementos más importantes se han registrado en las provincias de Jujuy (68,37 a 72,5), Neuquén (71,39 a 75,24), San Luis (70,79 a 74,06), Tierra del Fuego (70,16 a 74,84) (INDEC, inédito). Tal situación, se ha desarrollado precisamente en jurisdicciones donde se ha producido un intenso movimiento migratorio unas décadas atrás. Las diferencias observadas a nivel nacional, respecto al comportamiento de esta variable por sexo, se repiten por ejemplo en Entre Ríos, Jujuy, La Pampa, Mendoza, Misiones, Neuquén, Salta, San Luis, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Tanto el aumento total de la esperanza de vida, como el incremento de la diferencia entre hombres y mujeres, es de particular significación en todas las jurisdicciones argentinas, que deben considerar las demandas de una población mayor de 65 años en aumento con un incremento de la edad promedio y una mayor presencia de mujeres que alcanzan también en promedio una edad más avanzada

Tabla II
Esperanza de vida al nacer por sexo y jurisdicción. Años 1990/92 y 2000/01

Fuente: INDEC (inéd) Tablas abreviadas de mortalidad 2000-2001. Total País y Provincias. Documentos de Trabajo del Programa Análisis Demográfico N° 146
INDEC (1995a) Tablas abreviadas de mortalidad provinciales por edad y sexo (1990-1992) Buenos Aires, Serie Análisis Demográfico N°4
INDEC (1995b) Tabla completa de Mortalidad de la Argentina por sexo 1990-1992. Buenos Aires, Serie Análisis Demográfico N°3

Análisis del peso porcentual de los adultos mayores en las delegaciones de la ciudad de Bahía Blanca

La ciudad de Bahía Blanca se encuentra dividida en delegaciones que agrupan diversos barrios contiguos. Las situaciones observadas en cada una de ellas son dispares, no solo por la cantidad de población, sino también por el peso porcentual de cada uno de los grandes grupos de edad y la situación de riesgo socioeconómico. Las delegaciones además, están integradas por barrios que tienen una particular evolución histórica respecto a la ocupación y consolidación, que junto con otros factores explican las características sociodemográficas de estas unidades.

La delegación Norte, que comprende barrios como Villa Duprat, Barrio Latino, Villa Irupé, entre otros, posee, según el Censo Nacional de Población Hogares y Viviendas 2001, 36.521 habitantes, de los cuales, 2.094 son personas de más de 65 años, 5,73 %. Esta y la delegación Harding Green, son las que tienen la menor proporción de adultos mayores. La Delegación Harding Green, mencionada anteriormente, e integrada por barrios como Harding Green, Millamapu y Patagonia, tiene un total de 15.460 habitantes, y los adultos mayores 726 (4,70 %) Ambas delegaciones, compuestas por barrios de reciente consolidación, poseen hogares integrados en su mayoría por población comprendida entre 15 y 64 años. También, las dos delegaciones, forman parte de un área periférica, de alto riesgo sociodemográfico, por lo tanto, a pesar de ser poco representativa la población mayor de 65 años, en términos relativos, se indica a priori, como un sector de alto riesgo, desde el punto de vista nutricional.

El análisis de estos primeros indicadores, muestra que, en el extremo opuesto a la situación mencionada en el párrafo anterior, las delegaciones Centro y Cabildo tienen una alta proporción de población de más de 65 años. En el caso de la delegación Cabildo, que se encuentra fuera del ejido urbano, la población total es de 2.341 habitantes, de los cuales 394 corresponden a adultos mayores, que representan el 16,83 %. Cabildo es un asentamiento, localizado a 50 km de la ciudad de Bahía Blanca en un entorno de características rurales. Por diversas causas esta localidad ha visto disminuida su población más joven, la realidad es que esta población de mayor edad tiene problemáticas y necesidades específicas.

