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Estudios Económicos

versión On-line ISSN 2525-1295

Estud. Econ. v.21 n.42 Bahía Blanca ene. 2004

 

¿Ha cambiado el carácter agroexportador de la economía Argentina?

Ricardo Raúl Gutiérrez1

1 Departamento de Economía, Universidad Nacional del Sur.

INTRODUCCION

La impresión general es que la década de los '90, o más propiamente los cambios ocurridos en la economía argentina a partir de la puesta en marcha del denominado plan de convertibilidad, ha modificado substancialmente el funcionamiento de la economía argentina. Este cambio habría afectado tanto a las variables relevantes para explicar determinados resultados, como a los valores de los parámetros y a las relaciones que definen la estructura económica y las características funcionales.

El hecho de que la experiencia haya finalizado en una profunda crisis durante los años 2001 y 2002, no significa que se haya vuelto a funcionamientos anteriores a esos años. El hecho real es que se han verificado cambios muy importantes en diversos sectores y actividades de la economía; aunque no todo el sistema se ha modificado. Además, algunos cambios ocurridos o provocados han sido revertidos. Otras modificaciones, específicamente aquellas que requieren un período considerable para manifestarse, han continuado su proceso de cambio, pero algunas se han detenido en una modificación puntual que no ha podido continuar, por la crisis u otras razones.

En este trabajo se analiza el comportamiento exportador del agro argentino, desde una óptica macroeconómica y considerando sólo las magnitudes monetarias en los rubros que integran las exportaciones provenientes del sector. Esto significa esencialmente considerar al sector agropecuario sólo en su dimensión de proveedor de divisas para el país, dejando de lado las relaciones particulares intrasector e incluso también el comportamiento de los mercados internacionales, en su propia y particular dinámica.

Además, considerando las condiciones propias de la producción del sector agropecuario, y particularmente de las exportaciones, cuya velocidad de reacción a los cambios puede considerarse; el período de tiempo que se cubre no alcanza a determinar completamente los efectos de la crisis, sino fundamentalmente los cambios provocados por la política de los años 90. Aún así, pueden encontrarse ciertas cuestiones en los años 2001 y 2002, que son claramente coyunturales.

I. EL PLANTEO DE LA CUESTION

Argentina experimentó un crecimiento significativo en el PBI durante la primera mitad de la década del 90. Posteriormente entró en una recesión que culminó con la crisis que llevó los valores del PBI a niveles bastante similares a los del inicio del decenio. El crecimiento de la producción del sector agropecuario resulta significativo en ese período. También lo fueron las exportaciones originadas por el sector.

Las exportaciones de origen agropecuario han sido un componente importante de las exportaciones totales argentinas, desde el siglo XIX, y tradicionalmente se ha reconocido esa dependencia de la generación de divisas. *

El problema principal de política económica, respecto a esta cuestión, ha sido que los productos exportables agropecuarios son los mismos que componen la canasta familiar de consumo alimenticio e inciden en el costo de vida a nivel interno. Por ello es que en 1966, cuando se produjo una fuerte devaluación, el plan económico correspondiente instrumentó retenciones a la exportación para evitar que el precio internacional impactara directamente sobre los productos de la canasta familiar. Esta política deprimía los precios internos, tanto para el consumidor como para el productor. Para el primero significaba un mejoramiento de su nivel de bienestar, pero para el segundo significaba reducir los márgenes de rentabilidad y por ende deprimir inversión y producción. De esta manera resultaba que no podía exportarse mayor cantidad de bienes en razón de que la producción no se incrementaba. O al menos, significaba una no maximización de estas alternativas. Este sesgo antiproduccion y antiexportador, continuó en vigencia en la economía argentina a lo largo del tiempo, con diferentes gobiernos y situaciones políticas y económicas, con magnitudes diferentes para los valores de las retenciones.

Sin embargo, se realizaron por entonces algunas medidas de política significativas en este ámbito. Específicamente, se aplicó un arancel diferencial para las exportaciones de productos agropecuarios respecto a las manufacturas de ese origen. Esto provocó fuertes inversiones en la agroindustria, que transformó a Argentina de país exportador de granos en exportador de productos agroindustriales. Esta situación tuvo fuerte impacto sobre la producción que, al disponer de demanda interna permanente, incrementó la producción de cereales y oleaginosos. Si bien con altibajos, esta política fue favorecida por períodos de altos precios internacionales de los productos elaborados, que coadyuvaban a hacer rentable la actividad agroindustrial. Esta situación fue particularmente importante en la producción de soja y sus derivados.

