SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.24 issue49Investigación aplicada: entonces y hoyFinanciamiento de la universidad publica author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Estudios Económicos

On-line version ISSN 2525-1295

Estud. Econ. vol.24 no.49 Bahía Blanca Jul. 2007

 

Revistas argentinas de economía: de tiempos de la colonia a internet

Manuel Fernández López*

* Universidad de Buenos Aires, CONICET, Academia Nacional de Ciencias Económicas e Instituto Nacional Belgraniano, lopezmf@mail.retina.ar

Resumen
Se compilan las principales experiencias de publicación de revistas cuyo contenido estaba vinculado a la profesión deeconomista o cumplía algún papel en la formación de nuevos economistas. Loscasos considerados van desde 1801 hasta comienzos del siglo actual.

Clasificación JEL: A0

Palabras clave: Periodismo revistas de economía; Periodismo.

Abstract
The main instances of publishing journals linked to the economist profession or to the economics teaching are recalled. The cases under consideration range from 1801 to the present century.

JEL Classification: A0

Keywords: Economic journals; Journalism.

INTRODUCCION

Consideraremos sólo aquellas revistas que han sido vehículos de conocimiento económico. ¿Y a qué referimos con "conocimiento económico"? El economista, un universitario sin matrícula profesional, precisamente por ello ve comúnmente a sus incumbencias ejercidas por otros profesionales, salvo una: la producción de conocimiento económico. Y no es función desdeñable producirlo: el género humano necesita conocer la economía, sencillamente por verse inmerso en ella y por sentirse condicionado a ella lo condiciona; él se resiste a ser condicionado sin una razón y pretende darle visión a las fuerzas ciegas de la economía, para que sirvan al interés general.

¿Qué vía lleva al conocimiento económico? ¿La observación de los hechos (von Thünen), la práctica (Böhm-Bawerk), la experimentación, la especulación (Cournot, Walras)?.

En la medida que los nuevos conocimientos descubren leyes que rigen los fenómenos económicos, o que permiten actuar sobre ellos, puede surgir la tentación de no divulgar los hallazgos. Pero más tarde o más temprano prevalece la tendencia a comunicarlos1, y con ello ganar el premio y el honor de ser reconocido como su descubridor. Y el honor y el premio -como decían Genovesi y Belgrano- son resortes poderosos del espíritu del hombre.

Las ideas económicas pueden transmitirse por distintos medios: en conferencias, en los claustros universitarios, en libro, en revistas, por Internet. En cada caso es distinto el espacio geográfico que se cubre, la velocidad con que se transmite, la permanencia del mensaje y el público al que se alcanza. La opción por las revistas revela una preferencia por tiempos más breves: se busca lo novedoso, lo último, lo más avanzado. Publicar un conocimiento nuevo en una revista no es degradarlo ni hacer efímero su valor. Grandes economistas, como los fisiócratas, John Stuart Mill, Jules Dupuit, León Walras y otros, publicaron en revistas algunas piezas inmortales del conocimiento económico.

En tiempos de a colonia no hubo revistas de economía. Ni siquiera hubo revistas, al menos del tipo de las Ephémérides du Citoyeno el Journal de l'agriculture, du commerce et des finances, que habían publicado los fisiócratas en la segunda mitad de la década de 1760. Las dos publicaciones que aparecen estrictamente antes de la Revolución de Mayo, lo fueron después de 1800. Por tal motivo, este trabajo reseña a partir del siglo XIX. Más precisamente, en 1801.

Extrañará tal vez que los periódicos considerados aquí sean los que usualmente se estudian en historias de la literatura colonial o del periodismo. Pero en este caso -como ocurre al estudiar la moneda- no cuenta el formato o la materia que la constituye, sino el cumplir cierta función -en este tema, transmitir conocimiento económico-.

I. SIGLO XIX

Los colosales cambios políticos y económicos por los que atravesó el país en el siglo XIX, en que pasó de ser una colonia a integrar el núcleo de países más desarrollados, obligan a agrupar y separar el material por épocas o etapas.