La delegación Centro, constituida por barrios como Bella Vista, La Falda, Napostá, Palihue, Universitario, etc., no solo es aquella que tiene mayor cantidad de población, sino que además tiene el mayor porcentaje de personas mayores de 65 años. Tiene un total de 96.980 habitantes, de los cuales 18.013 son adultos mayores que significan el 18,57 % sobre el total. Hecha la salvedad de las diferencias entre cada uno de los barrios, se trata de una delegación consolidada desde el punto de vista de la ocupación. Son barrios tradicionales de la ciudad de Bahía Blanca, que han tenido un origen y evolución distinta en el tiempo, sin embargo en el análisis del peso porcentual de los adultos mayores encontramos un factor común como es la alta prevalencia de este segmento (Tabla III). Es oportuno mencionar que estos barrios, desde el 2001, han mostrado cambios importantes respecto a la conformación de los hogares, producto de la ocupación de estos sectores por parte de familias conformadas en promedio, por integrantes de menor edad. La dinámica demográfica de estas áreas en la ciudad de Bahía Blanca, deberá ser analizada a partir de los datos generados en el próximo Censo Nacional de Población Hogares y Viviendas a realizarse en el año 2010.

Tabla III
Población por Delegación en la ciudad de Bahía Blanca por grandes grupos de edad

Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos proporcionados por la Municipalidad de Bahía Blanca del Censo Nacional de Población Hogares y Viviendas 2001

La delegación Las Villas, conformada por barrios como Villa Mitre, Villa Soldati, Amaducci, Sanchez Elía, Villa Libre, es aquella que sigue en importancia por cantidad de población a la delegación Centro. Respecto a la gravitación del segmento de población mayor de 65 años, este significa un 11,33 % sobre un total de 50.254 habitantes (Figura 2). Por tratarse de una delegación extensa, con gran diversidad entre los distintos barrios que la conforman, es necesario analizar cada una de las unidades. En líneas generales podemos afirmar que se presentan al menos dos situaciones, considerando la evolución histórica y las condiciones socioeconómicas. Villa Mitre o Amaducci, son barrios que podríamos calificar como tradicionales, en los que han permanecido los adultos mayores a pesar de los cambios en la conformación familiar, pero de condiciones socioeconómicas mejores en términos relativos. Esta última característica es la que diferencia, fundamentalmente estos, de barrios como Villa Loreto, Villa Muñiz o Villa Italia, donde también hay una alta prevalencia de adultos mayores pero con condiciones socioeconómicas más desfavorables y de alta incidencia en la determinación del riesgo de malnutrición.

Figura 2
Grupos de edad por delegación

Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos proporcionados por la Municipalidad de Bahía Blanca del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001

Villa Rosas, como Noroeste, son delegaciones que tienen un alto porcentaje de la población total del partido de Bahía Blanca. En conjunto representan el 22,36 % de la población del partido, y en promedio tienen un 10,55 % de población de más de 65 años. Esto significa en números absolutos, y para ambas delegaciones, un total cercano a las 7.000 personas comprendidas en esta franja etaria. Si bien los barrios de Villa Rosas y Noroeste son barrios antiguos de la ciudad de Bahía Blanca, cuando los analizamos como parte de las delegaciones a las que dan su nombre, las situaciones son disímiles al interior de cada una de ellas. La inclusión, en estas unidades de gestión, de barrios relativamente nuevos, respecto a su ocupación y consolidación, hace necesaria la diferenciación, sobre todo al momento de elaborar estrategias de intervención destinadas a la prevención de situaciones de riesgo nutricional de los adultos mayores.

Es quizás redundante expresar que la configuración poblacional de algunas áreas, permite anticipar la existencia de problemáticas propias de cada uno de estos sectores. A los fines del presente trabajo no tienen relevancia las causas que dieron origen a esta conformación, sino sus consecuencias, en este caso en las estrategias para prevenir y abordar dicha problemática.

Las delegaciones de Ingeniero White y General Daniel Cerri, ambas compuestas fundamentalmente, por dos localidades tradicionales del partido de Bahía Blanca, tienen una proporción similar de adultos mayores, 11,28 y 11,85 % respectivamente. En números absolutos la cantidad de mayores de 65 años es más importante en Ingeniero White, que tiene 1.183 personas en esta condición.

