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Revista Universitaria de Geografía

versión On-line ISSN 1852-4265

Rev. Univ. geogr. vol.25 no.2 Bahia Blanca dic. 2016

 

Multiterritorialidad en la Patagonia rural esteparia. Destinos de la tierra, ausentismo y problemáticas emergentes

C. Santiago Bondel* - Alberto D. Vázquez**

* Profesor-investigador. Departamento de Geografía. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Investigador del IGEOPAT.
** Becario doctoral CONICET. Departamento de Geografía. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Investigador del IGEOPAT.

Resumen
El artículo tiene por principal objetivo presentar un avance analítico respecto de la Patagonia de la estepa que, en circunstancias muchas veces críticas, desde fines de los años ochenta es atravesada por situaciones novedosas que condicionan su organización espacial. Se incorporan los conceptos de multiterritorialidad y ausentismo propietario como camino explicativo de nuevas configuraciones. Se concentró el análisis en estudios de casos en concordancia con estrategias de relevamientos para la identificación de las dinámicas espacio-temporales y los destinos de los espacios. El enfoque metodológico general es mixto, de procedimientos cuantitativos -bases de datos y cartografía temática- y cualitativos sostenidos en múltiples entrevistas a actores representativos. Se concluye en cómo las lógicas territoriales obedecen a diferentes propósitos en distintas escalas, los que culminan en iniciativas productivas y contemplativas/recreativas asociadas a decisiones empresariales, institucionales y personales. En este marco contextual las incertidumbres son recurrentes, valorizándose entonces los aportes académicos en favor de colaborar a esclarecer el panorama rural con su proyección en las gestiones socioterritoriales.

Palabras clave: Transformaciones Territoriales; Declive Ganadero; Lógicas Territoriales; Organización Espacial.

Multiterritoriality in rural Patagonia steppe

Abstract
The aim of this article is to present analytical progress on the Patagonian steppe which, since the late 80s, has gone through new situations affecting its spatial organization under often critical circumstances. The concepts of "multi-territoriality" and "ownership absenteeism" are incorporated as an illustrative approach to new configurations. The analysis focused on case studies in accordance with survey strategies to identify spatio-temporal dynamics and space destination. The general methodological approach is combined, i.e. quantitative procedures -thematic cartography and data bases- and qualitative methods -multiple interviews with representative actors. It is concluded on how the territorial logics obey to different purposes at different scales. Those purposes culminate in both, productive and contemplative/recreational initiatives associated with business, and political and personal decisions. In this contextual framework, uncertainties are recurrent so that academic contributions helping to clarify the rural panorama with its projection in socio-territorial management are highly valued.

Key words: Territorial Transformations; Declining Livestock; Territorial Logic; Spatial Organization.

Introducción

Este artículo se encuadra en el Programa de Investigación "Transformaciones territoriales en la Patagonia central. Destinos de los espacios: análisis, discursos y prácticas", de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, UNPSJB y su proyecto: "Implicancias territoriales por nuevas formas de ausentismo dominial. Casos rurales patagónicos como referentes" (2013-2016).

El desarrollo que sigue procura generar una plataforma analítica en favor de traspasar el marco de incertidumbre que ofrecen los destinos de los espacios en la Patagonia de la estepa, es decir, en aquel ámbito regional que en virtud de sus conformidades excluye a la Patagonia andina (Fig. 1). Estas conformidades están asociadas a un paisaje donde reina la aridez y una suerte de vacío demográfico con pequeñas localidades dispersas; las excepciones son las propias de las cuencas hidrocarburíferas y valles irrigados donde se destacan unas pocas ciudades de cierto rango.


Figura 1. Patagonia esteparia. Las 'estrellas' indican sitios y sectores donde se concentraron tareas de campo (relevamientos y/o entrevistas, 2012-2015).
Fuente: elaborado por Bondel y Vázquez.

Se busca aquí alcanzar una sistematización sustentada tanto en el análisis teórico como en el tratamiento local que, bajo un mismo marco de discusión, conjugue los destinos de los espacios rurales y las formas de tenencia de la tierra y, con ello, contribuir a la comprensión de la estructura territorial y las problemáticas relevantes que atraviesa el sur argentino.

El enfoque epistemológico seguido es el de la Geografía Rural en sus proyecciones inicialmente 'colaterales', tal como el que ofrecía Clout cuando ya hace casi medio siglo la definía como "... el estudio de aquellos fenómenos o procesos que tiene y/o tuvieron lugar en áreas de baja densidad poblacional, comúnmente llamada 'el campo' (countryside) y que se relacionan íntimamente con su organización espacial..." (trad. propia, 1972: 1). Es decir, donde la ruralidad se despega de aquella exclusividad agropecuaria o del "espacio agrícola" sobre el que profundizaba Pierre George en su clásica Geografía Rural (1978), condición propia de las lógicas territoriales productivas. A nuestros días, la complejidad ha llegado al punto que, en una actualización temática esclarecedora, señala Paniagua Mazorra: "... A la habitual dispersión temática que encierra lo rural se suma la disparidad de perspectivas de estudio que ya superan la mera dualidad economía-política versus enfoques renovados o enfoques culturales" (2007: 184).

En cuanto a la tenencia de la tierra resultará dable inferir que es una cualidad de difícil abordaje. Sus abundantes vertientes figurativas en materia jurídica llevan a un universo analítico confuso y, desde sucesiones patrimoniales complejas hasta testaferros que consiguen 'invisibilizarse', hacen de la temática un terreno de complicado discernimiento. Sin embargo y tratándose esta de una región de carácter conforme, es decir, poseedora de una destacada homogeneidad geo-ambiental e histórica, se ha focalizado en casos 'muestra' la orientación del trabajo. Por cierto, entonces, dado que es poco creíble que las formas propietarias no tuvieran relación con los destinos de sus espacios, se las ha tomado como un indicador explicativo respecto de su organización general.

Para avanzar en el entendimiento de la dupla destinos de los espacios-tenencia de la tierra, se ancló en el contexto teórico que Harvey resumiera con la figura "compresión espacio temporal" (1998: 314) en analogía a análisis, como los de Santos, en relación con lo que denomina "convergencia de momentos" (1993: 70). A su vez y por su sintonía con lo palpable en la Patagonia, se toma de Haesbaert (2007) el concepto de "multiterritorialidad". Este concepto, entre otras condiciones, involucra a quienes tienen mayores posibilidades de vivenciar y/o controlar territorios en distintos lugares lo cual señala que los vínculos con estos territorios pueden ser simbólicos y/o funcionales y, a su vez, se producen ya sea por desplazamientos físicos o de manera simultánea en un lugar culturalmente diverso a través de relaciones virtuales (cf. Haesbaert y Mondardo, 2010: 32-33). Así, se presentan mayores posibilidades de experimentar territorios lejanos en términos físicos desplegando una condición multiterritorial que en casos como los que nos ocupan se asocia con la tenencia de la tierra.