Durante la década de los 90, la reducción de la regulación por parte del estado, la apertura económica y la anulación de la mayoría de las retenciones significó un cambio de reglas de juego muy importantes. Es preciso tener en cuenta, que en realidad, la política de convertibilidad significó un mejoramiento de las condiciones de producción agropecuarias. El productor recibía ahora la casi totalidad del precio internacional, con lo cual su rentabilidad presuntamente era mayor.

Sin embargo, la dinámica de la economía alteró esta situación. En primer lugar, el aumento de precios internos a partir de la instauración del tipo de cambio fijo, provocó una revaluación del peso, que redujo los ingresos de las exportaciones en moneda doméstica en términos reales. En segundo lugar, los costos internos de estructura de los productores subieron, y entonces según el tamaño de la explotación y la incidencia de los costos fijos, muchas explotaciones no tuvieron rentabilidad efectiva.

De cualquier forma, en este período, la producción aumentó, y las exportaciones de origen agropecuario aún más. La situación provocó cambios de morfología del sector: se produjo una concentración de propiedad agropecuaria, aparecieron nuevos agentes que por tamaño de producción pudieron conseguir rentabilidad, y muchos productores medianos y pequeños se vieron arrastrados a déficits operativos e incremento de sus pasivos. Para estos últimos, la situación cambió sólo cuando para salir de la crisis en el año 2002, el gobierno abandonó el tipo de cambio fijo y devaluó. Sin embargo, los costos internos de producción no crecieron en la misma magnitud a la devaluación. Además, porque las deudas bancarias fueron pesificadas en condiciones ventajosas para los deudores. De cualquier forma el productor agropecuario no pudo apropiarse totalmente de esta situación ventajosa, por cuanto se volvieron a aplicar retenciones a la exportación.

El hecho comprobable es que las proporciones de exportaciones del sector agropecuario respecto a las exportaciones totales del país han experimentado una tendencia decreciente, aunque hayan incrementado sus niveles absolutos. Estos niveles absolutos han tenido una expansión de escalón, pero han experimentado un estancamiento en los últimos tiempos hasta 2002. Lo que ha ocurrido es que Argentina ha incrementado su presencia exportadora también en otros sectores, y lo ha hecho en magnitudes mayores.

La tendencia de corto plazo, parece ser que lentamente Argentina va a reducir su dependencia de la agroexportación para conseguir divisas de otros sectores por el canal del comercio internacional.

II. INFORMACION BASICA

La evidencia empírica del análisis corresponde a la información proveniente de INDEC, a partir de 1993 y hasta el año 2002, expresada en dólares corrientes. Se han desagregado los datos correspondientes a las exportaciones de productos primarios y las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario (MOA). También se agrega la exportación de productos de origen agropecuario, que es simplemente la suma de las dos anteriores.

Las exportaciones de productos primarios suman las exportaciones de animales vivos, pescados y mariscos sin elaborar, miel, hortalizas y legumbres sin elaborar, frutas frescas, cereales, semillas y frutos oleaginosos, tabaco sin elaborar, lana sucia, fibra de algodón y otros de escasa significatividad. El peso relativo de los cereales y oleaginosos es determinante.

Las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario agrupan las de carnes, pescados y mariscos elaborados, productos lácteos, otros productos de origen animal, frutas secas o congeladas, te, yerba mate, especias, productos de molinería, grasas y aceites, azúcar y artículos de confitería, preparados de legumbres y hortaliza, bebidas, líquidos alcohólicos y vinagre, residuos y desperdicios de las industrias alimenticias, extractos curtientes y tintóreos, pieles y cueros, lanas elaboradas y otros de escasa relevancia.

Esta información, conjuntamente con las exportaciones totales de Argentina, se presenta en el Cuadro 1.

Cuadro 1 - Exportaciones (en millones de dólares corrientes)

Puede observarse que las exportaciones de origen agropecuario han pasado de 8,2 miles de millones de dólares en 1993 a 13,5 miles de millones de dólares en el año 2002, con un pico de algo más de 15 mil millones en 1998. El incremento verificado entre los extremos fue de casi el 65%.

En ese mismo lapso, las exportaciones totales, pasaron de 13,1 miles de millones de dólares a 25,7 miles de millones de dólares, con un valor máximo de 26,5 miles de millones en 2001. El incremento entre extremos fue de casi el 96%.

El aumento más significativo, tanto en las exportaciones totales como en las exportaciones de productos agropecuarios, se dio en el período 93/96, con crecimiento sostenido. Los años posteriores se observa crecimiento oscilante.