Si bien el análisis de la distribución espacial de los adultos mayores por delegación, es una primera aproximación al estudio de su importancia en las distintas áreas de la ciudad de Bahía Blanca, por el nivel de agregación de los datos, debemos considerar que se trata de unidades de gestión cercanas a la población. Esta situación debe formar parte de las consideraciones al momento de elaborar las estrategias de abordaje de la problemática y el diseño de instrumentos destinados a la prevención de malnutrición en personas mayores de 65 años.

La malnutrición como una de las principales problemáticas de los adultos mayores

El aumento de la esperanza de vida conlleva necesidades y demandas inéditas hasta no hace mucho tiempo, y que deben no solamente ser cubiertas en pos del desarrollo equilibrado de todos los sectores poblacionales, sino que además, deben ser diagnosticadas con suficiente antelación para diseñar un sistema que las satisfaga. Esto significa que el sistema debe acudir a cubrir estas necesidades incluso antes de explicitarse como problemática instalada.

El solo hecho de contar cada vez con más cantidad de población anciana nos remite a la aparición de nuevas necesidades, demandas, problemáticas, enfermedades propias del segmento etario emergente, y enfermedades padecidas por los adultos mayores en una sociedad en la que han aparecido otras patologías derivadas de los nuevos estilos de vida. Es por ello que cada vez adquieren mayor relevancia los problemas de los adultos mayores, porque cada vez afecta a mayor cantidad de población. Entre las problemáticas típicas de esta franja etaria se encuentran el riesgo de desnutrición y la desnutrición instalada, asociados ambos a la edad pero también a los cambios en el estilo de vida y con repercusiones en el estado de salud. Las mismas causas que inciden en el aumento de la morbilidad, lo hacen sobre las condiciones de salud que interactúan con los desequilibrios en la alimentación.

"La población anciana es uno de los grupos de mayor riesgo de problemas nutricionales, tanto por el propio proceso de envejecimiento, que aumenta las necesidades de algunos nutrientes y produce una menor capacidad de regulación de la ingesta de alimentos, como otros factores asociados a él: cambios físicos, psíquicos, sociales y económicos. Esta situación de desnutrición es, a su vez, un factor de riesgo de muchas enfermedades, así como mayor riesgo de hospitalizaciones, de institucionalización, deterioro de la capacidad funcional y de la calidad de vida, aumento del uso de recursos sanitarios y finalmente, aumento de mortalidad." (Alonso Prieto et al., 2005: 1).

La desnutrición es definida como el déficit de uno o más nutrientes, es decir la carencia de proteínas, grasas, hidratos de carbono o azúcares, vitaminas y minerales. Es una patología causada por múltiples factores. El desequilibro nutricional de los adultos mayores obedece a diferentes causas, sin embargo sus consecuencias se observan en todos los casos en el desarrollo de enfermedades crónicas y en el pronóstico de patologías agudas. Existe una vinculación recíproca entre nutrición y enfermedad. Un estado nutricional adecuado de los adultos mayores, tiene repercusiones no solo a nivel individual sino en la sociedad en su conjunto, en el sentido que las inversiones necesarias para atender las patologías agravadas por la desnutrición, son mayores comparadas con aquellas destinadas a un sistema sanitario preventivo.

Incidencia del lugar de residencia del adulto mayor en los desequilibrios nutricionales

Una profusa bibliografía proveniente de diversos países, en particular desde España, identifica una serie de factores incidentes en la malnutrición del adulto mayor, entre los cuales, se considera el lugar de residencia como uno de los más importantes.

Dependiendo del medio en el que viva el anciano se presentan distintos porcentajes de incidencia de malnutrición. Los estudios realizados en diferentes países desde el año 1994, en los que se ha evaluado a través de la Mini Encuesta Nutricional del Anciano, el estado nutricional de las personas mayores en distintos niveles asistenciales, hospitales, cuidados domiciliarios, residencias geriátricas y comunidad (Tabla IV), muestran una alta prevalencia de malnutrición en cuidados domiciliarios (20 %).