Lo multiterritorial no es novedad en la ruralidad patagónica considerando que ya en los primeros tiempos del poblamiento moderno de fines del siglo XIX y principios del XX, se dieron formas ausentistas de tenencia y gestión de la tierra emergiendo en un modelo pastoril-ovino extensivo acomodado a la especialización propia de la Argentina agroexportadora. El latifundio, de mínima implicancia geo-demográfica, fue una de las formas de organización funcional característica y, con casos como los del grupo Braun-Menéndez Behety o el de la empresa The Argentine Southern Land Co., encarnó el modo 'legal' de quebrantar el sentido original de la propuesta colonizadora de los gobiernos nacionales posteriores a la denominada 'Conquista del Desierto'. Es así que el ausentismo ha sido (y aún lo es) uno de los íconos caracterizadores de la ruralidad regional (Barbería, 1995; Bandieri, 2005; Minieri, 2006)1. Con todo es bueno aclarar que la distribución de las tierras aún no adjudicadas en las primeras concesiones permitió generar un poblamiento ganadero arraigado de cierta magnitud y que hoy en día se encuentra en plena crisis demográfica.

En la actualidad y desde hace ya más de dos décadas, el antecedente ausentista retoma importancia en el marco de las desregulaciones a escala mundial. Las evidencias inmobiliarias reflejan progresivamente estas modalidades propias de las periferias de la ecúmene. Una Patagonia esteparia que en unos 570.000 km2 -en el recorte de análisis (Fig. 1)-, solo reúne algunas pocas ciudades de relativa importancia, con unas decenas de pueblos, en su mayoría con menos de 5.000 habitantes diseminados en radios del orden de los 60 a 100 km o más y que comprenden en sus áreas de influencia solo unas seis mil explotaciones ganaderas, por cierto, conocidas como 'estancias'. Según el Censo de Nacional de Población de 2010, la población rural total (agrupada y dispersa) de Chubut, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego era de 139.747 habitantes (INDEC, 2010).

Así como en la región y por más de cincuenta años se asiste a un progresivo declive de la ganadería ovina, paradójicamente es creciente la demanda de tierras. Con ello creció la concentración fundiaria que implicó una reducción de más del 20 % en el número de establecimientos agropecuarios en el período intercensal agropecuario 1988-2002.

Se observa entonces una revitalización del mercado inmobiliario en diferentes escalas, nacionales e internacionales y cabe asociarla a la potenciación acumulativa de capitales como consecuencia de los desenvolvimientos de la economía global. De modo sintético, se concluye con la existencia de una revalorización de tierras para diferentes destinos y actores que en su mayoría no son ganaderos.

Metodología

El estudio de casos se ha tomado como estrategia metodológica. Los casos responden al tipo que Flyvbjerg (2004) denomina paradigmáticos y en un universo de casos múltiples son seleccionados especialmente por las disimilitudes que los caracterizan (Marradi et al., 2010). Cabe insistir que se está en un territorio de escala mayúscula en términos areales, con una extensión longitudinal del orden de los 1.500 km con un ancho que mayormente supera los 350 km, para lo cual la estrategia de relevamientos-entrevistas 'barrió' áreas representativas (Fig. 1).

El enfoque general es mixto, de procedimientos cuantitativos -bases de datos y cartografía temática- y cualitativos sostenidos en múltiples entrevistas a actores representativos de las diferentes circunstancias vinculantes (producción, ventas, arriendos, abandonos, etc.). Por cierto, la sistematización de tareas de campo, donde también se pondera la observación directa, se complementa con el análisis bibliográfico, cartográfico y documental.

Transformaciones y la cuestión dominial

En este trabajo y por sus posibilidades explicativas a la hora de comprender la organización de los espacios se ha tomado como fundamental al concepto de 'lógicas territoriales'. Claval destaca su condición de reflejar comportamientos regulares que se desenvuelven en forma coherente en relación con la producción, la vida social y la vida simbólica (1999: 244-251). Para nuestro caso y con ese sentido genérico, distinguimos cinco tipos visibles con categorías descriptivas que revelan comportamientos acordes a cada una de las lógicas (Tabla I). También deben valorarse los 'solapamientos' o ámbitos poco definidos, por ejemplo: la lógica productiva-ganadera coexiste con las otras cuatro.


Tabla I. Los cinco tipos de lógicas territoriales identificadas en la Patagonia rural esteparia. La columna 'Tendencia' refleja una aproximación a las condiciones dinámicas de cada forma de actividad (2011-2015) obtenidas únicamente desde percepciones recibidas a partir de tareas de campo y entrevistas, con el auxilio de información bibliográfica-documental no siempre estrictamente referidas a cada situación indicada. Fuente: elaborado por Bondel y Vázquez.

A todo esto, el vínculo inexcusable de propietarios, arrendatarios, ocupantes y demás formas de relación tenencial entre pobladores y espacio, reúne condiciones genéricas territorialmente transversales al conjunto. Incluso, hasta el abandono de posesiones es dable de categorizar como entidad analítica. Todo esto se encuentra enmarcado en la coexistencia de lógicas territoriales novedosas y tradicionales en la ruralidad regional que, así como se ve trastocada por presiones económicas y políticas sobre recursos mineros y energéticos del orden trasnacional y nacional, es también reflejo de nuevas pautas culturales y a su vez destacadas como condicionantes de la organización espacial. Sirva de ejemplo:

Los americanos (sic) que compraron Elena (...) quieren recuperar la plata que invirtieron; el que compró Elena no va a recuperar la plata con Elena ni aunque lo sueñe, ese compró once campos, ahora el administrador es un americano, pero no tiene idea (...), él me dijo ayer que el dueño de eso quiere recuperar la plata, yo le dije mirá, me aburrí de escuchar a los viejos de acá (...) y a los que compran (...). Le digo, depende lo que compren, me dice, los compramos porque eran campos baratos... (entrevista de Alberto Vázquez, 2014).

Como sucede en otros ámbitos mundiales de cierta analogía demográfica, por ejemplo en los amazónicos (de Sartre, 2005), las transformaciones se presentan aún de modo transicional, en condiciones fluctuantes respecto de la organización espacial; de hecho ante la presencia de cambios, no pasan sino unos meses para que reivindicaciones comunitarias, como la defensa o ataque hacia mega intervenciones mineras o energéticas, por dar ejemplos trascendentes, generen escenarios impensados y conflictivos. De cualquier manera será bueno no confundir transición con desterritorialización es decir, con formas desarraigadas y de tendencia a la 'deconstrucción' acorde a moldes globalizados2. Ejemplos de transición surgen del muestrario de ofertas de tierras por parte de ganaderos patagónicos tradicionales; casos que dejan a la vista cierta recurrencia de períodos prolongados en que los campos han quedado fuera del circuito productivo. Afirmaciones como: "casa principal recientemente construida...", "...casa principal y galpón de esquila nuevos", "alambres en buen estado, 50 % nuevo...", con confirmaciones obtenidas en entrevistas, implican la existencia de nuevos propietarios que presumiblemente, ante los magros resultados, reincorporan los establecimientos al mercado inmobiliario.