Llamativamente, en los nombres de las tres primeras revistas se exhibió el propósito de incluir en sus páginas el tema económico. La primera, publicada desde abril de 1801 por Francisco Antonio Cabello y Mesa, se tituló Telégrafo Mercantil, Rural, Político-Económico e Historiógrafo del Río de la Plata (TM). La segunda, fundada en 1802 por Juan Hipólito Vieytes, se llamó Semanario de Agricultura, Industria y Comercio (SAIC), título que no sólo aludía a sectores económicos, sino que los mencionaba en el orden en que Adam Smith afirmaba ser el orden natural de desarrollo de tales sectores, conforme iba creciendo el acervo de capital. En el TM se informó sobre el conflicto entre Buenos Aires y Montevideo, sobre el tema portuario, al que Cerviño contribuyó con su Nuevo Aspecto del Comercio en el Río de la Plata, obra precursora de la economía espacial. También publicó el "Manifiesto de la metalurgia, caza, pesca, agricultura y pastoreo de la Provincia de Buenos A" (TM, t. 2, N° 19), artículo que cerró la saga de trabajos aparecidos en las postrimerías del siglo XVIII. Se trata de la "Representación de los Labradores" y el "Memorial de los Hacendados ", esta última considerada por Julio V. González (1957) un "documento liminar" del pensamiento económico argentino.

El SAIC, por su parte, fue un órgano en el que sobresalieron Cerviño y Labardén, cuyos escritos aparecían resguardados por los anagramas Cipriano Orden Betoño y Fray Juan Anselmo de Velarde. Juan Hipólito Vieytes, director de la publicación, dejó su impronta al difundir el pensamiento de Adam Smith a través del resumen de Crumpe, la publicación de artículos propios basados doctrinariamente en Smith ("Causas de la carestía de los salarios") y componer piezas de opinión basadas en las Cartas de Valentín de Foronda ("Clamores de un encarcelado", "Balance de Pagos", etc.).

El Correo de Comercio (CC), fundado por Belgrano y dirigido por él mismo y por Vieytes, tuvo varios rasgos peculiares. Uno fue su publicación en los albores de la Revolución de Mayo y su clausura como epifenómeno de la caída de la Primera Junta del gobierno patrio. Otro fue el doble comando: Vieytes era smithiano y por tanto librecambista, posición que no cambió; Belgrano había aprendido economía con las Lezioni de Genovesi, la consolidó traduciendo a los fisiócratas, y después de Mayo adhirió a un mercantilismo moderado. De tal modo, en esta publicación aparecen, al mismo tiempo, un artículo como "Economía política" (25 de agosto de 1810), basado sobre una de las Cartas de Foronda, y presuntamente escrito por Vieytes; y a continuación otro sobre "El comercio exterior más ventajoso" (1° de setiembre de 1810) basado sobre Genovesi, fuertemente proteccionista, casi seguramente salido de la pluma de un Belgrano ya entregado a construir una nueva y soberana nación. Aunque ocupado en los campos de batalla, la pluma belgraniana no estuvo ausente en el CC: A partir del 1/9/1810 cada uno de sus números, hasta el postrero, del 6 de abril de 1811, el CC incluyó un capítulo del curso de Economía política publicado bajo el nombre de "Comercio", y llegó a tratar los temas de buena fe del comercio, concurrencia, agricultura, manufacturas, navegación, seguros, cambio, circulación del dinero, crédito, crédito general, crédito público y bancos.

Entre el gobierno de la Primera Junta y la época de Rosas, tuvo lugar la creación y primera experiencia de enseñanza de Economía Política en la universidad. El periódico El Argos fue el primer propagandista de aquella importante actividad, y en particular de la publicación por la Imprenta de la Independencia del libro de James Mill -primer texto universitario de economía impreso en la Argentina-.

El gobierno de Rosas fue hostil a los estudios de Economía Política, y lo manifestó suprimiendo su enseñanza en la universidad, por ser -se adujo- una materia "de puro lujo". El clima no era propicio para sostener ninguna revista de economía. Pero en la última década de aquel gobierno comenzó a publicarse el Journal des Économistes (JE), que llegó hasta el siglo XX, y en aquellos tiempos pudo ser aprovechado por la Generación del 37 -en especial Echeverría y Alberdi-, tan amante de la lengua francesa. Dicha revista suplió por largo tiempo la ausencia de revistas de economía vernáculas.