Tabla IV
Estado nutricional en la población mayor de diferentes niveles asistenciales

Fuente: Jürschik Jiménez, P.; Torres Puig-gros,J.; Solá Martí, R.; Nuin órreo,C.; Botigué Satorra, T. "Estado nutricional de la población mayor de Cataluña de diferentes niveles asistenciales"

Esta situación es dable esperar que se repita en nuestro país, debido a que existen una serie de factores comunes en esta condición, sobre todo cuando los adultos mayores se encuentran viviendo solos. En la población de más de 65 años se desarrollan patologías propias de la edad y derivadas de los nuevos estilos de vida, que los hacen vulnerables desde el punto de vista nutricional, polimedicación, dificultades de absorción de nutrientes, problemas de masticación y deglución; pero además factores psicosociales que tienen como consecuencia fundamental el aislamiento y la consecuente limitación para la obtención y elaboración de los alimentos. Es común entre los adultos mayores, distintos grados de discapacidad que actúan como barrera para acceder a una alimentación adecuada. Esta situación se relaciona en forma directa con el riesgo de desnutrición o la desnutrición instalada y que son desencadenantes no solo en la hospitalización, sino también en la institucionalización, es decir la internación en residencias geriátricas. Por otro lado la incidencia de desnutrición en régimen de institucionalización para el caso de España oscila entre el 6 y 9 %, en régimen hospitalario entre el 50 y el 68 %. Lamentablemente, Argentina no cuenta con estos datos, al menos en forma generalizada, pero al igual que en las situaciones anteriormente descriptas, es lógico pensar que se mantienen en las mismas proporciones. En el caso de la institucionalización, en la publicación de la Federación Argentina de Geriatría el secretario general de la Federación Argentina de Gerontología y Geriatría, Dr. Vicente Tedeschi afirma que

"Nuestro país no es internista, sólo un 1,8 por ciento de la población de personas mayores está en un geriátrico; pero la demanda es mayor porque, según cifras internacionales, el 5 por ciento de las personas con más de 65 años no puede estar en su casa (por distintas situaciones y/o patologías) y ese es el problema. Hay mayor demanda que oferta". (Tedeschi, 2009) [en línea]

Sin embargo, esta menor proporción de institucionalización, va acompañada de cifras inquietantes desde el punto de vista de la atención adecuada de los adultos, puesto que un porcentaje elevado no se encuentra habilitado. "Se calcula que en todo el país hay alrededor de cinco mil, seis mil geriátricos, de los cuales el 20 ó 25 por ciento no están habilitados", señaló el titular de la Unión Argentina de Prestadores de Servicios Gerontológicos, Alejandro Barros en Geronto-Geriatría (órgano Oficial de la Federación Argentina de Geriatría y Gerontología y de la Asociación Gerontológica Argentina. Gerontogeriatría). Esta falta de habilitación, implica la falta de controles respecto a los cuidados que se dan a los adultos mayores, incluso la alimentación y nutrición. Por lo expuesto, y por la inexistencia de estadísticas nutricionales de la población mayor de 65 años en esta condición, es posible pensar en una incidencia mayor de desnutrición en estos establecimientos, y sobre todo en aquellos no habilitados. En última instancia, la institucionalización debe ser analizada más como una consecuencia, que un factor de riesgo de desnutrición, ya que la prevalencia es menor en esta condición, si existe una adecuada nutrición.

Respecto al peso porcentual de la desnutrición en régimen de hospitalización, es siempre elevado debido a la existencia de patologías agudas o crónicas que motivan la internación y que profundizan esta situación. Teniendo en cuenta las investigaciones realizadas con anterioridad y los objetivos del trabajo, el análisis de los datos censales se centra en la categoría residencia en domicilio, con el fin de establecer un diagnóstico de áreas de mayor riesgo de malnutrición en la ciudad de Bahía Blanca.