... un tipo de Mar del Plata, compró (...) en Cañadón Carbón, después vino y le compró todo a y a; los tipos reciben con 18.000 ovejas, ese trabajó siete u ocho años y el año pasado cagó (sic) vendiendo todas las ovejas, dejó un solo peón con 500 ovejas para consumo acá en lo de; es un caso típico de un tipo que compró y dijo esto no va (...), venía mal, cuando quiso acordarse tenía 12.000 y estos tipos que compran de afuera cuando no les dan los números cierran (...) y ahora los problemas lo tienen todos los que están alrededor, teniendo 2.500 ovejas para él y la señora, se rompe el culo (sic) persiguiendo zorros y pumas porque al lado tiene tres campos vacíos (...). Y va a aparecer uno que no va saber qué hacer con la guita y le va a comprar (...), lo primero que hacen es arreglar el casco (centro residencial y operativo de las estancias), con poca inversión lo vende a un 30 o 40 % más, el tipo que viene no tiene ni idea lo que es comprar un campo vacío... (entrevista de A. Vázquez a productor de la zona de Paso de Indios, 2015).
... hay muchos campos de esos mapas que pasaron por tres dueños, ese campo de ahí pasó por tres dueños, era de, que lo pobló él, son 30.000 hectáreas de campo malo, pero con un poco de costa de río donde hay una chacra (...), hoy está todo abandonado, se lo vende a un repuestero de Trelew y después lo compró un tipo de Buenos Aires... Fuente: elaborado por Bondel y Vázquez. (entrevista de A. Vázquez a productor de la zona de Paso de Indios, 2015).

Como afirmamos recientemente, María Laura Silveira, sin referirse explícitamente a la periferia, plantea consideraciones ineludibles al análisis territorial sobre la base de la existencia de dos importantes dimensiones del orden socio-espacial en el devenir histórico (Bondel, 2015). Señala Silveira "... En primer lugar, podemos analizar lo que está ahí, (...) el territorio tal como es hoy utilizado a partir de una articulación de variables clave de la época; esto es, el complejo de la llamada tecnociencia, pero también [y aquí vale atender en particular para posibles proyecciones en nuestro caso] con los contenidos de información y, ciertamente, los contenidos financieros. (...). En segundo lugar, deberíamos estar atentos al movimiento, cómo es utilizado y cómo podría ser usado" parangonando así la dupla de 'sistemas de objetos y sistemas de acciones' de Milton Santos, que culmina en una visión donde se destaca la sumisión de los espacios a la regulación de instituciones y empresas, con estas últimas en proyección creciente al punto que "el poder de las firmas adquirió tal vigor que podemos hablar de un territorio corporativo o de uso corporativo del territorio" (2007: 14-15). Silveira presenta a los territorios con las figuras de corporaciones y en un entretejido "en cooperación y conflictivo" afirma: "No es exagerado decir que hoy, cuando la división del trabajo de un país se globaliza, el poder de las empresas regula la vida política de la nación, imponiendo sus respectivas topologías (...) y obligando a formas de cooperación; es decir a modernizar infraestructuras, a aumentar la velocidad y la fluidez material y normativa, demandas tantas veces ajenas a las verdaderas necesidades nacionales" (2007: 20). Ahonda Mançano Fernandes para América Latina cuando, desde su perspectiva como espacios y escalas de gobernanza, toma al IIRSA (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Suramericana) como ejemplo contundente: "... son 'transterritorios' que reúnen territorios de varios países a partir del conjunto de los proyectos (...) para atender, especialmente, los intereses de las transnacionales en la producción de commodities" (2008: s/d)3.

En definitiva y retomando a Silveira (2007), el espacio global cada vez más se impone con sus especializaciones de acuerdo con la "lógica territorial de las empresas", con una vertiente visible de producción y comercio y otra vertiente invisible que responde al "... conjunto de operaciones que envuelve lugares, el sistema de acciones propio de la empresa, que le da una posición ventajosa a escala global y posibilita (...) una comunicación en tiempo real y el uso de instrumentos financieros a tal punto perfeccionados que dinero e información se confunden" (2007: 20).

En lo concreto, el espacio patagónico ante estos supra-planteos se presenta con un diseño funcional en el que se consustancian sus sistemas y subsistemas urbanos con la impronta nacional radio-concéntrica polarizada en la ciudad de Buenos Aires. Esta funcionalidad internamente apenas sostiene alguna articulación interprovincial con variaciones zonales asociadas con los centros petroleros y el turismo (corredores camineros y tramos aéreos). Es así que, aún con la debilidad funcional intrínseca, puede afirmarse que la región está inserta en una trama dominante de corte binaria, aunque por cierto, en un múltiple espectro de influencias de escalas. Por una parte, los espacios están enlazados a las lógicas empresariales globalizadas, donde es necesario adaptarse para la implantación de las corporaciones con su consecuente impacto en los comportamientos sociales (en especial corporaciones mineras)4y5. Por la otra, los espacios se entienden como ámbitos receptores de aquella visión paradigmática asociada con lógicas territoriales que se pueden denominar como 'contemplativas' y se traducen en iniciativas todavía imprecisas, desde hosterías de jerarquía destacada hasta el refugio más austero y aislado. En definitiva, ambas lógicas que, prima facie, resultan receptivas de excedentes monetarios de diferentes proveniencias y que en materia tipológica y de acuerdo con la evolución de los discursos (en especial inmobiliarios y políticos) se acomodan a gustos afines a sectores acomodados de las más variadas sociedades.

Confrontando ambas lógicas -productiva y contemplativa- resulta indudable que entre las productivas, exceptuando por su peso histórico a la hidrocarburífera, las actividades relacionadas con la minería a gran escala se muestran más activas y asociadas a su vez a situaciones conflictivas por reclamos sociales. Aun así, la cuestión minera es asociable a cierta invisibilidad; en cambio las lógicas contemplativas, con el turismo como herramienta empresarial y la 'patrimonialización' de algunos paisajes se muestran mayormente activas y visibles (Zusman, 2009).

Ausentismo propietario

Con distinto peso relativo y por más de un siglo, la ganadería ovina, la actividad hidrocarburífera y la militarización de los espacios tuvieron un carácter emblemático y directriz como organizadores de los espacios patagónicos. En los tres casos y en materia de gestión jerárquica, el ausentismo fue una constante administrativa regional en buena medida reconocida como necesaria.

Para el caso ganadero, el de mayores consecuencias territoriales, el ausentismo se constituyó en partícipe substancial en la estructura de la tenencia de la tierra rural. Inicialmente y como se verá luego con más detalle, se pueden diferenciar dos categorías básicas, el ausentista regional (propietarios residentes en ciudades de la región) y el ausentista extrarregional (propietarios residentes fuera de la región, incluso del país).

En la Patagonia, como lo es en buena parte de la ruralidad latinoamericana, el terrateniente extraterritorial (o extrarregional), es una representación tan reconocida como controvertida; el 'tipo' sobrepasa el análisis técnico y hasta resulta recurrente en la literatura y la poesía folklórica, normalmente asociada a su condición antisocial en función de su desmesura geodemográfica6. Es posible afirmar que para muchos la instalación humana y formas productivas se mantienen justamente en estancias de corte empresarial, donde los cambios se asocian con innovaciones, el acaparamiento predial y la funcionalidad eficiente. La funcionalidad, por cierto, es sinónimo de manejo distributivo de hacienda-suelo, con sentido práctico y jerárquico en sus instalaciones (casco, secciones y puestos) y con un mínimo de recursos humanos involucrados, de 'hombres solos'. Muchas de las grandes estancias forman parte de estructuras empresarias corporativas (con Benetton, como ejemplo distintivo), vinculadas en casos a tradicionales familias y/o grupos familiares terratenientes. La bibliografía al respecto es interesante y pródiga, como lo son las distintas visiones sobre la temática.