Después de Caseros se destacan, por la calidad de sus trabajos y lo prolongado de su vida, dos revistas culturales: La Revista de Buenos Aires (RBA) y la Revista del Río de la Plata (RRP). En ellas fueron apareciendo por primera vez en letra de molde algunos documentos económicos del pasado, como la "Representación de los labradores de Buenos Aires" (11/11/1793; RBA N° 66, 1868), la "Representación de los Hacendados" (1794, RBA N° 37-41, 1866) y otros. También lo hicieron propuestas económicas de figuras públicas, como la de Vicente Fidel López, que, cuando era profesor de Economía en la UBA, se informaba de las novedades en el JE y escribía en RRP.

La crisis del noventa fue un estímulo importante para los estudios económicos. Baste recordar los trabajos de Silvio Gesell, o la participación de Juan B. Justo en la traducción del texto de Leroy-Beaulieu. En esta época, Germán A. Lallemant publicó El Obrero, difusor del pensamiento económico de Carlos Marx. En 1891 comenzó la transición al nuevo siglo, con la aparición de la revista El economista argentino, que llegó a publicarse hasta 1916.

II. SIGLO XX

Un hecho que señaló el alto ritmo de crecimiento económico del país y la voluntad de formar especialistas calificados en ciencias económicas, fue la creación del Instituto de Altos Estudios Comerciales (1910), seguido por el surgimiento de la Revista de Ciencias Económicas (RCE), cuyo primer número apareció en julio de 1913, dirigida en su primera época por Roberto A. Guido y editada por el Centro de Estudiantes de Ciencias Económicas hasta 1920 y también, desde agosto de 1920, por el Colegio de Doctores en Ciencias Económicas y Contadores Públicos Nacionales. Entre 1913 y 1979 se publicaron 2340 artículos y más de 4600 notas breves. En todo ese material, gran parte tiene que ver con el ejercicio profesional del contador público, lo que no excluyó publicar algunos aportes valiosos para la ciencia económica, como "Principios fundamentales de la división del trabajo" (RCE, 1941) de José Barral Souto, luego reproducido en inglés por International Economic Papers, o "Vilfredo Pareto y la teoría del equilibrio económico" (RCE, 1923) de Hugo Broggi, luego publicado en italiano en Giornale degli Economisti (GE). En la RCE la Economía no era el campo predominante, lo que reflejaba la ausencia de una Licenciatura en Economía Política. Sus temas eran dictados por los intereses de estudiantes y profesores. Desde 1952 la RCE decayó visiblemente y hacia 1979 dejó de editarse.

Merece destacarse que, quien busque, por ejemplo, artículos de Hicks, Allen o Robbins, publicados en los primeros años de la década del treinta en Economica -la revista de la Escuela de Economía de Londres- hallará citada la RCE en la lista de Publicaciones periódicas recibidas, junto a The Economic Record, GE y otras. Y sin haberse oblado un peso por la publicidad. ¡Milagros del intercambio!

En 1914 se realizó en la Argentina el Censo General, que produjo un cúmulo invalorable de estadísticas a disposición de quien las quisiera elaborar. Quien lo hizo fue el director general de Estadística de la Nación, ingeniero Alejandro E. Bunge, quien con ese material estimó nada menos que el ingreso nacional argentino, su acervo de capital y la distribución del ingreso. A partir de esa hazaña, el ingeniero Bunge fundó y dirigió la Revista de Economía Argentina (REA), cuyo primer número se publicó en julio de 1918, con un trabajo de su director sobre el costo de la vida en la Capital Federal. Luego, Bunge siguió publicando en ella sus trabajos, que compiló en numerosos libros. La REA fue órgano de expresión de ideas económicas y una autorizada y accesible fuente de información cuantitativa sobre la economía del país. Bunge compartía la dirección de REA con Juan José Díaz Arana (1880-1965) profesor de Economía (1907-30) en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (FDCS) de la UBA y presidente del Museo Social Argentino; Luis Roque Gondra; Enrique Ruiz Guiñazú (1882-1967), profesor (1919-20) de Finanzas y Economía Política en la FDCS; y Enrique Uriburu (1877-1936), profesor de Economía Política en la FDCS y ministro de Economía de la Nación en 1930-32. Sus páginas se abrían para publicar escritos e informar de las actividades de quienes le rodearon inicialmente:; y Raúl Prebisch (desde 1920). La REA dejó de aparecer en 1952.