Los más altos niveles de malnutrición se detectan en las unidades asistenciales de larga estancia. Algunos de estos estudios toman como una de las categorías a analizar el hogar de ancianos, donde se observa una mayor incidencia de la desnutrición debido a su combinación con enfermedades de tipo psiquiatrico. En la investigación llevada a cabo por la Escuela de Enfermería de la Universidad de Lleida, también se presentan diferencias respecto a la consideración de dos subcategorías como son el servicio de medicina interna (71 %) y de cirugía general (42 %) que

"puede ser debida a que los pacientes ingresados en el servicio de medicina, al contrario que los del servicio de cirugía, presentan diversas patologías crónicas o reagudización de las mismas que generalmente conllevan a un incremento de medicación farmacológica. La pluripatología y la polimedicación son dos condiciones que pueden comportarse como factores etiológicos importantes en el desarrollo de la desnutrición". (Jürschik Jiménez et al., 2004) [en línea]

Causas de la malnutrición en el adulto mayor

Factores como la limitación en los movimientos, la polimedicación, las dificultades de absorción de nutrientes, problemas de masticación y deglución, interactúan en la obtención de alimentos, su elaboración, ingesta, digestión y absorción, haciendo del riesgo de malnutrición, y en algunos casos la desnutrición, una problemática propia de la tercera edad.

Algunos de los factores psicosociales intervinientes en la malnutrición de los adultos mayores pueden ser analizados de forma indirecta a través de los datos aportados por el Censo de Población Hogares y Vivienda 2001 en la ciudad de Bahía Blanca. Se define como población de alto riesgo aquella que cuenta con más de 65 años, viviendo en hogares unipersonales en situación de viudez. "Por tanto, los principales factores de riesgo de malnutrición en ancianos que se observaron en este estudio fueron el sexo, la edad, los ingresos y vivir solo, así como la institucionalización" (Alonso Prieto et al., 2005: 1)

Tabla V
Causas de riesgo de malnutrición en el anciano

Fuente: Alonso Prieto M, Rodríguez Fuentes G, Viejo Pinero N, Villarreal Fuentes A.

Considerando las causas psicosociales, identificadas por los profesionales de la salud, aquellas vinculadas a las circunstancias de adultos mayores viviendo solos, son las que tienen como consecuencia una mayor incidencia de riesgo de malnutrición. Esta es una problemática social de relevancia cada vez mayor, puesto que también es cada vez mayor la cantidad de personas de más de 65 años en hogares unipersonales, cuando la situación familiar y económica lo permiten. En esta condición, se presenta una pérdida de significado sociocultural de la alimentación, consecuencia de la monotonía de la dieta, la menor elaboración de comidas, reducción de la variedad, en algunos casos limitadas por la dificultad de masticación y deglución, o incluso la imposibilidad de movilización para realizar las compras. La soledad, la depresión, son situaciones que se presentan a partir del fallecimiento del conjugue e influyen en el hecho de que la comida ya no es un acto social, provocando importantes alteraciones nutricionales.

Los datos proporcionados por el Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas permitirá observar la distribución espacial de una de las condiciones de mayor riesgo de desequilibrio nutricional para los adultos mayores que corresponde a la localización de personas mayores de 65 años, de estado civil legal viudo y que viven solos, es decir en hogares unipersonales, por radio censal.

Análisis de la distribución espacial de las áreas de riesgo nutricional en adultos mayores en la ciudad de Bahía Blanca

La unidad utilizada para realizar las consideraciones finales y propuestas se hace referencia a los barrios, tomando como unidad el radio censal. Esta etapa del trabajo acude al cruzamiento de los datos considerados relevantes para la localización de mayor riesgo potencial de malnutrición en adultos mayores. En cada uno de los radios censales se analiza en forma conjunta las condiciones de pertenecer al grupo poblacional de más de 65 años, estado civil legal viudo/a, en hogares unipersonales. Si bien los resultados a los que se han arribado, parten de datos correspondientes al Censo Nacional de Población Hogares y Viviendas 2001, que no dan cuenta de las profundas transformaciones producidas en los últimos años, es una herramienta metodológica eficaz, sobre todo considerando su posible comparación con los datos a producir por el próximo Censo previsto para el año 2010.