A todo esto cabe agregar la existencia de venias parlamentarias y administrativas, o en el sentido que indica Martinic Beros "... favorecido por algunos vacíos de la ley 4.167 [Tierras Fiscales], hizo posible un proceso de concentración fundiaria..." (1985: 89) donde los participantes locales, en particular la peonada, fueron, sino presos de circuitos de deuda, pobladores 'golondrina' sin posibilidades de radicación familiar. Antecedentes, por otra parte, que en unos casos dan sentido y en otros sirven de excusa para ciertas 'tomas' y/o 'ocupaciones' contemporáneas7.

Fuera de estas formas de tenor latifundista el panorama es distinto, como lo demuestran las iniciativas inmobiliarias (cientos) e institucionales (promociones gubernamentales), donde se acepta el hecho de que los destinos de los espacios son canalizados con diferentes intensidades e interrelaciones por distintas lógicas territoriales; esto tanto desde sus recursos discursivos (propaganda, avisos, etc.) como en sus componentes activos (negocios y normativas). Con ello también es cierto el crecimiento del número de ausentistas regionales. Ya sea desde Comodoro Rivadavia, Trelew, Neuquén, Río Gallegos, San Carlos de Bariloche o alguna otra ciudad, las evidencias iniciales -salidas de campo e informantes primarios- manifiestan la participación de ausentistas regionales con modalidades en especial vinculados con las modalidades 1 y 2 de la tabla II.


Tabla II. Principales modalidades que atraviesan las decisiones del medio ganadero (conclusiones a partir de relevamientos y entrevistas).
Fuente: elaborado por Bondel y Vázquez.

Además de la ganadera otras actividades mantienen un perfil de ausencias y serán tan o tal vez más ausentistas las figuras determinantes en las actividades mineras y turísticas -estas en su complejidad proyectiva-. En realidad, el ritmo progresivo en la dinámica de las transformaciones, como se viene señalando, muestra que las actividades económicas exhiben su condición propietaria como externa a los lugares, esto desde una proyección mayormente regional respecto del turismo y extrarregional y trasnacional en la minería.

Respecto de la propiedad transnacional es interesante destacar que su tendencia creciente indujo a la sanción de una ley específica en favor de la desaceleración en el número de ausentistas transnacionales. La Ley Nacional 26737/2011, reglamentada por el Decreto N° 274/2012 y que, sin afectar derechos adquiridos, limita la titularidad y la posesión de tierras rurales a personas físicas o jurídicas extranjeras, se promulgó frente a resultados propios de las desregularizaciones de los años noventa.

A título descriptivo y para contextualizar el discurso que viene desarrollándose, el siguiente esquema propone una tipología tentativa (Tabla III). Valórese para el caso que, aunque anunciadas como gravitantes desde la introducción, la tipología de relaciones virtuales no ha podido ser aún estudiada, quedando en un terreno especulativo, propio de observaciones sin sistematizar donde se visualizan nuevos empoderamientos y proyecciones asociadas en principio con las neoconectividades. Llama la atención, es cierto y, aunque responda a casos de la ruralidad española y anglosajona en general, la afirmación de Paniagua cuando afirma: "De una manera sorprendente, todo parece apuntar a que, de momento, las nuevas tecnologías digitales no han producido unos efectos notables en las áreas rurales ..." (2007) con ello, en regiones como la patagónica, donde las distancias vinculantes requieren en general de tres dígitos en kilómetros, el avance en estudios concretos al respecto será de gran interés científico y planificador.


Tabla III. Aproximaciones a los tipos de ausentismo rural patagónico.
Fuente: elaborado por Bondel y Vázquez.

Los campos

Como es conocido la Patagonia esteparia, en su condición interoceánica y a sotavento del gran sistema andino, responde en sus características geoambientales a la conjunción de grandes planicies mayormente amesetadas que alternan con antiguas serranías y estructuras volcánicas aisladas en un contexto de un clima templado-frío, ventoso y de marcados rasgos de semiaridez. Aquí, la diversidad en la receptividad ganadera se manifiesta acorde a las zonas agroecológicas que en buena medida están en correspondencia con las clasificaciones de Schorr y Segui (2008) y Easdale y Madariaga (2009) sobre las zonas agroeconómicas homogéneas (ZAH) en concordancia con las aptitudes ganaderas en general; aún así cabe prestar también especial atención a las escalas microambientales, sea por la disponibilidad o no de aguas para riego o de pasturas asociadas a mallines.

En términos de sustentabilidad económica, la relación costos-ingresos tiene su principal variable en el número de cabezas de ganado ovino (Livraghi, 2011). Resultados afianzados en testimonios de productores permiten conjeturar que en la estancia familiar, con un empleado permanente y el trabajo del tenedor cuya residencia generalmente alterna entre el campo y una localidad cercana, la actividad sería sostenible con dificultad o escasa rentabilidad con un número de ganado en el rango de 2.000 a 5.000, mientras que sería claramente sostenible con más de 5.000 cabezas. En la modalidad campesina sin empleados, asociada al minifundio y en casos a la pequeña estancia, la actividad incluso puede resultar sostenible con una cantidad menor a los 2.000 animales y con un piso hipotético del orden de unos 5008. En la tabla IV se muestran aproximaciones genéricas orientadoras (Bondel y Vázquez, 2013).


Tabla IV. Jerarquización clásica de establecimientos ganaderos en la Patagonia esteparia. Fuente: elaborado por Bondel y Vázquez.

Como se avanza más adelante en el ítem referido a la vertiente inmobiliaria, el hecho concluyente de ser los establecimientos ofertados aquellos que quedaron fuera o parcialmente fuera del circuito ovino, indica que la relación oferta de tierras e iniciativas inmobiliarias tiene como disparador inicial al resultado económico insustentable. Es cierto también que la afirmación anterior solo refleja parte de las explicaciones de esta suerte de 'sincretismo territorial' que se vive en la región, donde el tradicional apelativo de 'estancia' parece estar dejando de ser el definidor por excelencia de la organización de los espacios rurales. La tabla V muestra como síntesis relevamientos efectuados (Vázquez, 2015).


Tabla V. Situación productiva de los establecimientos ofertados según tamaño y tipo (tamaño con base en Coronato, 2010: 85-86, excepto el piso de los minifundios).
Fuente: elaborado por Bondel y Vázquez a partir de avisos de venta publicados en páginas inmobiliarias de la web (Vázquez, 2015).

Nótese que los medianos representan más del 50 %, toda vez que, como se afirma en el texto y por la amplitud de la brecha en superficies tomada, se hace necesaria una especial atención a las escalas meso y microambientales y con ello cabe especular con la necesidad de una desagregación mayor del rango.