La Revista de Economía y Estadística, órgano de la Escuela de Ciencias Económicas de la Universidad de Córdoba (UNC) y una de las revistas científicas prestigiosas del país, fue fundada en 1939 por Benjamín Cornejo, quien la dirigió y a la que él mismo aportó numerosos artículos de investigación y comentarios bibliográficos: "Moneda y Sistema Monetario" (1939), "Moral y Economía" (1941), "Leon Walras" (1941) y "Antoine Auguste Cournot" (1942).

Oreste Popescu fundó y dirigió desde 1954 el Instituto de Economía y Finanzas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y la revista Económica (Ec). En esos años fue órgano de importantes trabajos del doctor Popescu y asimismo de simposios como el realizado en la UNLP sobre economía espacial. Ec, a pesar de sus dificultades de publicación, marcó en el período 1966-73 un alto nivel del país en materia de análisis económico. Recibía colaboraciones de centros y grupos de investigación de toda la Argentina. Como sus ediciones eran espaciadas y cada una publicaba sólo entre tres y cinco artículos principales, la enumeración de sus autores aunque no exhaustiva es una muestra bastante fiel del núcleo principal de investigadores de la época. De la UNLP: Mario L. Szychowski, Benigno Rodríguez Meitín, Rogelio E. Simonato, Horacio Núñez Miñana, Héctor L. Diéguez, Alberto A. Simone, Adolfo C. Sturzenegger, Elías Salama, Alberto Porto, Juan C. Berra, Dante Simone, Horacio I. Pifano. De la UBA: Armando V. Lago, Emilio A. Machado, Julio H. G. Olivera, Guido Di Tella, Ricardo Halperin, Luisa Montuschi, Vicente Vázquez-Presedo, Víctor A. Beker, Jorge E. Fernández Pol, Pedro R. Skupch, Alfredo J. Canavese, Fernando V. Tow. De la UN de Córdoba: Aldo R. Arnaudo. De la UN de Tucumán: Víctor J. Elías, Raúl P. Mentz. De la Universidad Católica Argentina: Miguel Almada, Rolf R. Mantel. Del Proyecto Pro Economía Agraria: Alain De Janvry, Agustín Núñez. Del CIE/ITDT: Ana María Martirena-Mantel, Alberto Aráoz, Osvaldo Baccino, Javier Villanueva, Jorge Katz, Alberto Petrecolla, Samuel Itzcovich, Carlos A. Rodríguez, Adolfo Canitrot. Del BCRA: Ernesto Gaba. Del CONADE: Hernán Aldabe, Reynaldo F. Bajraj, Ernesto V. Feldman, Oscar J. Sbarra Mitre, Simón L. Guerberoff. De la Universidad Nacional del Sur UNS): Carlos Barrera, Héctor Pistonesi. De la Universidad del Salvador: Lucio G. Reca. De FIEL: Juan Carlos de Pablo. En 1974-75 la revista Ec suspendió transitoriamente su publicación, luego reanudada bajo la dirección de Mario Szychowski.

La experiencia de Moyano Llerena en el Consejo Directivo de la REA de Bunge, y la desaparición de ésta en 1953, le ofrecieron la posibilidad de publicar una revista similar, tanto en formato como en seriedad informativa. En mayo de 1957 lanzó el primer número de su Panorama de la Economía Argentina (PEA), "publicación trimestral del Estudio del Dr. C. Moyano Llerena". Decía en su primera entrega: "La economía contemporánea ofrece en la infinita variedad de hechos una complejidad cada vez más perturbadora. La intrincada dependencia mutua de todos sus fenómenos, su creciente dimensión, las vinculaciones de los intereses en juego, las complicaciones del intervensionismo estatal, la influencia decisiva de las relaciones con el exterior, la gravitación de los problemas sociales, la ineludible interferencia de la política, son simplemente algunos de los factores que contribuyen a crear una sensación de desorden o de confusión". Y anunciaba el enfoque a seguir: "En esto consiste precisamente el objetivo primordial de esta nueva publicación. Su propósito no será presentar las noticias, sino las tendencias, y al mismo tiempo procurar interpretar la orientación de esas grandes fuerzas a la luz de las modernas teorías". En su N° 6 (septiembre de 1958) publicó la nota "20 años de controles", cuyos epígrafes decían: "Se van a cumplir 20 años de la vigencia del régimen de control de precios en la Argentina. Tal como podía preverse, hoy son más altos los precios 'controlados' que los libres. Sin embargo, parece que se quisiera persistir indefinidamente en el error". PEA pronto ganó prestigio como una de las publicaciones más respetables en el país. Moyano Llerena la dirigió hasta 1968.