Figura 3
Distribución espacial de viudos en hogares unipersonales (2001)

Fuente: Elaboración propia

Del análisis de la cartografía elaborada surge que, la mayor concentración de adultos mayores de estado civil legal viudo/a, viviendo en hogares unipersonales se presenta en el área central de la ciudad de Bahía Blanca, con diferencias particulares entre los barrios y que responden a la evolución histórica de los mismos y las condiciones socioeconómicas. El barrio Comahue y el radio comprendido por la calles San Martín y Soler del Microcentro, muestran un mayor número (64) de adultos mayores en esta condición, por dos razones fundamentalmente, porque siguen viviendo en ellos, a pesar de los cambios en la conformación familiar, o porque se han trasladado justamente luego de haber quedado solos, fundamentalmente a propiedades horizontales por razones de seguridad. El resto del área central, conformada por barrios como Microcentro, Universitario, Napostá, Bella Vista, Independencia, Anchorena, Tiro Federal, Villa Mitre, Pacífico, Kilómetro 5, Noroeste, Colón, San Martín, con un rango comprendido entre 32 y 63,9, forman parte de unidades espaciales tradicionales, en los que los adultos mayores en condición de viudedad en hogares unipersonales, se encuentran en mayor proporción porque han permanecido en sus viviendas luego de cambiar su situación familiar. Si bien, no se trata de áreas de alta vulnerabilidad socioeconómica, la limitación de los ingresos, tiene como consecuencia la no movilidad espacial de los mismos, y además el deterioro consecuente de las unidades habitacionales. Otra de las causas de la permanencia es el fuerte arraigo de los adultos mayores a estos barrios. Particularmente, en los casos de los barrios Universitario y Napostá, se ha observado en los últimos años la construcción de edificios de 3 o 4 plantas, en terrenos en los que anteriormente se encontraban viviendas unifamiliares, habitadas por adultos mayores. Estas personas, en el período comprendido entre el Censo Nacional de Población y Vivienda 2001 y la actualidad, han fallecido, se han desplazado a otros barrios o permanecen en el mismo, pero en las unidades habitacionales construidas recientemente. Por lo mencionado, es previsible la existencia de importantes cambios en las condiciones sociodemográficas, solo posible de ser comprobadas a partir de los datos generados por el próximo Censo Nacional de Población y Vivienda.

Los barrios de la periferia, por diversas razones, tienen una menor proporción de adultos mayores en condición de viudedad viviendo solos. En los casos en los que coincide con un índice de vulnerabilidad sociodemográfica mayor, esto se relaciona con la menor posibilidad, fundamentalmente desde el punto de vista económico, de afrontar los gastos que presupone vivir solos. En las áreas mencionadas, en general prevalecen hogares con mayor cantidad de integrantes, con o sin lazos familiares. Responden a estas características barrios como Stella Maris, 26 de Septiembre, Villa Moresino, Villa Talleres, Villa Serra, Los Almendros, Villa del Parque y Rivadavia. El hecho de que existan en estos barrios una menor cantidad de adultos mayores en condición de viudez, viviendo solos, no permite sin embargo ignorar una situación altamente riesgo por la potenciación de los factores de riesgo de desnutrición.

Dentro de los mismos rangos, es decir de 15,9 a menos de 2, también encontramos barrios de la ciudad que no tienen un alto índice de vulnerabilidad, por ser unidades espaciales de una ocupación reciente en el tiempo, o haber sido sometidas a un proceso de renovación, en tierras de alto valor en el mercado. Es el caso de los barrios Palihue, Villa Floresta y Santa Margarita. Las propuestas de elaboración de programas de prevención de la desnutrición en adultos mayores en estas unidades, deben considerar estas condiciones.