Declive ganadero y ofertas inmobiliarias

Desertificación y desertización

Como se anticipara, el presente ganadero ovino responde en general a instancias regresivas, con una disminución de las existencias de ganado que se produce casi sin interrupciones en el período 1983-2002, significando por ejemplo para la provincia de Chubut una caída del 35 % (Lavaglia, 2004). Se trata de una decadencia de esencia multicausal manifestada con vigor desde los años sesenta (Coronato, 2010) con un abandono progresivo de la producción que se produce desde fines de la década de los ochenta y en áreas marginales como la Meseta Central santacruceña que alcanzó a más del 60% de los establecimientos (Vázquez y Novara, 2012). Entre las causantes, la más difundida, pero no por ello siempre aceptada, se vincula con una desertificación creciente asociada al sobrepastoreo, es decir, ubicando a esta declinación productiva como resultado de un manejo degradante de los ecosistemas sostenedores de los rebaños9. Ya Martinic Beros y Rey Balmaceda, en la "Transecta Botánica de la Patagonia Austral" (1985) y con algunas diferencias conceptuales, resumían esta visión generalizada en asociación con la fragilidad biofísica del medio patagónico. Martinic Beros (1985) identifica los orígenes de la erosión en la división parcelaria y el criterio economizante de los productores. Por su parte Rey Balmaceda (1985), si bien coincide en el carácter antropogénico de la desertificación, enfatiza el peso relevante del comportamiento singular de los agentes naturales. En el sentido expuesto, el declive ovino se asociaría casi con exclusividad a cambios en la receptividad de los suelos producto de un siglo de intenso pastoreo. Sin embargo, diferentes aportes revisan otros condicionantes de la actividad, complementando, cuando no limitando, los alcances de la visión tradicional presentada solo en términos de rentabilidad y en asociación con la relación manejo-medioambiente. A la ponderación del actor productivo y sus técnicas, otras valoraciones adicionan tanto condicionantes político-económicos como la evolución de situaciones naturales extremas para así recién entonces ofrecer un panorama más certero (cf.: Álvarez, 2009: 21-24; de Jong, 2001: 135-153).

La ampliación del espectro valorativo sobre los procesos decadentes posibilita ensayar explicaciones multicausales consistentes, quitándole así la casi exclusividad que hasta ahora se le atribuye a la gestión de los productores. Cómo no darle un rol más significativo a los condicionantes naturales, en particular en las últimas décadas asociadas con prolongadas nevazones tempranas y extendidas (1984), caídas relevantes de ceniza volcánica (1992, 1998 y 2011), así como la sucesión de prolongados y recurrentes períodos de sequías.

Si bien es cierto que aún no se ha podido profundizar en cada ítem de la tabla VI creemos que, por su obviedad en lo general, es posible aceptar el escenario planteado como el posibilitador/motivador de transformaciones y que, así como aún se hallan en plena gestación, sugieren un marco de necesaria planificación política.


Tabla VI. Síntesis de las principales causas del decaimiento ganadero ovino patagónico con consecuencias socioterritoriales. Fuente: elaborado por Bondel y Vázquez a partir de testimonios de productores e informantes calificados.

La vertiente inmobiliaria

Frente a un cuadro recurrente y extendido de semi-abandono y/o abandono en la estepa (Fig. 2) se ha incrementado la oferta inmobiliaria en el conjunto regional que, por cierto es numerosa en los ámbitos ecoganaderos marginales, contando entre las excepciones las áreas vinculadas a la actividad hidrocarburífera y los sectores de la Línea Sur Rionegrina, donde cabe especular tanto con la importancia de formas de tenencia no propietarias de la tierra (Censo Nacional Agropecuario, 2002) como con el predominio del arraigo campesino que, según Bendini y Steimbreger (2013) sostienen diversas estrategias adaptativas.


Figura 2. Estancia en estado de 'latencia' productiva; cercanías del valle del Genoa, 2014 (izquierda). Campos prácticamente abandonados en un borde serrano en cercanías de Sierra Nevada; nótese el estado del 'camino provincial' (ruta provincial 23), así como la falta de alambrados laterales, 2014 (derecha).
Fuente: fotografías de Bondel y Vázquez.

Es diferente la situación en aquellos campos donde la productividad ganadera mantiene resultados ventajosos en asociación con estructuras empresariales de fuste (Fig. 3). Aquí en particular son visibles tanto las innovaciones asociadas con las estrategias pecuarias (mejoramiento genético y sanitario) como en materia de equipamientos y comunicaciones.


Figura 3. Establecimientos agropecuarios ofertados (EAP) en Zonas Agroeconómicas Homogéneas (ZAH) de la Patagonia esteparia (en totales de cantidad y por categoría de la tipología según tamaño). Fuente: elaborado por Bondel y Vázquez sobre las ofertas en numerosas páginas inmobiliarias de la web, 2012-2015.

Considerando las 'estancias patagónicas' sobre la base de las ponderaciones según superficie de Coronato (2010: 85-86) (Fig. 3) la oferta inmobiliaria responde a las estancias medianas (10.000-50.000 ha) y pequeñas (<10.000 ha) situación que responde tanto con su mayor número como también con la forma de gestión de los establecimientos. El grupo familiar -o una parte del mismo- en estos casos, alterna su lugar de residencia entre el campo y una localidad 'cercana', condición que ante la sostenida crisis del sector propició la residencia permanente en los pueblos y las ciudades. Sin embargo, aunque predominen las pequeñas y medianas, también las grandes estancias (>50.000 ha) y los latifundios (>75.000 ha) suman a la oferta. En cambio los minifundios ganaderos (<3.000 ha) resultan poco representativos de estos procesos; cabe especular con razones análogas al testimonio de un minifundista del entorno funcional de Paso de Indios: "... el productor chico se aferra mucho, es muy aferrado a su campo, siempre tiene la esperanza de que el otro año le va a ir mejor y eso le ayuda a seguir, a no abandonar lo poco que tiene..." (2015).

Entre los latifundios, las perspectivas de continuidad productiva ganadera alternan también entre cambios propios del sector y la búsqueda de otros destinos; de hecho, así como hay diagnósticos que visualizan en la concentración propietaria los resultados ganaderos positivos (Coronato, 2015), otras visiones infieren un panorama crítico: "Hoy está en venta, no es rentable, la tiene porque es una compañía impresionante (...) es una estancia que está funcionando, el que la compre sigue trabajando, pero es un buzón eso, es una estructura muy pesada, son 370.000 hectáreas (...), el último puesto está a 120 km..." (Personal 'jerárquico' de compañía actuante en la región, 2014).

Nuevos destinos de los espacios y lo multiterritorial

Lo multiterritorial tiene en la comunicación virtual una componente transversal de derivaciones extraordinarias. Además de observarse su constante crecimiento e influencia, por cierto, resulta indicativo que trasciende a todos los actores socioeconómicos, desde los peones rurales y sus familias hasta los ausentistas 'más ausentes' y acomodados. Se trata de lo que puede llamarse territorialidad virtual es decir aquella sostenida a través de enlaces implícitos, sin la necesaria figura física del 'estar', de ocupar corporalmente los espacios. Aquella que no impone rutinas en los sitios involucrados, la de la progresiva y por qué no dramática pérdida de relaciones cara-cara, tal como desarrolla Porto Gonçalvez al tratar los temas de nuevas espacialidades (2001: 208-9). Esta pérdida, como se señalara en otra oportunidad, lleva el tema de la gestión territorial a intrincados planos jurídicos donde, por lógica, la mayor desventaja la tendrá aquel que tenga menos acceso al campo decisional; se trata de lo que puede darse en llamar lejanía geográfico-cultural (Bondel, 2015). En el sentido antepuesto es dable afirmar que las causales más activas en la transformaciones territoriales se relacionan con innovaciones tecnológicas de conectividad, la profundización del modelo extractivo y las orientaciones socioculturales promovidas en la consolidación de representaciones (Bondel, 2004; Bohoslavski, 2009).