Con la victoria electoral de Arturo Frondizi en 1958 en el plano nacional, y la de Oscar Alende en la provincia de Buenos Aires, en esta última se conformó un equipo económico de alto nivel, integrado por Aldo Ferrer, Norberto González, Federico Julio Herschel, Samuel Itzcovich y Oscar Cornblit, cuyos ámbitos eran el Ministerio de Economía provincial y la Junta de Planificación. La Junta, en febrero de 1959, publicó el N° 1 de Revista de Desarrollo Económico. Se llegaron a publicar cuatro números. Excluído este equipo del gobierno provincial en 1960 -tras una audaz propuesta de impuestos a la tierra-el grupo fundador, encabezado por González y Cornblit, creó el 8/11/1960 el Instituto de Desarrollo Económico y Social (IDES), marco en el cual continuó desde 1961 la publicación de Desarrollo Económico. La revista no se limitó a Economía, sino que se abrió a las ciencias sociales en general.

En la Universidad Nacional del Sur, en marzo de 1962, apareció el primer número (enero-junio 1962) de la revista Estudios Económicos, de periodicidad semestral o anual. Fue dirigida desde su aparición por el profesor Uros Bacic, hasta su jubilación en 1990. En su primera época dedicaba parte de su material a traducciones de trabajos publicados en Europa, que traducía el profesor Pablo J. Gallez. Su publicación se interrumpió en 1973. Fue reanudada en 1982, al cumplir la UNS su 25° aniversario. En esta segunda época, publica trabajos sobre temas económicos realizados por los economistas vinculados en forma permanente o temporaria con el Departamento de Economía de la universidad.

El Instituto Argentino para el Desarrollo Económico, "vocero de empresarios urbanos menores, que propugna la defensa del capital nacional, la intervención estatal, la planificación y la "nacionalización de la Argentina social"", inició en 1970 la publicación de Realidad económica, cuyo primer número apareció en setiembre-octubre de ese año. La revista, fundada por Arturo Sampay, estaba dirigida por Roberto Gómez, y se publica con periodicidad de 45 días. Sus colaboradores salen de las filas políticas del "progresismo" y son críticos del "neoliberalismo".

Con fecha setiembre de 1997 la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA publicó en Internet la revista electrónica The Journal of Management and Economics. La revista publica artículos que describen el resultado de investigación original en los siguientes campos: administración, economía, matemática aplicada y tecnologías inteligentes. Uno de los objetivos principales de esta revista es promover la comunicación entre investigadores argentinos y universitarios de otros países. Edita en inglés trabajos seleccionados por referato. Su primer número publicó siete trabajos invitados, entre ellos el de Julio H. G. Olivera, "Existence of Equilibrium in Production Economies Described by Means of Generalized Functions".

III. SIGLO XXI

La publicación más joven es Revista de Economía Política de Buenos Aires (REPBA), fundada en 2007, publicación académica de la Universidad de Buenos Aires, "abierta a contribuciones en todos los campos de la economía y los criterios de aceptación se basan en el pluralismo ideológico y teórico y el máximo rigor académico". Según el Editorial del decano Alberto E. Barbieri, "la motivación principal para lanzar esta nueva publicación se basa en la necesidad de incrementar los canales regulares a través de los cuales investigaciones relevantes en el ámbito de la economía, que cumplan con estándares científicos de elevada calidad, encuentren la posibilidad de transmitirse tanto a la comunidad académica como a la sociedad en general. Nuestra aspiración es que la REPBA se convierta en una publicación de referencia en el campo de la investigación académica en economía en nuestro medio, así como también en el ámbito latinoamericano e internacional".