Asimismo se observa en el cuadro que aunque las dos magnitudes experimentaron variaciones positivas, el mayor incremento resultante en las exportaciones totales, significa que la proporción relativa de productos de origen agropecuarios en las exportaciones totales se ha reducido.

Las columnas encabezadas (1) y (2) muestran respectivamente el cociente entre exportaciones agropecuarias y las totales, y el cociente entre la exportación de productos primarios y las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario, como se indica en la base del cuadro.

Se puede ver que el primer indicador tiene una reducción de casi el 20% entre las puntas, provocado por las diferencias de crecimiento en las magnitudes absolutas. Además, la tendencia es casi constante, con muy pequeñas oscilaciones. Puede preciarse que la situación a partir del año 2000, muestra un escalón que resulta claramente identificatorio de una nueva situación.

El indicador de relación entre exportaciones de productos primarios y las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario mantiene una cierta estabilidad, excepto en el año 2001, y parcialmente en el año 1998. Si se realiza el promedio de los valores entre el año 1993 y el año 2000, el valor que se obtiene es el mismo del coeficiente correspondiente al año 2002, que es el valor de mayor representatividad en la serie.

Los valores de los años 1998 y 2001 son apreciablemente más altos que los de los demás años. El año 1998 se correspondió con la crisis de la economía rusa que impactó a todos los países emergentes, y el año 2001 fue el inicio de la crisis que afectó a Argentina, si bien desde el año 1998 se verifica una apreciable recesión.

III. ANÁLISIS COMPARATIVO

A los efectos de analizar si este comportamiento es propio del período en estudio, se ha realizado una comparación con una parte de un trabajo anterior del autor: (Gutiérrez, Ricardo Raúl, 1993), que trata también de la dimensión exportadora del agro argentino.

En ese trabajo se realizó el cálculo de los mismos indicadores que se presentaron en el Cuadro 1, aunque con datos provenientes de fuentes distintas al INDEC, si bien seguramente estas otras fuentes utilizaron los mismos datos primarios para la confección de sus series.

El cuadro resultante se presenta de la misma forma que el anterior, a los efectos de facilitar la comparación.

Cuadro 2 - Exportaciones argentinas (en millones de dólares corrientes)

Con las limitaciones correspondientes de trabajar con dos fuentes diferentes, puede observarse que la pérdida de proporción de las exportaciones de productos de origen agropecuario respecto a las exportaciones totales es una tendencia que ya se verifica desde el principio de la década de los 80, si bien la tendencia es más lenta. En un período de 13 años, la pérdida de participación fue de casi el 12%; mientras que desde 1993 al 2002 (10 años), la caída fue casi del 23%.

De la misma forma, puede detectarse que la relación entre exportaciones de productos primarios respecto a las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario presenta una tendencia decreciente fuerte en la década de los '80:entre 1980 y 1992 del 50%; mientras que entre los valores de 1993 y 2002 no se verificaron cambios. La tendencia hacia la agroindustrialización de proporciones mayores de la producción primaria parece haberse agotado durante los 90. En este caso, resulta claro que las inversiones realizadas en el sector, acompañaron proporcionalmente el crecimiento de la exportación de origen agropecuario.

CONCLUSIONES

Siempre teniendo en cuenta el nivel general de análisis, y particularmente debido al hecho de que los valores monetarios son resultado de precios y cantidades; las conclusiones que pueden extraerse adolecen de importantes limitaciones, aunque pueden establecerse ciertas cuestiones que pueden considerarse aspectos de especial interés en el tema.

En primer lugar, las tendencias indicadas en los valores absolutos y los indicadores se manifiestan dentro de un entorno de comportamiento del PBI que crece con oscilaciones hasta 1998 y después decrece permanentemente hasta 2002.

Además, el año 1998 registra el máximo de exportaciones de origen agropecuario y coincide con el máximo del PBI, después caen a un nivel de aproximadamente el 86% y se mantienen en los años siguientes en esos valores absolutos (2.000 millones de dólares menos que en 1998), aunque el PBI decrece. En estos términos parecería que existe un cierto nivel de resistencia a incrementos mayores en las exportaciones de origen agropecuario, pero con una también cierta estabilidad en los valores absolutos. Esta situación sería reflejo de una situación de la producción agropecuaria que presenta una estructura de recursos de explotación y tecnología que estaría operando cerca del máximo técnico. Este máximo técnico debería interpretarse en términos de la estructura productiva social argentina y no como una cuantificación de su potencialidad máxima. De ser esta la situación, las necesidades de incrementar la rentabilidad de la actividad productiva agropecuaria deviene como necesaria si se pretenden mayores valores absolutos en los volúmenes de producción y exportación. Asimismo, se plantea como requisito necesario el incremento de la capacidad tecnológica y el incremento del conocimiento y utilización de la misma.