Con estos antecedentes y sus implicancias territoriales, en particular respecto de nuevos hábitos de consumo y movilidad, los espacios rurales han entrado a instancias de reconsideración y revalorización en términos inmobiliarios. Sili y Soumoulou, a escala nacional, afirman: "... una revalorización total de las tierras o una puesta en valor de nuevas tierras para diferentes usos, aunque muy especialmente para la producción agropecuaria, la minería y el turismo asociado al medio ambiente" (2011: 16). Cabe recordar que en la región, el avance progresivo de iniciativas mineras, la creación de áreas de conservación y/o turísticas-recreativas, las estrategias de sustitución o la diversificación productiva a partir del riego o de proyectos energéticos, y otros, son realidades de ámbitos previamente ocupados por la ganadería ovina.

También suma a las revalorizaciones varios casos asociados a reconversiones ganaderas en relación con cambios en tipo de ganado o tamaño de la unidad productiva. La reconversión se orienta en especial hacia la ganadería bovina o mixta y es una tendencia que responde tanto al reacomodamiento de productores tradicionales, por caso el ocurrente en el ecotono fueguino (Livraghi, 2011), como a la aparición de nuevos actores en relación con el abandono de amplios sectores esteparios. Entre ellos, existen actores patagónicos que sin ser propietarios acceden a la tierra en carácter de arrendatarios o mediante ocupaciones con consentimiento donde se asignan pequeños rebaños en las extensas superficies disponibles. También y en forma creciente se observan situaciones de concentración propietaria por parte de empresarios extrarregionales y regionales que, aunque con diferentes modalidades a las tradicionales, mantienen vigente el carácter latifundista empresarial patagónico.

... esos campos no son para tener vacas, lo que pasa es que allá arriba los campos son patria, meten las vacas en alguna estancia que les dé permiso y después las vacas andan por todos los campos de la zona (poblador de Bajo Caracoles, entrevista de Alberto Vázquez, 2011).
... es una sociedad anónima de capitales extranjeros, de dueño estadounidense, pero con socios argentinos, que se encuentra hace más o menos tres años en la zona. Es una empresa chica con capitales grandes que tiene la administración en Buenos Aires (...). El dueño viene 3 veces al año, soy el encargado de comprar los campos y armarlos (...). Acá estamos pagando alrededor de 11 dólares la hectárea, en ningún lado valen eso (...). La gente está vendiendo, me vienen a ofrecer los campos, acá el mercado soy yo (...). La idea es formar tres o cuatro compañías como la que posee Benetton en la zona, ya hemos comprado alrededor de 11 estancias, de las cuales actualmente 6 se encuentran con hacienda (...) (referente en la Patagonia para una empresa actuante en la región, entrevista de Alberto Vázquez, 2011).

A su vez es la minería metalífera de gran escala (la 'mega minería' controversial de los ámbitos de discusión social y política) el destino novedoso de mayor entidad territorial, en especial por su desbalance en materia económica respecto de otras iniciativas; para ello basta comprobar la infraestructura y el equipamiento que moviliza (Fig. 4). Desde el despliegue de maquinarias, equipos o personal especializado hasta en su capacidad financiera son demostrativos de una fortaleza propia de estructuras multinacionales de primer orden. Incluso a lo largo y ancho de la región se verifica la posibilidad de sostener en estado de latencia y por varios lustros a múltiples prospecciones favorables10.


Figura 4. Sector del campamento minero San José (yacimiento Huevos Verdes; Ag y Au). Fuente: fotografía de A. Ñancufil, 2007.

Si bien los antecedentes mineros regionales son numerosos y tienen sus bases históricas perdurables en el petróleo, el carbón y con altibajos el hierro, en la actualidad (invierno de 2015) siete yacimientos metal-mineros están en actividad y, por ahora, excepto por la explotación ferrífera de Sierra Grande en Río Negro, todos efectivizados en la provincia de Santa Cruz11. En realidad, por ejemplo, en el centro y Norte de Santa Cruz en pocos años pasó de ser inexistente a la actividad más dinámica y de fuerte tracción en las localidades cercanas (en especial San Julián y Perito Moreno)12. El desarrollo de la minería metalífera a gran escala (Au y Ag) y en el contexto de la reforma legal de los años noventa (Actividad Minera, Ley 24196/93 y Código de Minería, Ley 24585/95), se inicia en el yacimiento Cerro Vanguardia, explotado por la operadora homónima cuyo mayor accionista es la empresa multinacional Anglo Gold Ashanti. Las dimensiones del proyecto en ejecución desde el año 1998 y sus demandas espaciales, en particular para la apertura de caminos y la captación de agua, entre otras, actúan como promotores de importantes modificaciones en los destinos y la propiedad de la tierra del área rural. Como en otros yacimientos, concentración dominial y el ausentismo propietario transnacional enmarcan estos procesos generando expectativas inmobiliarias por la potencial expansión de cierto tipo de monopsonios, es decir cuando por motivos de capacidad económica, en lugar de varios potenciales compradores, solo existe un único posible.

... en 1998, me aparecen unos mineros a pedirme permiso para ir a explorar, empezaron, después se fueron, eran cateos nada más (...) ese descubrimiento lo compró la empresa canadiense Barrick Gold (...) me hacen que les arregle la casa, llevo un albañil, la arreglo, compro camas dobles, frazadas, duchas, calefón ¿viste?, un gasto bastante grande, a los 45 días se me van, me hicieron el cuento del tío (...) al tiempo aparece otro que le compra a Barrick, que es Patagonia Gold y bueno con esos arreglé, vendí y dejé de ser ganadero. (...) el resultado fue fenómeno para venderlo ahora en 950.000 dólares; era todo guadal... (antiguo productor de la zona de Bajo Caracoles, entrevista de A. Vázquez, 2011).

Emprendimientos 'puntuales', entre lo agropecuario, turístico y otros

Como es sabido, la hidrografía regional esteparia solo muestra unos pocos ríos transversales de aguas alóctonas y valles desproporcionalmente grandes en virtud de los últimos precedentes glaciarios. De hecho, del río Colorado en el norte hasta la cuenca del río Grande en Tierra del Fuego, tan solo las cabeceras andinas de los ríos Negro, Chubut, Senguer, Deseado, Chico, Santa Cruz y Gallegos alcanzan a regar superficies que sumadas no llegan a cubrir el 1 % de la superficie regional. Para más, solamente el Alto Valle, el Valle Medio y el Valle Inferior del río Negro, con sus estructuras de oasis, representan más del 70 % de esa superficie.

Aún así, en la inmensidad del espacio patagónico hay establecimientos con costa de río o con manantiales que se muestran activos en la concreción de estrategias de aprovechamientos intensivos que fundan sus expectativas en ser destinatarios de algún coletazo económico (a modo de 'derrame') de la expansión demográfica y económica de los más activos centros poblados del litoral y la franja andina. Por ejemplo, el cultivo de forrajeras en un proceso relativamente reciente y no generalizado, lo distingue de los oasis agrícolas regionales, en particular la producción forrajera en el Valle Medio del río Chubut13.