CONCLUSION

Si las revistas son medios de transmisión de conocimientos, el progreso de la ciencia está asociado a las mismas, por lo que los poderes públicos, como representantes de la sociedad, no debieran retacear su apoyo a ellas. Pero esta es sólo una condición de oferta, la cual no es suficiente si no se satisfacen condiciones de demanda. Dado que los principales demandantes de revistas científicas son los científicos, aquellas deben ser útiles a la actividad científica y ello depende de la calidad del material que se ofrece, y esta, a su vez, depende de la selección. Si el material publicado no pasa por la criba del arbitraje, perjudica tanto al autor como al lector. Al autor -con alta probabilidad, un investigador pagado por el CONICET u otro esquema oficial de investigación- porque el CONICET no se lo acreditará como material de calidad, y al investigador no le servirá para ver aprobado su informe ni para aspirar a una promoción. Al lector -también, con alta probabilidad, un investigador- porque la revista le ofrece un material insuficientemente seleccionado. La baja calidad determina poca utilidad y poca demanda, y por tanto poca suscripción, lo que aleja la posibilidad de que la revista sea autosustentable. Son factores que reducen la calidad de una revista: la ausencia de un referato idóneo, imparcial y estricto; la reproducción de material ya publicado (traducciones).

Reduce el alcance internacional de toda revista la limitación al propio idioma: se tiene el caso famoso de la revista sueca de economía, que publicó en idioma sueco algunas grandes contribuciones a la ciencia, como el artículo de Eli Heckscher sobre comercio internacional, o el modelo económico de von Neumann presentado en alemán en el seminario de K. Menger en Viena, que por ese motivo permanecieron ignorados largo tiempo, hasta ser traducidos y publicados en inglés. Otro tanto podría decirse del trabajo de J. Barral Souto (1941), añadiendo que ese autor procuró ensanchar el círculo de sus lectores publicándolo en portugués en la revista brasilera de estadística, sin lograr tal objetivo, hasta que el mismo se publicó en inglés en 19652. Lo ideal, en nuestro tiempo, es alguna apertura a la comunicación en inglés y a Internet.

Notas
1 La fuerte presión interior por mostrar a otros los nuevos conocimientos puede apreciarse en el caso de Gossen, seguro como estaba de haber dado un "giro copernicano" al estudio de la conducta humana.
También se tiene el caso de Jevons, cuando informa a su hermano del hallazgo de un nuevo enfoque de la ciencia económica, sus esfuerzos por comunicar el hallazgo a la comunidad científica y el magro logro de verlo publicado solo como resumen en el Journal of the Statistical Society (1866).
2 Si se me permite un recuerdo, me tocó actuar como asesor del jurado del Premio Bunge y Born, que le conferido a Rolf Mantel. El doctor Popescu, que también había sido seleccionado y era conciente de que esa era su última oportunidad de ver reconocida su larga trayectoria científica, me confesó amargamente que el no haberla logrado se debía, al menos en parte, a no haber publicado en inglés. De hecho, su última publicación importante fue su libro editado por Routledge, en inglés.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
1. Bagú, S., Argentina, 1875-1975: población, economía, sociedad. Estudio temático y bibliográfico, México, Universidad Nacional Autónoma de México, pp.44-8, 1978.
2. Belgrano, M., (facs.), Memorias, Buenos Aires: Página/12, 1992.
3. Correo de Comercio, (facs.), Periódico publicado desde el 3 de marzo de 1810 al 6 de abril de 1811, Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires, con Introducción, de Ernesto J. Fitte, 1970.
4. Fernández López, M. 2007, Historia del Pensamiento Económico (Economía y economistas argentinos), Buenos Aires, Ed. Fondo Editorial Consejo, 2007.
5. González, J. V., Historia Argentina, Tomo I, La era colonial, Buenos Aires, Ed. Fondo de Cultura Económica, 1957.
6. Semanario de Agricultura, Industria y Comercio, (facs.), Periódico fundado por Juan H. Vieytes, publicado desde el 1 de setiembre de 1802 al 11 de febrero de 1807. Junta de Historia y Numismática Americana, Buenos Aires, 5 Vols, 1928-37.
7. Telégrafo Mercantil, Rural, Político-económico e historiógrafo del Río de la Plata, (facs.), Periódico publicado desde el 1 de abril de 1801, Junta de Historia y Numismática Americana, Buenos Aires, 1914.