Una evaluación empírica parecería fundamentar que las potencialidades de desarrollo en estos ámbitos son grandes y que la realidad aún se encuentra muy alejada del máximo. El desempeño de agentes económicos de avanzada no alcanza a todos los productores agropecuarios.

En segundo lugar se observa que el punto más álgido de la crisis de la convertibilidad y que termina con su abandono se produce a fines del año 2001. En ese año, se observa una elevación abrupta del índice de exportaciones de productos primarios/exportaciones de manufacturas de origen agropecuario. Una situación parecida es la que se observa en el año 1998, un período con problemas mayores y más globalizados provocados por la crisis rusa. Una conclusión directa es que las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario son más vulnerables a las crisis, al menos a las crisis del tipo financiero. Estos dos años 2001 y 2002 constituyen momentos de turbulencia financiera. Las dificultades de financiamiento (por restricciones e incremento de la tasa de interés) puede haber sido la causa de que los exportadores de manufacturas de origen agropecuario perdieran participación relativa frente a los exportadores de productos primarios. Dado que en muchos casos constituyen grupos económicos, puede ser una cuestión interesante dilucidar la razón por la cual se produce ese fenómeno. Aunque no es motivo de este trabajo, puede postularse la hipótesis de la decisión de reducir la exposición y las inversiones en los contextos de incrementos de incertidumbre. De cualquier forma, el valor que se registra para el año 2002 es similar a los anteriores, aunque la economía argentina, estaba aún sumergida en la crisis y con pocas definiciones respecto a su futuro. No es fácil identificar y probar la dinámica de las fuerzas que jugaron en ese momento, y qué dirección o circularidad presentaron las relaciones causales.

Finalmente, desde el punto de vista de la política nacional, pueden realizarse algunas observaciones derivadas de los aspectos considerados.

La política impositiva pos-crisis ha planteado gravar fuertemente al sector agropecuario, particularmente las exportaciones agropecuarias, vía retenciones. La justificación ha sido expresada en términos de evitar que la totalidad del precio internacional incida sobre el nivel del costo de la vida y obviamente sobre los costos internos de todas las actividades productivas. También se ha fundado en que como al mismo tiempo el Estado está manteniendo el peso subvaluado, como forma de protección general a la actividad productiva interna; no resulta lógico que los sectores exportadores reciban un ingreso adicional en pesos por esa política dado que el nivel de equilibrio de la divisa estaría por debajo del que realmente se verifica.

Estas consideraciones requieren mayores análisis por cuanto la actividad agropecuaria también tiene insumos con precios internacionales valuados en divisas, que son resultado de la globalización productiva real. Lo que resulta concreto e indudable es que para incrementar las exportaciones agropecuarias y por ende la producción, es necesario realizar políticas activas de cambio y modificación de estructuras.

Asimismo, la relación medianamente constante de la relación de las exportaciones de productos primarios/exportación de manufacturas de origen agropecuario, es incompatible con incrementos en las exportaciones con mayor valor agregado. También en este caso la necesidad de hacer política activa en el sentido de disminuir la relación parece evidente, porque por su propia dinámica no parecen existir tendencias de cambio.

A modo de resumen, aparece como evidente una disminución del carácter agroexportador de la economía argentina, aunque la producción agropecuaria y las exportaciones de origen agropecuario se hayan incrementado.

Esta conclusión es compatible con el crecimiento del PBI y con la diversificación tanto de la producción como de las exportaciones. No aparece claro que esta diversificación de exportaciones haya sido una política estratégica de disminuir la vulnerabilidad externa de un país fuertemente monoexportador; sino de efectos secundarios de otros objetivos de política y de evolución de variables mundiales e internas.

BIBLIOGRAFÍA
1. Asociación Argentina de Economía Agraria(AAEA), Reunión Anual, Huerta Grande (Córdoba), 1993.
2. Gutiérrez, Ricardo Raúl. El carácter agroexportador de la economia argentina. Inédito.
3. Gutiérrez, Ricardo Raúl. El sector agropecurio argentino y su dimension exportadora.
4. Instituto Nacional de Estadística y Censos(INDEC), www.indec.gov.ar