La mayoría eran productores ovejeros con costa de río, en la costa (...) lo que tenían eran potreros con ovejas y algunos con algunas vacas (...). Traté de darle importancia al valle, tipos que tenían 1.500 ovejas ahora con suerte tienen 500 o 600, pero tienen 10 o 12 ha bajo riego donde producen alfalfa y algunos también maíz y pasturas para hacer el engorde de las ovejas de refugo [ovejas viejas] de la meseta. Entonces el productor lo que hace hoy es lana, carne y proteína que son los fardos de pasto, todas esas cosas vende para afuera... (Asesor técnico de la asociación VAMERCH, entrevista de A. Vázquez, 2015).
... eran seis leguas (15.000 hectáreas), pero se deslindó una y se vendieron las otras cinco, se vendió en el 2000 o 2001, vacía, saqué todo, animales y hasta desarmé un galpón (...), pero es el único campo que tiene doble costa del río y se la vendí en ese momento a 250 mil dólares que repartí entre mi padre y las hermanas, era mucha plata en ese momento y esa estancia, aunque sea vacía, hoy vale 1 millón de dólares, porque es costa de río (...), los compradores son de Trelew (...). Nivelaron y también hacen pasturas..." (Productor de la zona de Paso de Indios, entrevista de A. Vázquez, 2015; el subrayado es propio).

Otros ejemplos 'puntuales' de las tendencias que afloran con la demanda urbana y de los campamentos mineros en complementación con la ganadería incluyen desde iniciativas turísticas o la obtención de lana de guanaco hasta la captación y envasado de agua mineral de manantiales.

El agua se vende en once localidades, de Santa Cruz y Chubut (...), estamos bien con el tema del agua pero tenemos posibilidades de crecer mucho más porque la planta tiene mucha capacidad, en este momento se debe estar produciendo el 20 % de la capacidad que tiene, está preparada para trabajar en tres turnos (...). El acuífero produce 1.300.000 m3 diarios, una parte menor pasa por el envasado y el resto sigue su cauce natural... (Propietario de establecimiento en la zona de Río Mayo, entrevista de A. Vázquez, 2014).

Entre las nuevas orientaciones también existen estrategias de diversificación relacionadas con las lógicas contemplativas que ponen en valor el patrimonio natural, arqueológico y cultural. Como es sabido, la contemplación sugiere instancias ecoconservacionistas que también se ven reflejadas como destinos novedosos del turismo; se trata de una tendencia activa relacionada tanto con iniciativas gubernamentales como con la incidencia creciente de ONG que, producto de sus recursos financieros y capacidad de gestión, se proyectan como vectores de transformación. Un ejemplo destacado lo dan tres estancias chubutenses, que formando parte del 'Parque Interjurisdiccional Marítimo Costero Patagonia Austral' continúan con la actividad ganadera y se incorporan a un emprendimiento turístico con eje en Bahía Bustamante (Garbelloti et al., 2009). Por cierto, otros establecimientos se valen de la proximidad a las principales ciudades.

... entonces dije qué hago con el campo, está todo alrededor de Madryn, 40 o 50 km, todo sin ovejas y entonces se me ocurrió hacer turismo, lo pensé y dije bueno si la gente de acá de la zona cuando esquilo o señalo dice che invitame que nunca vi, digo cómo no le va a interesar a la gente de afuera (...) y empezamos (...), hasta que un día por el tema de un virus en la cordillera me van a ver de Comodoro y me preguntan qué podían hacer en el campo, le digo mirá, yo hago esquila, traelos, eran 800 chicos (...); empezaron a engancharse las agencias de Buenos Aires (...). Básicamente trabajamos con turismo educativo de agosto a diciembre, también turismo extranjero (...) y después en verano tenemos los cruceros; pasó lo mismo, se le ocurrió a uno ir al campo y ahora van todos los que vienen a Madryn (Propietario de establecimiento en la zona de Puerto Madryn, entrevista de A. Vázquez, 2014).

El caso de la estancia Monte León (Santa Cruz) resulta paradigmático al ser convertida en Parque Nacional luego de haber formado parte de los enormes dominios de los Braun-Menéndez desde el año 1920 (Barbería, 1995). En el año 2001, mediante un contrato de fideicomiso entre la fundación Patagonia Land Trust (PLT, con D. Tompkins como referente conocido) y la fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA), la FVSA adquiere el establecimiento para su donación a la Administración de Parques Nacionales. Así, se crea un Parque Nacional que involucra áreas fiscales costeras cedidas por la provincia de Santa Cruz y una fracción de la Ea. Doraike -incluidas en la donación-, alcanzando una superficie superior a 60.000 ha (Plan de Manejo Parque Nacional Monte León, 2002). A todo esto se asocian iniciativas al funcionamiento del parque, unas dentro y otras que exceden sus límites, como la hostería que funciona en lo que fuera la casa principal de la estancia emplazada en un predio de 320 ha que permanece en propiedad de la fundación Patagonia Land Trust o la hostería de la estancia Doraike, actualmente lodge de pesca en el río Santa Cruz en propiedad de una Sociedad Anónima (Fig. 5).


Figura 5. Oferta turística en la estepa patagónica.
Fuente: fotografía de Bondel y Vázquez, 2014.

... primero la compró Tompkins y después la compraron los franceses, con capital francés y argentino, son cinco dueños. Cuando compra esta compañía, ¡el hombre que pone la plata en realidad la compra por teléfono, no tenía ni idea de lo que estaba comprando! (...). Él dice que le va a poner ovejas, contrató un ingeniero agrónomo para que venga ahora a fin de mes, y que va a plantar árboles (...). La hostería abre solo en la temporada, si la hacen funcionar le van a poner una inyección de dinero, la van a mejorar y la van a hacer funcionar desde el tercer domingo de octubre hasta el 30 de abril (Administrador de la Estancia Doraike, entrevista de A. Vázquez, 2014).

Otros destinos complementarios, como la cría de guanacos y ñandúes, proyectos inmobiliarios de loteos y condominios agrestes o también de forestaciones sistemáticas, son de desarrollo embrionario y generan importantes interrogantes en relación con sus resultados. En realidad y de momento los casos con continuidad son excepcionales.

... era un proyecto muy lindo que duró más o menos 10 años, pero que actualmente fue abandonado (...). La verdad es que me cansé, soy el primero que se mete en un proyecto de este tipo, al menos en la zona y son muchas cosas de las que solo no puedo hacerme cargo, yo soy productor y debería dedicarme solamente a producir. Me parecía que era una alternativa para diversificar la producción de la estancia, lo veía como una alternativa no solamente para mí, sino también para el resto de los ganaderos, además no ocupa grandes extensiones porque la cría del choique es en cautiverio, yo tenía afectadas en el proyecto alrededor de siete hectáreas. Pensaba que mi proyecto podía ser copiado o que en algún momento podríamos trabajar en conjunto, por ejemplo yo criarlos los primeros meses (...) y posteriormente que continuaran otros con la crianza (propietario estancia Los Machos en la zona de San Julián, entrevista de A. Vázquez, 2011).