Como conclusión, los sectores en los que se encuentra mayor cantidad de población de más de 65 años en la situación descripta, se relaciona con barrios más antiguos de la ciudad de Bahía Blanca, de baja vulnerabilidad, y que han permanecido en estos sitios a pesar de los cambios en la conformación de sus familias. Los barrios en los que hay una menor cantidad de adultos mayores en condición de viudedad viviendo solos, pero con una mayor vulnerabilidad socioeconómica, ameritan otro tipo de intervención para evitar el riesgo de desnutrición o revertir el cuadro de desnutrición instalada. En el primer caso, es decir donde se presenta una mayor proporción de adultos mayores de 65 años dentro de las características mencionadas, la intervención se relaciona con programas preventivos que entre sus actividades consideren la posibilidad de resignificar la alimentación como un hecho social, la divulgación de información respecto a la alimentación adecuada a una buena nutrición y por último la existencia de espacios de encuentro en la comunidad.

Con respecto a otra de las causas, identificadas dentro de las de alta incidencia en los riesgos de desnutrición o desnutrición instalada, como es la institucionalización de los adultos mayores, la distribución espacial, no es indicador de una mayor vulnerabilidad de los sectores que tienen una mayor proporción en esta condición. Esto se relaciona exclusivamente con la localización de estos centros de atención y la capacidad de los mismos. Sin embargo, la institucionalización, es un indicador a largo plazo, de la evolución de la desnutrición en los adultos mayores, por ser una de las causas de este cambio de residencia.

Consideraciones Finales

El aumento de la esperanza de vida experimentado en las últimas décadas, tiene consecuencias en diversas áreas sociales, económicas y particularmente sanitarias. Las proporciones crecientes de adultos mayores demandan del sistema sanitario la atención de enfermedades propias de la edad, pero también de aquellas patologías derivadas de los nuevos estilos de vida. El riesgo de desnutrición o la desnutrición instalada es una de las grandes problemáticas que afecta a los adultos mayores en forma individual, pero también al sistema en su conjunto, puesto que complejiza la atención de las enfermedades de base, requiriendo del mismo una mayor erogación presupuestaria. La identificación de los sectores con población de más de 65 años en condiciones de riesgo de desnutrición es una herramienta de diagnóstico que facilita el diseño de políticas de prevención. Las propuestas de intervención deberán puntualizar las diferencias que se presentan al interior de la ciudad, considerando las necesidades específicas de los grupos en cuestión. La prevalencia significativa de la desnutrición en adultos mayores, en domicilio, junto con factores que potencian este resultado, hacen necesaria una investigación profunda que dé cuenta de esta problemática. Los estudios realizados por parte de los profesionales de la salud, en diferentes países, utilizan como herramienta para la determinación del estado nutricional de las personas mayores de 65 años, la Mini Encuesta Nutricional del Anciano (MNA). Por lo tanto, una de las propuestas es la realización conjunta, con profesionales relacionados a la nutrición humana, de investigaciones en las áreas de mayor riesgo potencial. Un diagnóstico completo de la problemática en la ciudad de Bahía Blanca, puede de este modo, dirigir las acciones preventivas, a través de programas que consideren las diferentes variables intervinientes.

El diagnóstico también, debe incluir la existencia de ámbitos propicios para la realización de los programas de prevención, a los efectos de optimizar los recursos públicos y privados. La presencia de Centros de Jubilados en los que se encuentran centros vacunatorios, además de ser puntos de encuentro social, es considerada a los fines de las propuestas como un eje clave en la aplicación de la Mini Encuesta Nutricional del Anciano y la difusión de información, respecto a la nutrición adecuada en esta etapa de la vida. Por último, los convenios firmados por la Universidad Nacional del Sur y PAMI, que han dado lugar a cursos para adultos mayores y recientemente la creación de la "Diplomatura en Promoción de Derechos, Salud, Participación e Inclusión del Adulto Mayor", deben ser considerados en igual sentido, teniendo en cuenta la relación entre ambas instituciones.

Notas
1 Sistema REDATAM permite procesar información contenida en bases de datos censales y obtener resultados específicos para diferentes áreas.

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Fecha de Recepción: 15 de noviembre de 2009
Fecha de Aprobación: 14 de septiembre de 2010