Por otra parte, tanto las forestaciones14 como los proyectos de loteos agrestes, se desarrollan principalmente en los ámbitos antecordilleranos con alguna manifestación aislada en los esteparios.

Conclusiones

En la Patagonia esteparia la consolidación de la figura multiterritorial se proyecta en escenarios inciertos propios de sus representaciones socioculturales y económicas. Aquí, los avances y/o retrocesos asociados con la evolución de las actividades productivas mineras y ganaderas se mantienen con diferente contundencia como pivotes de los destinos territoriales sobre los que se organiza el espacio. Como se desarrolla en el artículo, los procesos de organización del espacio resultan variados y cubren un interesante espectro de posibilidades de cambios asociada a expectativas inmobiliarias. El análisis territorial muestra que por su funcionalidad regionalmente dependiente y ayudada por su condición periférica, se impone lo que a partir de Myrdal se refirió como causación circular y acumulativa creciente15 y que deja los espacios periféricos como receptores de partes de los crecimientos 'centrales', a modo de derrame de excedentes y no como crecimiento intrínseco.

Andrade, Álvarez y Oliva (2010: 118) en sus planteos hipotéticos se refieren a nuevas finalidades de las adquisiciones de tierras en la Meseta Central Santacruceña destacando: reducciones impositivas, garantías y/o avales en operaciones bancarias, fines recreativos, fines de ahorro y/o especulativos en razón del auge de la actividad minera e intencionalidades desconocidas de inversores externos, entre otras. Pero cabe así conjeturar sobre la existencia de cierto aval social para que excedentes monetarios importantes, análogos a las formas de ahorro tradicional, se canalicen en iniciativas referidas a cuestiones del gusto, los afectos y la moda y que no solamente sean concurrentes con resultados cuantitativos favorables. Los capitales son, en principio el producto del 'derrame' productivo-comercial-financiero y, como tal, son portadores de proyección incierta.

En definitiva en la Patagonia esteparia y bajo el contexto sociopolítico, económico y tecno-cultural actual, las lógicas territoriales se muestran obedientes a diferentes instancias productivas y/o contemplativas, asociadas unas veces iniciativas empresariales, otras a instancias institucionales y muchas a decisiones personales. En cierta forma, frente a un planteo tradicionalmente productivo, asociando los destinos de los espacios con recursos y rentabilidad, se ofrecen otros escenarios afines al paradigma cultural prevalente, donde sobresale la puesta en valor de aspectos propios de lo contemplativo, lo afectivo, del ocio y lo recreacional. De hecho y como lo prueba cualquier página de difusión turística internacional, la Patagonia resulta ser uno de los ámbitos escogidos, aquellos que gozan de fama por razones básicamente geográficas -naturales y culturales- y que en la postmodernidad se muestra deseable, adquirible y accesible, en particular en el espectro social de actores con alta capacidad económica-financiera (Patagonia extra-urbana: paisaje deseado, excentricidad locacional y bajos costos relativos).

Notas
1 En 1914 y retrayéndonos a los algo más de 750.000 km2 que hoy corresponden a Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, se censaron 70.000 habitantes; es decir, una densidad que no alcanza los 0,1 hab/km2, 1 poblador cada 10 km2 (¡incluyendo a los pobladores urbanos!). Flaco logro pasados treinta años de haber 'borrado' a los indios patagónicos.
2 Desterritorialización es el término promotor de figuras estereotipadas como el fin de los territorios y que Haesbaert (2007) sin dejar de contextualizar con atributos sujetos a instancias de poder económico-político, se encarga de asociarlo a formas de reconstrucción territorial.
3 En la Patagonia es de rescatar la discusión respecto de los llamados 'Corredores Bioceánicos'.
4 Los ejemplos macro mineros de San Julián y el entorno de Perito Moreno podrán servir de referentes respecto del acomodamiento a escala asociado con las actividades mineras. Cabe tener presente que siendo el petróleo prácticamente cofundante de la historia regional, en las zonas petroleras-gasíferas tradicionales exista una aceptación 'natural' de la actividad, cosa que no ocurre en ámbitos mineros potenciales, como en Ñirihuau, cuenca petrolera cercana a parajes turísticos y de conservación, donde en principio no se goza de 'licencia social'.
5 Será bueno recordar qué lógicas empresariales emparentadas con las actuales impusieron su impronta en los mejores e inmensos campos de pastoreo patagónicos desde principios del siglo XX. The Southern Land Company (la TSLACo) ha sido su mejor ejemplo (ver un desarrollo detallado e ineludible para el análisis geohistórico en Minieri, 2006).
6 No es este el espacio para ahondar en materia de óptimo de población y densidades rurales, pero con un valor total rural que incluyendo a la franja andina solo representa del 1 % al 2 % de la población total de la Patagonia, seguramente ayudará a dar una imagen de los desbalances territoriales.
7 Ver por ejemplo el tinte dramático que llega a alcanzar la problemática tanto en ámbitos cordilleranos como esteparios: http://www.elpatagonico.net/nota/276219-provincia-considera-que-las-ocupaciones-en-la-cordillera-son-de-grupos-radicalizados/#
8 Cabe aclarar que la renta de los campos es diferencial en función de las zonas agroecológicas y por lo tanto también difiere el número de cabezas de ganado que asegura la sostenibilidad. Lavaglia (2004) en sus análisis para Chubut señala que la cantidad de ovinos necesaria para alcanzar umbrales de rentabilidad positiva es mayor en la meseta debido a que los bajos porcentajes de señalada no aseguran el sostenimiento de la majada en el tiempo.
9 Tanto el término desertificación como el de desertización refieren a la degradación de las tierras, entendida ésta como su pérdida de productividad biológica o económica (CCD, 1996); distinguiéndose "...en su condición de fenómeno natural (desertización) o de proceso en el cual interviene la acción humana (desertificación)" (Urquiza Rodríguez, 2003:9).
10 Ejemplos de esa posibilidad de espera son fácilmente comprobables en la provincia de Chubut, donde iniciativas cercanas a las localidades de Esquel y Gastre, llevan más de una década en condición de stand by (pre-facto).
11 Los yacimientos en explotación son Cerro Vanguardia, Manantial Espejo, San José, Cerro Negro, Cerro Moro y Mina Martha, este último actualmente en etapa de cierre de mina.
12 Como indicador, para el año 2009, del total de los metros perforados en tareas exploratorias que se realizaron en el país, la provincia de Santa Cruz concentró más del 40 %, posicionándose por sexto año consecutivo como la provincia de mayor atracción de capitales de riesgo (Secretaría de Minería de la Nación, 2009; www.mineria.gov.ar).
13 Unos pocos intentos frutihortícolas se encuentran también entre las iniciativas 'ribereñas'
14 Las forestaciones están asociadas a la Ley nacional 25080 -con período de aplicación extendido hasta 2018 por la Ley 26432- que establece aportes monetarios no reintegrables y beneficios fiscales tanto para la plantación de bosques comerciales como para el enriquecimiento de bosque nativo.
15 Ver interesantes consideraciones sobre la integración económica entre socios desiguales pueden verse en Martínez Piva (1988).

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Fecha de recepción: 14 de diciembre de 2015
Fecha de aprobación: 17 de agosto de 2016

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